CAPÍTULO 7
Durante el mes siguiente, pasé mucho tiempo en el hospital. Resultó que el autobús pasaba justo por mi escuela secundaria un poco antes de la hora de salida. Atila limó las asperezas con el director para que yo saliera unos minutos antes mientras fuera al hospital. Y el autobús volvía a pasar por el hospital a las siete en punto, así que comencé a pasar otras tres horas y media trabajando fuera de mi servicio comunitario, cada noche. A este ritmo, estaría listo en poco tiempo. Para el Día de Chuseok ya había puesto 165 horas.
Pero pasaron muchas cosas antes de Chuseok. Casi de forma extraoficial, fui asignado a Jimin. Yo era su ayudante. Conseguía todas las cosas que él necesitaba para su show. Instalaba las salas de juegos antes de los shows y las limpiaba a fondo después, pero el resto del tiempo estaba con él –quien rápidamente se convirtió en mi mejor amigo.
Hablábamos de todo un poco. Me animaba a dibujar más y más y tenía una idea sobre hacerme pintar murales en los pasillos de todas las unidades. Dijo que me quedaba mucho tiempo de servicio comunitario para ayudarlos, y que él ayudaría de cualquier manera que pudiera para que todavía pudiéramos pasar tiempo juntos. Me gustó como sonó eso... tener mi obra de arte en los pasillos. Eso sería genial, pero la Sra. Lee tenía que llevarlo a la junta directiva, y sabía que nunca lo aprobarían.
Sin embargo, había sido una buena idea. Me sentí halagado de que Jimin siquiera lo hubiera pensado. Cenaba todas las noches en el hospital con él. Cada vez que iba a pagar la comida que traían al mismo tiempo que la suya, el personal me decía que tenía dinero en mi cuenta.
—¿Cómo que tengo una cuenta? —pregunté, confundido—. ¿Y mucho menos tener dinero en ella?
Jimin solo se rió. No descubrí hasta mucho después, que él había iniciado una campaña de "Alimentar a Jungkook" entre el personal y todos colaboraban con un poco cada vez que comían en la cafetería. Él bromeó, en un momento dado, de que probablemente tenía suficiente para mantenerme contento y feliz hasta que me retirara.
No podía entender por qué hacían eso por mí, pero una vez más, probablemente era más por Jimin. Por lo visto, todos los que lo conocían, harían cualquier cosa por él. Sabía que yo lo haría.
[...]
Un día, unas dos semanas después de que Jimin me preguntara por el mural, había un montón de material de arte esperándome en su habitación.
—¡Lo aprobaron, Kook! —estaba tan emocionado—. Vieron tus dibujos y quedaron impresionados. Quieren ver algunos planes para que sientan que tienen algo que decir, pero eso es solo una formalidad. ¡Lo aprobaron!
Creo que él estaba más feliz por eso que yo. Yo estaba aterrado. Unos bocetos aquí y allá no eran una cosa –sobre todo porque habían sido para los niños. A los niños les encantaba cualquier cosa, pero era un mural del que estábamos hablando. ¡Murales múltiples! Y tenía que idear los diseños. No sabía nada de hacer ninguna de esas cosas, pero era positivamente imposible decir "no" a Park Jimin. Una mirada a esos hermosos, excitados ojos, y me habría cortado el brazo derecho si eso era lo que quería que hiciera.
Resultó ser mucho menos drástico, y menos doloroso, que eso. Jimin y yo juntamos nuestras cabezas metafóricamente, y surgieron ideas de murales para los pasillos principales de la unidad de oncología. Decidimos que comenzaríamos allí y nos preocuparíamos por los otros pabellones más tarde.
Jimin dijo que el mural para la unidad de oncología tenía que ser una escena de batalla: Los Guerreros de Célula Blanca contra la Caballería del Cáncer. No estaba seguro de que algo así fuera aprobado, pero él dijo que además del tratamiento médico para el cáncer en sí, a todos los niños de la sala se les ofrecía terapia grupal e individual con un psicólogo, también. Y, durante esas sesiones, los terapeutas a menudo hacían que los niños visualizaran a sus "Guerreros de Células Blancas" derrotando a la "Caballería del Cáncer". Estaba seguro, siempre y cuando el mural no fuera gráfico o sangriento, que el diseño sería aprobado.
