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1. INICIO

Bueno, ya que estamos os aviso que no he sido tan bueno como parezco, mi trabajo no es muy inocente, mucho menos fácil, pero si algo lo caracteriza es que deja buenas ganancias con el jefe correcto.
Tendré que volver hasta el año 4029, la gran urbe moderna de Neon Maiden, en el planeta Tierra, era la más avanzada del mundo. Miles de naves comerciales aterrizaban y despegaban al día. Primera exportadora mundial de vibranium, segunda de oro, cuarta de thundrillium y quinta de mercancías básicas. Se ubicaba en Nueva Rusia V, el país más poderoso del mundo gracias a sus ciudades avanzadísimas y a su vez de su potente ejército: el mejor también a nivel global. Con armamento extremo, vehículos avanzados para la época, que de por sí ya era difícil inventar algo mejor a lo existente.
Neon Maiden estaba custodiada en las orillas, para que no hubiera extranjeros sospechosos ahí, ya que estaban almacenadas cosas de invaluable valor: un diente enorme que perteneció a una bestia gigante en el lejano siglo XXI, la pierna del extinto roboguardia de la Montaña Del Futuro, la última del planeta, los restos de una máscara que databa del siglo XIX, incluso un holo-periódico de los años 3,000, donde se narraba un suceso de manera borrosa, ya que había perdido la calidad luego de tantos años. Sólo se leía: "J???? ????c??? ab???? ??ve ????ñ??a "C????d??a???" ????o a mi?????? del ej?????? ?ara ?cabar c?? gigan???? c?b? n???? asesino".

Era una historia de otra galaxia, según investigadores de la reliquia. Una igual a la nuestra, pero no se sabe cómo llegó el holo-periódico hasta aquí. Se analizaron "JC", parecían parte de un nombre, pero no se obtuvo nada: miles de personas con esas letras en su nombre vivieron allá. Ahora, volviendo al tema principal, los mayores gobiernos del planeta: Nueva Rusia V, el Imperio Coreo-Japonés, la Real República de México y la Unión Soberana Hispanohablante, comenzaron a disputar territorios a la débil en la Tierra pero fuerte en Venus, Resurgiente Nación Inglesa. Ésta última era humillada en la Tierra por quedar en uno de los lugares más bajos tras la cuarta guerra mundial, donde la entonces Rusia venció a Estados Unidos, éste último aliado con la NI, en ese entonces Reino Unido, quedando los dos como los payasos de los demás países. Cabe destacar que el entonces México hubiera quedado igual de no ser porque en el último momento traicionó a sus aliados y se alió con Rusia. Japón no metió muchos elementos a la guerra, sino más bien esperó a ver al vencedor: tenía en vista a las dos Coreas y quería dominar a la poseída por el perdedor. Al fracasar la potencia americana, Japón pactó con Rusia y atacaron Corea del Sur, siendo ésta sometida a merced de los aliados y formando obligatoriamente parte del naciente Imperio Coreo-Japonés. El último, se anexó pronto China y Singapur, aunque le dio palo volver a cambiar el nombre y la bandera.

La entonces España tampoco tuvo mucha participación en la guerra, pero también obtuvo mucho poder: tras colonizar México las Antillas y el Caribe, y cuando iba a llegar a Colombia, las tropas españolas ofrecieron apoyo a los países sudamericanos a cambio de unificarse todos en un Imperio Constitucionalista. Así lo hicieron. Se habían formado las nuevas mayores potencias militares de la Tierra. Estados Unidos nunca pudo aspirar nuevamente a algo, y sin embargo Inglaterra sí: comprendiendo que no podría volver a tener la gloria en el planeta azul, emprendió usando todo su presupuesto para colonizar Venus: el recientemente abandonado planeta vecino.
Así nació la Resurgirente Nación Inglesa Venusina y obtuvo más notoriedad, pero al Pacto Supremo no le gustó mucho la idea de que un rival obtuviera poder, y comenzaron a buscar la forma de erradicar a la Nación Inglesa del universo entero.

Pero la vida sigue y mientras el Pacto decidía, los de Venus comenzaron a disparar rayos electromagnéticos inhabilitadores a las naves comerciales que iban desde la Real República de México a sus colonias en Saturno.

La guerra se desató en serio cuando la nave "Maguey", que llevaba abastecimientos más valiosos de lo normal, fue atacada por los Ingleses directamente...

-¡Atención a todas las unidades, salid inmediatamente a confrontar a los invasores, van a hundir nuestra nave en la infinidad del espacio! -Comunicó el piloto Ernesto Mora.

