
PART ELEVEN
Tom miraba hacia un punto fijo, pero en realidad no veía nada, en su mente se encontraba la imagen de Eleanor; ruborizada y con el cabello revuelto, mientras él la tenía entre sus brazos y le susurraba palabras de amor. No podía sacar de su cabeza ese primer encuentro entre ambos, tan perfecto y apasionado. Esa chica lo tenía totalmente enamorado y cada día que pasaba la amaba aún más.
-¿Me estás escuchando, Thomas? – Dijo una voz en la lejanía - ¿Estás bien? - Continuó Cillian Shelby mientras lo sacudía ligeramente.
-¿Decías? – Preguntó Tom esbozando una boba sonrisa.
-Tengo horas hablando como estúpido y tú te encuentras en otro mundo – Le reclamó el Barón - ¿Qué es lo que te sucede?
-Lo siento – Volvió a sonreír el conde – Estaba pensando en Eleanor....
-¡Eleano, Eleanor, Eleanor! – Lo interrumpió Cillian – Regresa a la tierra de una vez – Dijo en tono de queja – Te preguntaba a qué hora iríamos a la estación a recoger a tus padres.
Tom miró su reloj y se dio cuenta que ya era hora, así que se levantó y tomó su saco, mientras exclamaba.
-Es la hora, debemos irnos.
Cillian lo siguió mientras se colocaba el saco y tomaba su sombrero que colgaba del perchero. Juntos salieron del departamento y subieron al carruaje que los condujo velozmente hasta la estación del ferrocarril. Ambos comprobaron la hora y se dieron cuenta que faltaban algunos minutos para que el tren llegara a la estación.
-¿Emocionado? – Preguntó Cillian.
-Mucho, deseo ver a mis padres y ¡hablarles de tantas cosas! – Respondió Tom.
-Me imagino que el principal tema de conservación será la señorita Walker – Comentó Shelby – Creo que el amor te golpeó con todo lo que tenía, querido Thomas.
-¡No te equivocas! – Suspiró Tom – Estoy locamente enamorado y también desesperado porque el tiempo no pasa rápido y yo ya quiero casarme. Deseo formar una gran familia con ella y vivir en Londres.
-¿Pero ella que es lo que quiere? – Le preguntó el barón – Conociendo esa joven, me imagino que tiene otras ideas.
-Quiere viajar – Dijo Tom con una gran sonrisa – Pero le prometí un largo viaje de luna de miel. Unos seis meses quizá.
-¿Tanto tiempo? – Exclamó Cillian con sorpresa – Interesante.
-Sí, es muy interesante, ella desea viajar a lugares exóticos y yo no puedo negárselo – Dijo Thomas – Me mostró un mapa y en él había una ruta marcada, ella me explicó que había trazado esa ruta cuando era una niña y que algún día haría ese viaje.
-Ya lo comprendo – Murmuró Cillian – Tú quieres ser quien le cumpla sus sueños... haces bien.
El Conde estaba por añadir algo más, cuando el estrepitoso ruido del tren se dejó escuchar. Algunas personas se reunieron en la plataforma para recibir a los recién llegados. Tom y Cillian hicieron lo mismo y esperaron unos minutos hasta que el tren se detuvo por completo y los pasajeros comenzaron a descender. Los hombres buscaban desesperadamente las figuras de los condes, hasta que una silueta familiar llamó la atención de Tom.
-¡Allá está mi madre! – Le dijo a Cillian.
Ambos caminaron hasta el vagón de primera clase y esperaron a que sus padres pisaran la plataforma. Tom los interceptó y el rostro de su madre se iluminó al verlo, mientras se arrojaba a los brazos de su hijo que sonreía emocionado.
-¡Thomas! – Exclamó la mujer – ¡Qué alegría!
-¡Madre! – Gritó el hombre besando las mejillas de la mujer – Te eché de menos.
-Yo también, mi amor – Dijo la mujer y continuó abrazándolo.