Trabajamos en eso por un tiempo, y finalmente tuvimos algo que pensamos que les gustaría. Luego tratamos de decidir si presentar ese solo, en ese momento, o esperar hasta que tuviéramos planes para las tres unidades. Decidimos diseñar las diversas partes del pasillo de oncología y enviar solo esos primeros, incluyendo una lista de suministros que necesitaría para pintar las paredes. Era difícil calcular cuánta pintura y mierda necesitaríamos. Nunca había hecho algo como esto, pero Jimin me ayudó y luego me aseguró que siempre podríamos conseguir más si lo necesitábamos.
Nos habíamos ido con una versión cómica de su escena de batalla: Personajes extraordinarios con armadura completa y yelmos, montados sobre fuertes caballos blancos, portando banderas que decían Guerreros de Célula Blanca, arrojando gelatina, usando pistolas de agua y teniendo peleas de almohadas con monstruos peludos, de aspecto torpe y color verde, como de dibujos animados, que montaban caballos negros demasiado pequeños para cargar su tamaño. Los monstruos llevaban banderas que decían Caballería del Cáncer. Las patas de los caballos se doblaban bajo el peso y muchos de la Caballería salían huyendo tan rápido como podían, o yacían en el suelo con caras divertidas y confusas, y estrellas o pajaritos alrededor de la cabeza. No había absolutamente nada de sangre o monstruoso que ver. Era optimista y positivo, y enviaba un mensaje a los niños de que sus propios Guerreros de Células Blancas podrían derrotar a la Caballería del Cáncer en sus cuerpos. A la junta le encantó y nos dijo que comenzáramos justo después de Chuseok.
Lo que trajo otro tema.
Chuseok.
No había visto que algún familiar visitara a Jimin, y yo estaba prácticamente ahí todo el tiempo. No quería que estuviese allí, solo, para el día festivo, pero no estaba seguro de que los malditos viejos lo dejaran ir a casa conmigo. Para el caso, ni siquiera estaba seguro de que los doctores lo dejaran, o si él querría.
Estuve atrapado durante bastante tiempo, tratando de averiguar qué información debía obtener primero. Tres semanas antes del primer Chuseok, de alguna manera nos topamos con el tema de la familia.
—Así que, Jimin-ssi—comencé—, solo dime si no es de mi incumbencia, pero... ¿vas a pasar Chuseok con tu familia?
Las emociones revolotearon por su rostro demasiado rápidas para nombrarlas, pero finalmente respondió. —Técnicamente, supongo, que realmente no es asunto tuyo. Pero no me importa decírtelo—Respiró hondo, como si la historia que estaba a punto de contarme fuera larga o difícil... probablemente ambas cosas—. La respuesta fácil es "no, no pasaré Chuseok con mi familia", pero tu pregunta no formulada –la que en realidad podrías preguntar a continuación– sería "¿por qué no?" Así que responderé a esa también si quieres—Hizo una pausa, aparentemente esperando una respuesta, así que asentí—. No he visto a mis padres desde antes de mi decimosexto cumpleaños, cuando me echaron de la casa.
—¿Por qué hicieron eso? —No podía imaginar que alguien fuera una mala persona con él, menos aún echarlo. Yo, sí. De hecho, no estaba seguro de por qué Sihyun no había hecho eso a estas alturas.
—Porque mi papá me encontró en mi habitación besuqueándome con Min Yoongi—respondió con indiferencia, pero podía darme cuenta de que estaba estudiando mi reacción. Probablemente no di la mejor.
—¿Eres gay? —Incluso para mí, mi voz sonó un poco dura. Realmente no quise decirlo con desaprobación. Después de todo, también me habían atraído los chicos; solo que no había actuado en consecuencia. Sin embargo, me sorprendió descubrir que Jimin era... y lo había hecho.
