El pequeño cachorrito de procedencia australiana resuelve las sumas y restas que su profesor le asignó en el pizarrón como si fueran los problemas más sencillos de resolver, Jimin está satisfecho con su desempeño, sus compañeritos lo miran con asombro sin poder entender la facilidad y tranquilidad con las que el pequeño Sim Jaeyoon resuelve cada uno de los ejercicios que le se asignaron; a decir verdad, el cachorrito incluso se ve feliz y emocionado de poder resolverlos.

–Excelente Jaeyoonie, puedes tomar asiento–

Sunghoon lo sigue con la mirada y puede notar que sus compañeritos hacen lo mismo; esta situación no es del agrado del cachorrito que tiene pequeños lunares en la nariz, siente que su pancita suena debido a su molestia y sin darse cuenta hace un puchero desviando la mirada.

"¿Por qué se quedan mirando a Jaeyoonie? Sólo yo puedo hacerlo, Jaeyoonie es el hijo del amigo de mi papá, sólo yo puedo ser su amiguito, mi papá me pidió ese favor ...
Jaeyoonie será mi cachorrito" ...

–Sunghoonie–

Una dulce y tímida voz lo despierta de su ensoñación y a la vez, lo tranquiliza de su molestia.

–Sunghoonie, el profesor Chimin te pide que resuelvas los ejercicios del pizarrón–

Observa el sonrojado rostro de Jaeyoon y le regala una dulce sonrisa, "Chimin que lindo pronuncia el nombre del profesor" –Gracias Jaeyoonie– le responde y se dirige al pizarrón extrañamente contento ...

"Jaeyoonie se pone rojito cuando me habla"

Piensa emocionado mientras se dispone a resolver las sumas y restas que le asignaron.

Sunghoon se concentra al máximo y resuelve confiado los ejercicios, sonríe de lado al saber que no ha cometido ningún error, busca ansioso con la mirada esos ojos marrones que se parecen a los de un un pequeño perrito y que emanan una dulzura que jamás había sentido, cuando los encuentra fijos en él, sonríe orgulloso levantando una cejita... 

–¡Muy bien Sunghoonie!– exclama su profesor, –Puedes tomar asiento–

Jimin se sorprende, el pequeño cachorrito suele ponerse nervioso cuando tiene que resolver frente a todos las sumas y restas; pero, esta vez las ha resuelto con extrema confianza y sin cometer errores, "Supongo que sólo necesitaba motivación", piensa sonriendo al notar las miradas cómplices entre dos específicos alumnos a su cargo.

Las primeras horas de su día de clases pasan tranquilas, todos los cachorritos de primer grado de primaria han resuelto los ejercicios que les han asignado, algunos con mayor facilidad y otros con algunas dificultades que el profesor Park Jimin considera algo normal, los pequeños necesitan habituarse y ganar confianza, es parte de un proceso natural de aprendizaje a su tierna edad, poco a poco reforzarán conocimientos y los resolverán con lógica y naturalidad.

Unos segundos los separan del receso, su profesor empieza a repartirles las luncheras que sus padres y madres omegas les han enviado con su merienda, Sunghoon se emociona porque finalmente podrá hablar a gusto con su nuevo compañerito de clase, el timbre del receso se escucha y los cachorritos de primer grado se levantan de sus asientos dispuestos a disfrutar de su tiempo de descanso.

–Jaeyo...–

Antes de que Sunghoon pueda llamar la atención del cachorrito de procedencia australiana es interrumpido por su profesor.

–Sunghoonie por favor ayúdame llevando la lista de asistencia a la dirección, se la entregas a la Señora Lee de mi parte por favor, debo atender una llamada–

Sunghoon asiente sin poder oponerse, su padre omega  Jinyoung le enseñó que no es correcto desobedecer a su profesor, observa cómo sus compañeritos rodean a Jaeyoon y lo acompañan al jardín, su pancita vuelve a sonar ante la molestia que ésta situación le genera; sin dudarlo, corre desesperado a la dirección para dejar la lista de asistencia de su salón.

–¿Y qué comen en Australia?, ¿Tus papitos son australianos?, ¿Naciste en Corea del Sur?, ¿Te gusta Seúl?, ¿Lloraste al dejar Australia?, ¿Lloraste al entrar a clases?–

Jaeyoon se pone nervioso al escuchar tantas preguntas atravesadas, la idea de quedarse solito no parece mala en este momento, son muchos rostros y muchas voces las que conmocionan al pequeño cachorrito que no encuentra el momento perfecto para empezar a responder las dudas de sus inocentes pero demandantes e impacientes interrogadores.

–Y-o...–

–¿Y te quedarás en el país o retornarás a Australia?–

Antes de poder emitir palabra alguna, es nuevamente interrumpido con otra pregunta; por reflejo, Jaeyoon empieza a abrir y cerrar la manito como si estuviera tratando de sostener algo que lo contenga, ese algo se convierte en alguien cuando el pequeño Park Sunghoon llega tal cual hidalgo caballero medieval a su rescate y sin dudarlo lo toma de la manito.

Sus deditos se entrelazan y se amoldan a la perfección, ambos pequeños sienten paz y tranquilidad estando juntos.

–Estoy seguro de que Jaeyoonie se quedará mucho tiempo en nuestro país– les dice Sunghoon tratando de calmar las dudas de sus compañeritos.

–Tengo hambre mi pancita suena, vamos a comer juntos Jaeyoonie–

El pequeño cachorrito asienta con una dulce sonrisa y es guiado por Sunghoon a una mesa para dos.

–¿Quieres compartir merienda Jaeyoonie?–

-Sí, si quiero Sunghoonie–

Ambos sonríen y dividen a la mitad la comida que les enviaron sus padres omegas, disfrutan de su merienda en un silencio cómodo y necesario luego del desgastante interrogatorio de unos minutos atrás, sin dejar de compartir miradas y sonrisas cómplices que hacen que ambos disfruten aún más del reconfortante momento.

–Hoy conocí a tu papá alfa– Sunghoon le dice orgulloso.

–¿A mi papi Taehyung?– le pregunta Jaeyoon ladeando la cabecita.

–Sí, tu papi Taehyung es amigo de mi papá Jackson– el cachorrito australiano abre los ojos como platos ante la sorpresa.

–¿Eso quiere decir que podemos ser amiguitos Sunghoonie? Dí que sí por favor–

Jaeyoon le suplica mirándolo con ojos de cachorrito regañado logrando robar unas risitas al más alto.

–¡Sí, si podemos ser amiguitos Jaeyoonie!–

Sunghoon chilla de emoción dándole una gran mordida al sandwich de jamón y queso que Jaeyoon compartió con él.

–Por ahora podemos ser amiguitos Jaeyoonie, pero yo quiero que seas mi cachorrito–

Sunghoon siente cómo sus mejillas empiezan a arder por la vergüenza y sorpresa ante lo que acaba de decir, el pequeño no logra entender porqué su boquita se permitió decir lo que su cabecita piensa y su corazoncito anhela...

🌻🥰❤️Hola besties, muchas gracias por leer la historia, espero que la estén disfrutando, que tengan un lindo fin de semana, hasta el próximo viernes.