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27. i like you

¡maratón especial 50k!
5/5

VEINTISIETE:
me gustas

bianca's pov

ningún sonido llenaba el departamento, excepto el murmullo lejano de la tele en un programa random, el tic-tac del reloj sobre la puerta y el suave golpe de la botella de vino al ser colocada en la mesa, ahora vacía. era la segunda botella, y estaba lista para abrir la tercera. diez minutos habían pasado desde que corté esa llamada, y mi corazón comenzó a latir más rápido, de una forma casi descontrolada. Gianfranco llegaría en cualquier momento, y no estaba segura de que fuese una buena idea haber seguido mis impulsos. podría culpar al hecho de que estaba ebria, como en el setenta por ciento de las veces que hablé en serio con él, o tal vez al hecho de que después de todo, comenzaba a gustarme la persona que había odiado toda mi vida.

poca gente, casi nadie, sabía la historia del porqué Gian y yo nos odiábamos. y todo había comenzado en el secundario. recordaba el día como si fuese ayer, dónde había llegado tarde a clases por arreglarme demás para el día. lo había decidido, y después de hablar hasta altas horas de la noche con mi mejor amiga, o sea, Martina; estaba decidido. Gian me había comenzado a interesar desde hace meses, y aunque era cercano a nuestro grupo de amigos, nunca me había animado a hablarle y menos estando a solas. solamente eran frases de "buenos días" o "nos vemos mañana", o cuando mi mamá se había tardado en buscarme del colegio, y él se quedó esperando conmigo. esas pequeñas acciones, probablemente insignificantes, eran las que me animaban a hacer lo que tanto quería; confesar mis sentimientos.

removí mis pies nerviosa viendo a la distancia como el morocho estaba solo en las gradas. con Marti habíamos creado un plan maestro para que pudiese hablar con él a solas, y por el momento todo estaba saliendo bien. solté un suspiro y caminé de forma decidida hacia él. con cada paso que me acercaba, mi corazón se aceleraba cada vez más, hasta que llegué a su lado y llamando su atención, alzó la mirada.

—Bian, hola.— saludó y sonreí. siempre fue amable conmigo, pero no estaba segura de que nos considerábamos amigos. —¿no sabes dónde está Nico? Marti me dijo que me estaba buscando por acá.

—no.— respondí y arrugó las cejas sin entender. —o sea, si sé donde está, pero... no va a venir acá.

—ah, entonces, me voy.— respondió y se levantó.

—no, esperá.— lo detuve. —yo si tengo algo que decirte.— dije y me mordí el labio inferior. —estuve pensando por mucho tiempo, en vos y en nosotros. o sea, no es que haya un nosotros pero... Dios, que complicado.

—no estoy entendiendo.— dijo y se rió un poco.

—me gustas, Gian.— solté simplemente. su cara pasó de sorpresa, a confusión y por último a enojo.

—¿vos me estás jodiendo? mirá que no es gracioso.

fue mi turno de arrugar las cejas, ¿qué? de todas las respuestas, esa no me la esperaba para nada. —sí, claro que estoy hablando en serio... —respondí, sintiendo cómo la inseguridad comenzaba a crecer en mi pecho.

él soltó una risa amarga negando con la cabeza, y retrocedió un paso como si necesitara alejarse. —claro, ahora resulta que te gusto. —su voz era amarga, casi hiriente. me miró como si acabara de descubrir un chiste de mal gusto—. ¿esto es una joda? ¿te mandaron Nico y Marti? porque si es así, dale.

mi corazón se detuvo por un segundo. no podía creer lo que estaba escuchando.

—¿una joda? —repetí, sintiendo cómo la rabia y la vergüenza me subían a la cara. la tristeza y humillación se volvió en rabia. —¿de verdad pensás que me atrevería a decir algo así en serio para hacer una joda? ¿te creés tan importante, Gian? ¿que todo lo que hago es para entretenerte?

—y bueno, es que ni siquiera hablamos de verdad, apenas somos amigos.— respondió cruzándose brazos, pero su expresión empezó a cambiar, como si estuviera empezando a comprender algo. lo miré, herida y enojada. sentí que todo el valor que había reunido se hacía trizas en sus palabras, en su incredulidad, en esa risa que me había humillado.

—¿sabés qué?, olvidate. —respondí, dándome vuelta. —ojalá fuera una joda, porque me daría menos vergüenza que decirte algo en serio y que vos lo uses para burlarte de mí.— di un paso para alejarme, pero me detuve un segundo. —gracias por hacerme ver que estaba equivocada. siempre te creí diferente.

sin esperar una respuesta seguí caminando, dejando atrás el eco de sus palabras. la sensación de humillación y algo que había sentido por él hasta ese momento. desde ese momento Gian y yo dejamos de hablar, y si nos preguntaban solamente respondíamos que no nos soportábamos.

sacudí la cabeza al escuchar el timbre sonar y me levanté rápidamente, en el camino olvidandome que tenía el último vaso de vino en mi regazo y derramándose por mi remera. puteé en voz alta pero no le di importancia, simplemente caminé a paso rápido a la puerta, abriendola de una y encontrándome con mi némesis. sus ojos chocolate conectaron con los míos, y realmente no supe qué hacer. mi boca se secó y simplemente lo dejé pasar.

—entonces...— escuché su voz mientras cerraba la puerta. me giré y apoyé mi espalda en ella, mientras él me miraba. soltó una risita.

—¿qué?— me quejé.

—tenés una cara de borracha mal.— mencionó divertido. lo miré sin entender. —los ojos achinados, el pelo revuelto, y probablemente vino derramado en tu remera.— señaló.

me quedé en silencio por un momento, analizando la situación y lo que estaba a punto de hacer. simplemente mi cabeza no me respondía y sabía que nada bueno saldría de esta noche. no sabía que sentía por Gian, no sabía como reaccionar frente a él, no sabía el porqué de sus acciones. o en realidad me costaba creerle. y no estaba segura de si volvería a humillarme a mí y a mis sentimientos frente a él.

—¿en serio te gusto? ¿o es una joda?— pregunté, luego de un momento de silencio. la historia se repetía, y yo volví a sentirme con quince años de vuelta.

aclaró su garganta, y se recostó en la mesa cruzándose de brazos.

—no me gustan las mentiras, Bianca.— comienza, y el corazón se me comienza a acelerarse de nuevo. —no lo sabía, pero comenzó en Las Vegas. todo comenzó ahí.— suspiró. —que te haya invitado a una cita, fue por algo. que te haya regalado ese anillo, fue por algo. que te busque tanto, es por algo. que me esté confesando acá frente a vos, es por algo.— dió un paso, otro, y luego otro, hasta quedar frente a mí, tan cerca que podía sentir su respiración.

—¿por qué?— susurré.

—porque me gustas.— dijo de la misma forma. contuve el aire cuando subió una de sus manos hacia mi cachete, sosteniéndolo con delicadeza. estaba tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo, y sus ojos buscaban los míos con una intensidad que me dejaba sin aliento. mis manos temblaban y un hormigueo se extendía por mis brazos. sabía lo que estaba a punto de suceder, y cada fibra de mi ser lo deseaba, pero al mismo tiempo, una voz en mi cabeza me gritaba que retrocediera. no podía permitir que él supiera cuánto me afectaba. pero justo en el último momento, cuando sus labios estaban a milímetros de los míos, mis pensamientos se salieron de control, y las palabras se escaparon antes de poder detenerlas.

—pero vos no me gustas a mí.— todo el aire tenso se había cortado con esa frase. vi la decepción en el rostro de Gian, y quise arrepentirme, pero no pude. —me tenés confundida, no sé que siento por vos. pero no estoy lista para decírtelo, porque no sé si es en serio.

—¿no te gusto?— murmuró, retrocediendo un poco, como si intentara leer en mi rostro lo que mis palabras no decían.

—no. — dije cruzándome de brazos, tratando de mantener la compostura, intentando que no me dolieran las palabras que estaba diciendo. —no sé de dónde sacaste eso. solo, estamos en esta posición porque... —no encontraba una excusa convincente, pero seguía mirando hacia otro lado, evitando sus ojos, porque sabía que si me miraba así de cerca, mi mentira se derrumbaría.

él suspiró y el espacio que se abrió entre nosotros se sintió frío, vacío. asintió y se volvió a acercar, esta vez para tomar la manija de la puerta y empujarme suavemente. —entiendo.— dijo simplemente, mordiéndome el labio inferior lo miré y él hizo lo mismo. —capaz yo nomas confundí las cosas.— finalizó y cerró la puerta detrás de él.

de alguna forma, le había devuelto la forma en que él me había humillado por primera vez, rompiéndole el corazón.




































































jaja hola
GRACIAS POR LOS 50k LOCURAS

necesito q entiendan un cachito de cosas;
1. Gian y Bian eran adolescentes cuando pasó eso entonces obviamente era una cosa absurda q capaz no tiene sentido ahora pero ambos siguen resentidos
2. Bian no tiene realmente claro si todavía sigue gustando de Gian, porque él no hace más q confundirla dándole de 0 a 100% en cuestión de minutos
3. es un mambo q resolver primero con bianca pero tranquilxs, se va a resolver pronto 🤫

qué piensan de todo esto? les gustó el maratón?
cómo piensan que Bian se va a dar cuenta que realmente le gusta Gian? COMENTEN <33

yo les dije que este realmente iba a ser un enemies to lovers, pero apenas estamos saliendo de la etapa enemies así que todavía queda un poquito que resolver entonces nos queda gianca para disfrutar 🙂‍↕️🙂‍↕️

me voy rápido antes de que me tiren piedras,
-SAT3LLITE 💓💓💓💓💓💓

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