02. touch
DOS:
roce
biancatorres 5h
☀️
gianiodoguardi 4h
☀️
martibenza 1h
☀️
@user1 mi ship real y mi ship falso
| @user2 YOO
@user3 amo cuando gian y bian están juntos
| @user4 x2 son mi pareja culposa 😭😭😭😭
@user5 acaso lo que pasa en las vegas...?
| @user6 asies hermana,, se queda en las vegas
@user7 cita doble? ah
| @user8 es más probable que bian sea la tercera en la relación martuli pero con gian? jamás
| @user9 maaaal a veces pienso posta que solamente se soportan porque tienen amigos en común
@user10 q gian y bianca no sean una pareja me destruye
| @user11 q gian y bian NO SE LLEVEN BIEN me destruye
☀️
narrador omnisciente
la película "¿qué pasó ayer?" no sonaba más que una mentira para lo que eran las jodas en Las Vegas, lo que esa película proyectaba probablemente nunca pasaría en la vida real. y la realidad de Bianca extrañamente no era muy alejada a lo ficticio. mucho alcohol en vena, diversión con amigos, guita de por medio debido al casino, y un nuevo extraño sentimiento comenzando a formarse, pero, ¿y si era cierto? ¿podría llegar a ser así?
¿lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas?
apenas había puesto un pie en el aeropuerto de la ciudad, le había metido unos veinte dólares a una máquina de un mini casino que se encontraba en el lugar. muy típico de los ludópatas. con una sonrisa, su maleta en mano y un cheque a retirar de quinientos dólares, recibió a su mejor amiga en la calle.
—¡Bian!— saludó la ahora morocha abrazándola dramáticamente, con su cámara de vlog en mano. la menor soltó una risa y la abrazó de la misma forma. —una concha más al grupo, bien.— festejó, causándole una risa a las presentes. bajó la cámara y pudo saludar bien a su amiga. —¿cómo fue el vuelo, boludita?
—ni idea. si hubo turbulencia ni me di cuenta. me tomé un clona antes de subir.— explicó riendo. —pero dejame decirte que me metí alta siesta.
—que raro, siempre durmiendo vos.— habló Lourdes acercándose. Bianca la envolvió en un abrazo cariñoso.
—es mi patente, Lerde. no me molestes.— dijo dejándole un beso en el cachete. las tres se miraron entre sí. —¿y? ¿ahora qué?
—no sé, lo que quieran.— indica Martina comenzando a caminar. —tenemos hasta la noche donde llega Gian. lo tenemos que buscar.— dice mirando de reojo a su amiga, quien chasquea la lengua al escuchar su nombre. —pará pará, Bee. ¿podemos hacer un trato?
—¿ahora qué, Mar?— se queja, deteniendo su andar.
—no no, posta escuchá. es algo que estuvimos hablando.— dijo Lu, causando que arrugue las cejas sin entender. —como somos tus mamás, Bian- ah.— se ríe de su propio chiste, a lo que esboza una sonrisa. —pensamos que en este corto viaje tenés que tener una tregua con Giani.
alzó las cejas sorprendida. —claro que sí chicas, de mil amores. por ustedes todo.— dijo tocándose el pecho. —pero quien no colabora es ese hijo de mil- que su único hobbie en esta vida es romperme los ovarios.— dice entre dientes.
la enemistad de Bianca y Giani. nadie sabe exactamente de dónde había salido, ni desde hace cuanto, pero desde que todo su grupo de amigos tiene memoria; ellos se han llevado mal. chocaban con sus actitudes, se insultaban todo el tiempo, parecían unos hermanos solo que sin la parte en la que se reconciliaban. se habían hecho bromas mutuamente a través de los años. desde la época de la primaria hasta hace pocos meses, que era la última vez que se habían visto. su grupito de cuatro se había formado cuando Bianca se volvió mejor amiga de Martina, y Gianfranco de Nicolás. así juntándose desde el colegio hasta ahora, donde seguían siendo amigos (menos los enemigos, obvio).
—bueno, dale. yo lo voy a intentar, eh.— alza las manos volviendo a caminar. —pero si el idiota ese me saca de mis casillas...— advierte.
—también le vamos a decir a él, no te preocupes.— calmó Lu.
—listo.— asintió la morocha. Marti desbloqueó el auto que habían alquilado y todas entraron en sus respectivos asientos. —¿podemos pasar un rato por el hotel? tengo olor a aeropuerto y me siento asquerosa.— pidió una vez que el motor arrancó.
—dale, así nos duchamos y salimos a merendar mientras boludeamos.— aceptó Mar.
—che, ¿y cómo es el tema de las piezas? ¿hay que ir a hacer algún trámite?— preguntó Bian distraídamente, cuando la copiloto de ojos claros le pasó el auxiliar del vehículo para poner un par de temitas.
—ya está todo resuelto, de eso no te preocupes.— habló Lu, y ella le preguntó a qué se refería. —pedimos una pieza para Gian, así que vos dormís con nosotras en la pieza con dos camas.— explicó brevemente.
—listooo, me encanta esta organización.— dijo y le subió el volumen a cruel summer, de Taylor. las tres chicas comenzaron a cantar como si se tratase de un carpool karaoke. Bian trataba de disfrutar todo el poco momento que le quedaba mientras el odioso todavía no llegaba.
☀️
—¿qué passsa, hermosa? ¿tas' celosa?— Bianca alzó una ceja viendo el estado de su mejor amiga. con el pelo revuelto, un trago a casi terminar en la mano y arrastrando la voz. exacto, Marti ya estaba empedo. en poco tiempo se iba a poner cargosa e iba a querer bajonear algo. la conocía demasiado bien.
las luces del lugar la cegaban brevemente, pero al ponerse los lentes negros la molestia se iba. capaz por eso tenía las cejas arrugadas, debido a la luz. no por el hecho de que un rostro conocido esté chamuyandose a una chica equis justo frente a sus ojos.
eran las luces. claro.
—no entiendo a qué te referís.— respondió simplemente, dándole el último sorbo a su cerveza en vaso.
—no sé, decíme vos. no dejas de matar con la mirada a la yankee esa que está bailando con Giani.— dijo con voz graciosa, moviéndose de lado a lado debido a la alta música del lugar.
la noche cayó, y con ello, el cuarteto de amigos había caído en el primer boliche vegasino que habían encontrado. las primeras palabras del morocho recién llegado habían sido; "¿y? ¿vamos al casino?". se dirigieron al que estaba debajo de su hotel, a intentar doblar sus apuestas en dólares simplemente por diversión. a Gian le estaba yendo excelente, todo lo que apostaba le sacaba el doble. Bianca no se quedaba atrás, había perdido solamente cinco dólares durante toda la noche. y, mejor no hablemos de la pareja de chicas, quiénes se confundían entre las palabras ganar y perder.
extrañamente, todavía no había tenido un roce con el morocho. se nota que Marti y Luli le dieron "la charla". así que por el momento, reinaba la paz. lastima que ese momento duró poco. su mejor amiga escuchó un tema de Justin Bieber y se fue directamente a bailar con su señora, dejándola sola en los sofás del lugar. agradecía que tenía donde refugiarse de la exagerada cantidad de gente que había en el boliche, capaz porque la entrada era diez dólares por cabeza, un regalo prácticamente. veía la gente pasar, tambaleándose e intentado no caer frente a ella debido al pedo que traían.
claro que la morocha no estaba celosa de Gian. antes, prefería darse con un martillo en la cabeza repetidamente. decidió evitar su presencia y se paró acomodando su outfit y caminando entre miles de personas para llegar hasta la barra. —one refill, please.— le pidió al bartender, quien rápidamente volvió a llenar su vaso de cerveza.
soltó un suspiro viendo el lugar. no era que estaba bajón ni nada, siempre una jodita la animaba. solo que estaba con jet lag y deseaba desesperadamente llegar a la cama del hotel para pegarse una buena siesta. ya que el lugar no quedaba lejos, optó por avisar a las chicas que se iba a pedir un uber. se dirigió de nuevo como pudo hasta su lugar, pero en el camino sintió que la empujaban fuertemente causando que tambalee sobre sus pies. cerró los ojos esperando el impacto, pero no sintió nada, solamente unos brazos en su cintura deteniendo su caída y su vaso cayendo al piso, salpicándole un poco.
abrió los ojos y al ver de quien se trataba, soltó un bufido. —de toda la gente de acá, ¿sos vos quien me salva de comerme el piso?
—supongo que el universo quiere juntarnos.— dijo con una sonrisa, y ya comenzábamos con las joditas. Bian giró los ojos, y se separó de Gian. —¿qué pasa, Torres? ¿andas medio celosa vos? pensé que sabías compartir.
ella hizo un montoncito con la mano. —¿celosa de qué?
—no sé, me mirabas re mal cuando estaba bailando con Candice.
—¿quién?
—Candice, la chica con la que-
—quién te preguntó, bobo.— dijo y se dió la vuelta para irse. cosa que no completó, porque sintió un tirón en su brazo y tras una vuelta terminó pegada al cuerpo del chico. —Odoguardi, me quiero ir.— anunció, perdiendo la paciencia.
—¿tan rápido? si recién llegamos.— por la cercanía, podía oler la esencia de menta mezclado con alcohol. arrugó la nariz cuando el vodka llegó hasta sus narices. miró sus ojos a través de sus lentes oscuros, los cuales fueron rápidamente robados de su rostro y puestos en el rostro del otro. —me quedan mejor a mí, me parece.
conocía al chico, ese show que estaba haciendo era sola y únicamente para llamar su atención. capaz porque las únicas cinco palabras que habían cruzado en las últimas seis horas no fueron suficientes, Gian siempre buscaba la forma de llamar la atención de Bianca. ya sea molestándola o no. contó hasta diez mirándolo. tenía un buzo de color negro, con la frase "insomniac dreams" en rosa. sus lentes sobre el puente de su nariz, los labios asomando una sonrisa y las cejas levantadas.
—¿disfrutando la vista?
no sabía porqué, capaz por la cercanía, por el alcohol, por el calor del momento, pero con esa frase Bian sintió un escalofrío recorrer la espalda. se sintió chiquita, frente al chico y sintió su pulso comenzar a acelerarse de forma inconsciente. otro empujón causó que sus cuerpos se juntasen más. prácticamente, sus pechos estaban pegados y ambos estaban viéndose cara a cara. Gian esbozó una "sonrisa canchera" como la morocha solía decirle. la cual usaba con sus pobres víctimas, causando que todas las minas caigan a sus pies. Bianca tragó saliva, pero demostró firmeza levantando el mentón, causando que sus narices se rocen.
—yo no me enamoro, Odoguardi.
murmuró ella a centímetros de su boca.
—yo tampoco, Torres.— respondió él con voz ronca, sus labios casi rozando los suyos, dejando en el aire la tensión palpable entre ambos.
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