Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO FINAL, PARTE II

Supongo que la adrenalina de mi cuerpo se evaporó y le cedió el paso VIP al verdadero dolor y malestar que había sufrido por el accidente, porque en cuanto contemplé a la ambulancia marcharse con Po y Pandora, vi todo negro y sentí mi cuerpo como gelatina, perdiendo la consciencia abruptamente.

Estando preso en la inconciencia, mi cerebro se dedicó a lanzarme bellos recuerdos con Po, en donde reíamos hasta sentir calambres en el estómago y limpiarnos las lágrimas ante tanta felicidad. O cuando íbamos al cine o a comer. O simplemente quedarnos a ver películas en mi departamento hasta el amanecer.

¿Por qué de pronto pensaba en él?

¿Qué estaba pasando?

¿Por qué no podía despertar?

Intenté moverme, pero mis extremidades no cedían. Me sentía atrapado en mi mente. Lo único que recordaba era estar corriendo en medio de la oscuridad y de pronto...

Sentí que mi corazón se aceleraba y que me costaba respirar.

—¡Un médico! —era la voz de Fluke. Sonaba como si estuviera por debajo del agua.

De inmediato sentí unas fuertes manos desconocidas que me tomaron del brazo y me introdujeron una aguja, que en pocos segundos logró estabilizarme. Luché con todas mis fuerzas para abrir los ojos y no lo conseguí. Apenas podía escuchar las voces a mi alrededor y opté por concentrarme en vez de pelear con mi estúpido cuerpo que no reaccionaba.

—¿Qué fue lo que le pasó? —interrogó Fluke, muy asustado.

—Medicamente tengo que decirte que no está mal físicamente. Se golpeó la cabeza, pero no de gravedad, al igual que su columna y tobillo—explicó, el que de seguro era el médico que hizo que me estabilizara con una inyección—y la respuesta a su comportamiento inconsciente es que estuvo en medio de una situación traumática y su cerebro está reaccionando a la defensiva. Cuando él despierte, se sentirá devastado con la realidad que le espera.

¿Qué realidad? Volví a impacientarme y mi corazón se aceleró.

—¡Nuevamente está entrando en crisis! —exclamó Fluke.

De repente, el médico se acercó a mí y me abrió un párpado. Sentí la luz brillante de su pequeña linterna y lo vi. Era un hombre de unos cincuenta años con calvicie.

Y solo hasta ese momento, pude mover mis manos y parpadear.

El médico se asustó un poco por mi reacción repentina y quise sentarme.

—Tranquilo, chico—me agarró de los hombros con la intención de recostarme nuevamente, pero lo miré con absoluto desprecio—debes descansar. No excedas a tu cuerpo a querer levantarse luego de haber sufrido un accidente. El tranquilizante que te administré hará efecto en cualquier momento y tienes que estar acostado.

—¿Dónde está Po, Kao y Win? —mi voz sonó como un graznido. Tenía la boca y garganta secas. Mi vista estaba puesta en Fluke, que se hallaba atrás del médico con demasiada palidez en el rostro. Tenía enormes ojeras debajo de los ojos y parecía que había estado en vela conmigo.

—Obedece, por favor—fue su respuesta.

—Si no me dan la respuesta que pido, iré a buscarla yo mismo—empujé al sujeto de bata blanca y sentí que toda la estancia daba vueltas. Vi que mi tobillo estaba vendado, tenía el estúpido collarín alrededor del cuello y una venda en todo mi torso que apenas me dejaba moverme.

En cuanto puse mi pie sano en el suelo, perdí el equilibrio y con ayuda de ellos volví a sentarme en la cama, derrotado por completo.

El sedante que me había puesto el médico empezaba a hacer efecto y lo que menos deseaba era continuar como un vegetal en esa cama, sin saber dónde estaba Po, Win y Kao.

Lamentablemente, sucumbí ante ese narcótico y me abandoné de nueva cuenta a la prisión de mi mente; y esta vez fue una inconciencia en negro. Sin recuerdos ni sueños. Todo negro y en paz.

Y cuando desperté por fin, los rostros de Fluke, Ohm, Title, Perth, Boun, Prem, Yacht, Plan, Mean y Sammy fueron lo primero que vieron mis ojos luego de mucha oscuridad y soledad en mi cabeza. Los diez estaban alrededor de mi cama, viéndome con fijeza y preocupación; en especial Perth, Title y Fluke. Me pareció extraño que los hubieran dejado pasar todos a la vez a la habitación de hospital.

Hospital.

Maldita sea.

—Has despertado—chilló Sammy, abrazándome entre lágrimas—pensamos lo peor, cariño...

—¿Cuánto tiempo llevo aquí?

—Tres días aproximadamente—respondió Yacht en un susurro. Y sentí que el mundo se me caía encima.

—Si ustedes me consideran su amigo—dije en un hilo de voz, al borde del llanto—díganme donde está Po, dónde está Kao y dónde está Win. No quiero mentiras, quiero la verdad.

Sammy no se movió de encima y soltó un sollozo.

Sus amigos se enviaron miradas entre sí, sin saber qué responderle.

—Win está en recuperación. Sus padres se lo llevaron a un sanatorio muy costoso donde le darán atención de élite, pero está bien, no te preocupes—fue Ohm quién se atrevió a responderme. Había cierto aire fúnebre en sus palabras. Aquello me tranquilizó un poco—pero...

—¿Pero... qué? —entorné los ojos y sentí una punzada de dolor en la espalda al tratar de moverme. Sammy impidió que me sentara.

Ohm titubeó, mirando a Fluke en busca de ayuda.

—Escucha, Earth—fue Perth el que habló, acercándose a donde yo estaba, ya que se había quedado rezagado detrás de Title y Mean—lamento todo lo que pasó, en serio. Hemos estado tan distanciados por el trabajo, que en cuanto me enteré de la situación, fue demasiado tarde. Inclusive Title no firmó un contrato importante porque tú fuiste prioridad.

—La de todos—terció Mean y Plan asintió.

Me desesperé. ¿Por qué se estaban yendo por una tangente? Agradecía que me hubieran puesto como prioridad, pero a mí me importaba saber cómo estaba Kao y Po.

—Ya díganme lo que quiero saber—espeté, furioso. Lágrimas tormentosas comenzaron a deslizarse por mis mejillas.

—Kao y Po están en terapia intensiva. Ninguno de los dos ha reaccionado—admiré la determinación de Fluke al decírmelo en una sola oración, pero un estremecimiento se apoderó de mí. Unas inesperadas ganas de vomitar me hicieron doblarme hacia adelante y tener arcadas.

Mean y Plan salieron a pedir ayuda a una enfermera, la cual llegó en un segundo a auxiliarme. Echó a mis amigos de la habitación y me alcanzó un recipiente para que pudiera vomitar, pero no sucedió. Solo fue la sensación. Una reacción ante aquella confesión que me dejó helado.

