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vol. 6

Cansado. Sí adoraba cada vez que los fines de semana se aproximaban, era más que nada porque podía darse un merecido descanso, fuera de los deberes escolares y pesadas clases de Geografía que solo le atormentaban más y más; pero justo esos dos días de descanso, habían logrado lo contrario.

A pesar de haber terminado sus tareas el Sábado por la tarde, mientras cuidaba de YunJin, su mente no descansaba sí no podía hacer algo más productivo.

Así que esa mañana del Lunes se encontraba cansado, con ojeras pronunciadas, con sus cabellos castaños sin peinar y sus ojos verdes sin ninguna chispa. Aunque claro, un ramo de girasoles hechas de papel aferrado al agarre en su puño.

—¿Me haz traído girasoles? — preguntó un extraño peliazul llegando por su lado —. Eres muy amable, HyunJin.

—No son para ti — murmuró el castaño, alejando aquella docena de flores lejos del tipo a su lado.

—Sí quieres un ramo de girasoles, procura entrar en alguien como Felix lo hizo con HyunJin — espetó Chan, tratando de contener las risas que amenazaban por salir al ver la expresión del menor frente a él.

—¿Te gusta Lee Felix de la clase de Diseño? — preguntó el chiquillo, empujando a su amigo con diversión —. ¡No puedo creerlo!

—¡JeongIn, cállate! — exclamó con total fastidio —. No grites así, no he dormido bien y me duele la cabeza. Haz silencio.

El peliazul le miró antes de reír :—Haz silencio — le imitó —, ¿En serio?, ¿Qué adolescente en su sano juicio dice "Haz silencio"?, y mira que yo creía que Chan era el anciano de los tres.

El mayor le miró con una mueca :—JeongIn, sólo soy mayor que tú por dos años.

—Lo sé, y en esos dos años estás más cerca para morir — murmuró el menor, haciéndose el desentendido mientras miraba sus uñas —. ¿Entonces qué?, ¿Te gusta Felix?

Quiso negar, pero fue demasiado tarde en cuanto la figura de un rubio de ojos azules se presentaba en los casilleros continuos, seguidos de sus mejores amigos, cómo siempre acostumbraba.

—¿HyunJin? — preguntó el peliazul, girando su cabeza para ver por detrás a aquel trío —. Oh.

—No te quedes como bobo, JeongIn te ha preguntado algo — mencionó Chan, sacudiendo un poco a su mejor amigo —, ¿HyunJin?

—¡Vamos con ellos! — expresó el menor, tomando a sus amigos de las manos justo para dirigirse hacia aquellos tres.

—¿Qué mierda haces, JeongIn? — preguntó el pelirrojo, evitando hacerse ante el fuerte agarre que sostenía su muñeca.

—Iremos con SeungMin y SeungYeon — explicó cómo si fuera lo más obvio del mundo —. Te van a agradar, Chan, la vez pasada me ayudaron con una tarea que no entendía de Filosofía.

—Es bueno, así logras que Chan se acerque a uno de esos gemelos que le llama la atención — soltó el ojiverde, recibiendo un golpe en su hombro por parte de su amigo.

—¿Te gusta uno de ellos? — preguntó el peliazul, parando su paso justo para ver de mejor forma a su amigo —, ¿En serio?

—¡Sólo dije que me parece lindo! — se excusó con un falso puchero —. ¿Hay algo malo en eso?

JeongIn le miró fijamente, intentando que ninguna lágrima apareciera por sus mejillas.

—N-No creo — balbuceó, aflojando un poco más su agarre —. Es decir, SeungYeon es encantador pero...

—Te gusta SeungYeon — firmó HyunJin, soltándose de su agarre —. Y a Chan le gusta SeungMin, no veo por qué tanto escándalo.

El par bicolor se miraron entre sí, aún estando en la burbuja incómoda que los había rodeado.

—¿Cómo sabes quién es quién? — cuestionó el pelirrojo —. La vez pasada dijiste que no sabías quienes eran.

—Me los encontré en la biblioteca el Viernes — se encogió de hombros —. Estuve soportando una conversación de media hora, explicándome por qué son diferentes. SeungMin aclara que es un poco más alto que SeungYeon, además que tiene más lunares que él, mientras SeungYeon dice que también pueden reconocerlos por el piercing en su oreja, ya que SeungMin no lleva — suspiró, para ver fijamente al peliazul —; Tú ibas en dirección al de piercing y fleco que es SeungYeon, mientras que Chan — miró al joven de cabellos rojos —, la otra vez miraste al tipo alto y de frente descubierta, él es SeungMin.

—No respondes sí te gusta Felix o no, pero ubicas a sus amigos, ¿es una trampa acaso? — el tono de voz de JeongIn se coló en sus oídos, curioso nuevamente.

—¡Dejemos de hablar de esto! — gimió —. Sólo me los encontré por casualidad, nada más.

—Raro — canturreó el peliazul, antes de tomar nuevamente el agarre de manos con sus amigos —. Bueno, vamos con los chicos.

A pasos arrastrados, fue que lograron acercarse al tercio que hablaba animadamente.