El padre de Tom sonreía y saludaba a Cillian, quién también estaba muy emocionado de ver a sus tíos. Después de esa bienvenida, Tom se acercó a su padre y lo abrazó con fuerza, sin borrar la sonrisa de su rostro.
-¡Ha sido un viaje agotador! – Comentó el padre de Tom – Pero muy emocionante. Este lugar está lleno de hermosos paisajes, aunque ya no me aguantaba a tu madre. Está ansiosa por conocer a Eleanor. Por cierto, ¿en dónde está?
-En su casa – sonrió Tom – No vino conmigo. Pero esta noche iremos a cenar con su familia.
-¡Espléndido! – Intervino la madre de Tom – Quiero todos los detalles de su relación y de cómo se conocieron. ¡Quiero saberlo todo! – Exclamó emocionada.
Tom sonrió y asintió, tomando a su madre del brazo y conduciéndola hasta la salida. Cillian y su padre los siguieron, charlando animadamente y riendo de los comentarios del barón. Juntos subieron al carruaje y emprendieron marcha rumbo al departamento del conde.
Thomas pasó toda la mañana hablando con sus padres sobre lo maravillosa que era Eleanor y lo enamorado que estaba de ella. Su madre estaba encantada y ya deseaba conocerla, mientras su padre se mostraba satisfecho al saber que la prometida de su hijo no era una chica común. También, el hombre estaba satisfecho al conocer los negocios que el conde había logrado establecer en América.
-Me siento muy satisfecho con todo lo que has logrado en estos meses, hijo – Comentó el padre del conde – Estoy orgulloso de ti.
-Gracias – Respondió Tom y sonrió – Pronto tendremos una fábrica establecida en este lugar. Tengo gente capaz que se ha estado encargando de ello y yo me mantengo al pendiente de todos los avances.
-Me da mucho gusto, hijo. Espero que en los próximos días me lleves a conocer todos nuestros negocios establecidos – dijo su padre.
-Claro que sí, papá – Asintió Tom – Así será.
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Eleanor se miraba al espejo mientras arreglaba su cabello. Estaba un poco nerviosa, ¡esa noche conocería a sus futuros suegros! Suspiró y tomó el vestido que Tom le había enviado. Era un vestido lila decorado con encaje que hacía resaltar el color de sus ojos. También le había enviado un hermoso collar de diamantes y unos aretes a juego. Ella pensaba que las joyas eran algo exagerado, pero por fin decidió usarlas. Volvió a mirarse y se colocó un poco de bálsamo en los labios. Corrió a la ventana y por el camino pudo distinguir el carruaje de Tom, se apresuró y salió de su habitación para afinar los detalles de la cena.
Al llegar a la sala, aparecieron su cuñada y su hermano mayor. Sus sobrinos jugaban en la sala, junto a Drake y a su padre. Eleanor les sonrió y suspiró, tomando en brazos a la pequeña niña que le sonreía feliz.
-Betty está enorme – suspiró Eleanor acariciando el cabello de su sobrina – No puedo creer que está por cumplir dos años.
-¡Sí, crecen tan rápido! – Respondió su cuñada sonriendo feliz – Pero pronto vas a tener los tuyos – Dijo guiñándole un ojo – Con el Conde Hiddleston.
Eleanor no dijo nada, sólo se puso colorada y sonrió, entregando a la pequeña. Caminó hasta la cocina y se cercioró de que todo estuviera en orden. Después escuchó murmullos en la sala y salió a toda prisa. Frente a ella se encontraba Thomas, acompañado de sus padres. La joven estudió atentamente a los señores y se dio cuenta que su amado era el vivo retrato de su madre. El Conde la miró llegar y caminó sin detenerse hasta tomarla entre sus brazos, besándola con fervor.
-¡Mi amada Eleanor! – Exclamó Tom.
La chica se puso roja al sentirse observada por todos, especialmente por los padres del conde. Esas muestras de afecto no debería hacerlas en público... ¡pero qué más daba! Pronto se iban a casar. Tom la tomó de la mano y la condujo hasta sus padres, quienes la recibieron con una enorme sonrisa.