Kao en terapia intensiva y Po también.

Tenía que ir a verlos.

—Por favor, lléveme a ver a los pacientes Noppakao Dechaphatthanakun y Pongsapak Udompoch—imploré.

—¿Eres uno de los chicos que estuvieron envueltos en ese espeluznante accidente? —entornó los ojos.

—Solo quiero que me deje ir a verlos o que me dé información actualizada del estado de salud de ambos—insistí.

—Va contra las reglas si no son sus familiares—explicó ella.

—Soy casi como familia para ellos—repuse—fueron mis ex intereses románticos.

—Lo siento, no puedo.

—¡Le pagaré la cantidad de dinero que deseé, pero por favor, ayúdeme! —supliqué. No podía darme el lujo de aguardar a que alguien se dignara a decirme que ellos iban a estar bien, cuando parecía ser todo lo contrario. No quería mentiras. Quería la verdad.

Negándose rotundamente a mi soborno, abandonó mi habitación, dejándome con el corazón destrozado. Me quedé sentado, observando a la nada y con miles de pensamientos en la cabeza. Y en su mayoría, negativos y deprimentes.

No comprendía por qué la vida estaba siendo cruel conmigo otra vez y con las personas que eran importantes para mí. Parecía todo un sueño. Algo irreal. Y deseaba que así fuese.

La felicidad que tuve con Win fue efímera, y cuando pensé que todo se resolvería, ocurrió un accidente extraño, obra de una estúpida idiota obsesionada.

Enseguida comencé a buscar mi teléfono para hablar directamente con la policía. Logré alcanzarlo desde la mesita a un lado de la cama y para mi mala suerte: no tenía batería. Estaba apagado.

Me deslicé fuera de la cama en dirección a la puerta. Ya no me importaba nada. Si tenía que golpear a cualquiera de mis amigos que se opusiera a que yo saliera, lo haría. Me preocupaba más la vida de Kao y Po que la amistad de ellos en ese momento. Por otra parte, egoístamente, me sentía aliviado de que Win estuviera fuera de peligro, ya que después vería la manera de ir a visitarlo.

Mi prioridad ahora era ver a Kao y Po.

El suero intravenoso impidió que pudiera llegar a la puerta con libertad, por lo que me di a la tarea de extraer la aguja, sintiendo un repulsivo dolor que me hizo saltar las lágrimas. Salpiqué mi bata, la cama y el suelo con mi sangre, pero conseguí liberarme.

Gracias a las vendas del tobillo y del torso, se me dificultó el doble caminar, sin mencionar que el collarín impedía que yo viera con claridad el camino.

El pasillo estaba algo desértico. No había señales de mis amigos por ninguna parte, lo cual me alegró. Fui cojeando hasta donde había un pequeño escritorio, probablemente era el sitio en el que las enfermeras hacían papeleos, más no era la recepción principal. No había nadie a la vista. Escuchaba voces lejanas o cercanas, que estaban del otro lado de las habitaciones, pero ninguna me resultó familiar.

Avancé hasta ese escritorio y husmeé entre las carpetas de una gaveta. Eran registros de personas con pulmonía, cáncer y enfermedades grotescas, pero no estaban los datos que me interesaban.

—¡Por todos los cielos, Earth! —el grito de Fluke me hizo apresurarme a dejar los papeles como estaban y comencé a correr pese al dolor delirante de mi tobillo. Ohm iba con él.

Giré a la derecha y luego a la izquierda al final de cada pasillo hasta que me topé con P'New, Sammy, Boun y Prem, sentados en la sala de espera con los ojos llorosos.

—Earth—Sammy fue la primera en verme.

Aventuré a acercarme y me senté junto a ellos. De pronto, Fluke, Ohm y el resto de mis amigos aparecieron detrás de mí. Ahora todos estábamos reunidos en la sala de espera y no tendrían escapatoria de mi interrogatorio.

Y al darse cuenta que mi brazo sangraba y tenía la bata manchada, se horrorizaron.

Entre varias enfermeras me enviaron de vuelta a mi habitación, amenazándome con volver a sedarme si no me quedaba quieto. Fluke fue al único que dejé entrar porque ya no aguantaba esa incertidumbre. Quería ver a Kao y Po.

Me cambiaron de bata y nuevamente me conectaron al suero.

Y solo hasta que las enfermeras me dejaron a solas con Fluke, comencé a llorar desconsolado. Era una pesadilla. Me sentía mal, derrotado, asfixiado, temeroso y con ganas de salir corriendo.

Fluke se sentó en la cama junto a mí y acarició mi mano con ternura. Percibía su tristeza al verme así y no lo culpaba. Lo único que yo deseaba era hacerme un ovillo y morir.

—¿Tan mal están Kao y Po? ¿No van a recuperarse? —balbuceé.

—No pienses negativamente. Ellos sufrieron mayor impacto.

—Fue Tontawan—declaré con desprecio—fue su culpa. Ella quería hacerme daño, pero Kao, Po y Win le arruinaron el juego. ¡Quiero denunciarla!

Fluke acarició mi cabeza y sonrió.

—Ya ha sido denunciada por las dos empresas—me informó con una gran sonrisa—pero ella creo que huyó de Bangkok. Y para nuestra tranquilidad, están buscándola en todas las fronteras. Tenemos también ventaja por Nani, si llega a recuperarse, lo detendrán por complicidad y será obligado a declarar.

—¿Nani?

—Sí. El cretino que te golpeó en aquel viaje terrorífico—masculló Fluke—ese desgraciado fue quién quiso atropellarte en el boulevard principal, pero de no ser por Kao, no sé qué habría pasado...

—¿Kao? —contuve la respiración. Fluke hizo una mueca. Había hablado de más.

—Escucha, por lo que entendí, Kao fue el escudo entre el coche que conducía Nani y tú, haciendo que el impacto no cayera en ti; pero no previó que Po y Win se atravesarían para salvarte también—le costó mucho contármelo, lo noté en sus ojos—Po logró empujar a Win hacia a ti para que este te lanzara lejos de los coches, pero...

—Po recibió el impacto del coche de Kao—susurré, en shock.

—No habíamos querido decírtelo para evitar que te sintieras culpable—dijo Fluke.

—Por supuesto que soy culpable. Yo debí haber sido golpeado por el vehículo de Nani—grazné—ni Win, ni Kao y mucho menos Po, deberían estar luchando por su vida solo por mí.

—Win está fuera de peligro, solo fue un golpe leve—me recordó Fluke.

—Pero fue herido por mí «causa»—enfaticé la última palabra y más lágrimas de impotencia se acumularon en mis ojos.

Estuvimos unos minutos en silencio. Fluke dejó que llorara sin decir una sola palabra. Era de las pocas personas que podía confiar en que me viera en un estado tan vulnerable.

Fluke miró su teléfono y luego fijó su mirada en mí.

