CAPÍTULO 8
Esa noche, abordé el tema con los malditos viejos.
—Me estaba preguntando algo—Comencé, después de aclararme la garganta. Ellos se callaron y solo me miraron—. Mi amigo Jimin, del Hospital de Niños, no tiene adónde ir para Chuseok. No sé si sus médicos estarán de acuerdo, pero si es así, ¿podría venir a cenar aquí?
—¿Por qué no tiene a dónde ir?—mamá preguntó—. ¿Dónde está su familia?
No quería entrar en eso. Sabía que conduciría al hecho de que era homosexual, y que eso generaría problemas.
—Está emancipado...—Traté de dejarlo así.
—Entonces hizo su elección—dijo Sihyun—. Tendrá que vivir con eso.
—No tuvo elección. Fue expulsado de su casa.
—¿Por qué?—Sihyun otra vez—. Estoy seguro de que deben haber tenido una buena razón.
—No, no la tenían. Lo atraparon con otro chico, una vez. Ni siquiera hablaron con él primero— Me estaba molestando—. E incluso si pensaron que tenían una buena razón, nadie debe abandonar a su hijo cuando se está muriendo.
—De nuevo—Sihyun estaba en lo mejor de su estupidez—. Su elección. No puedes involucrarte en actos pecaminosos y luego llorar y quejarte cuando Dios te castiga.
Mi madre estuvo de acuerdo con esa tontería.
—El SIDA es la forma en que Dios libra a la Tierra de esas abominaciones. —Él no tiene SIDA, mamá—Apenas estaba conteniendo mi mal genio—. ¡Tiene cáncer!
—Dios puede trabajar con cualquier enfermedad—Sihyun agregó—. Los resultados son los mismos.
—Nunca me convencerás de que Dios le dio a ese extraordinario chico cáncer, porque resulta que es gay—Todavía no gritaba, pero tampoco estaba muy tímido con eso—. ¿Qué hay de todos los otros niños ahí? ¿Por qué Dios los está castigando?
—Estoy segura de que no lo sé—mamá respondió roja, con esa voz condescendiente que solía decirme que estaba siendo ridículo—. Pero Dios así lo hace. Siempre hay algo por lo que se está castigando a ese tipo de personas.
—¿Ese tipo de personas? —Pude sentir que perdía el control—. ¿Qué tipo de personas, mamá? ¿Niños pequeños que han sido quemados, a veces más allá de lo reconocible? ¿Niños pequeños y tiernos que han estado luchando contra el cáncer durante toda su vida? Niños con discapacidades neurológicas, ¿Son esos los tipos de personas de las que estás hablando, mamá? ¿Crees que tienen estas condiciones porque Dios los está castigando? ¿Cuándo tuvieron la oportunidad de pecar? ¿En el útero?
—En algunos casos, está castigando a sus padres—dijo mamá, como si eso tuviera algún sentido.
Ella ni siquiera era particularmente religiosa. Sihyun tampoco. Ni siquiera iban a la iglesia, por el amor de Dios. A Soobin lo tuvo que llevar un amigo o ir él mismo. La única vez que se hicieron "religiosos" fue cuando quisieron mostrarse santurrones. Aléjenme de las personas que usan a Dios para justificar ser idiotas.
—Sin embargo, eso no es lo que hemos estado aprendiendo en la iglesia—Soobin intervino—. Hablamos de esto justo la semana pasada. Había un hombre que nació ciego y alguien le preguntó a Jesús si era porque el hombre había pecado o porque sus padres lo hicieron. Jesús respondió: Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él. Eso es Juan 9:3.
—No contradigas a tu madre, hijo—Sihyun lo regañó—. Ser ciego es algo diferente. Ese versículo obviamente no habla sobre el cáncer o el SIDA y ese hombre fue puesto allí para que Jesús pudiera sanarlo. Eso no es lo mismo.
—¿Por qué no lo es? —Soobin parecía confundido.
—Porque este chico se lo produjo a sí mismo—mamá le añadió más sabiduría—. Todos los gays morirán de SIDA, o...
—¡Él no tiene SIDA! —Perdí el control.
—Si me dejaras terminar—ella cortó—, iba a decir "o algo así, como el cáncer". Porque los gays son una abominación.
Soobin lo intentó de nuevo. —Pero Jesús nunca dijo...
—Esto no te concierne, hijo—Su padre intentó callarlo nuevamente.