—¡Hola! — saludó el de ojos sonrientes, eufórico ante los chicos frente a él —. Hola, Yeon.

El aludido esbozó una tierna sonrisa en cuanto miró las mejillas coloradas del menor, pensando en que era realmente tierno.

—Hola, Yeni — saludó divertido —, hola, HyunJin.

El castaño miró por fin al chico castaño frente a él, pues estaba tan absorto en sus pensamientos que no prestaba atención a lo que sucedía en su alrededor.

—Hola, SeungYeon — contestó —. Hola, Felix.

El rubio simplemente respondió a su saludo con un movimiento de cabeza, pues parecía algo ocupado arreglando algo dentro de su casillero.

—¡Al fin me reconoces! — chilló SeungYeon, jalando fuertemente del cuerpo de su hermano —. Te dije Minnie, HyunJin no era tan estúpido cómo para confundirnos otra vez.

El de ojos verdes solo se limitó en crear una mueca, pues no era sorpresa para todos, que en realidad se había pasado todo el fin de semana recordando las cualidades que distinguieran al par de hermanos.

—He de admitir que me sorprendiste, HyunJin — murmuró SeungMin, con una tierna sonrisa ladina asomándose por su rostro —. Yeon y yo iremos por unas bebidas a la máquina expendedora, ¿Gustan algo?

HyunJin rodó los ojos en cuanto los dos pares de orbes de sus amigos se posaron en su figura.

—Podemos acompañarlos — alentó el de cabellos azules, mientras tomaba a su mayor de la mano —. Chan y yo estaremos sedientos después de un rato, pues nos espera una larga jornada de prácticas de informática, ¿No es así?

El pelirrojo desvío la vista del castaño más alto, pues este lo había captado mirándole desde que habían llegado.

—Sí, así es.

—Bueno — SeungYeon se encogió de hombros restándole importancia —. ¿Tú quieres algo, Lixie?

El ojiazul negó, mientras les daba la señal para que se apresuraran en ir, pues quedaba casi nada para que las clases comenzaran aquel día.

—Bien, ahora volvemos.

SeungMin expresó ante la positiva de su amigo, quedándose por detrás de los tres que hablaban animadamente, cómo si llevaran mucho tiempo conociéndose.

—¿Vas a tomar el almuerzo con nosotros? —  cuestionó Felix, llamando por completo la atención del castaño a su lado, pues que no causara nada de sonido, le parecía raro.

—¿Uh? — soltó, cayendo en cuenta que el rubio le hablaba, pues su ceño fruncido confirmaba su suposición —. Perdón, no te escuché.

Felix rodó los ojos con diversión :—Te estoy invitando a pasar el almuerzo con nosotros, chico girasol.

HyunJin enarcó la ceja, mirando como el contrario solo se encogía de hombros, cómo sí lo que había dicho no pudiera tener efecto en el pecho del contrario.

—Me encantaría — fue capaz de responder, no sin antes, sentir un calambre en su brazo.

—¿Estás bien? — le cuestionó el rubio, mirando por detrás de su espalda.

—¡Soy un tonto! — exclamó con desaprobación, mientras dejaba a la vista el ramo que cargaba consigo desde aquella mañana —. Hice esto para ti. Sé que nunca te pregunté cuáles eran tus flores favoritas, pero sí no te gustan los girasoles, podría hacer otro ramo de flores que si te gusten...

—Me gustan — acortó el rubio, ya un poco acostumbrado a la habladuría que pronunciaba HyunJin cada vez que se ponía nervioso —. Ya sabes, son especiales para mí, desde que cierto chico me dijo que yo le recordaba a esas flores.

HyunJin bajó la mirada tras sentirse apenado, mientras extendía el ramo de papel justo para que el ojiazul pudiera tomarlas.

Después de unos momentos en silencio, HyunJin pudo alzar la mirada después de sentir que sus mejillas no estuvieran más calientes, la sorpresa atravesando su cuerpo cuando le miró acariciar con suavidad cada flor, cómo si fueran de verdad.

—¿Por qué tienes tanto interés en mí, HyunJin? — preguntó Felix, llamando la atención del castaño, después de darse cuenta de su intensa mirada verdosa sobre él.

—¿Eh?

—Sabes a lo que me refiero — le miró amenazante —. Es decir, no me molesta que me des estos detalles, me parece muy lindo incluso, ya que nadie había hecho algo por mi — replicó con una tierna sonrisa, clavando sus potentes ojos oceánicos sobre él —; pero me parece curioso, ¿Por qué tienes interés en darme esto?

HyunJin tragó fuertemente al momento que se le presentó el cuestionamiento, pues no sabía perfectamente qué decir.

Desde el momento en el que conoció a Felix, había visto una chispa de esperanza derrochar de su cuerpo, cómo sí su simple presencia fuera el motivo para seguir viviendo, ya que nunca había mentido cuando pretendió dar a entender que era como un girasol.

Felix era el girasol más lindo y especial de todos.

Pero, ¿Cómo se lo iba a decir?

