69🌻
El día después de la graduación llega con una mezcla de emociones. Sunghoon y Jake han despertado sabiendo que oficialmente han dejado atrás su vida escolar y que el futuro que tanto han planeado está más cerca que nunca.
Sunghoon se estira en su cama, sintiendo la calidez del sol filtrarse por la ventana. Su teléfono vibra sobre la mesa de noche y, sin siquiera mirarlo, ya sabe de quién es el mensaje.
«Buenos días, mi Hoonie. ¿Dormiste bien?»
Una sonrisa automática se dibuja en su rostro. Su Cachorrito siempre es el primero en escribirle. Sunghoon toma el teléfono y responde con rapidez.
«Buenos días, mi Cachorrito. Dormí bien, pero me hubiera gustado despertar contigo.»
Jake tarda unos segundos en responder, y Sunghoon puede imaginarlo sonriendo con timidez al otro lado de la pantalla.
«Pronto, Hoon. Muy pronto.»
Sunghoon deja el teléfono a un lado y se sienta en la cama. Sus padres les han dado el resto del fin de semana libre para que celebren a su manera antes de empezar a planear la mudanza y la universidad.
Aún falta un poco para que todo eso comience oficialmente, pero el simple hecho de saber que ya no tienen que volver a clases hace que todo se sienta más real.
Un par de horas después, ambos se encuentran en una cafetería que solían frecuentar cuando eran niños. Es un sitio pequeño, con mesas de madera y el aroma a café recién hecho impregnando el aire. Jake está sentado junto a la ventana, removiendo distraídamente su bebida con una cucharilla cuando Sunghoon entra y se sienta frente a él.
—¿En qué piensas? —Pregunta Sunghoon, apoyando el codo en la mesa y mirándolo con atención.
Jake suspira y deja la cucharilla a un lado.
—En que todo esto se siente... extraño. —Hace una pausa antes de continuar—. Pasamos tantos años en la escuela que, ahora que terminó, siento que estamos flotando en el vacío.
Sunghoon asiente, entendiendo perfectamente a qué se refiere.
—Es un cambio grande —Admite—. Pero también es el inicio de algo nuevo. Podemos verlo como el fin de una era, o como el comienzo de una aún mejor.
Jake sonríe ante su optimismo.
—Me gusta esa idea —Dice, tomando un sorbo de su bebida—. ¿Crees que nos acostumbraremos rápido?
—Nos acostumbraremos juntos —Responde Sunghoon con seguridad, estirando la mano sobre la mesa para entrelazar sus dedos con los de Jake—. Y cuando sintamos que no podemos con algo, nos apoyaremos el uno en el otro.
Jake siente que su corazón se acelera ante esas palabras. Siempre había admirado lo firme y confiado que es Sunghoon, y saber que tiene a alguien así a su lado le da la certeza de que todo estará bien.
Pasan la tarde caminando por la ciudad, visitando algunos de sus lugares favoritos y recordando anécdotas de su infancia. Había algo especial en revivir esos momentos sabiendo que, ahora, están dando un paso hacia la adultez juntos.
Al caer la noche, Jake se detiene frente a una tienda de artículos para el hogar y sonríe.
—¿Qué pasa? —Pregunta Sunghoon, siguiéndole la mirada.
—Solo pensaba que, en unos meses, estaremos comprando cosas para nuestro departamento. Vasos, platos, sábanas... Cosas que antes nunca nos preocupaban.
Sunghoon suelta una pequeña risa.
—Sí. Aunque espero que no elijamos cosas tan aburridas como las que nuestros padres compraban.
Jake lo empuja suavemente, fingiendo estar ofendido.
—A mí me gustan algunas cosas elegantes.
—Y a mí me gusta verte feliz, así que elegiremos lo que quieras.
Jake se detiene un momento, observándolo con ternura.
—¿De verdad siempre piensas en mí antes que en ti?
Sunghoon ladea la cabeza, como si la respuesta fuera obvia.
—Siempre —Afirma con una sonrisa—. Porque tú eres mi destino, Jake. Y todo lo que hagamos a partir de ahora, quiero que sea para hacernos felices.
El Omega siente un nudo en la garganta ante esas palabras. Por más que pasaran los años, Sunghoon siempre lograba sorprenderlo con la sinceridad de sus sentimientos.
El futuro podía ser incierto, pero con Sunghoon a su lado, Jake sabía que cualquier desafío valdría la pena.
Jake aprieta con suavidad la mano de Sunghoon, sintiendo cómo el calor de su piel le transmite tranquilidad.
—¿Sabes? —Dice en un susurro—. A veces me pregunto cómo habría sido todo si no fuéramos destinados.
Sunghoon lo mira con curiosidad, sin soltar su mano.
—¿A qué te refieres?
Jake se encoge de hombros, desviando la mirada hacia la tienda iluminada frente a ellos.
—Si no hubiéramos sentido esa conexión desde niños, ¿nos habríamos enamorado igual?
Sunghoon se toma un momento para responder, queriendo encontrar las palabras adecuadas.
—Creo que sí —Dice finalmente—. Porque más allá del lazo que compartimos, eres la persona más increíble que he conocido. No es solo por el destino, Jake. Te amo porque eres tú.
El Omega siente que su pecho se llena de algo cálido y reconfortante. Se inclina ligeramente hacia Sunghoon, apoyando su frente contra su hombro.
—Eres lo mejor que me ha pasado, Hoonie.
Sunghoon sonríe y deja un beso en la coronilla de Jake antes de abrazarlo con fuerza.
—Y apenas estamos comenzando.
Mis niños... Oficialmente son jovenes adultos 😭
Gracias por leer la historia ❤️🌻
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