PART SIX
Eleanor entró en la habitación de su padre llevando una bandeja en las manos. Colocó la charola sobre la mesa de noche y sirvió un poco de té. Corrió las cortinas y se sentó sobre la cama mirando a su padre que intentaba evadir los rayos del sol al taparse los ojos con sus manos.
-¡Buenos días, papi! – dijo la joven y se acercó para besar a su padre en las mejillas – Es hora de tomes tu desayuno y tus medicinas.
-Odio tomar esas medicinas, ¡saben horrible! – se quejó su padre cuando Eleanor le acercó la taza de té y le agregó un líquido verde.
-Pero debes hacerlo, de lo contrario jamás vas a estar bien. – lo regañó la chica.
Su padre hizo un gesto de asco y tomó el brebaje para inmediatamente tomar una rebana de pan con queso y comerlo con desesperación.
-Dime, hija. – exclamó el hombre con la boca llena - ¿Cómo te pareció el Conde? Ya que a mí me pareció un hombre excepcional.
-Sin duda lo es – dijo la chica – Es un buen hombre, supongo.
-¿Supones? En realidad lo es, deberías darte más tiempo para conocerlo. – exclamó el señor Walker – Y más ahora que nos ha dicho que está interesado en ti y que va a cortejarte.
-Ayer me dijo que le interesaría rentar nuestras tierras. – respondió rápidamente Eleanor para cambiar de tema.
-¿Estás hablando en serio, hija? – preguntó su padre con sorpresa – No me imaginé que el Conde Hiddleston se interesara en este lugar.
-Pues ayer me lo dijo mientras observaba el terreno – dijo Eleanor con una sonrisa – Me ha dicho que le gustaría usar nuestras tierras para cultivar uvas, pues además de criar caballos se dedica a la viña y a la fabricación de vino.
-¿Y qué piensas sobre su propuesta, mi niña? – preguntó Walker a su hija - ¿Crees que sea conveniente rentarle ese pedazo de tierra al Conde?
-¿Por qué no? – exclamó la muchacha – Este lugar se hunde día a día en la miseria y no nos vendrían mal algunos peniques extras. Sabes muy bien que debes atenderte y que es necesario que paguemos al doctor y al boticario para que no nos nieguen la ayuda.
-Hablaré con el Conde y quizá le proponga un contrato de arrendamiento. – suspiró su padre – Él me parece un buen hombre y será justo si hacemos el trato. No como los otros que sólo quieren aprovecharse de nuestro patrimonio.
-Termina tu desayuno – dijo la chica levantándose – Iré a matar un pollo para hacer sopa para el almuerzo. – exclamó caminando hasta la puerta – Espero que el Conde Thomas y tú lleguen a un acuerdo justo. – añadió antes de cerrar la puerta de la habitación para ir a la cocina.
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Eleanor subió al carruaje y Drake la cubrió con una capa para que nadie la viera con él. El chico tomó las riendas de su caballo y se echó a andar por el camino que conducía a la casa de Hettie. Era aún de madrugada y casi no había gente en el camino y las pocas personas que se veían por ahí, no le prestaban atención. Le había avisado a la chica que llegarían alrededor de las seis y que permanecerían con ella hasta que se llegara la hora de partir. La casa de Hettie se encontraba a las afueras de la ciudad; era una casa de campo que perteneciera a un duque inglés; el hombre había muerto y ella se había quedado con todo lo que el anciano poseía.
-¿Ya llegamos? – Preguntó Eleanor - ¿Por qué no puedo asomarme y mirar el camino?
-Falta poco – Dijo su hermano - ¡Y no puedes salir! No querrás que alguien nos vea y descubra nuestras intenciones o vayan con el chisme a papá.
La chica bufó y volvió a ocultarse. El viaje le estaba pareciendo eterno, ¡esa mujer no podía vivir tan lejos! Cerró los ojos y se quedó profundamente dormida, soñando con la sonrisa del conde Hiddleston.
-¡Despierta! – Dijo Drake moviéndola con suavidad – Ya llegamos.
Eleanor parpadeó para ahuyentar el sueño y se estiró. ¿En dónde estaban? Se preguntó mirando a su alrededor.
-¿Ya llegamos? – Dijo y volvió a bostezar.
-Así es – respondió su hermano ayudándola a bajar del carruaje - Es linda la finca, ¿no es así?
-¡Sí! – Respondió Eleanor con sinceridad – Muy bonita... ¿su sueldo de actriz le alcanza para pagar esos lujos? – Preguntó en un susurro.
-No, tiene otros trabajos, ¡ya sabes! – Comentó Drake – Pero no hagas más preguntas.