—Quiero tener una cita contigo, Felix — soltó, después de analizar las palabras mínimo cinco veces dentro de su mente.

—¿Qué?

Sintió su cuerpo desfallecer en cuanto sus ojos crearon una extraña mezcla de energía verdosa olor a limón con una potente fragancia de moras azules.

—Quiero conocerte más — susurró, intentando no bajar la mirada ante aquellos ojos felinos que le miraban esperando alguna mala jugada de su parte —. Desde la primera vez que te vi, me pareciste muy interesante y quisiera conocer más de ti, claro, sólo si me lo permites.

—Estoy enfermo — respondió el chico cortante, mientras terminaba el contacto visual con ese par de bellezas esmeralda —. No soy interesante, y no tienes nada que conocer de mí, a menos que quieras estudiar una lista de los aparatos que uso y sus costos.

HyunJin iba a hablar, en el momento que sintió que el ramo de girasoles le era pegado contra el pecho.

—Felix...

—No quiero que me des nada, es suficiente, Hwang.

El chico soltó el ramo una vez se asegurara que el de ojos verdosos sostenía un agarre contra ellos, sin decir algo más, tomó de su tanque de oxígeno para caminar lejos de la multitud que había en los pasillos.

Dejando a HyunJin sosteniendo el ramo de girasoles de papel, que le había devuelto junto con su corazón.

Una vez que llegó a su habitación, dejó caer todas las lágrimas que había reprimido desde horas atrás.

Su rostro hacía contra su almohada, intentando buscar algo de confort ahí.

Sollozó fuertemente en cuanto sintió su celular vibrar en su bolsillo, dictando los nombres de sus mejores amigos, que preguntaban el por qué se había ido tan rápido.

Cerró sus ojos con fuerza una vez más, sintiendo el vivo dolor en su pecho una vez más.

—Lix, ¿Te encuentras bien? — escuchó la voz de su padre, tras estar atento a los golpes que pronunciaba en la puerta.

Calló sus sollozos, justo para dejar que el silencio respondiera por él.

—Lix....— se repitieron las mismas palabras en su mente —, ¿Pasa algo?, Sí quieres espacio, está bien, sólo necesito saber sí todo está en orden, ni siquiera noté cuando llegaste.

—Quiero estar solo — logró pronunciar.

Escuchó un resoplido del otro lado de la puerta :—Está bien, cariño, recuerda que estaré abajo por cualquier cosa que necesites. Te amo, campeón.

Dejó sus lágrimas salir, una vez que estuviera seguro que los pasos de su padre ya no estuvieran cerca.

Sabía que sí lloraba demasiado, podía tener un grave ataque de tos, pero simplemente no podía calmarse, no cuando el dolor en su pecho se intensificaba cada vez más.

Aún podía recordar los ojos tristes de HyunJin en cuanto pronunció aquel par de palabras filosas, retrocediendo el camino que habían comenzado a caminar juntos.

No pudo evitar que más lágrimas cayeran de sus bellos ojos azulados, pues los recuerdos de aquella mañana se producían cómo ráfagas de viento, dentro de su cabeza.

Pero, ¿Cómo podía ser amable?, Las únicas personas que habían estado con él durante tanto tiempo, habían sido SeungMin y SeungYeon, a los cuales podía llamar amigos de verdad.

No podía dejar que alguien más llegara a su vida, jugando a ser buena persona, para que al final todo resultara cómo tanto se acostumbraba; a ser un objeto de burla, que todos se aprovechaban para hacer de su vida una miserable.

"HyunJin no es así"

Negó en cuanto aquella vocecilla en su mente pronunció, pues no podía creer que unos ojos tan amorosos, una sonrisa tan genuina y un cuerpo que hablaba de más con su lenguaje corporal, resultara ser alguien tan malo por dentro.

Cerró sus ojos nuevamente, pues sí HyunJin resultaba no ser tan malo, cómo tanto había acostumbrado a las personas, tampoco podía dejarlo entrar cuando sabía perfectamente su futuro.

"De verdad no era mi intención casi morir, lo juro".

La risa de HyunJin se coló en sus oídos ante el hermoso recuerdo, aquella tarde en donde se había desmayado y el castaño actuó como el héroe que tanto había soñado de pequeño.

Sus mejillas volvieron a llenarse de una cascada de lágrimas, aún con su mente en otro lado y sus ojos sin intención de mirar algo más, que no fuera la oscuridad de sus pensamientos.

Sin pensarlo, cayó dormido en medio de la nada, esperando que al despertar, no fuera más aquel chico débil, frágil y que todos conocían. Él quería ser normal por primera vez en su vida.

( 🌻 )

la verdad es que llevaba dos semanas queriendo actualizar, pero justamente estoy en mi penúltimo semestre y la mayoría de la semana me la paso enfocada en mis tareas y estudios, por lo mismo que no había tenido tiempo de actualizar ://

igualmente estaré intentando actualizar un poco más seguido, ya que para mí plasmar historias que les gusten, es mi mayor satisfacción.

espero les esté gustando la historia, ¡gracias por leer!

— len.

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