-Padre, madre – Dijo el hombre dirigiéndose a ellos – Ella es Eleanor Walker, la mujer que amo y con la que voy a casarme.
Eleanor volvió a ruborizarse y extendió su mano para estrechar la de la madre de Tom, pero la mujer la estrechó entre sus brazos mientras besaba sus mejillas.
-¡Oh! – Exclamó – Es un gusto conocerte, hija. Tom nos ha hablado tanto de ti, que ya creo que te conozco.
-El gusto es mío, señora Hiddleston – Respondió la joven con timidez.
-No seas tímida, hija – Exclamó el padre de Tom besando la mano de la chica – Vamos a ser familia y debemos tenernos confianza.
-Lo intentaré y se lo agradezco – Exclamó Eleanor – Sólo que estoy un poco nerviosa.
-¡Tranquila, que no vamos a comerte! – Murmuró el padre de Tom y todos sonrieron.
Eleanor a su vez, presentó su padre, a su hermano mayor y su cuñada, su hermano Drake y sus sobrinos. Después de las debidas presentaciones, pasaron a la sala para charlar y tomar un aperitivo antes de la cena.
-¿Cómo les fue en su viaje? – Preguntó Daryl Walker a los padres de Tom.
-Estuvo bastante aburrido – Respondió el padre de Tom – Fueron varios días en altamar y después en el tren.
-A mi me pareció una gran aventura – Comentó la madre del conde – Yo estaba muy emocionada, pero mi marido detesta viajar en tren.
-¿Y cuánto tiempo permanecerán aquí? – Preguntó Drake con curiosidad.
-Regresaremos con Tom y Eleanor a Inglaterra – Respondió el señor Hiddleston – Tengo entendido que van a casarse dentro de un par de meses. Así que ese es el tiempo que estaremos aquí.
-Además – Comentó la señora Hiddleston – Creo que Tom no ha pedido formalmente la mano de esta encantadora señorita – Dijo señalando a Eleanor.
-No, aún no – Respondió Daryl Walker – Yo espero que sea pronto.
-Será dentro de un mes – Exclamó Tom con una enorme sonrisa – Eleanor aún puede arrepentirse – Sonrió y le guiñó un ojo a la joven.
-¡No digas tonterías! – Intervino la chica – Yo he dado mi palabra y nos casaremos pronto, tal y cómo te lo prometí.
Tom sonrió con emoción y tomó a Eleanor entre sus brazos para besarla con pasión, sin importarle que fueran observados por todos. La familia de Tom y la de Eleanor estaban bastante felices por los chicos y pasaron por alto sus muestras de afecto. Para los padres de Tom era normal que su hijo actuara de esa forma, ya que estaba muy enamorado. La familia de Eleanor estaba contenta y tampoco les molestaba el cariño que se profesaban los novios, al final de cuentas, eran una pareja enamorada y estaban a punto de casarse.
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Pasaron un par de semanas y por fin se llegó el día de la carrera. La chica estaba nerviosa, ya que apenas había tenido tiempo de entrenar en forma. La madre de Thomas insistía en que la acompañara de compras o de paseo. La chica había intentado negarse, pero su padre le había dicho que eso sería una grosería. Tenía que convivir con su suegra y tratar de llevarse bien con la mujer, así como con el resto de la familia de su novio.
Drake entró a su habitación y la miró. Eleanor estaba sentada sobre la cama con las manos en la cabeza, únicamente llevaba puesta una bata de flores multicolores y miraba hacia la nada.
-¿Aún no estás lista? – Gritó Drake - ¡Se hace tarde!
-No voy a ir – Dijo la chica – Estoy segura que vamos a hacer el ridículo. Ni siquiera tuve tiempo de entrenar como quería. Seguramente Marduk se va a poner nervioso por mi culpa, lo voy a contagiar.
-¡Pero si lo has hecho muy bien! – Exclamó su hermano sentándose junto a ella - ¡Ambos lo han hecho muy bien! Confío en que saldrán victoriosos. Y si no ganas el primer lugar, estoy seguro que estarán entre los tres mejores. ¡Ánimo, hermanita! Sé que puedes y me lo has demostrado.
-¿Confías en mí? – Preguntó Eleanor – Aunque no haya entrenado lo suficiente.
-Toda mi confianza está puesta en ti – Murmuro Drake abrazándola – Has entrenado lo suficiente y eres capaz de participar en esa carrera aún sin un entrenamiento previo. Si no confiara en tus capacidades, me hubiera buscado a otra persona o no hubiera participado en la carrera.
Eleanor lo miró con los ojos brillantes a causa de las lágrimas que estaban por brotar de sus ojos, abrazó al chico y lo besó en la mejilla. Después se levantó de un saltó y tomó su traje de jockey para ponérselo a toda prisa y arreglarse para caracterizarse como un hombre. Cuando salió, Drake la miró complacido y la apuró a salir.
-Date prisa, nuestro padre no debe vernos – Dijo mientras ambos subían a su carruaje – Envié a Marduk al hipódromo hace unas horas y debemos estar con él para que no vaya a ponerse nervioso, ya sabes cómo es.
-¡Lo sé! Lo siento por retrasarme, pero me entró el pánico – Susurró Eleanor – Pero, ¿qué va a pasar si Tom pregunta por mí?
-Déjamelo a mí – Sonrió su hermano – Lo tengo todo planeado.
-¡Gracias, Drake! – Exclamó la joven.
-¡No! – Dijo el chico - ¡Gracias a ti!
Los hermanos llegaron al lugar de la carrera. Ya había mucha gente, tanto espectadores como participantes con sus respectivos jockeys. Eleanor caminaba junto a Drake, tratando de imitar la manera de andar de su hermano. La joven soltó el aire de golpe y entró en las caballerizas para reunirse con su caballo.
-¡Hola bonito! – Le dijo y besó el morro de Marduk.
-¡Pero si es el joven Drake y su jockey! – Exclamó Cillian Shelby, seguido de Tom.
-Hola, Drake – Dijo Tom - ¿Cómo estás? – Preguntó escudriñando al joven que estaba con su caballo.
-Hola a ambos – Respondió Drake – Permítanme presentarles a Percy Shaw, mi jockey.
-Es un placer – Dijo el conde apretando su mano.
-Lo mismo digo – Sonrió Cillian saludándolo.
-El gusto es mío, señores – murmuró Eleanor tratando de hacer una voz grave.
-¿Dónde está Eleanor? – Preguntó Tom sin poder apartar su mirada del jockey – Pensé que te acompañaría, Drake.
-Es cierto – Intervino Cillian - ¿Por qué no vino la señorita Eleanor?
Eleanor se tensó, pero la sonrisa de Drake la hizo relajarse un poco. ¿Qué iba a decir su hermano respecto a su ausencia? Esperaba que no dijera una tontería.
-Eleanor está indispuesta, señores – Dijo el chico con total naturalidad – Ustedes ya lo saben, ¡cosas de mujeres! – Exclamó meneando la cabeza – Sin embargo, mi pobre hermana quedó hecha un mar de lágrimas al saber que no presenciaría la carrera.
-¡Oh, lo entiendo! – Murmuró Tom – Quizá hoy por la tarde le haga una visita a mi princesa para saber cómo está.
-Espero verla después – Comentó Cillian – Ahora debemos irnos, mucha suerte a ambos – Añadió al salir, seguido de Tom.
Eleanor miró a Drake y, una vez que los hombres se alejaron, los jóvenes estallaron en carcajadas. La chica terminó de preparar a su caballo y ambos salieron para dar unas cuantas vueltas por la pista antes de que la carrera comenzara.
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Los caballos debían estar en sus respectivas posiciones y uno a uno desfilaron, previamente anunciados por un hombre mientras la multitud contemplaba emocionada cada uno de los ejemplares. Eran corceles finos y muy bellos, algunos campeones reconocidos y otros, como el de los Walker, que se trataba de su primera carrera. Un sudor gélido recorrió la espalda de Eleanor cuando anunciaron a Marduk y dijeron el nombre del supuesto jockey. La joven suspiró y le dio una suave palmada al animal en el cuello, mientras Marduk avanzaba sereno y altivo hasta colocarse en el cajón de salida.
La chica miró hacia ambos lados, a su izquierda se encontraba Cillian, quién miraba fijamente la pista y a su derecha estaba un hombre con una pequeña cicatriz en el cuello. Ella sólo alcanzaba a ver a esos dos, pero sabía de sobra que se trataba de un grupo de diez participantes. Suspiró y se colocó en posición al escuchar la campana, concentrándose únicamente en su objetivo: vencerlos a todos.
Un disparo seco rompió el silencio sepulcral, las puertas de salida se abrieron y los diez contendientes se lanzaron a todo galope. El caballo del conde Hiddleston, llamado "Chimera", se abrió paso quedando a la cabeza del grupo. Eleanor no azuzó a Marduk, lo mantuvo firme, cuatro puestos detrás de Cillian. Ella estaba consciente de su posición, pero estaba segura que a la segunda vuelta avanzaría un par de lugares, así había trabajado desde un principio. Mantendría sereno a Marduk, hasta colocarlo en primer lugar.
Cillian sonrió, el caballo de los Walker se estaba quedando a la zaga y él iba a la cabeza. Sabía que las competencias de los americanos eran duras, pero no lo suficiente para derrotarlo. Apuró al caballo e intentó adelantarse en la segunda vuelta.
Eleanor supo que era hora de adelantarse un poco, dio un par de golpecitos en la grupa de Marduk. El caballo apresuró el paso, adelantándose un par de posiciones y arrancando la segunda vuelta en segundo lugar. Cillian y su caballo iban bastante adelantados, le ganaba aún con un cuerpo.
-No por mucho – Pensó la joven sonriendo y sintiéndose muy emocionada.
La gente del público comenzó a emocionarse más al ver cómo Marduk se había adelantado, los había tomado por sorpresa a todos, especialmente al Conde, quién observaba a detalle la carrera. Después miró lentamente hacia el palco de Drake y pudo darse cuenta que el chico estaba eufórico, se había quitado el sombrero y gritaba maldiciones y hurras para su caballo.
Drake estaba feliz, su hermana estaba haciendo un gran trabajo y se había mantenido en su sitio. Ahora que la tercera vuelta daba comienzo, necesitaba adelantarse más, pues Chimera aún se mantenía a la cabeza, dominado con maestría por el gran Cillian y en tercer lugar se encontraba el caballo de Miller.
-Un segundo lugar no estaría mal – Dijo Drake para sus adentros – Pero ¡por favor! Adelántate un poco más.
Como si Eleanor hubiera podido escuchar sus pensamientos, avanzó a toda velocidad, ganando terreno en una curva y poniéndose a la par de Cillian, lo que provocó una enorme ola de gritos enardecidos entre los espectadores.
-¡Vamos, vamos! – Gritaba Drake – Muere, destrózate, pero ¡gana!
El Barón miró por el rabillo del ojo y se sorprendió al ver a Marduk y a Percy que avanzaban de forma pareja con él y su caballo. No podía creerlo, se había mantenido a la cabeza y ahora pasaba eso. Necesitaba ganar más terreno y adelantarse un par de metros. Trató de avanzar más en esa cuarta vuelta, sin embargo, el caballo de los Walker aún permanecía junto a él. Maldijo para sus adentros y descargó un buen azote a su montura para que avanzara más rápido.
Eleanor miró feroz al hombre, ¿cómo se atrevía a tratar así a un animal tan perfecto como Chimera? Eso la llenó de coraje y tomó un poco más de impulso cerca del comienzo de la quinta y última vuelta. Corrió casi a la par del viento, mirando de cerca la línea de meta, mientras que sus rivales iban quedando rezagados.
-¡Vamos, Marduk! – Murmuraba la joven – Sólo un poco más – Jadeaba - ¡No te detengas! ¡Más rápido, más rápido! – Susurraba a su caballo.
Poco a poco, comenzaron a dejar un poco atrás a Cillian Shelby y a Chimera. Eleanor aún no podía confiarse, ¡todo podía suceder en el último segundo! Cerró los ojos antes de cruzar la línea de meta y no supo que sucedió, hasta que pudo escuchar los gritos atronadores del público. Abrió los ojos al escuchar que un hombre gritaba....
-¡Marduk ha ganado! Se ha llevado el primer premio venciendo por medio cuerpo a Chimera – Decía el sujeto – Muchas felicidades a Drake Walker.
La chica se apeó del caballo y fue recibida por un montón de personas que vitoreaban y lanzaban sus sombreros al aire. ¡Habían ganado! No podía creerlo. Miró a su alrededor y pudo ver a Cillian, que sonreía con amargura y escupía en el piso. Sintió los brazos de Drake sujetarla y levantarla un palmo del piso.
-¡Ganamos, ganamos! – Gritaba su hermano - ¡No cabe duda que eres un gran jinete!
Eleanor sonrió y asintió. No podía hablar, su garganta estaba seca y todo su cuerpo temblada por la emoción del momento. Estuvo a punto de besar a su hermano en la mejilla, pero se contuvo, sólo golpeó el hombro de Drake y abrazó el cuello de su caballo. La gente los rodeó y todos hablaban a la vez, felicitándolos y deseándoles lo mejor.
-Muchas felicidades, Percy Shaw – Dijo la voz de Cillian y estrechó la mano del jockey – No cabe duda que te subestimé, muchacho.
-¡Gracias señor! – Murmuró Eleanor – Yo lo admiro y fue un gran honor competir contra usted.
Cillian asintió y caminó alejándose de la muchedumbre y sujetando a su caballo por la brida. Eleanor no sabía cuál mano tomar. Estaba muy feliz y dichosa. El primer premio era todo suyo y estaba segura que Drake había apostado todos sus ahorros a su favor, así que eso significaba más dinero para ellos. Sonreía amablemente y apretaba el brazo de su hermano. Estaban a punto de pasar a recibir su premio, cuando la figura del conde Hiddleston los interceptó.
-¡Enhorabuena, Drake! – Dijo abrazando al chico – Fue una carrera muy emocionante.
-Lo sé – Sonrió Drake – Aún no lo creo.
-Hizo un excelente trabajo, señor Shaw – Exclamó el conde dirigiéndose al jockey y mirándolo con detenimiento, ¡esa forma de sonreír!
Eleanor se sintió estudiada por el hombre y cambió su gesto, intentando no revelar su identidad.
-Gracias – Murmuró secamente y apretó la mano de Hiddleston – Fue un placer.
La chica empujó a su hermano y caminó con nerviosismo para alejarse de Tom. Temía su perspicacia, la observaba a detalle y pensó que quizá podía descubrirla, como había sucedido esa vez en el concurso de belleza. Un pánico se apoderó de la mujer al sentir todavía la penetrante mirada de Thomas sobre ella. ¿Qué sucedería si él se enteraba que de nuevo había roto las reglas? ¿Cómo iba a reaccionar al darse cuenta que había sido vencido por una simple chica? ¡No quería ni imaginárselo!
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¿Cómo la ven? Esos hermanos Walker metiéndose siempre en líos. Me alegra que hayan ganado la carrera. ¿Creen que Eleanor se lo revele a Tom? ¿Cómo creen que vaya a reaccionar el Conde? Yo espero que no se enfade. Ahora díganme, ¿qué les pareció este capítulo? Gracias por todo. Les recuerdo que estamos sólo a dos capítulos de terminar esta historia, así que si no se presente un contratiempo, la semana entrante estaré publicando el desenlace de SUMMER RAIN.
#MaryCruz
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