Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13. Magia.


«Magia»

—¡Raúl! —gritó Ami.

Ella corrió hacia él, indicándole al lobo que lo dejara en paz. Sonreí discretamente ante la escena. El inmune estaba tendido sobre el suelo con las dos patas del lobo en cada uno de sus hombros. Su expresión de pánico no tenía precio, parecía que su mala suerte lo seguía persiguiendo.

—Está bien, él es mi amigo —explicó Amira.

El lobo lo soltó y yo escondí mi sonrisa mientras caminaba hacia ellos. Ami le ofreció su mano para ayudarlo a ponerse de pie.

—¿Estás bien? —le preguntó.

A pesar de que era moreno se veía algo pálido.

—Sí —respondió, pero se notaba que estaba mintiendo.

—¿Cómo supiste que estábamos aquí?

—Fui al castillo primero —admitió—. De hecho, me preocupé mucho al verlo, ¿qué fue lo que pasó?

—Es una larga historia —dijo Ami.

—¿Jared está bien?

—Si, está adentro.

Por alguna razón que yo no alcanzaba a comprender, Amira le había prestado su llave a Raúl para que pudiera venir a visitarla cuando él quisiera. Al principio no me había encantado la idea, pero había acabado acostumbrándome a la presencia del humano. Además, no se había atrevido a insinuarse de nuevo a Ami. Parecía comprender que ahora ella tenía una familia.

Jared se emocionó cuando Raúl entró. No tenían una relación tan cercana como con Samara, pero las visitas del inmune siempre implicaban diversión para él. Ami, Raúl y Jared solían pasear, nadar en la cascada y disfrutar del bosque.

—Hola pequeño —saludó Raúl en cuanto Jared corrió para que lo cargara.

—Tío Raúl —lo saludó.

Yo rodé los ojos y casi me atraganté cuando descubrí que Ami me estaba mirando. Me lanzó una mirada de "compórtate". Yo le sonreí traviesamente.

—¿Iremos a nadar? —preguntó Jared, bastante emocionado.

Amira lo miró con tristeza.

—No creo que sea una buena idea, hijo. Tal vez podríamos hacer algo aquí.

Se me rompió el corazón cuando Jared hizo un puchero triste. Mi pequeño había pasado por demasiado los últimos días, se merecía un poco de diversión.

—¿Por qué no? —pregunté mirando a Ami—. Yo los acompañaré y podemos llevar a las hadas. Estaremos bien.

Amira alzó una sola ceja, juzgándome.

—Tú nunca quieres venir con nosotros.

—Esta vez me sentiré más tranquilo si los acompaño.

Pude ver que a Raúl no le encantó la idea, pero no se atrevió a decir nada.

—Oh mamá, por favor.

Ella sonrió al escuchar la súplica de Jared.

—De acuerdo, vamos a cambiarnos.

Decidimos caminar un rato en lugar de aparecer directamente en la cascada. Uno de los lobos iba al frente, seguido por Amira y Raúl. Jared y yo caminábamos un poco más atrás y el segundo lobo nos cuidaba la espalda.

Ami platicaba con su amigo y yo estaba haciendo un esfuerzo enorme por no espiarlos, ya que ella se molestaba mucho cuando me descubría. Me imaginé que lo estaba poniendo al día sobre todo lo que había sucedido.

Se había puesto uno de sus conjuntos que trajo de la tierra, un pequeño short de mezclilla con una playera y tenis negros. Sus largas piernas lograban distraerme mientras caminábamos.

Raúl se detuvo de golpe y Amira lo empujó para que siguiera caminando. La miró con sus ojos almendrados muy abiertos y ella le hizo una seña para que se calmara. A la mierda si se enojaba, necesitaba escucharlos. Me concentré para que mi oído alcanzara a llegar hasta sus voces.

—No puedo creerlo —dijo el inmune—. ¿Cuánto tienes?

—No lo sé, yo también acabo de enterarme —confesó Ami—. Tal vez un par de meses, aún no se me nota.

—¿Y cómo te sientes?

—¿Por el embarazo? Extremadamente feliz.

—¿Extremadamente? —repitió Raúl con burla.

—Sabes a lo que me refiero. Amo a Jared con todo mi corazón y no imagino cómo será querer a otra personita de la misma manera, pero muero por descubrirlo.

Yo sonreí. Ami también acababa de poner las palabras perfectas para mis sentimientos.

—Felicidades —dijo el humano y pareció sonar sincero—. No puedo creer lo mucho que has crecido. ¡Serás mamá otra vez!

—Lo sé —respondió con un poco de nerviosismo—. ¿Y tú? ¿Sigues con Ana?

—Cumpliremos un año el próximo mes. Creo que esto va en serio, Ami...

Dejé de escuchar cuando se concentraron en él, no me interesaba la vida del humano. Miré a Jared, quien caminaba agarrado de mi mano y con la otra acariciaba las hojas de los arbustos que estaban a su alcance. Moví mis dedos y varias flores comenzaron a aparecer justo donde él tocaba, sorprendiéndolo.

—Enséñame a hacerlo —pidió emocionado.

—Aún eres muy pequeño —respondí— pero te prometo que muy pronto empezaremos con tu entrenamiento.

—Pero quiero hacer magia.

Medité sobre su petición y pensé en algo fácil que pudiera realizar sin agotarlo tanto. Mover las cosas siempre era más sencillo que crearlas desde cero.

—¿Ves las hojas que están en el suelo? —él asintió—. Vamos a levantarlas, ¿te parece?

—¿Cómo?

—Concéntrate. Mira las hojas y convéncete de que puedes hacerlo. Piensa en lo que quieres hacer y dilo en voz alta. Eso te ayudará.

—Quiero que las hojas vuelen.

—Bien. Ahora repítelo en tu mente e imagina como las hojas comienzan a volar a nuestro alrededor.

Jared frunció su pequeño ceño, esforzándose demasiado.

—Tranquilo —lo aconsejé—, esto es más fácil de lo que crees. Tan solo imagínalo.

Una pequeña hoja verde se elevó en ese momento y cayó casi enseguida. Lo miré con una enorme sonrisa.

—¿Ves? Tú puedes hacerlo.

Jared asintió con determinación y volvió a concentrarse. Pasaron algunos minutos antes de que varias hojas se elevaran, esa vez más alto que la primera. Las observé, completamente maravillado cuando comenzaron a girar alrededor de nosotros.

—¿Joham?

Ami se detuvo para mirarme, extrañada. Yo le dediqué una enorme sonrisa.

—No soy yo —aclaré señalando a Jared.

Amira y Raúl miraron al pequeño, sorprendidos. Rápidamente la emoción apareció en el rostro de Ami y soltó un aplauso.

—Bien hecho, hijo

Jared exhaló y dejó todas las hojas caer, algo cansado pero orgulloso de su trabajo.

—Creo que olvidaste decirme algo —le reclamó Raúl.

—Ah sí —respondió ella encogiéndose de hombros— Jared tiene magia. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro