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vol. 16

YeJi se caracterizaba cómo una mujer dulce que siempre estaba dedicada a su familia. Pasar las tardes jugando con su hija era uno de sus pasatiempos favoritos como madre. Era una esposa ejemplar, siempre estando al tanto de su mujer y lo que ella necesitaba. Al igual que era una maravillosa hermana e hija, apoyando con cualquier cosa que su padre necesitara y un monto de dinero para que HyunJin pudiera seguir estudiando en la Universidad.

Este era otro día donde ella parecía ser la mujer más amorosa del planeta con su hermano menor.

HyunJin se quejaba en el asiento del copiloto mientras veía sus nudillos lastimados siendo envueltos por una venda que su misma hermana le había puesto. Sus mejillas de pinceladas carmesí, cómo sí fuera un vivo retrato de su sobrina en épocas de frío.

El chico miraba sus dedos bastante avergonzado, aún sintiendo dolor en su frente rojiza dónde había un pequeño parche que aliviara su dolor.

YeJi no dejaba de canturrear mientras YunJin parecía ajena a los dos, tarareando una canción feliz mientras miraba por la ventana del auto en los asientos de atrás.

—Déjame ver sí entendí — la mujer habló en un tono dulce y con una sonrisa socarrona pegada a sus labios. Miró de reojo a su hermano, evitando ser tan trasparente —, Felix te llamó esta mañana, te invitó a una cita, te emocionaste, saltaste a la cama donde tenías tus libros y finalmente te golpeaste en la frente, ¿Correcto?

HyunJin hizo un mohín, entre avergonzado y molesto.

—Correcto.

—Eres tan tierno — el adolescente frunció los labios y resopló, YeJi al ver el gesto simplemente volvió a sonreír aún conduciendo —. El amor adolescente es tan bonito. Aunque eres muy tímido. Deberías tener iniciativa con Felix y pedirle que sea tu novio.

Los dos mayores quedaron en silencio cuando el sonido de sorpresa de YunJin interrumpió su plática. La niña los veía a los dos, sus ojitos abiertos y su boquita formaba una perfecta "O".

—¿El príncipe Felix será tu novio, Tío HyunJin? — el aludido giró su cabeza para ver a su sobrina, que le veía bastante encantada desde los asientos traseros.

—Hwang YunJin, no es bueno que te metas en las conversaciones adultas, cielo.

—No, YeJi, déjala — HyunJin le guiñó un ojo a la niña antes de incorporarse nuevamente en su asiento —. Y Jinni... Tal vez pronto le pediré que sea mi novio.

—Tienes que hacerlo pronto, porque sí después alguien más llega a la vida de Felix, te podrás arrepentir. Felix es un Sol.

—Un girasol, mami.

YeJi miró a su hija por el espejo retrovisor. HyunJin se sentía bastante avergonzado ante las palabras de su sobrina, se sintió pequeño en su asiento tan pronto se percató de la mirada pesada de su hermana en él.

—¿Un girasol?, ¿De qué hablas, mi niña? — la mujer aprovechó ver un semáforo para poder prestarle mejor atención a su hija.

—El príncipe Felix no es un Sol, es un Girasol — YunJin habló con tanta seriedad, que su madre no pudo ver alguna pizca de broma en sus ojos —. Mami, mi tío me dijo que Felix era como un Girasol. Su cabello amarillo es del mismo color que los pétalos del Girasol.

YeJi abrió la boca y la cerró enseguida, dejando a su hija hablar aún evitando querer decir que Felix cómo tal, no tenía el cabello amarillo. Sin embargo, no quería interrumpirla.

—Sus ojos son del mismo color que el cielo. Y aunque no parezca, ¡Es una combinación con mi Tío HyunJin! — YunJin exclamó bastante emocionada, aún cuando el auto se había puesto en marcha una vez más —. El Tío HyunJin es el Sol, su hogar es el cielo, como los ojos de príncipe Felix. ¡Y él me dijo que ambos eran un Girasol y el Sol!

Los dos mayores seguían escuchando a la niña, quién después de mucho rato, había comenzado a perderse de su plática actual y sus labios balbuceaban palabras que para ninguno de los dos era entendible. Ni siquiera su explicación anterior.

—Princesa, no entiendo, habla más despacio y te entenderé perfectamente. ¿Qué dijo Felix sobre tu tío?

HyunJin ocultó su rostro colorado, dejando que YunJin hablara una vez más, pero con un semblante de molestia pura, por no haber sido entendida ni por su madre ni por su tío.

—Felix me contó que los Girasoles crecían más rápido y se volvían más fuertes con la luz del Sol. También me dijo que los Girasoles tenían algo dentro de sus tallos que hacían girarse siempre en dirección del Sol. Y que como los Girasoles se giraban para ver al Sol, él se giraba para ver a mi Tío HyunJin.

YeJi comenzó a reír con ternura al ver qué de pronto HyunJin había vuelto a quedarse callado. Sabiendo que hacía eso cada vez que se avergonzaba.

—Tienes razón, corazón. Felix es un Girasol.

Después de un largo y caluroso viaje en auto, HyunJin finalmente se encontraba en su punto de encuentro con Felix.

La plaza del centro de la ciudad.

YeJi se despidió de él con un abrazo y varias risitas después de decirle su ya conocido "Nos vemos después, ojitos de Limón" con su característica sonrisa.

Después de todo lo que dijo YunJin, sentía todo dentro de sí moverse, pero aún así caminó hacia donde pudo divisar al rubio que alargaba su brazo, indicándole dónde estaba.

Dió varios pasos, ignorando sus cabellos danzando con el viento, su cámara fotográfica colgada pegando contra su cadera y sus manos sudando excesivamente.

—Hola, ojitos.

Felix sonrió ante el apodo que HyunJin había pensado para él.

—Hola, Hyun, ¿Estás bien?

HyunJin se encogió de hombros, intentando que sus nervios se fueran de su cuerpo. Fallando al instante cuando vio al pecoso tan cerca de él, revisando el parche que tenía en su frente, aumentando más su timidez de ese momento.

Felix se veía tan espectacular en aquella tarde de verano que quería quedarse viviendo ahí por siempre, con Felix sonriéndole gigante, sus ropas blancas brillando con el Sol y esos ojos celestes mirándole cómo sí pudiera ver su propio reflejo en ellos.

Felix era tan bonito que dolía no poder llamarlo suyo todavía.

—Estoy bien — murmuró en un tono de voz bajo, sabiendo que últimamente se comportaba así, bastante torpe por tener tanta belleza frente a él —. Pero estaría mejor sí mi padre me hubiera avisado que te irías de la casa de YeJi esta mañana.

El rubio se rió escandalosamente tan pronto le escucho hablar, sus mejillas sonrojadas y su bonita sonrisa saliendo a relucir.

—Perdona por reírme pero es que — Felix inhaló y exhaló varias veces, regulando su respiración, con su mano sosteniendo fuertemente su tanque de oxígeno —; yo le comenté a tu hermana que debería despertarte para yo poder despedirme de ti. YeJi dijo que tú despertabas muy tarde y bueno, tu padre dijo lo mismo. Además que mi mamá ya se encontraba fuera de la casa esperando por mí. Lo importante Hyun, es que ahora estamos tú y yo aquí. Y sí te pones a pensar, esta sería nuestra sexta cita.

HyunJin miró de reojo a Felix, este sonreía bastante alegre a pesar de lucir un poco cansado, seguía siendo el hombre más hermoso que sus ojos hayan visto.

—¿Nuestra sexta cita?

—Sí, Hyun, ¿Por qué no piensas? — el pecoso se apresuró en quedar al lado de HyunJin y entrelazar sus manos —. Nuestra primera cita fue cuando el malentendido que tuvimos, y dónde me hiciste una pintura, ¿Lo recuerdas?, La segunda fue después de clases donde me acompañaste a mi casa, me diste mi pintura y me confesaste por primera vez que gustabas de mí. Esa vez también fue nuestro primer beso.

HyunJin recontaba cada situación en su mente, quedando absorto en sus pensamientos y al mismo tiempo enganchado en las expresiones que hacía su príncipe cada que hablaba.

—La tercera — prosiguió —; el malentendido con SooBin, esa noche me acompañaste a casa, dormimos en mi habitación y conociste a mis padres por primera vez. Me abrazaste y me besaste toda la noche. La cuarta fue cuando cenamos en mi casa, aunque también estaban Yeon y Min. La quinta fue ayer, en la fiesta de Jinni, y no te burles porque para mí eso cuenta como una cita.

—No dije nada — alzó las manos en señal de paz, haciendo reír al rubio.

—Y bueno, esta es nuestra sexta cita. Que no es menos importante.

—Entonces, Felix — el castaño tomó las manos de su chico y las acercó a sus labios, dejando besos suaves en sus nudillos —. Gracias por darme el honor de tener una sexta cita contigo.

—Es la sexta de muchas, Hyun.

Ambos se quedaron mirando por unos segundos, ignorando las miles de miradas que se posaban en ellos. Al menos para ambos, era un momento sumamente especial.

—Bueno, ojitos, ¿Qué haremos ahora?

—Hay una exposición de pinturas hechas por artistas independientes — Felix tomó la mano contraria, obligando al ojiverde seguirle su paso —. La anunciaron por Instagram y me encantó la temática. Me hubiera gustado llevarte a un museo pero creo que esto es más especial.

—Puedes invitarme a pasear por un basurero y será igual de especial, sólo porque estoy contigo, Felix.

El aludido gimió. Tiró de la mano de HyunJin haciéndolo reír por su comentario.

—Eso es cero romántico, HyunJin. A la otra recuérdame seguir siendo yo quien planee nuestras citas.

El ojiverde no dijo nada, simplemente dibujó una sonrisa en sus labios aún cuando su corazón saltaba con demasiada felicidad.

—Ven, por acá comienza.

Los dos caminaron por toda la extensión de la plaza central de la ciudad. Habían bastantes pintores creando obras de arte con la vista del presente en el que vivían.

Unos cuantos pintaban retratos de niños pequeños disfrutando jugar con su cachorro, otros pintaban el paisaje del cielo, de las montañas o de las mismas personas que disfrutaban de un paseo por ahí. Todos completos artistas con gran talento.

Había toda una exposición de cientos de pinturas, todo era tan mágico mientras sus manos estaban sostenidas, pasaban de admirar a pintores a poder admirar las obras de artes que se les presentaban.

Felix no podía ocultar su sonrisa, le encantaba ver a HyunJin corriendo de un lado a otro, jalándolo y ayudándole a sostener su tanque de oxígeno.

"Ojitos, mira, ¡Es un astronauta viendo La noche estrellada!"

"¡Felix!, Es un bosque con una casa y unos niños jugando en ella."

"¡Mira!, Es un cielo similar al que estaba la noche que nos conocimos."

Felix solo podía reír, escuchando los balbuceos del más alto, también siendo cómplice de todo lo que les confesaba a los pintores callejeros que veía plasmando su arte en sus lienzos.

—Ojitos, tengo mucha hambre pero aún no terminamos de ver las pinturas.

HyunJin hizo un mohín, bastante cansado y esperando que Felix dijera algo.

—Por allá venden comida. ¿Quieres ir?

El pecoso rió cuando vio los labios abultados de su chico. Así que se acercó a él y lo besó suavemente antes de guiarlo a dónde había una multitud comiendo y pasando el rato.

Felix buscaba dentro de su mochila su billetera, esperando detrás de unos chicos lo que se suponía era la fila para comprar alimentos.

—¿Qué haces, ojitos?

—Estoy sacando mi dinero, espérame un poco y vas a comer — el pecoso habló aún buscando su billetera.

HyunJin hizo una mueca de confusión, ¿Por qué Felix quería su billetera? Y ¿Por qué le pedía tiempo para comer?, Cuando unos segundos antes una de las mujeres que estaban ahí, le había entregado un par de sándwiches y dos cafés fríos.

—Ojitos, pero yo ya estoy comiendo.

Felix alzó la mirada, HyunJin lucía desconcertado, pero aún así no dejaba de darle mordidas al sándwich que le habían entregado. El pecoso lo miro confundido y se alejó de la fila en donde estaban varias personas formadas.

—¿Donde conseguiste eso?

—Me lo entregó la señora de allá — con sus ojos indicó hacia donde estaba —. Me vio y me dijo "Ten cariño, para ti y tú novio".

Felix miró que en realidad no estaban vendiendo la comida, sino que simplemente era gente amable que regalaba de comer a toda la gente que paseaba y miraba por la exposición.

—Que amable.

—Lo sé.

Ambos se sentaron alejados de todos, disfrutando solo la compañía del contrario. Jugaban mientras comían y platicaban de sus mejores experiencias de lo que llevaban en el día.

—Felix, ya está oscureciendo — murmuró el ojiverde, mientras bebía de su café y miraba las fotos que tomó durante todo el día —, ¿Debemos irnos ya?

El pecoso dejó de mirar a las personas que pasaban, prestando atención a todo lo que su HyunJin decía.

—No es tan tarde, Hyun, además nos faltan ver diez pinturas más. Cuando terminemos podemos irnos, ¿De acuerdo?

HyunJin asintió totalmente emocionado :—¡Sí!, Porque aún no quiero irme. Me gusta estar aquí, viendo pinturas con la persona que me gusta.

Felix bajó la mirada un tanto avergonzado, dió un último sorbo a su bebida y se levantó del suelo.

—Vamos Hyun, sigamos viendo las pinturas — extendió su mano hacia el contrario, ayudándolo a levantarse. Ambos tiraron sus envoltorios a la basura y caminaron hacia las pinturas que faltaban de observar.

HyunJin se sentía bastante emocionado, todo aquello era digno de admirar. Además, las pinturas tenían descripciones del mismo pintor que las había hecho, haciéndole creer que en realidad estaba en un museo. Aunque ahora era mucho mejor.

Su mano seguía entrelazada a la de Felix y solamente la soltaba por segundos cuando sentía que era momento específico para tomar fotografías. Así que ambos siguieron observando las pinturas que faltaban.

Las personas ya se estaban yendo y en la plaza solo parecía haber alrededor de diez personas, aunque cada una en su propia existencia.

El castaño caminaba con Felix a su lado, ambos siendo dos amantes compartiendo el amor y pasión por una sola cosa : La pintura.

No fue hasta que la última de toda la exposición, llamó más la atención de HyunJin.

Se trataba de un puente adornado de flores amarillas, un lago que reflejaba la figura del Sol comenzando el atardecer. Estaba la figura de espaldas de lo que parecía ser un hombre, llevaba un cárdigan con unos vaqueros sueltos y sus reconocidas zapatillas. El Sol brillaba y todas las flores parecían estar atentas a la belleza incógnita del sujeto.

HyunJin tomó de la mano de Felix, acercándolo más para que ambos pudieran ver con mejor exactitud lo que trataba la tal pintura.

Pinceladas de felicidad sabor amarillo.

El ojiverde leyó el título de la obra, pasando rápidamente a leer la hoja larga que habitaba a un lado, siendo una descripción de tal etérea pintura.

« 2022 - Óleo sobre lienzo - 66 x 77 cm - Nam-Gu, Busan.
El artista de la obra quiso plasmar en él la felicidad que da el Sol a quienes se detienen a mirarlo a punto de esconderse en el horizonte. Los colores son suaves, predominando en él un sinfín de tonos amarillos y anaranjados. Su ambiente ha sido considerado como paisajístico, una obra sobre lienzo a óleo relatando una historia de miles de flores amarillas enamoradas del hombre principal y este halagado por tanta atención.

HyunJin, sé que estás leyendo esto. Mis habilidades para describir una pintura son escasas pero ahora que tengo tu atención, espero haberlo hecho bien. Así como las flores amarillas de la pintura no dejan de ver al hombre del que están enamoradas, yo no puedo dejar de verte así.

Y no soportaría un día más sin poder tener un título oficial, por eso.... ¿Nos darías el honor de poder llamarnos novios?

Lee Felix. Autor de "Pinceladas de felicidad sabor amarillo."»

HyunJin alzó la mirada, encontrándose con sus ojos azules favoritos del Universo, mirándole fijamente y una sonrisa ancha, con una pizca de timidez y atrevimiento.

—Felix...— su voz salió suave y lenta, tratando de asimilar lo que leía en la descripción de dicha pintura —, ¿Hiciste todo esto por mí?

El rubio bajó la mirada un poco avergonzado, asintió un par de veces y finalmente sus ojos se cruzaron con los de HyunJin.

—Te compraría un campo de girasoles entero todo por ti, Hyun — Felix se acercó más a dónde el ojiverde, dejando que la luz de la Luna los iluminase a ambos —. La psicología del color habla que el amarillo es el color de la felicidad. Señala lo valioso, la energía, la diversión, la claridad, la creatividad, el conocimiento y la curiosidad. Y me di cuenta que desde que te conozco, mi vida ha sido pintada de felicidad sabor a amarillo. HyunJin, tú eres mi amarillo.

El ojiverde le miró por unos segundos, sus manos pararon en la cintura de Felix. Todos sus pensamientos estaban en el bonito rubio de pecas en las mejillas frente a él.

—HyunJin.

—Felix, mi Girasol.

Ambos se miraron por unos segundos, un hermoso brillo hacía en el mar de sentimientos que habitaban en los ojos de Felix, haciendo a HyunJin sentirse el único frente a ese chico que él tanto amaba.

—Creo fielmente en qué soy tu Girasol — Felix llevó sus dedos a los cabellos caramelos del más alto, llevando un mechón de estos detrás de su oreja, para admirar más de cerca su rostro tan etéreo —. Porque tú eres mi Sol. Yo giro para verte a ti, siempre.

—Me gustas tanto, Felix.

—Y a mí me gustas tanto.

HyunJin sujetó con más fuerza la cintura contraria, pegándola más a su cuerpo, ignorando sí el tanque de oxígeno le evitaba moverse como quería. Sus miradas conectaban una mezcla hechizante de Esmeralda y Zafiro, cómo sí juntos fueran la conexión suprema.

El castaño se inclinó más, dejándose llevar por los labios de Felix y comenzando un suave beso, mientras sus cuerpos mantenían una cercanía prudente y sus corazones parecían estar frente al otro latiendo en sincronía.

Sus labios brillaron tan pronto terminaron, rozando mutuamente con tal de no querer alejarse ni una sola vez más.

—Mi Sol.... ¿Qué dices?, ¿Nos darías el honor de poder llamarnos novios?

Una risita salió de los labios de HyunJin antes de besar con pureza y suavidad los del menor.

—Mi Girasol.... Nos doy el honor de poder llamarnos novios.

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