—Sun Hee, la amiga que tienen en común Kao y tú, está afuera y quiere pasar a verte—me informó— ¿quieres que pase?

Asentí, sorbiendo por la nariz.

Fluke abandonó la habitación y segundo después, el lindo rostro de Sun Hee apareció a través de la puerta. Intentó sonreírme, pero sus ojos y semblante estaban igual o peor que los míos. Se notaba a leguas que ya había llorado mucho. Y al encontrar nuestras miradas, ambos nos quebramos una vez más.

Ella corrió a abrazarme, quedando sobre mí. Con su ayuda y la poca fuerza que yo tenía en el cuerpo, la subí a la cama para continuar abrazándola.

—Quiero que sepas que no me voy a separar de ti—murmuró contra mi pecho—y tampoco de P'Kao y de Po. Estaré aquí hasta que todos puedan salir por su propio pie e ir a casa.

—Nadie ha querido decirme con claridad el estado de ellos—musité—y estoy muy preocupado. Y agradezco que te quedes aquí, necesito de una persona que no se guarde cosas importantes.

Ella se tensó.

—¿Tú sabes el estado en el que Kao y Po se encuentran? —alejé un poco la cara para mirarla, pero ella se negó a corresponderme la mirada—Sun Hee—carraspeé, con severidad.

—Están muy graves, P'Earth—dijo por fin—pero de los dos, Po es el que está peor. Los padres de ambos vinieron hace como una hora.

—Quiero verlos y nadie me deja—balbuceé—me siento mal por lo que pasó.

—¿Por qué? —ladeó la cabeza, con preocupación.

—Porque tengo la culpa. Yo fui quien los puso en ese estado tan crítico, de no ser por mí, nada de esto estuviera pasando...

En eso, Sun Hee me agarró de los hombros sin importarle que me hiciera un poco de daño, pero lo hizo para mirarme a los ojos con fiereza, algo nuevo en ella.

—Tú no tienes la culpa de absolutamente nada. P'Kao, P'Win y Po te salvaron de un intento de homicidio por parte de esa chica que sufre de sus facultades mentales. Si ellos no hubiesen intervenido, tú habrías muerto y todos estaríamos más devastados. Porque al menos ese trío de chicos está luchando por su vida luego de salvarte, pero tú estarías «muerto» y probablemente ellos se habrían sentido culpables de no haber podido protegerte ni salvarte.

Sus palabras volvieron a desarmarme. Tenía razón, pero no había justificación.

—Ayúdame a ir a verlos, por favor—supliqué.

—De acuerdo. Ha venido un chico a ver si podía ayudar en algo, es Mew Suppasit, lo conoces, ¿verdad? Es muy famoso también.

Asentí. ¿Qué hacía Mew aquí?

—Dice que tiene influencias en este lugar—dijo Sun Hee—hablaré con él para que entre a verte y ver la manera de entrar a ver a P'Kao y Po.

—Sí, recuerdo que P'Mew me ayudó hace unos meses también cuando me torcí el tobillo al huir de varias fans en el centro comercial.

—Excelente. Iré por él, tranquilo.

Vi a Sun Hee abandonar la habitación y quedé mirando el deprimente techo blanquecino.

Fluke entró un minuto después con el teléfono en mano, seguido de él, vislumbré a Perth y a Title.

—Creo que no debimos alejarnos de ti—oí decir a Perth al sentarse al borde de la cama. Title se sentó al lado contrario y Fluke tomó asiento en la silla almohadada.

—Nos enfocamos demasiado en nuestros propios proyectos, pensando que Metawin te cuidaría y nos equivocamos—repuso Title con desdén. Había mucho veneno en sus palabras.

—P'Win, P'Kao y Po no hicieron nada malo. Ellos me cuidaron perfectamente y es por eso que estoy vivo—me puse histérico.

—Dijeron que no lo aturdirían—bramó Fluke con desaprobación al par de chicos y bajaron las miradas.

Title se acercó más a mí y deslizó su mano por detrás de mi cabeza para pegar su frente contra la mía con cariño. Rozó su nariz con la mía y cerré los ojos, sintiendo su pesar a través de ese contacto íntimo, que solía hacer conmigo en el tiempo que fuimos compañeros de shipp e intentamos ser novios. Era reconfortante tener a alguien que entendía bien lo que yo sentía al estar preocupado por personas que eran importantes.

—Noppakao y Po van a salir de esta—afirmó, besando mi mejilla—yo los obligaré a quedarse aquí. No se van a adelantar o de lo contrario, los reviviré en un ritual satánico, porque, seamos sinceros, ¡Todavía les falta sufrir mucho en esta vida! Y si se mueren, sería como hacer trampa, ¿no crees? Aquí vinimos a sufrir todos y no permitiré que nadie se adelante y se salga del juego macabro llamado vida.

Una sonrisa figuró mis labios. Ese tipo de apoyo era el que necesitaba. Title y Perth se habían alejado muchísimo de mi vida, pero estaba feliz de que en los peores momentos estuvieran a mi lado. Claro, no es que Fluke, Sun Hee o Sammy no fueran importantes, pero Title y Perth fueron a los primeros que conocí a fondo cuando entré al mundo del espectáculo hacía algunos años.

—En vez de gastar la única alma que tienes para regresar a Kao o Po de la muerte, deberías utilizar tu vida y buscar a Up Poompat y darle una paliza—terció Fluke. Title volteó a verlo—el desgraciado le llamó a Kao antes de que este viniera e interviniera en el accidente.

—¿De qué hablas? —inquirí, perplejo—¿le hizo otra llamada?

—Sun Hee me comentó que Kao recibió una llamada y posteriormente, salió hecho un loco; dejando su teléfono en el departamento. No me preguntes como es que esa chica estaba ahí, pero lo estaba. Y el punto es, que P'New llamó a Kao y ella respondió—me informó Fluke—y como Sun Hee se sabía la contraseña de él, entró a la lista de llamadas y encontró un número desconocido. Había una grabación de esa última llamada y ahí fue donde se dio cuenta que era Poompat.

—¿Dónde está el teléfono?

—Lo entregó a la policía. Ahí están las pruebas.

Me sentí aliviado, pero después molesto. ¿Por qué Sun Hee no me lo contó?

—Ella no me dijo nada al respecto...

—Fue porque yo se lo pedí. Quería decírtelo yo—replicó Fluke.

Asentí.

—Cuando te recuperes, vendrán oficiales de policía a hablar contigo—me informó Perth—quieren saber todo para que pueda proceder bien las denuncias en contra de todos ellos. Deberás hablar con la verdad, ¿de acuerdo?

Me estremecí. ¿Cómo era posible que ahora mi vida tenía que estar rodeada de asuntos policiacos?

—¿Le avisaron a mi mamá? —pregunté, esperando un «no» por respuesta.