—Pero conozco a Jimin hyung. Es increíble. Él...—Tuve que agradecerle por intentarlo. Nunca me habría pasado por la cabeza que él y yo estaríamos, alguna vez, del mismo lado.
—Es suficiente—dijo Sihyun, levantando la voz hacia su hijo. De nuevo, algo que nunca había visto que sucediera antes—. Te callas, o te vas de esta mesa.
Soobin se calló. No me sorprendió eso. Nunca –antes de hoy– se había enfrentado a su padre. Supongo que no podía esperar que cambiara completamente de la noche a la mañana. Me impresionó que se enfrentara a él, totalmente.
—De ninguna manera, tengo mi respuesta—Me puse de pie—. Pasaré Chuseok con Jimin en el hospital.
—Ciertamente no lo harás—Sihyun comenzó—. Chuseok es un momento para la familia, y harás bien, por una maldita vez, en estar con tu familia en ese día.
Negué con la cabeza. —Chuseok es un tiempo para dar gracias, y yo estoy mucho más agradecido por Jimin que por ti—Sonreí—. Además, no puedes evitar que haga mi servicio comunitario. Siempre puedo llamar a la señora Sunhee si es necesario.
Sihyun no estuvo seguro de qué hacer con eso. Luego se le ocurrió algo. —Dudo que los autobuses funcionen ese día. No vas a tener transporte.
—Sí, lo tendrá—Soobin volvió a hablar. Contra una orden directa. Estaba fascinado. Se puso de pie, dobló la servilleta y la puso sobre la mesa, y, cuando me pasó, dijo: —Yo te llevaré si el autobús no funciona—Lo miré fijamente hasta que se detuvo en la entrada del pasadizo—. Estás equivocado acerca de esto, papá.
Sonreí mientras arrojaba mi servilleta sobre la mesa y me alejaba.
[...]
Al día siguiente, me acerqué a Jimin con una idea.
—Oye, estaba pensando...—comencé.
—Eso podría ser peligroso—bromeó.
—Ja, Ja—puse los ojos en blanco—. ¿Eres el único que no va a casa para Chuseok?
—No lo creo—respondió serio—. Algunos de los niños están demasiado enfermos para ir. La mayoría de ellos tienen padres que vienen, sin embargo. El hospital generalmente sirve la versión de comedor institucional de la cena, y los padres pueden comprar una comida y tenerla con sus hijos en sus habitaciones.
—¿Podrán preparar Songpyeon si consigo los ingredientes?—Me pregunté en voz alta.
—¿Dónde lo conseguirías?— Pareció pensar en una posibilidad, y sus ojos se volvieron cómicamente redondos—. No los robarías, ¿verdad?
Puse mi mano en mi corazón. —¡Estoy herido! ¿De verdad crees que robaría?—Esperé a que se viera arrepentido, y luego agregué:—Nunca me habrían entrado en los bolsillos, amigo.
Él se rió y me golpeó. Sin embargo, tuve que admitirlo, eso "sonaba como yo".
Entonces seguí con mi idea. —Lo que iba a decir, antes de que ciertas personas comenzaran a difamar mi persona, era... ¿Y si pudiéramos hacer que algunas personas donaran comida? ¿Podríamos juntar a todos los niños en la cafetería o algo así... y a todos los padres que quisieran venir... y darles una buena cena de Chuseok? Tal vez la Sra. Lee pudiera conseguir algunos voluntarios para ayudar a servir o algo más... otros chicos en servicio comunitario o algo así. Podríamos decorar y todo.
Jimin comenzó a entrarle a la idea. —Podríamos incluso hacerlo todo el día, tal vez. Tener un montón de puestos o algo así, como Halloween. Tú podrías dibujar... Yo podría hacer lo del payaso, y/o pintar caras. Simplemente divertirse... tanto como puedan, ya que serán los niños más enfermos, los que se quedan aquí.
Originalmente había pensado en esto, solo para hacer oficial que el hospital necesitaba mi ayuda y que tendría a Atila de mi lado por querer estar aquí. Pero ahora, al sacarle ideas a mi amigo, y verlo tan emocionado, realmente me estaba metiendo en esto.
Le pregunté a la Sra. Lee cuando tuve algo de tiempo, y ella dijo que les preguntaría a los trabajadores de la cafetería programados para Chuseok, pero estaba segura de que estarían de acuerdo si había voluntarios adicionales para ayudarlos.