Él respondió en el estilo típico de Jimin... con humor. —Claro, ¿no lo son todos? —Sonrió con su sonrisa más amplia de "soy adorable, tienes que amarme", pero no llegó a sus ojos. Podía decir que estaba preocupado de que pudiera tener un problema con eso, me alejara, o algo peor. Tuve que hacerle rechazar esa opinión inmediatamente. No había ni una maldita cosa en el mundo que pudiera hacer para que dejara de am... de gustarme. Me encargaría de ese resbalón de la lengua mental más tarde.
—Eso es genial—finalmente dije, sin responder a su pregunta burlona, pero tratando de tranquilizarlo—. No me importa ni nada. Solo que me sorprendió—Pensé en decirle que también me habían atraído los hombres, pero sabía que eso nos sacaría de la conversación que necesitaba tener con él. Tomé aliento y volví a la historia—. ¿Pero te echaron de casa por eso? —Todavía no podía entenderlo.
—Sip—respondió sucintamente, pero luego continuó—. Papá literalmente arrojó a Yoongi... lo tomó por los hombros y lo empujó por el pasillo y afuera por la puerta principal. Corrí detrás de ellos, rogándole a papá que escuchara la razón, pero también tratando de devolverle la camisa a mi novio. Una vez que papá lo sacó por la puerta, vio lo que estaba sosteniendo. Así que volvió a abrir la puerta y arrojó la camisa a donde él había caído de trasero en el suelo.
Cuando hice un gesto de "continúa", siguió. —Fue la única vez que papá me puso una mano encima, pero una vez que la puerta se cerró por segunda vez, se volvió hacia mí y me dio una paliza. Traté de defenderme, y no puedo evitar sino pensar que lo habría hecho un poco mejor unas semanas antes, pero ya había estado sintiéndome débil y cansado por un tiempo en ese momento. Mirando hacia atrás, estoy seguro de que ese fue el principio del cáncer. En ese entonces, ni siquiera se lo había contado a mis padres. Había estado realmente activo ese verano y no dormía bien, así que pensé que era eso.
—¿Tienes mamá? —le pregunté—. ¿Dónde estuvo durante todo esto?
—Ella fue la única razón de que se detuviera cuando lo hizo. No estaba seguro de que no fuera a golpearme hasta morir. Estaba tan enojado, usó cada término despectivo para "gay" que se le ocurrió, y puntuó todas sus cortísimas oraciones con los puños. Mamá siguió gritándole que se detuviera y amenazó con llamar a la ley. Papá era todo acerca de las apariencias, por lo que seguramente no quiso a los policías en casa. Pero tampoco me quiso más en la casa, por la misma razón. ¿Cómo se vería si tuviera un hijo gay?
Jimin tomó aliento y pareció medir mi reacción. Apostaría que estaba preguntándose si quería que se detuviera. Pero entonces asentí, animándolo a continuar.
—Bueno, le dijo a mamá que empacara mis cosas y a mí me dijo que me quería fuera, justo en ese momento. Sin explicaciones, sin súplicas, sin ultimátum o segundas oportunidades. Él y yo nunca nos habíamos llevado bien. Siempre se preocupó más por su estatus en la comunidad que por nosotros los niños, en realidad, pero todos los demás se conformaban, así que no tenía ningún problema con ellos. Yo no me conformaba.
Podía ver eso en él. Era una de las razones por las que me gustaba, y una de las pocas formas en que me recordaba a mí mismo. Hacía lo que creía correcto y nunca le pedía su opinión a nadie, primero. Yo respetaba eso. Pero, si su padre era algo así como Sihyun –que sonaba como si fuera él– veía que no le gustara en lo absoluto.
—Mamá intentó discutir con él—dijo, siguiendo la historia—, pero él le gritó, y ella fue a empacar la bolsa. Siempre se rendía a él de esa manera. Estuve sorprendido de que siquiera tratara de enfrentarse a él, en primer lugar. Pero no duró mucho, y no me sorprendió. Nunca lo había visto golpearla, y excepto por unas pocas veces, que ella justificó, nunca vi ningún hematoma, aunque siempre pensé que él abusaba de ella... físicamente. Ciertamente lo hacía emocionalmente. Con nosotros los niños también.
—Entonces, ¿a dónde fuiste? —Finalmente pregunté, porque no estaba seguro de qué más decir.
—No tenía ningún sitio a dónde ir—respondió—. Caminé, con la pequeña bolsa de ropa que mamá había empacado para mí. De alguna manera, terminé en el centro de la ciudad.
—¿Por aquí? —Una vez que lo dije en voz alta, sonó como una pregunta obvia, pero llegaban niños de todo el país, así que no lo fue en realidad.
—Sí—asintió mientras hablaba—. Mis padres solo viven como... a media hora de distancia, más o menos. Hasta donde sé, sin embargo, ni siquiera saben dónde me encuentro.
Hizo una pausa en su historia, pero yo quería saber más y se lo dije.
—Inquisitivo, hoy, ¿eh? —preguntó, y luego continuó—. Por casualidad tenía 50000 wones en mi billetera en ese momento – el dinero anticipado de un regalo de cumpleaños– así que sabía que podría comer por un tiempo, siempre que lo racionara y no me robaran. Sin embargo, no tuve una primera idea de un refugio. Encontré una misión, por accidente, pero lo primero que preguntaron fue quiénes y dónde estaban mis padres. Solo dije "gracias de todos modos" y me escabullí. Encontré una entrada grande para dormir esa noche, pero me sacaron a las seis en punto de la mañana siguiente cuando el dueño llegó para abrir el negocio. Seguí volviendo ahí, sin embargo. Al dueño no pareció importarle, y yo tenía que dormir en algún lugar.
No podía creer que tuviera que pasar por todo eso solo porque era gay. Por supuesto, una parte de mí siempre había sabido que ese tipo de reacción de los padres era posible... incluso probable. Esa era una de las muchas razones por las que siempre había decidido que no quería hacer nada con el aspecto gay de mis atracciones.
Pregunté qué sucedió después, y él continuó.
—Solo estuve en las calles alrededor de seis semanas. El dueño de mi puerta me encontró una mañana y no pudo despertarme. Aparentemente, llamó a la policía para que viniera a buscarme, pero tampoco me pudieron despertar y me llevaron al hospital. Estaba hecho un desastre, todos los laboratorios una porquería, bajo nivel de azúcar en la sangre, baja presión sanguínea. Estaba deshidratado y desnutrido. El médico a cargo notó algo, sin embargo. Una masa en mi cabeza, por lo que quiso hacer más pruebas. Les había dado el nombre de mis padres para la información del seguro. Por lo que yo sabía, todavía me estaban cubriendo. El personal del hospital los llamó y les dijo dónde estaba. Papá aparentemente bajó y firmó el tratamiento que necesitaba en ese momento, pero nunca se detuvo a verme... Les dijo que no firmaría ninguna prueba y que pronto estaría sin seguro. Había comenzado los procedimientos para renunciar a los derechos de paternidad, pero los servicios sociales le habían dicho que tenía que continuar conmigo para una audiencia preliminar. Supongo que querían asegurarse de que no me había matado y metido debajo del porche o algo así.
No sabía cómo me estaba diciendo todo esto sin romperse o algo así. Yo lo estaba, y no era quien había vivido toda esa mierda en primer lugar. Por supuesto, había sido más de un año atrás, pero aun así...
—Los servicios sociales me visitaron después de eso—continuó—. Tuvimos una cita programada en la corte. Para entonces tenía dieciséis años, así que decidieron por la emancipación en lugar de ponerme en acogida temporal, lo cual fue bueno y malo. Iba a tomar un examen de educación general. Sabía que lo pasaría, sin problema. Y me consiguieron un trabajo... Me instalaron en un apartamento en el distrito de rentas bajas, como parte de los términos de la emancipación. Pero solo viví allí durante una semana y trabajé dos días antes de volver a enfermarme. Terminé en el mismo hospital, esta vez sin seguro, y aun así hicieron las pruebas que el otro hombre había querido hacer la primera vez. Resultó ser lo que el primer doctor había pensado.
—Cáncer—dije innecesariamente.
—Rabdomiosarcoma alveolar en estadio tres, con metástasis a un gran porcentaje del cuerpo —dijo casi con orgullo—. Incluso suena ominoso, ¿no?
No estaba seguro de qué más decirle. ¿Cómo responde una persona a algo de eso? Quise arreglarlo. Quise que nunca hubiera sucedido. Quise abrazarlo y no dejarlo ir jamás. Quise asegurarme de que nada lo lastimara nunca más. Pero, por ahora, todo lo que podía hacer era asegurarme de que supiera que tenía interés en su historia y estaba escuchando.
Jimin continuó. —La trabajadora social me visitó nuevamente. El médico había dicho que no había forma de que pudiera mantener un trabajo con suficiente regularidad como para pagar un departamento y tal. Además, necesitaba quimioterapia inmediata. Al principio no estuvieron seguros de qué hacer conmigo, pero resultó que había una enfermera cuyo marido trabajaba aquí... el Dr. Kim. Él hizo que la junta y los servicios sociales dieran su aprobación, para que yo pudiera vivir aquí, ya que necesitaría tratamientos extensos y la mayoría de los niños se quedaban aquí a largo plazo, de todos modos. Los Servicios Sociales me consiguieron un ingreso por discapacidad que –al menos en papel–, paga mi estadía aquí, pero aparte de eso todo es proporcionado. El Dr. Kim hace todos los trámites por mí, y es mi persona de contacto para todo lo que necesite –además de ser mi médico principal, aunque técnicamente todavía estoy emancipado– así que estoy bastante solo.
—¿Vas con el Dr. Kim para los días festivos, entonces? —Quería quitarle esa mirada de soledad del rostro, con desesperación. Quería saber que tenía a alguien.
—Lo ha ofrecido, pero tiene propia familia de la que preocuparse. No necesita que me pegue a él. Ya ha hecho suficiente por mí. Sin su esposa y él, no sé en dónde estaría.
—¿Abuelos? ¿Hermanos? —Me estaba desesperando.
Sacudió la cabeza. —No tenía ningún abuelo, y mis hermanos todavía son menores de dieciocho años, así que todavía viven con papá, por lo que no hay forma de que se arriesguen a contactarme, y mucho menos a intentar reunirse conmigo.
—¿Te gustaría pasar Chuseok conmigo? —dije de repente, antes de recordar que todavía no les había preguntado a los guardias de la prisión.
Sus ojos se iluminaron, pero luego se apagaron demasiado pronto. —¿A tus padres no les importaría?
Dudé, pero luego le dije la verdad. —Todavía no les he preguntado exactamente, pero si no aceptan que vayas, ¡vendré aquí!
Lo dije en serio, también. Jimin no iba a pasar la celebración solo... nunca más... sí tenía algo que decir al respecto.
Él sonrió, pero no llegó a sus ojos. —No quiero que te metas en problemas, Kook...
—Me mantengo en problemas—admití—. Algo de eso porque hago cosas especialmente para meterme en problemas. Eso no es lo que estoy haciendo esta vez, pero ciertamente no me importa estar en problemas por esto. Es importante para mí.
—¿Por qué? —Pareció genuinamente desconcertado.
—Porque eres importante para mí. —Nunca hubiera pensado que le diría eso a otro ser vivo. "Cuida de ti mismo", siempre había sido mi lema. Pero era cierto en su caso. Él era importante para mí. No podría haber explicado por qué o cómo, pero lo era.
Sus ojos se iluminaron de nuevo. —Me encantaría pasar Chuseok contigo, si tus padres dicen que está bien. Ya sea aquí o allá. Con lo que sea que se sientan más cómodos. Pero no voy a hacer que tengas problemas por eso. Tú también eres importante para mí, Jungkook.
No tenía idea de por qué se sentía tan bien escucharle decir eso. Tenía muy poquito de eso en mi vida –personas que decían que yo era importante o incluso personas que pensaran que yo era importante. Algo me decía que no era solo eso, sin embargo. Era porque fue él quien lo dijo. Solo que no sabía por qué.
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