—Le avisamos a tu amiga Gift y ella dijo que la traerá en estos días. No quiere decírselo de sopetón, intentará la manera de hacérselo saber sin alterar a tu mamá—respondió Fluke.

Era un alivio. Confiaba en que Gift tuviera tacto al decirle semejante locura a mi mamá sin ponerla histérica.

Perth, Title y Fluke se quedaron alrededor de veinte minutos más ahí conmigo, hasta que Sun Hee regresó con Mew detrás de ella. A pesar de que Fluke no quería que más personas ajenas a mi círculo de amigos se metiera a mi habitación, accedió. Y cabía recalcar que Fluke era el que había sido puesto como responsable de mí y tenía todo el derecho de decidir quién entrar o no, a visitarme.

En cuanto ellos tres salieron, Sun Hee y P'Mew entraron.

—Hola, Earth—me saludó él, tímidamente, quedándose detrás de ella.

—Hola, P'Mew.

—Me comentó esta chica que quieres ir a ver a Kao y Po a hurtadillas, ¿no es así?

Humedecí mis labios resecos y asentí, motivado.

—¿Es eso posible? —quise saber.

—Claro que es posible—esbozó una sonrisa y bajó la voz—pero es arriesgado; además, no te encuentras del todo bien y podrías lastimarte.

Lo miré con seriedad, poniéndolo nervioso.

—No debes preocuparte por mi salud. Solo ayúdame a ir a verlos—mascullé—te pagaré la cantidad de dinero que quieras, pero llévame a verlos.

Mew se mordió el labio inferior y asintió.

—Bien, entonces, en ese caso...—volvió la vista hacia Sun Hee y ella le devolvió la mirada—saca el traje especial para que pueda ponérselo y entre lo antes posible.

—¿Qué? ¿Saldré de aquí mismo vestido como doctor? —entorné los ojos al ver a Sun Hee sacar de una bolsa de plástico el típico traje azul especial que usaban los cirujanos cuando entraban a quirófano, junto con el gorrito, guantes y botitas del mismo material que el traje, y un cubre bocas nuevo, al igual que guantes de látex.

—Pues sí, ¿dónde querías cambiarte? —Mew frunció el ceño.

—Alguien nos va a ver salir de la habitación. Además, Fluke...

—Hay dos enfermeras que saben de esto. Una de ellas se llevó a tu amigo lejos y la otra nos está esperando afuera. Así que apresúrate.

Sun Hee optó por salir de la habitación y Mew ayudó a cambiarme. Pude notar que en su mirada había cierto remordimiento y me pregunté por qué.

—Me alegra saber que Gulf ya no siguió ayudando a Poompat—añadí de pronto, sobresaltándolo justo cuando me quitaba con cuidado el collarín. Sentí una punzada de dolor en la parte trasera del cuello, pero le resté importancia. Era difícil cambiarme y más porque tenía el suero conectado a mi brazo.

—Yo lamento mucho lo que hizo contra ti. Por alguna razón, Gulf fue envenenado en tu contra, por eso actuó así. Él no es un chico que odia a las personas, pero la culpa la tuvo Up Poompat. Le llenó de veneno la razón.

Aventuré a regalarle una sonrisa conciliadora, gesto que lo ruborizó. Sacudió la cabeza y salió a llamar a la enfermera. La chica se encargó de quitar el suero del trípode y cargarlo ella misma. Mew acomodó bien el gorrito de mi cabeza y cubre bocas antes de salir.

Fui escoltado por la enfermera, Mew y Sun Hee.

En el recorrido del pasillo, las personas ignoraban nuestra presencia y fuimos cuidadosos de no pasar donde estaban mis amigos y pasar lo más inadvertidos posible. A medida que avanzábamos, mi corazón se aceleró y sentí mis piernas de gelatina. No me dolía mucho el tobillo ni la columna, pero sí el cuello. Pero todo ese dolor no se comparaba al que sentía mi corazón.

Llegamos y nos adentramos, gracias a la enfermera, al área de cuidados intensivos.

Al entrar, el ambiente de aquel lugar se ensombreció. Había bastantes personas en el mismo estado, pero separadas por cortinas especiales. Mi respiración se agitó.

—El paciente Kao Noppakao está por aquí—le oí decir a la enfermera y nos condujo hasta el rincón de la enorme estancia. Se detuvo frente a una cortina y la retiró cuidadosamente.

Mew me sujetó con fuerza cuando sentí que iba a caerme por la impresión. Ver a Kao en aquel estado me destruyó por completo.

Tenía la cabeza vendada, los ojos cerrados, un tubo enorme saliendo de su boca y conectado a un aparato que monitoreaba sus signos vitales. Tenía parte de la cara morada y arañada por el golpe. Su pecho subía y bajaba tranquilamente, pero era gracias al oxígeno y a la tecnología.

Mis pies se movieron torpemente y solté a Mew para abalanzarme a agarrarle la mano a Kao; la cual estaba un poco fría por el aire acondicionado. Si no tuviera la cara tan lastimada, podría decir que estaba dormido, pero no.

—P'Kao—susurré, acariciando su mano y sintiendo un nudo en la garganta—no debiste interferir. Mírate cómo estás. ¿Qué cara le daré a tu madre? Va a pensar lo peor de mí. Siempre has sido tan arrogante—besé sus nudillos fríos—tan idiota, tan obstinado y a veces imbécil. Nunca me has obedecido—con la mano que tenía el suero, me las arreglé para acariciarle la mejilla menos dañada, la cual estaba tibia y me estremecí—vas a salir de esta situación o me veré obligado a traerte a rastras del más allá, ¿escuchaste, Kao Noppakao?

Llevé el dorso de su mano a mi mejilla y estuve unos minutos acariciándosela con mi piel.

—La madre del paciente está por venir—anunció la enfermera.

—¿Él se pondrá bien? —le pregunté con esperanza en la voz, negándome a soltarlo aún.

—Tenemos que dejar que él luche—respondió, verificando los aparatos—sufrió una fuerte contusión en el cráneo y si llegase a reaccionar, podría tener leves complicaciones.

—¿Complicaciones? —palidecí—¿pero se curará?

—El tiempo lo dirá y el paciente. Porque si es leve la complicación, tendría que someterse a recuperación y terapias, pero si la complicación es más severa, podría incluso tener problemas con su memoria a largo, corto o mediano plazo. Y eso lo sabremos cuando despierte.

El alma se me cayó a los pies.

Mew me palmeó el hombro con suavidad y supe que era momento de marcharme. Prometí mentalmente a Kao regresar a verlo en cuanto pudiera. Besé el dorso de su mano. Era extraño que, a pesar de que tenía ganas de llorar, no lo hice; quizá porque muy en el fondo, sentía como una corazonada de que se pondría bien.

Una vez afuera de allí, miré a Mew, Sun Hee y a la enfermera.

—Quiero ahora ir a ver a Po.

La expresión de la enfermera y la de Mew y Sun Hee me provocó escalofríos.