Eleanos rodó los ojos y caminó en pos de su hermano, que saludaba a la mujer que los esperaba en la puerta. Seguramente que esa dama voluptuosa de cabello castaño era Hettie. La mujer llevaba puesta una bata de seda decorada con plumas; Drake se acercó a ella y se saludaron con mucha efusividad. Eleanor se mantuvo al margen de todo, hasta que fue presentada.
-¡Es un gusto conocerte! – Exclamó Hettie abrazándola – Drake me había dicho que su hermana era linda, pero se quedó corto con la descripción.
Eleanor se puso colorada e hizo una reverencia para saludar a la mujer. Hettie los condujo a la casa y les sirvió de desayunar, mientras charlaba con Drake e intercambiaban frases en doble sentido. La señorita Walker se sentía incómoda y muy fuera de lugar. ¿Por qué siempre le hacía caso a su hermano? Él la arrastraba hacia la aventura, haciendo cosas indebidas para una señorita, pero siempre con las mejores intenciones. Suspiró y se puso de pie.
-¿Puedo salir a dar una vuelta? – Preguntó.
-¡No, no, no! – Exclamó Hettie – No podrás salir de aquí, nadie puede descubrirte.
-¿Y qué hare mientras? – Volvió a cuestionar Eleanor.
-Te haré una prueba de vestuario, maquillaje y peinado. ¡Vas a quedar preciosa! – Sonrió - ¡Y todos van a querer saber quién eres! – Murmuró mirando a Drake.
-¡Pero obviamente, Nery estará conmigo! – Se rió el chico.
-¿Nery? – Preguntó Eleanor - ¡Qué nombre más estúpido!
-No querrás que proporcione tu nombre real – Se quejó Drake – Así no va a valer.
-Creo que esta señorita tiene ganado el concurso, ¡lástima que yo no pueda asistir! – Se quejó Hettie – Tengo una cita. Pero con gusto me esmeraré y la dejaré irreconocible. ¡Vamos a ver los vestidos!
Eleanor siguió a Hettie y entraron en el vestidor de la mujer, seguidas de Drake. La chica estaba abrumada con tanta ropa; algunos vertidos eran muy hermosos, otros demasiado atrevidos. Drake se sentó en un diván y cerró los ojos, quedándose dormido en el acto. Luego de algunas horas de prueba, Hettie se decidió por un vestido en color púrpura que hacía resaltar la blancura de la piel de Eleanor. Tenía un corsé muy escotado que mostraba sus hombros y parte de los senos de la joven. Las mangas del vestido eran largas y acampanadas y la falda era muy amplia, con mucho vuelo y tenía una gran crinolina.
-¡Me siento desnuda! – Gimió Eleanor al contemplarse en el espejo – Generalmente no utilizo escotes tan pronunciados.
-Debes verte como una diosa – Sonrió Hettie – Quítate ese vestido, voy a prestarte una peluca oscura y te maquillaré.
Eleanor asintió y se quitó esa ropa. Hettie comenzó a maquillar a Eleanor, le empolvó los hombros y el rostro, le puso rubor en sus mejillas y un brillo labial en color rojo intenso. Después le colocó la peluca y la ayudó a vestirse de nuevo. Cuando terminó de ajustarle el corsé, la tomó de la mano para que se mirara en el espejo.
-¡Oh! – Fue lo único que pudo decir Eleanor.
-¿Esa mujer es mi hermana? – Preguntó Drake levantándose del diván - ¡Vamos a ganar! Estas espectacular, Eleanor – Sonrió Drake – Si yo fuera uno de los hombres que estarán en el concurso, ¡no dudaría en pedirte que te casaras conmigo!
-¡Cállate! – Gritó Eleanor golpeándolo.
-Vas a tener que cuidarla muy bien, Drake – Le recomendó Hettie – No permitas que le pongan una mano encima – Después se dirigió a su alhajero y tomó un hermoso collar – Este collar se te verá fabuloso – Le dijo a Eleanor.
-¡No! – Exclamó la chica – No es necesario.
Hettie no respondió, sólo se colocó detrás de la joven y le puso el collar. Drake sonrió y abrazó con fuerza a Hettie, besándola en los labios.
-¡Gracias! – Murmuró el chico – Yo ya estoy listo, así que ¡es hora de partir!
Eleanor también se despidió de Hettie y salió detrás de Drake. Apenas podía caminar con esos zapatos, pero sólo necesitaba acostumbrarse. Su hermano la tomó de la cintura y la subió a su carruaje y condujo a paso veloz hasta la casa dónde se llevaría el concurso. Al llegar fueron recibidos por Jason Miller. Al hombre se le cayó la mandíbula al ver la belleza que caminaba del brazo de Drake.