Al final del día, la Sra. Lee volvió conmigo. Si pudiera conseguir voluntarios para ayudar con el trabajo extra, sería toda una oportunidad. Dijo que solo podrían servir el típico menú de la cafetería si no podía conseguir que donaran platos típicos de la celebración.
El plan estaba en marcha. Jimin estaba realmente emocionado. Y yo no tenía ni idea de cómo iba a lograr todo esto.
[...]
Esa noche, después de la cena, Sihyun tuvo el gran placer de decirme que la Sra. Sunhee estaba al teléfono. Sin duda pensó que estaría en problemas, por alguna razón.
—Genial—me causó tanto placer responderle—. Le pedí que llamara.
Cómo deseé tomar una foto de su cara, pero realmente necesitaba hablar con ella, así que corrí al teléfono.
—Hola—comencé—, gracias por devolverme la llamada. Cuando ella preguntó qué podía hacer por mí, le expliqué el estrafalario plan que se nos había ocurrido y lo que necesitábamos para hacerlo realidad.
—Entonces, me preguntaba si usted conocía a alguien... Tal vez a algunos de sus clientes que necesitaran hacer servicio comunitario... ¿qué quizas quisieran ser voluntarios? Es una tarea más grande de la asignada y... bueno, sé que es Chuseok y todo, y la mayoría de la gente no querría...—De repente, ni siquiera sabía cómo preguntar—. Bueno, usted es la única persona que conozco con la que quizás tenga la esperanza de ayudar, así que...
—Haré algunas llamadas, a ver qué puedo hacer—Estuvo de acuerdo—. Estoy muy orgullosa de que tomes la iniciativa de esta manera. Este servicio comunitario realmente podría ser bueno para ti.
No tenía el corazón... ni el coraje... para decirle que todo ya había comenzado, así tendría una razón legítima para pasar la fiesta con Jimin. Colgué y empecé a subir las escaleras, pero Soobin salió del comedor. Lo había visto escuchando mi conversación telefónica.
—Hyung—comenzó—. Escuché parte de eso... ¿qué estás haciendo exactamente?
—No es asunto tuyo—Me volví y comencé a subir las escaleras. —Maldita sea, estoy intentando ayudar—Soobin me siguió, pero me detuve y di media vuelta. Pensé que podría ser interesante, así que estaba listo para escucharlo... al menos por un rato. Cuando vio que tenía mi atención, al menos temporalmente, continuó—: Escuché que necesitabas voluntarios para algo que estás haciendo por los niños. ¿Es cierto?
Ladeé una cadera en la barandilla. —¿Por qué? ¿Te vas a ofrecer de voluntario?
—Sí, maldición. Me estoy ofreciendo—Se estaba poniendo un poco malhumorado, lo que no era para nada como él... bueno, así de malhumorado, de todos modos. Pero siguió: —Y creo que puedo hacerlo aún mejor—Se detuvo, probablemente para asegurarse de que todavía lo estaba escuchando—. Nuestro grupo juvenil siempre está buscando oportunidades para ayudar.
Eso era bastante cierto. Me había burlado de él muchas veces, por renunciar a sus sábados para ir a construir basura para la gente. Sin embargo, todavía no podía imaginar por qué alguien querría renunciar a su día de celebración. Y dije así.
—Bueno, no sabremos si no preguntamos, ¿verdad? —Soobin sonrió y descolgó el teléfono.
[...]
Una hora después, el pastor juvenil de la iglesia de Soobin estaba en nuestra sala.
Soobin y yo estábamos en la entrada, justo antes de pasar a la habitación.
—¿Por qué tenía que venir en persona? —susurré. —No tenía todos los detalles, y pensé que sería mejor que viniera de ti—Soobin sonrió y comenzó a caminar hacia el sofá. No pude evitar pensar que estaba disfrutando demasiado de mi incomodidad—. Vamos, hyung. El pastor Chang no muerde.
—Entra, hijo—dijo el pastor—. Cuéntame más sobre este plan que intentas armar.
Tartamudeé durante toda la explicación. Y realmente me estaba cansando de repetirlo una y otra vez. Si no fuera por Jimin, simplemente les diría a todos que lo olvidaran y se fueran. Eso hubiera ido más con mi carácter. Pero, descubrí que realmente quería que esto sucediera.
Así que salí adelante. Realmente no me gustaba hablar con la gente... nunca lo había hecho de verdad, pero me había vuelto aún más solitario a medida que crecía. En realidad, no quería hacer esto. Pero lo hacía... por Jimin.