La "Maguey" estaba acorazada, siempre era la nave utilizada para los mejores cargamentos. Tenía mejor blindaje, mayor velocidad, y una cámara llena de soldados con jetpacks para emergencias.
Los últimos salieron a confrontar al enemigo y pronto destrozaron a toda la flota gracias a su armamento superior, pero cuando todo parecía terminado, desde Venus salió disparado un rayo púrpura que chocó contra la nave, y entonces el conductor perdió el control. Lo tomó el piloto automático, que fue lo que salvó a la nave de estrellarse contra el cinturón de asteroides. Sin embargo, los soldados se volvieron locos y dañaron el sistema de ubicación, por lo que no pudieron volver a la Tierra o a Saturno. Por alguna razón, ese rayo había vuelto loca a toda la tripulación, que poco a poco murió.

Lo único que se obtuvo fue el informe del robot conductor al gobierno de la RRM:

<I n v a s i ó n - i n g l e s a - a - n a v e - " M a g u e y " - t o d o s - l o s - t r i p u l a n t e s - m u r i e r o n - t r a s - v o l v e r s e - l o c o s - d e b i d o - a - r a r o - l á s e r - d i s p a r a d o - d e s d e - V e n u s>

Ésto hizo que el gobierno se quejara con los otros miembros del Pacto Supremo, quienes tomaron la decisión de comenzar una guerra de láseres desde la Tierra hasta Venus y viceversa. Pero primero, necesitaban a alguien que evitara que los Ingleses dispararan ese láser, además de encontrar el antídoto en caso de que lo hicieran.

Empezaron a buscar por todas partes a alguien que hiciera eso, pero nuevamente actuó la NI y disparó el láser contra el Imperio Coreo-Japonés.

Casi al instante, los habitantes expuestos comenzaron a sufrir fuertes dolores de cabeza y alucinaciones. Científicos lograron obtener una muestra de lo que contenía el láser: era una mutación de cocaína, fentanilo y varios virus mortíferos, algunos causantes de la viruela, la influenza A, enfermedades respiratorias y mentales entre tantos más. Bueno, el resultado fue que en una muestra analizada, se encontraron más de 200 bacterias y virus, en su mayoría provocadores de enfermedades mentales, y varias drogas alucinógenas. Tardaría varios meses crear la cura, pero según la investigación, sólo había esperanzas de vivir seis días con la enfermedad.

Ahora era más urgente conseguir a alguien, pero como me dí cuenta que si quieres que las cosas salgan bien las debes hacer tú mismo, me presenté en la conferencia decisiva; yo, Jonathan Blackman, ciudadano del Reino Danés, cazarrecompensas experimentado, a quien todos conocían por "Summer-Bot". ¿Porqué? Yo siempre provoqué que mis enemigos sintieran el verano del infierno con mis lanzallamas.

-¡Hey, usted no puede pasar! -Me dijeron los guardias.

-Perfecto, yo soluciono eso. -Respondí, y los congelé con mi cañón.

Cuando entré, dije: -Hola.

Todos los dirigentes quedaron sorprendidos: ¿qué hacía un tipo con una armadura tan extraña en medio de todos?

-Me presento, mi nombre es Jonathan Blackman, y me interesa vuestro contrato para ir a Venus a acabar con la NI.

Apenas dije eso, me sentaron en un sillón volador y me comenzaron a interrogar.

-¿Eres tú entonces militar o algo así en tu país?

-Veamos... alguna vez serví a las tropas danesas en la colonización de la provincia de Irlanda.

-Ajá... -El emperador de Corea-Japón me preguntó: -¿No serás un espía?

-Lo seré si así lo estipula el contrato.

-Así que sos bipolar o algo así...

-Es usted el gobernante, con educación de la alta... y sin embargo no comprende el significado de lo que mi boca pronunció. Sólo tengo mucho entrenamiento, no es que tenga una enfermedad de esas.

El Emperador se levantó de su asiento, pero los demás lo detuvieron viendo que yo ya estaba preparando mi rifle de plasma. Nunca pensé yo que los que parecían tan elegantes y educados no entendieran ni una palabra de lo que dices y simplemente fueran con intenciones violentas.

-Vamos por partes -dijo el presidente de la Gran República de México. -Viniste sin que nadie te invitara. Ni tienes porqué estar aquí, y sin embargo te atreves a ofender a nuestro colega.

-Señor, con todo respeto, ustedes los mexicanos alguna vez fueron unos de los humanos con más escases de recursos, y ahora, porque en el último momento cobardemente se le tendieron a los antepasados de éste señor -señalé al presidente de Nueva Rusia V -seguirían igual o peor porque el país al que le hacían los honores ahora está en la ruina.

-¡Hijo de tu puta madre! -Me gritó el presidente.

-Sin problemas, por favor. -Mostré mis cuchillas y todos se aplacaron. -Créanme, necesito matar a alguien. Y por eso vine aquí. Pero ya que no están muy de acuerdo con que esté aquí, voy a ir a prevenir a la Nación Inglesa de que ustedes van a contratar a un cazarrecompensas para que la extermine.

-¡Detenedlo! -Gritó el rey de la USH y todos los soldados se fueron tras de mí. Me di media vuelta y degollé a uno, tomando su espada láser y partiéndola en dos en la espalda de otro. En ese momento se dieron cuenta los gobernantes de que yo no era normal: era imposible romper una de esas espadas. Todos los demás guardias retrocedieron atemorizados. Noté con mi visor que su nivel de miedo era más de 1200.
Caminando sobre los que había matado, me volví a sentar y pregunté a los tontos que se decían supremos:

-Y entonces... ¿me contratarán?

-Ehhh sí, sí, por supuesto... ¡Dios, quién no lo haría! -Me respondió el Emperador.

-Bueno... ¿cuánto me darán?

-¿Cuánto queréis? -Me preguntó el rey de la USH. Yo lo pensé bien y dije:

-$4,000,002, la mitad justo ahora y el resto al cumplir la misión. AL CONTADO.

Los gobernantes se vieron unos a otros. Con gusto me hubieran arrancado la cabeza ahí mismo, pero no tenían la más mínima oportunidad de hacer eso.

Andando, andando. Mis dedos tiemblan de tanto tiempo que tienen sin matar a alguien.

-¡Pero si apenas pasaron diez segundos! -Dijo el presidente ruso, pero le puse el rifle en la boca y le dije:

-No es de su incumbencia.

-¡Perdón, perdón, lo lamento! -Me respondió con un nerviosismo sin igual. Me atrevo a decir que alguno de ellos estuvo a punto de salir corriendo y no lo hizo de pura pena. Otra cosa que daba miedo de mí era mi estatura: 1.98 m. Los cobardes medían alrededor de 1.80, sin mencionar que el mexicano alrededor de 1.60.

-Bueno... entonces creo que ya me puedo retirar. Tienen treinta minutos para que el dinero llegue a ésta dirección: Blasterdraxx #7489, en Nueva Groenlandia.

Mi casa era la más aislada de toda la ciudad, estaba un tanto alejada de las demás. No fue uno el que pensó que la última vivienda de la calle era la #7488. Tras decir mis condiciones, me fui. Mi nave ya estaba afuera, y volví a mi hogar. Al aterrizar, me quité el casco, y tomé un respiro profundo. Oprimí un botón y mi nave se ocultó bajo tierra.

Esperé y esperé... ya sólo faltaban diez minutos cuando recordé algo desagradable... mis primeros años como soldado. Cuántas veces no se aprovecharon de mí los demás. Yo... el más débil... el que no sabía nada de nada acerca de armas, pelea o estrategia. Me había hartado, y decidí dejar de ser el hazme reír de los demás soldados. Entonces, el último tiempo que estuve ahí, sobresalí en todo. Mi manera de vengarme fue llamando "niñitas" a los demás, desafiando al mayor, tocar la trompeta antes de tiempo todas las mañanas e ir a misiones que no se me encomendaban. A pesar de todo, sabían que yo tenía talento, y me enviaron a la guerra con Irlanda. Tomé todas sus fortalezas. Era yo el francotirador estratégico del ejército Danés.

Finalmente, dejé la carrera.

De pequeño mi padre me había inculcado el amor a todos los seres, y por culpa de unos soldaditos imbéciles perdí ese valor fundamental. De todos modos, ahora me importa poco.

Escuché que ya venían con el dinero y abrí la puerta.

-Buen trabajo... -les quité el maletín. -Espero que no sea una bomba...

-¿Eh? ¡Nnnnnno! No es ninguna bomba... a ver... -me lo volvieron a quitar y se fueron a su nave. Regresaron luego de un rato. -¡No, aquí sólo hay dinero!

-Hmm... -efectivamente así era, pero la primera vez indudablemente fue una bomba lo que me habían dado. -Decidle a vuestros amos o lo que sean que voy a ir con ellos mañana para ponernos de acuerdo acerca de lo que vamos a hacer.

-En efecto asó ¡que diga! asá ¡que diga! así será. Ejem... adiós.

Salieron a toda velocidad como si me los fuera comer. No entiendo tanta exageración.

Como yo nunca falto a mi palabra, fui al día siguiente al punto de encuentro. Me dio mucha risa el ver que los gobernantes traían puestas armaduras medievales en pleno año 4029.

-Y bien... ¿esperamos al Rey Arturo? ¡Ha, ha, ha, ha, ha!

-...

-Bueno, no vinimos a hacernos los muy idiotas. Andando, contadme vuestro magnífico plan.

-A ver... -Dijo el ruso. -No esperamos que ésto tome poco tiempo, pero tampoco debes sobrepasar los cuatro días en la misión... Bomba Turbina. Nuestra idea es que uses éstas credenciales y pasaportes falsos que te acreditan como ciudadano inglés para tomar una nave a Venus. Ya allá, usarás ésta otra que te hace pasar por un trabajador de la casa de gobierno. Ya ahí, tendrás qué sacar información acerca del antídoto a la Plaga Mental en láser que posee esa repugnante nación y regresarás aquí. Con ese antídoto en nuestras manos ya no te necesitaremos más y te pagaremos lo acordado.

-Suena bien. Ésta misma noche vuelo hacia Venus. -Respondí, subí a mi nave y salí a los territorios terrícolas de la NI.
Ya ahí, me cambié y enterré mi vehículo en medio del desierto de desechos, pero para mi sorpresa, al dar unos cuantos pasos, vi como unos de los mencionados se levantaban y se unían para formar un robot de cuatro metros de alto.

-¿A dónde tan deprisa, enano?

-Lo lamento, no hablo con máquinas.

-Nadie cruza éste desierto sin mostrar la credencial que lo acredita como inglés.

Yo la mostré y el robot la analizó. -Umm... perfecto. Adelante. -Cambió de forma nuevamente y se convirtió en una cápsula teletransportadora que me llevó directo al espaciopuerto.

Subí a la nave que tenía que tomar y despegó. Mientras estaba adentro reflexionaba: ¿cómo esos idiotas del Pacto Supremo me pusieron una bomba por tenerme miedo, sabiendo que yo era el único que podía salvar a su gente con ésta "Bomba Turbina"? Patético.

Salimos al espacio y en menos de treinta minutos ya habíamos llegado a la atmósfera de Venus. Ahí, la nave se detuvo y entraron unos soldados que empezaron a analizar pasaportes nuevamente. Entonces, uno de ellos me vio y dijo: -Oye, tú estabas en la guerra de Irlanda cuando yo fui como agente de apoyo. Eres danés.

-Me estáis confundiendo. Yo nací y crecí en la Nación Inglesa.

-Hmmm... no sé..............................

Yo me quedé en suspenso, listo para apretar el botón que me pondría mi armadura. Pero entonces dijo: -Pueden seguir.

Sentí mucho alivio y me acomodé en mi asiento.

Finalmente volvimos a tocar tierra y yo, apenas bajé, me puse en camino a la casa de gobierno. Tomé la primera cápsula teletransportadora que me encontré y pronto llegué.
Me paré a las afueras esperando a entrar, pero entonces vi cómo unos empleados ponían su credencial en un scanner y accedían e hice lo mismo. Adentro, me dí cuenta de que tenía qué encontrar una oficina desocupada y así lo hice.

Por suerte para mí, eran tantos los trabajadores que nadie notaba la diferencia si estaba yo o no.

Así pasó el día, trataba de hackear el sistema y cuando me veían trabajaba normal.

En la tarde, ya había logrado localizar los archivos más protegidos. Al salir alquilé una habitación de hotel y me quedé ahí. A eso de las 20:00, hice una llamada holográfica a la Tierra e informé a los del Pacto Supremo sobre lo que ocurría. La nueva parte de la misión era acceder a la oficina del gobernador para extraer los documentos, ya que si bien los ubiqué, no podía extraerlos desde la oficina que tenía.

Sin embargo, un trabajador sí notó la diferencia entre mi ausencia y presencia, y me enteré al día siguiente.

Todo pasó como el día anterior, con la excepción de que, al entrar, me metí en los muros y por ahí adentro empecé a avanzar. Con mi visor de rayos X, pude saber cuando estaba tras la oficina del gobernador, y al ver que no había nadie, bajé por el techo.

Mientras descargaba los archivos, escuché cómo afuera el anteriormente mencionado empleado le contaba a alguien más:

-Ese tipo apareció ayer y hoy se esfuma como si se lo hubiera tragado la tierra. No lo enti...

No tuve tiempo para esconderme y me vio robándole al gobernador.

-¡Intrusoooo! ¡Intruso en la oficina principal! ¡Policía!

Yo traté de no desatar algo peor y me fui nuevamente por el techo y los muros, pero los agentes se fueron tras de mí y me rodearon. Tuve qué golpear a uno de ellos para poderme ir.

Finalmente logré esconderme en un rincón y pasé desapercibido, pero escuché que estaban pidiendo refuerzos con rayos X. Entonces decidí que ya no se podía hacer nada y oprimí mi botón...

Mi armadura se desplegó y, ya acorazado, atravesé como lanza a los oficiales y salí de ahí, no sin antes vengarme del chismoso, a quien dejé colgando del techo.

Me fui propulsado por mis botas y me fui de esa manera del planeta.

¡Lo había logrado, misión cumplida!

¿O no?

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