—El paciente Pongsapak Udompoch...—comenzó a decir la enfermera bajo mi escrutinio—entró en coma inducido hace aproximadamente dos horas.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué nadie me lo dijo?! —sentí que se me cerraba la garganta.

—Tienes que calmarte—ordenó Sun Hee—por eso fue que nadie te lo dijo. Te ibas a alterar como en este momento.

Ignoré a Sun Hee y me dirigí únicamente a la enfermera.

—Eso del coma inducido, ¿Qué significa? ¿Se pondrá bien? —perdí los nervios a mitad del pasillo. Me importaba un carajo todo. Solo quería ver a Po.

—Ese método es exclusivamente para ayudar al cerebro y cuerpo a regularizarse después de una lesión fuerte en la cabeza.

Fruncí el ceño sin entender.

—Se refiere a que, para evitar problemas, dolor o incluso la muerte de él, lo sedaron para monitorear sus signos vitales y ver cómo reacciona. Si ven mejoría, le irán disminuyendo los sedantes para que su cuerpo se vaya adaptando y despierte poco a poco—tradujo Mew. Los tres volteamos a verlo con sorpresa—o al menos eso leí en alguna parte—se ruborizó.

—Estás en lo correcto—corroboró la enfermera—y cuando despierte, se verá también la magnitud del daño y se valorará si con terapia especial o cirugía estará bien, o sana completamente por sí solo.

Ninguna de esas respuestas sirvió para que mi inquietud redujera.

—Por favor, llévenme a verlo. Necesito saber cómo está—insistí, sintiendo que las lágrimas saldrían de mis ojos en cualquier instante. Me dolía a morir el cuello, el tobillo, la columna y la aguja enterrada en mi brazo con el suero; pero deseaba ver a Po. Mirarlo, sentir su piel, ver su rostro y asegurarme que seguía conmigo.

—Solo deja que lo vea por unos minutos—dijo Mew a la enfermera y esta resopló, accediendo a regañadientes.

Tuvimos que tomar el ascensor porque donde estaba Po, era un lugar más restringido. Le rogué al cielo que sus padres no estuvieran allí y pudiera entrar sin problemas. La enfermera comentó que sus señores progenitores no podían estar con Po porque seguía muy delicado y el área donde se hallaba era solo para los médicos y enfermeras. De hecho, era arriesgado que yo fuera, pero de antemano sabía que después no me dejarían ir a verlo.

Tras salir del ascensor, caminamos hacia una puerta de solo personal autorizado y luego vi un enorme cristal que daba a una habitación única, en donde se me paralizó el corazón por completo y sin miramientos, comencé a llorar. Po estaba solo. No había lugar para más pacientes, solo él.

La enfermera me condujo al interior, dejando atrás a Mew y a Sun Hee. Había más frío dentro y sentí un estremecimiento al acercarme a Po.

Su hermosa cara estaba más magullada que la de Kao. Tenía la cabeza también vendada, pero la boca la tenía muy abierta porque tenía un tubo para oxígeno de mayor grosor en su cavidad bucal que llegaba a los pulmones. Alcancé a ver que tenía suturada la ceja derecha y otra cicatriz que partía desde su sien derecha hasta su mandíbula. Me costó bastante respirar a causa del llanto.

—¡Mira el daño que te hice! —exclamé entre balbuceos. Quise agarrarle la mano, pero la enfermera me hizo señas de que no lo hiciera.

Po estaba desnudo de la cintura para arriba, con múltiples lesiones en su cuerpo, haciéndolo ver tan indefenso. Las malditas máquinas hacían el típico ruido estresante, en donde avisaba que seguía respirando.

—Perdóname, ¿sí? —murmuré, tragándome las ganas de tomarlo de la mano. Un odio repulsivo hacia a mí mismo surgió en ese preciso instante y pese a la advertencia de la enfermera, cogí su mano helada y entrelacé nuestros dedos con fuerza para que pudiera trasmitirle la calidez de mi palma—Tu mayor error fue conocerme, tu mayor pecado fue fijarte en mí y tu mayor perdición fue amarme.

Y comprendí que, por más que yo le pidiera perdón a Po estando inconsciente, nada cambiaría. Si él moría, probablemente me volvería loco. Jamás me lo perdonaría.

Yo amaba a Win Metawin con todas las fuerzas de mi cuerpo, pero mi corazón sentía algo especial por Po. Algo que le ganaba al amor que sentía por Win y me dio coraje que solo hasta ese momento me diera cuenta.

No amaba a Po como él quería que yo lo amara, pero no podía vivir sin él.

Sorbí por la nariz cuando fue hora de irme. No quería dejarlo allí solo, tendido en una fría cama y conectado a máquinas que lo ayudaban a respirar. Tal vez sentía frío y no podía decirlo. Tal vez...

Tal vez debí aceptar su amor y me habría hecho igual o más feliz de lo que Win me ha hecho, pero eso jamás lo sabré. Perdí mi oportunidad y ahora lo estoy perdiendo a él.

Cuando salí de esa fúnebre habitación, sentí como si una parte de mí había quedado allí.

—Quiero que me mantengan informado sobre el estado de Kao y Po—ordené a nadie en particular, mientras caminábamos de regreso a mi habitación. Las lágrimas se habían secado en el cubre bocas.

—No te preocupes, yo me haré cargo de que sepas cualquier avance o anomalía—prometió Mew.

Caminamos por el mismo lugar, regresamos en el ascensor y fuimos cuidadosos de no cruzarnos con nadie. Pero tuvimos demasiada mala suerte cuando, por accidente, en una esquina de un pasillo, nos encontramos a Pandora. La novia/amiga de Po. La fémina no andaba en sus cabales, o parecía ser que su temperamento consistía en estar a la defensiva siempre, porque al verme, me reconoció de inmediato.

—¡Tú! —intentó avanzar a mí, pero Mew se interpuso con aire amenazante—apártate de mi camino.

—¿Quién eres y por qué te acercas de esa manera? —le espetó Mew, irritado.

—¡Él es el culpable de que alguien que quiero esté casi muerto! —chilló, encolerizada. Su maquillaje estaba regado por sus mejillas y ojos. Parecía una demente.

—Tú ni si quiera me conoces—gruñí. Ya había llegado a mi límite y no estaba dispuesto a permitir que ninguna puberta me gritara—reconozco que hay parte de mi culpa en lo que sucedió, pero Po actuó por sí solo. Jamás le habría hecho daño a propósito.

—Vas a arrepentirte—espetó, furiosa y antes de que Mew pudiera bloquearle el paso hacia a mí, Pandora lo empujó y tanto a la enfermera como a Sun Hee les hizo lo mismo. Y solo bastó un segundo para que me diera una bofetada en la mejilla con bastante fuerza como para derribarme fácilmente.

Caí sentado en el suelo y en vez de sentir el dolor del golpe, sentí una horrible punzada en el brazo donde tenía suero.

—¡Hija de perra! —escuché gritar a Sun Hee y enseguida se escuchó el sonoro ruido de su puño incrustándose en la nariz de esa chica.

A continuación, hubo un caos. Resultó que Sun Hee, al defenderme, le rompió la nariz a Pandora y esta empezó a gritar de dolor y por la sangre a chorros que emanó de sus fosas nasales. Mew llamó a un médico con desesperación y la enfermera me ayudó a incorporarme.

—¡Tu brazo! —chilló Sun Hee con pánico.

La enferma y yo ahogamos una exclamación.

Mi sangre había subido por todo el conducto del suero. Parecía como si me estuvieran haciendo una trasfusión de sangre, ya que todo el recipiente del suero estaba llenándose de rojo de una manera rápida.

Comencé a marearme y entre las dos me llevaron casi corriendo a mi habitación, mientras que Mew le daba indicaciones al médico para atender a Pandora y seguirnos de inmediato.

No esperábamos encontrar a Fluke, Ohm, Perth, Title y Sammy dentro de la habitación, pero ni si quiera tuvieron tiempo de regañarme porque palidecieron al verme entrar dando traspiés y con el suero lleno de sangre. Supuse que me estaba poniendo blanco por la sangre perdida. La enfermera los echó de ahí para poder estabilizarme.

Cerré los ojos para no martirizarme. Veinte minutos después, todo quedó en orden. Me cambié, me puse el collarín y la bata de hospital. La enfermera dejó que estuviera un rato solo y al cabo de diez minutos, la puerta se abrió.

Era Mew.

—Lamento que pasara eso—señaló mi brazo magullado—no pude detener a esa chica loca.

—Me he cruzado con peores—suspiré.

—¿Estarás bien?

—Eso creo. Solo me falta ver si P'Win está bien.

—Es una lástima que esté en otro hospital, pero veré si puedo hablar con Bright para ver si podemos arreglar algunas cosas y vayas a verlo—me guiñó el ojo y sonreí.

—¿Por qué estás haciendo todo esto?

—Quiero conseguir tu perdón en nombre de Gulf. Él te ocasionó mucho daño y deseo compensártelo.

—Pero Gulf no hizo nada esta vez.

Mew se pasó una mano por el cabello, muy nervioso.

Estrechando los ojos, le pregunté: —¿Sabes algo que yo no?

—Sí—fue su respuesta—sé algo que podrá ayudarte a resolver lo del accidente.

Parpadeé.

—Dímelo—sentencié.

—Tontawan está quedándose en el departamento de Gulf. Uno que él puso en venta, pero ella se lo pidió hasta que pueda salir de la ciudad.

—¿Gulf sabía lo que ella planeaba? —me precipité.

—No tengo idea. Espero que no, porque Gulf entonces vendría a ser un cómplice con más peso en todo esto.

—¿Me darás la dirección de ese departamento? Es necesario para hacerle pagar a esa loca lo que hizo.

—Planeaba dársela a Bright.

—Dámela a mí, yo hablaré con Bright lo antes posible.

Mew me anotó la dirección en un trozo de papel que encontró dentro de sus bolsillos y me la dio. Leí la dirección y dejé escapar el aire de mis pulmones con desdén. Estaba cerca de nuestro departamento nuevo de Win y yo.

Le pedí de favor a Mew que me consiguiera un cargador para iPhone y así poder hablar con P'Bright, pero él me prestó el suyo para agilizar las cosas, gesto que le agradecí. Y mientras le llamaba, él salió de la habitación.

De todas las personas que habían venido a verme, P'New y mi mánager, sin mencionar a mi madre que aún se iba a enterar de lo que pasó, eran los que faltaban en venir a cerciorarse si yo estaba bien.

—¿Mew? —contestó Bright, tajante.

—Hola, P'Bright—carraspeé—soy Earth.

—¿Nong? —se sobresaltó y percibí culpabilidad en su voz.

—Necesito darte la dirección de donde se encuentra Tontawan escondida—fui al grano.

—Eh, lo siento si no he podido ir a verte, lo que pasa es que estoy...

—¡P'Bright! —exclamé—no te preocupes por eso, quiero que me escuches con atención, esto es importante.

—Perdón—balbuceó.

Le dicté la dirección y se la repetí varias veces para rectificar.

—Si logramos encontrarla, la policía se hará cargo de ella—dije.

—¿Cómo sabes que está ahí?

—P'Mew me lo dijo. Se enteró que Gulf le otorgó un departamento a Tontawan para esconderse.

—Esto es una mierda—maldijo Bright—¡Ahora mismo iré por ella!

—No te atrevas—espeté—te di la dirección para que se lo des a la policía y la arresten como es debido. Si vas a buscarla, lo único que conseguirás es meterte en problemas por culpa de tu impulsividad.

—¡Me hierve la sangre de solo pensar en lo que hizo! Casi te mata y dejó en muy mal estado a tres personas más, ¡Ella no merece ninguna consideración!

—¿Cómo está P'Win? —me impacienté.

Bright detuvo su vómito verbal e hizo una pausa. De pronto escuché un cambio de manos en el teléfono.

—¿P'Bright? —pregunté, temeroso; pensando en que quizá se trataba del padre de Win que se había apoderado de su teléfono.

—¿Sonrisa de Girasol?

Pero no. La voz melosa y tierna de Win surgió del otro lado de la línea, aliviando mi corazón y entrándome ganas de llorar.

—P'Win—balbuceé, presionando con fuerza el teléfono a mi oreja, tratando inútilmente de sentirlo cerca de mí.

—¿Cómo estás? —su voz sonaba cansada y débil.

—Un poco bien, ¿y tú cómo estás? Planeaba ir a verte a hurtadillas con ayuda de Mew y Bright—le informé.

—Por mí no te preocupes—jadeó de dolor—estoy mejorando. Mis padres se han anclado afuera de mi habitación y no dejan entrar a nadie, excepto a los médicos, enfermeras y a Bright. Lo único que lamento es no poder estar a tu lado.

—Tú concéntrate en mejorar, ¿sí? —susurré.

—Lo haré sí tú lo haces también.

—¿Te heriste en alguna parte? —pregunté, deseando una respuesta negativa.

—Tendré una cicatriz más en la cara—resopló—me abrí la otra ceja, pero la herida parte desde el inicio de mi cabello hasta un poco más arriba del ojo, pero estoy bien.

—Prometo ir a verte pronto...

—Amor, escucha, tengo que decirte una cosa—añadió él, esforzándose demasiado para mantener la voz en un tono alto.

—No te preocupes, tal vez mañana vaya a verte...

—No—me cortó abruptamente—escúchame bien—ordenó, casi desesperado y cerré la boca—es sobre mi hermana Beauty.

—P'Win, sé lo que pasó con ella y Fluke, pero...