-¡Bienvenidos! – Dijo Jason - ¿Quién es la bella dama?
Eleanor contuvo las ganas de matar a Jason y apretó el brazo de su hermano. Drake le rodeó los hombros y la apretó contra él, como si intentara mostrar posesión de la chica.
-Mi acompañante se llama Nery – sonrió Drake.
-¿Y dónde dejaste a Hettie? – Preguntó un amigo de Jason.
-Ella no pudo venir – Murmuró – Ahora si me lo permiten, debo irme y llevar a esta belleza a tomar un refrigerio.
Entraron a la fiesta y Eleanor miró sorprendida alrededor. Había muchos hombres y mujeres; se escuchaban risas escandalosas, comentarios inadecuados. Caminó del brazo de su hermano y sus ojos se encontraron con los de Tom Hiddleston. ¿Qué hacía ese tipo ahí? Se preguntó la chica, buscando con su mirada a la acompañante del Conde, pero no vio a nadie y suspiró aliviada.
-Parece que Hiddleston vino sólo a ver – Murmuró Drake - ¿Acaso estará buscando una cortesana?
-No lo sé y no me importa – Dijo Eleanor visiblemente molesta por ese comentario y de pronto se sintió celosa.
-Como sea, ahora que ha pedido la aprobación de papá para cortejarte, dudo mucho que el hombre necesite una cortesana – Murmuro Drake y después se quejó al sentir cómo su hermana le pellizcaba el brazo.
Los hermanos se sentaron juntos y comieron un par de bocadillos que un mozo les ofrecía. Eleanor podía sentir la mirada del conde Hiddleston sobre ella y eso la hacía estremecer. De hecho, se dio cuenta que él la miraba deliberadamente, ya que un par de veces volvió el rostro y él jamás retiró su mirada. Ella se ruborizaba intensamente y sentía que el calor nacía dentro de ella hasta casi sofocarse. Tomó un abanico y comenzó a moverlo, tratando de refrescarse.
-¿No tienes calor? – Le preguntó a su hermano.
-No, pero me imagino que tienes calor porque esa peluca te sofoca – Dijo Drake y le ofreció una copa de champán.
-Quizá – respondió Eleanor tomando la copa - ¿A qué hora será el concurso?
-Cuando lleguen todas las chicas y tal parece que no falta nadie. – dijo mirando a su alrededor para comprobar si se encontraban todas las concursantes.
Eleanor suspiró y también miró para todos lados. De nuevo sus ojos volvieron a encontrarse con los del Conde. El hombre la miraba detenidamente y ella no pudo evitar ruborizarse. Tom no dejaba de observarla a detalle, analizando a esa joven que acompañaba a Drake. Podía darse cuenta que esa chica no era como las otras mujeres, se notaba tímida y turbada ante los piropos o las miradas que los hombres le dedicaban. A menudo buscaba la protección de Drake y parecía que el joven Walker no permitiría que nadie más la tocara o intentara tener un tipo de acercamiento con la mujer que lo acompañaba.
Tom continuó analizando a la acompañante de Walker, por la forma en que vestía, se notaba que tenía clase y estilo. Su forma de andar era sensual y orgullosa, pero muy natural, no tenía que fingir como las otras. Su timbre de voz le había resultado un tanto familiar; armonioso y muy educado. Pero lo que más había llamado su atención eran esos ojos verdes y expresivos. La mirada de esa mujer era de sorpresa, como si no estuviera acostumbrada a ese ambiente. Le intrigaba esa joven delicada y preciosa, ¿de quién podría tratarse?
El Conde Hiddleston continuó con su escrutinio, observando a la chica, quién desvió la mirada y se ruborizó por enésima vez, ocultando su rostro detrás del abanico. En ese momento, Jason Miller subió a una especie de escenario que se encontraba en el centro del salón y comenzó con un discurso.
-¡Buenas noches damas y caballeros! – exclamó Miller – Hoy es una gran noche, creo que la mejor noche de todas. – dijo y se escucharon gritos y ovaciones - ¿Saben por qué nos encontramos aquí?
-¡Siiii! – gritaron los presentes.
-¿Están listos para ver desfilar ante ustedes a las mujeres más bellas de la región? – preguntó Miller levantando su copa.
-Deja de hablar y presenta a las nenas. – gritó un hombre que se encontraba al frente – No quiero seguir viendo tu asquerosa cara, quiero ver lindas señoritas desfilar ante mis ojos.