Cuando terminé con la explicación, el pastor me preguntó si iría a la iglesia el domingo a explicar lo que le acababa de decir. Esto se estaba saliendo de control.
—No creo...
—Pastor—dijo Sihyun—, no quise interrumpirle antes, pero usted no querrá mezclarse en esto. ¿Sabía que el chico al que estará ayudando es gay?
El pastor Chang me miró. —No se refiere a mí, pastor—No mencioné que era solo porque no sabía que yo era gay, o bi, o lo que fuera. No porque no lo fuera—. Está hablando de mi amigo, Jimin. Esta fue principalmente su idea... al principio de todos modos. Como que nos la rebotamos.
Pareció confundido. —¿Y él es gay?
—Sí, pastor, es gay. O al menos lo era hace un año más o menos. En este momento, se está muriendo de cáncer, así que no creo que el sexo... con cualquier género... esté realmente en su lista de cosas más importantes por hacer—Me levanté para irme. Realmente no necesitaba la segunda ronda de cómo un Dios, supuestamente amoroso, iba a condenar al infierno a mi amigo, sólo por ser quien era.
—¿A dónde vas, hijo? —El pastor Chang en verdad pareció perplejo—. No me has respondido sobre el domingo.
—Pensé que la oferta había sido rescindida. Estoy seguro de que no querrá tratar con el amigo de un espantoso gay. —Moví los dedos como si dijera algo aterrador.
Sihyun regresó con toda su fuerza. —Corta el mal carácter...
Pero el pastor lo interrumpió. —Vuelve y siéntate, hijo. Realmente no me importa la orientación de tu amigo... bueno, me importa, pero no tiene nada que ver con lo que estábamos hablando.
—¿Por qué? Está condenado al infierno, ¿verdad? Solo porque besó a un chico, hace un año. ¿No es eso por lo que Dios lo está matando? —Me estaba calentando y el verdadero Jeon Jungkook estaría de regreso en cualquier momento. El personaje fuera de lugar, tartamudo y cobarde que tontamente intentaba hacer algo para ayudar a alguien, se había ido. El cabrón sarcástico estaba firmemente en su lugar, ahora.
—No creo que Dios mate a las personas—El pastor Chang hablaba con calma, tratando de que volviera—. No sé de dónde sacaste esa idea. El Dios que conozco no trabaja así, hijo.
—No es lo que he escuchado—Miré a Sihyun. Mamá no estaba a la vista. Se había reído nerviosamente cuando el pastor se presentó y luego se fue a la cocina a "hacer algunos bocadillos".
—No sé lo que has escuchado o dónde lo has escuchado. Pero Dios tiene que ver con el amor. Hay cosas correctas y cosas equivocadas, y la Biblia nos dice cuáles son algunas de esas cosas, pero hay diferentes interpretaciones de todo, y todos tenemos que tomar una decisión. Es entre la persona y Dios. Me dicen en la Biblia que no juzgue. Ese es el trabajo de Dios— Para entonces había cruzado la habitación para pararse frente a mí, ya que debía haber sido obvio que no iba a volver con él—. Y no tiene nada que ver con la persona que ayudo. Jesús dijo que amemos a nuestro prójimo. A todos. No solo a los que son como nosotros. No solo a los que hacen lo que creemos que deberían hacer. No exclusivamente a los que están de acuerdo con nosotros en lo que está bien y lo que está mal. Todo el mundo.
Eso con certeza era diferente a todo lo que había escuchado hablar a mamá o a Sihyun. Sin embargo, Soobin no pareció sorprendido. Le había dicho a su padre que estaba equivocado con su punto de vista sobre esto. De aquí es de donde, al parecer, obtuvo esa idea. Tal vez la iglesia a la que iba no era tan mala.
No es que quisiera ir a hablar con ellos.
—Hijo, realmente me encantaría que vengas a hablar con la congregación el domingo. Pero puedo ver que no te sientes cómodo con eso. Puedes decirme los detalles y los retransmitiré. Estoy seguro de que todos querrán ayudar.
—Vamos, hyung—Soobin alentó—. Ya lo tienes. No hay problema.
No creo que Soobin me haya animado a hacer algo antes. O al menos nunca me había dado cuenta. No sé por qué decidí intentarlo. Pero me escuché decir: —Está bien, iré.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro