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Con las conversaciones familiares ya superadas, y un paso más cerca de la independencia, Sunghoon y Jaeyoon se encuentran en una etapa de calma, pero también de introspección.
Ahora que ambos tienen el apoyo de sus padres, queda en sus manos definir cómo será su vida juntos.
Una tarde, Sunghoon y Jaeyoon deciden hacer algo diferente y aprovechan para visitar un pequeño café en el centro de la ciudad, lejos de los lugares que solían frecuentar.
Se sientan junto a una ventana con vistas a una calle tranquila, mientras el sonido del café burbujeando y el murmullo de otros clientes crea una atmósfera relajante.
—¿Te has dado cuenta de que, a pesar de todos nuestros planes, apenas hemos tenido tiempo para detenernos y disfrutar el momento? —Pregunta Jaeyoon, con una sonrisa ligera.
Sunghoon asiente, observándolo con una expresión suave.
—Es verdad. Nos hemos enfocado tanto en todo lo que queremos lograr y en lo que necesitamos hacer que, por momentos, olvidamos vivir aquí y ahora.
Jaeyoon mira a su alrededor, notando los detalles del lugar: las plantas colgantes, el aroma a café tostado, la luz que se filtra suavemente a través de las ventanas.
Le gusta la idea de tener un espacio propio donde puedan disfrutar de momentos tranquilos como este.
—¿Te imaginas si tuviéramos un lugar así, solo para nosotros? —Murmura Jaeyoon—. No tiene que ser perfecto, solo un lugar donde podamos construir algo juntos.
Sunghoon sonríe, tomando la mano de Jaeyoon sobre la mesa.
—Claro que lo imagino. Y estoy seguro de que, con el tiempo, haremos de cualquier lugar algo especial. No necesitamos mucho para ser felices, solo tenernos el uno al otro y el deseo de hacerlo realidad.
Después de un rato de conversación, Jaeyoon decide cambiar de tema, notando que Sunghoon parece llevar una carga invisible en su semblante.
—Mi Hoonie, he notado que últimamente has estado pensativo. ¿Hay algo que te preocupe? —Pregunta suavemente, queriendo comprender mejor los sentimientos de su destinado.
Sunghoon suspira, mirando hacia la ventana por un momento antes de responder.
—Es solo... he estado pensando en lo que significa para nosotros ser destinados, en el peso que conlleva. Es algo hermoso, sí, pero también hay una responsabilidad que no siempre es fácil de manejar. Quiero estar a la altura de lo que somos, de lo que tú mereces.
Jaeyoon toma la mano de Sunghoon entre las suyas, mirándolo con una mezcla de ternura y determinación.
—Sunghoon, no tienes que ser perfecto. No espero que lo seas. Solo quiero que sepas que estoy aquí contigo, que lo que sea que enfrentemos, lo haremos juntos. Ser destinados no significa ser infalibles; significa que aprendemos y crecemos juntos, incluso en los momentos difíciles.
Las palabras de Jaeyoon parecen aliviar parte de la carga que Sunghoon siente. Ambos saben que el camino que les espera no será sencillo, pero también tienen la certeza de que, mientras se apoyen mutuamente, no habrá obstáculo imposible de superar.
Sunghoon siente un calor en el pecho al escuchar las palabras de su Cachorrito, como si esa mezcla de consuelo y sinceridad fuese justo lo que necesita en ese momento.
No es fácil admitir sus inseguridades, pero Jaeyoon siempre logra calmar sus tormentas internas con una serenidad que le recuerda por qué están destinados a estar juntos.
—Gracias, mi Cachorrito. —Sunghoon aprieta suavemente las manos de su pareja—. Creo que a veces me exijo tanto porque quiero darte lo mejor, quiero que sientas que tomaste la decisión correcta al querer construir una vida conmigo. No quiero fallarte.
Jaeyoon le dedica una sonrisa cálida, su mirada suave y llena de comprensión.
—No tienes que ser alguien más, mi alfita. Para mí, ya eres suficiente. Te amo tal como eres, con cada parte de ti. Y cuando decides confiar en mí y mostrarme tus miedos, también estás construyendo algo especial para nosotros. Eso es lo que realmente importa.
Sunghoon siente que las palabras de Jaeyoon calan hondo, ayudándolo a soltar un poco de la presión que él mismo se había impuesto.
Habían hablado antes sobre la idea de la perfección, pero escuchar nuevamente de su pareja que sus fallas no eran algo que se interpusiera en su amor le da una paz renovada.
Luego de un rato, ambos salen del café y caminan por el parque cercano, hablando de sueños y del futuro.
Imaginan cómo será su vida una vez que termine la secundaria y puedan mudarse juntos. Los momentos compartidos con las hojas de otoño cayendo a su alrededor y el aire fresco de la tarde son simples, pero para ellos, esos pequeños instantes don todo lo que necesitan para sentirse completos.
—¿Sabes? —Dice Sunghoon, deteniéndose junto a un banco en el parque y mirando a Jaeyoon—. Siempre había imaginado que tener un destinado sería algo abrumador, como un peso en los hombros. Pero contigo... contigo siento que simplemente estoy donde debo estar.
Jaeyoon lo mira con esa misma mirada tranquila que le hace sentirse seguro.
—Porque en realidad no se trata de soportar un peso —responde Jaeyoon—. Ser destinados significa que encontramos en el otro nuestro refugio, ese lugar donde, incluso con nuestros miedos e inseguridades, estamos en paz. Por eso la Diosa Luna nos unió, mi Hoonie. Porque sabía que juntos encontraríamos nuestro lugar en el mundo.
Gracias por leer la historia ❤️
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