-Suban al escenario, señoritas. – dijo Jason haciendo una seña para que las mujeres se acercaran a él – Como saben, la ganadora y su acompañante, recibirán el magnífico premio de ¡cien monedas de oro!
Se dejaron escuchar más gritos, silbidos y aplausos de parte del público y las participantes. Eleanor sólo escuchaba, pero no se movía, se mostraba impasible y serena, deseando que ese circo terminara de una buena vez.
-Por cierto – Continuó Miller – También quiero presentarles a nuestro juez de honor; el conde Hiddleston. Quién nos hará el favor de juzgar a nuestras damiselas por su belleza, porte y vestuario. Un aplauso para el conde.
Más aplausos y silbidos. Un par de mozos acomodaron un sillón en color vino frente al escenario y Tom hizo una reverencia para sentarse ahí y observar el desfile a sus anchas. Una a una desfilaron las mujeres, algunas se levantaban la falda y mostraban sus piernas o su trasero. Eleanor estaba muy avergonzada, ¿cómo iba a hacer eso? ¿Cómo iba a comportarse de manera tan vulgar? Ella no se rebajaría, caminaría altiva por esa pasarela y no mostraría más de lo que ese vestido ya mostraba.
Eleanor fue presentada bajo el nombre de Nery, la chica enderezó la espalda y levantó la cabeza, caminando altiva por ese pequeño escenario. Hizo una pequeña reverencia ante los hombres, quienes habían guardado silencio y observaban embobados a la última participante. Tom estaba como hipnotizado con ella, en su mente se imaginaba a Eleanor y no sabía porque. Había algo en esa cortesana que lo tenía enajenado. Suspiró y le dedicó una sonrisa. La chica lo miró, también le sonrió de forma coqueta y dio media vuelta para abandonar el escenario, uniéndose a Drake. Su hermano la abrazó de una forma casi paternal, acunándola en su pecho.
Después de haber hablado unos minutos con los otros "jueces", Tom tomó un papel y una pluma, escribiendo un nombre en este, lo dobló y lo entregó en las manos de Jason. El hombre desdobló el papel y la sonrisa se le borró del rostro. Él esperaba que su cortesana ganara pero, ¡lástima!
-¡Tenemos los resultados! – Exclamó Jason – Los ganadores de este año son: Drake Walker y la hermosa Nery – Comentó Miller – Les pido un enorme aplauso para nuestros ganadores.
Drake miró a Eleanor y la abrazó con fuerza. La chica esbozó una tímida sonrisa y ambos hicieron una reverencia ante los invitados. Drake se dirigió al escenario y recibió el premio, agradeció brevemente y se reunió de nuevo con su hermana.
-¿Ya nos vamos? – Preguntó la joven.
-Espera un par de minutos – Susurró – Comenzará un baile y nosotros lo aprovecharemos para escapar de este lugar.
Eleanor asintió y bebió un poco de té, mordisqueando de vez en cuando una pastita de avellana. Drake engulló dos panecillos de miel y se tragó de un sorbo su copa de coñac. Despacio se levantaron, pues el baile ya había comenzado y la orquesta interpretaba una polka. La gente reía y bailaba, pasándola bien; sólo Tom Hiddleston no se movía de su lugar, ni le quitaba la vista de encima a Drake y a su pareja. Los miró caminar a prisa hasta la salida y decidió seguirlos. ¡Necesitaba averiguar quién era esa mujer!
-¡Lo has hecho muy bien, hermanita! – Exclamó Drake una vez que estuvieron fuera del salón.
-Este circo es una porquería – Murmuró Eleanor - ¡Vámonos de aquí! Para comenzar, esta peluca me pica horrores y seguramente esta "fiesta" va a terminar en una orgía.
-De acuerdo, Eleanor – Dijo Drake – Nos iremos en un instante, sólo pediré nuestro carruaje.
Tom los había escuchado, ¡así que era Eleanor! Lo imaginaba, asociaba ese comportamiento tan fino con la chica. Ese era el motivo, ¡ella no era una cortesana! Era una dama en toda la extensión de la palabra. Sonrió y suspiró, ¡tenía que averiguar por qué Eleanor se había prestado a ese juego!
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¡Uy, los han descubierto! ¿Qué creen que esté tramando Tom? Seguramente nada bueno o ¡quizá sí! No lo sabemos. Tal vez esto sea una manera de acercarse más a Eleanor y así ella pueda confiar en él y ¿por qué no? ¡Enamorarse! ¿Qué les pareció el capítulo? Espero sus comentarios y ¡gracias por leer!
#MaryCruz
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