—¡Ella ayudó a que Up Poompat a que pusiera las cámaras dentro de nuestro departamento! —exclamó, histérico y luego gimió de dolor. Alcancé a escuchar la voz de Bright tranquilizándolo.

—¿Qué? —entorné los ojos.

—Me lo confesó en cuanto desperté—masculló con desprecio—dice que va a declarar porque supuestamente el imbécil de Poompat y la idiota de Tontawan no le informaron bien sobre el asunto, pero no le creo. Todo fue peligrosamente planeado y me duele que haya sido parte de esa mierda. ¡Es mi hermana, maldita sea!

Estaba impactado por aquella revelación, pero me importaba más el bienestar de mi novio. Apreté los labios, escuchando la discusión entre Win y Bright.

—Lo siento, Nong—era Bright y al parecer, había salido de la habitación—está que no lo calienta ni el sol. Iré a verte enseguida, ¿de acuerdo? Necesitamos hablar urgentemente.

—De acuerdo. Le avisaré a Fluke de que vendrás para que te deje pasar.

—¿A Fluke? —se quedó confundido.

—Sí, él es el responsable de mí en el hospital. Mi mamá no sabe todavía lo que pasó.

—Ah, está bien. Ya voy para allá.

—P'Bright—dije, antes de colgar. Él esperó a que siguiera hablando—por favor, tráeme un cargador de iPhone.

Escuché una leve risita y luego colgamos.

Mi alma y corazón se habían aliviado un poco al escuchar a Win hablar. Iba a estar bien y eso me reconfortaba. Él me ayudaría a tener las fuerzas necesarias para soportar cualquier cosa.

La noticia sobre su hermana si me desconcertó, pero era de esperarse. Desde que supe cómo había tratado a Fluke, ya no tuve la menor duda de que Beauty podría participar en algún plan macabro para hacerme daño, con tal de alejar a su hermano de mí.

Tiempo después, Mew dio unos ligeros golpecitos a la puerta antes de entrar e hizo una mueca de decepción antes de hablar.

—No conseguí ningún cargador—se lamentó y le entregué su teléfono que marcaba las siete de la noche en punto.

—P'Bright me lo conseguirá—apremié con una leve sonrisa.

Mew se despidió de mí, prometiendo volver al día siguiente. Me parecía muy extraño verlo más de cinco minutos, pero era el precio de haber tenido un accidente fatal gracias a una loca.

Cuando Fluke regresó a estar conmigo, le comuniqué que Bright venía en camino para verme y saber cómo estaba.

—Eso quiere decir que Win está bien—afirmó.

—Sí, hablé un momento con él. Dice que se abrió de aquí hasta acá—deslicé mi dedo desde el nacimiento de mi cabello hasta más arriba del ojo—ahora tendrá dos cicatrices en cada ceja.

—¿Tenía cicatriz en una ceja? —Fluke frunció el ceño.

—Sí, pero a él no le gusta mucho, por eso se la maquilla—respondí, recordando cómo se miraba su linda ceja sin maquillaje.

—Estoy tranquilo de que esté bien y de que Bright venga a verte.

Me debatí un segundo en contarle o no lo que Win me había dicho y finalmente lo hice.

—Beauty ayudó a Up Poompat a colocar las cámaras en el departamento—confesé.

Fluke, que se había puesto a revisar su teléfono, volteó a verme fugazmente, y su expresión se horrorizó.

—¿Cómo lo sabes?

—P'Win me lo contó en la llamada. De solo imaginarme a su propia hermana haciendo eso, se me eriza la piel.

—Tontawan y Beauty están cortadas con la misma tijera. Están locas—gruñó Fluke—y eso debemos decírselo a la policía.

—Según, Beauty va a declarar y supongo que se hará la víctima, porque le dijo a P'Win que ella no sabía el plan de Tontawan y de Up.

—Malditas arpías.

—Otra arpía más es esa tal Pandora—le informé, estremeciéndome. Estuve a punto de contarle el suceso de su nariz rota gracias a Sun Hee, pero cerré la boca. Fluke no sabía nada de eso, así que decidí cambiar un poco la historia, dejando lo importante—ese rato se presentó en mi habitación y me abofeteó.

—¿Qué? ¿En qué momento? —se levantó del asiento, preocupado y enfadado. Sus ojos barrieron mi cara en busca de heridas.

—Ese rato, cuando P'Mew y Sun Hee estuvieron conmigo. Pero no te preocupes—reí, haciendo que Fluke me mirara como un bicho raro—Sun Hee le rompió la nariz de un puñetazo a Pandora.

Y Fluke sonrió de oreja a oreja.

—¿Dónde está Sun Hee para besarla y darle un premio a la mejor chica del mundo?

Reí.

—Solo falta que les dé su merecido a Tontawan y Beauty—dije con determinación.

—Sammy ya se apuntó. Dejémosle el trabajo a ella—repuso Fluke, risueño.

Cerca de las ocho de la noche de ese crudo viernes 14 de enero, Bright giró el pomo de la puerta sin preguntar. Fluke le envió una mirada desaprobatoria, pero a él no le importó en lo más mínimo. Amaba la determinación y firmeza de Bright Vachirawit. Era tan decidido, serio y obstinado. Saludó a Fluke con un gesto en la cabeza, haciéndole entender que necesitaba un momento a solas conmigo. Mi amigo no tuvo más que poner los ojos en blanco y salir de la habitación.

En cuanto Fluke abandonó la estancia, el semblante ensombrecido de Bright se suavizó y esbozó una sonrisa tierna antes de acercar a mí y darme un beso en la frente con cariño.

—Me alegra muchísimo que estés bien. Ayer vine a verte, pero me dijo Ohm que seguías sin reaccionar, y le pedí que me avisara sobre tu estado—gruñó, frunciendo el ceño—el muy idiota tal vez se olvidó.

—Fue mejor que te quedaras con P'Win—dije, viéndolo tomar asiento junto a la cama.

Agarró mi teléfono y de su bolsillo sacó un cargador. Sin decir una palabra, lo conectó al enchufe.

Sonreí.

—No le conté aún sobre el paradero de Tontawan a nadie—susurró en tono confidencial—planeo que se lo digamos a New y a Sak antes que a la policía.

—¿Por qué? —inquirí, dejando de sonreír. A Mew probablemente le costó conseguir aquella valiosa información.

—Ellos deben encargarse de esto—refutó su respuesta con lógica—si nos involucramos y damos esa prueba nosotros mismos, van a empezar a hacer conjeturas estúpidas en las que podríamos salir implicados.

—P'Bright, yo ya estoy hasta el cuello en este asunto—le señalé mi pecho—mírame, casi muero y tres personas que amo también. ¿No crees que es suficiente implicación? —arqueé una ceja con escepticismo.

Bright se frotó los ojos con impaciencia.

—El punto es, que la policía es muy metiche. Intentan averiguar cosas innecesarias en vez de lo que verdaderamente importa.

—Entonces busquemos a P'New y P'Sak para darles la dirección de donde se esconde ella—sentencié. Bright asintió.

—Y cambiando de tema... ¿Cómo está Noppakao y tu amigo? —se revolvió nervioso en el asiento. Me fijé que trató de no hacerme sentir mal con esa pregunta. Si yo no hubiera ido a verlos anteriormente, me habría enloquecido.

—Están muy mal ambos—contesté con tranquilidad, pero por dentro quería gritar—en especial Po; él entró en coma inducido y P'Kao sigue en terapia intensiva.

—Si necesitas algo, solo dímelo, ¿sí? —las comisuras de sus labios se inclinaron ligeramente hacia abajo y luego sonrió sin despegar los labios. Era una sonrisa conciliadora.

—Necesito que cuides de P'Win. Mañana o cuando me den de alta, pienso ir a verlo, esté donde esté. Y por cualquier cosa, me mantengas informado.

Él asintió.

Continuamos hablando largo rato, hasta que vi que la pantalla de mi teléfono encendió.

Tuve pereza en agarrarlo, así que esperé que se cargara completo.

Bright se marchó a eso de las nueve y media de la noche, dejando dicho que vendría mañana por su cargador porque su batería estaba a la mitad y moriría en cualquier momento.

Esa noche no pude conciliar el sueño. Le pedí a Fluke que se quedara alguien más conmigo y él se fuera a descansar. La verdad es que no esperaba que Mile Phakphum se ofreciera como voluntario, puesto que no le tenía confianza y tampoco Fluke. Ohm tuvo que convencerlo de que yo iba a estar bien bajo su cuidado y que al día siguiente vendrían a primera hora. Di por asumido que todos mis amigos ya se habían marchado.

—Te ves mal, pero fresco. Volviste a nacer, literal—se burló Mile.

Su mera presencia me resultaba incómoda. Era un hecho que no iba a poder dormir con su mirada acechándome muy cerca.

—Puedes ir a casa si gustas—quise manipularlo, pero su sonrisa torcida y llena de humor me dio a entender que nada de lo que yo hiciera lo haría marcharse—no entiendo por qué quieres quedarte a cuidarme.

—Lo hago porque hay alguien que quiere hablar contigo—repuso, poniéndose serio.

—¿Quién? —mi corazón dio un vuelco.

—Gulf.

—¿Por qué? ¿Qué quiere de mí? —me asusté.

—Él sabe dónde está Tontawan.

—Eso lo sé. P'Mew me lo contó ese rato.

—De todas maneras, Gulf desea hablar contigo y le dije que viniera a medianoche para ayudarlo a entrar, espero no te moleste.

—No quiero hablar con él. No me agrada—mascullé, recordando como Gulf había sido el culpable de que Mile me hiciera daño, siendo manipulado por Up Poompat y sus celos demenciales.

Había demasiados lunáticos rodeándonos y jamás nos dimos cuenta. Y todos con el mismo fin común: sacarme del camino.

—Tienes que hacerlo. No dejaré que te toque un pelo, lo prometo—añadió con arrogancia—primero le parto tu teléfono en la cabeza antes de que te haga algo.

No pude evitar reírme. Mile era un idiota. Pero se había convertido en un idiota agradable desde que decidió cambiarse de bandos.

—Eres un idiota, ¿sabías? —dije entre risas. Él también rio. Se miraba extraño riéndose y sin el ceño fruncido.

—Solo quiero que sepas que hablo en serio—replicó, señalando mi teléfono—y si no quieres que le dé una paliza con tu teléfono, no hay problema, usaré el mío.

Volví a reír.

Quizá, solo quizá... podía comenzar en confiar en él.

Era alto, robusto, atlético y sabía pelear. Claro, si estuviera todavía de parte de Gulf, tendría miedo de quedarme en esa habitación con él, pero recordé los momentos en los que él comenzó a ser parte de mi grupo de amistad. Fluke jamás iba a dejar de tener dudas sobre él.

—Depositaré mi confianza en ti, Mile. No lo arruines.

—¿Eso quiere decir que ya me consideras tu amigo? Porque cuando te vi hace unos días tumbado de gravedad en el boulevard, me di cuenta cuán importante te volviste en mi vida, Earth—dijo, desviando la mirada a sus manos—eres el primer amigo que quiero de verdad y siento que es importante y no quiero perder fácilmente, y se debe a que jamás conocí a alguien como tú. No eres rencoroso ni vengativo. Irradias paz en tus palabras, acciones y también en tu sola presencia. Eso me estimula a mejorar como persona. Ahora entiendo por qué tienes tantos amigos, personas que te aman y están dispuestas a dar todo por ti, incluso la vida.

Sus palabras me dejaron atónito. Nunca pensé que Mile Phakphum me diría cosas tan bellas. Me alegraba ver que de algo había servido en su vida.

Luego de esa confesión armoniosa, Mile se abrió más a mí en cuanto a sus sentimientos y vida personal. Anteriormente, él me había contado sobre la chica con la que estuvo alrededor de casi un año de relación y falleció en un fatídico accidente de coche en el 2016, dejándolo devastado y que, a partir de entonces, se dedicó a viajar con su mamá a muchas partes. Incluso con su abuelita, que falleció poco después.

Me sorprendió enterarme que Apo, su compañero de shipp, le confesó que tenía sentimientos románticos hacia él y que, en su momento, Mile estuvo tentado a corresponderle, pero la idea machista con la que fue criado fue mayor y lo rechazó, pero su amistad siguió intacta hasta el día de hoy; y que razón por la que se había negado a participar en otra serie BL fue exactamente para no confundir a sus compañeros de reparto y romperles el corazón.

Y justamente a las doce en punto, Mile recibió una llamada.

—En un momento bajo a recibirte—dijo él y colgó.

Lo quedé mirando con terror.

—Es Gulf. Acaba de llegar—me informó con suavidad—tranquilo, confía en mí. Voy a cuidarte, tal como lo haría Metawin, Noppakao y Santa. Mientras ellos no estén, me centraré en protegerte. Me encargaré de ti.

.

.

.

NO OLVIDEN VOTAR, COMENTAR Y COMPARTIR :3

HAY UNA TERCERA PARTE DEL FINAL, PASADO MAÑANA LA SUBIRÉ ;)

LXS AMO nwn

PD. LUEGO DE QUE TERMINE ESTE FANFIC, ESTOY PLANEANDO HACER DOS FICS MÁS, PERO COMO PROTAGONISTAS #SANTAEARTH Y #OHMEARTH(es mi shipp fantasma favorito, no se sulfuren) ewe 

PD2. Y QUIERO QUE ME AYUDEN A DECIDIR CUAL HACER PRIMERO:

#SANTAEARTH 

U

#OHMEARTH

Ayúdenme a decidir ;)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro