Capítulo 34
Cubrí mi boca con una de mis manos cuando el rostro de Joe apareció. Parecía estar en su habitación. Me sonrió un momento y entonces se sentó al borde de su cama. Juntó las manos y miró hacía la cámara.
Hola princesa – escuchar su voz de nuevo me provocó un pacífico momento de dolor, pero un dolor dulce y no tan desagradable – si estás viendo esto significa que nuestro día ha finalizado, y espero que haya sido un éxito. Tengo que admitir que estoy algo nervioso, pero sé que cuando te vea olvidaré todo. No importa que vistas o como te peines, sé de antemano que estarás hermosa porque lo eres. También me encuentro un poco ansioso. Quería decirte esto desde hace tiempo pero resultó que decirlo no era suficiente. Tampoco escribirlo porque no soy bueno con las palabras. Así que se me ocurrió esto, para que pudieras verlo cada que lo necesites. Que me necesites. Vaya Summer, eres la primer relación seria que tengo y mira que no ha sido sencilla. Todas las peleas, bueno, discusiones constructivas - como tú las llamas - me aterraban. Algunas eran inevitables, otras innecesarias. Pero en cada una me dio miedo perderte. Ahora comprendo que ese tipo de discusiones pueden llegar a alimentar una relación cuando se saben sobrellevar. Míranos, terminamos aprendiendo el uno del otro como antes no lo habíamos hecho. Como sea, no cambiaría ninguna ni un poquito. Estoy seguro que algo bueno, por pequeño que sea, habremos obtenido de ellas, ¿no crees? Además han valido la pena a cambio de todos los momentos buenos a tu lado. Nunca me sentí solo estando tú, desde que éramos amigos. Hoy hace un año mi suerte cambió, porque me diste una oportunidad y aceptaste ser mi novia. Esperaba que llegáramos a esto pero nunca lo di por hecho. A veces soy un desastre en las relaciones – sonrió – pero aquí estamos y me alegro de que sea contigo. No me queda más que disculparme por los tragos amargos que te he hecho pasar. No soy perfecto, pero así me quieres y te lo agradezco. Yo también te quiero. No, te amo. Y te amo mucho. Ha sido un placer coincidir contigo en este mundo. Por eso quiero pedirte un favor. Me gusta cuando ríes, sonríes y estas tranquila. Conozco la vida y sé que es prácticamente imposible permanecer así todos los días, pero recuerda que me gustas más sonriendo. Sé feliz siempre. La vida da mil vueltas, siempre lo dices y tienes mucha razón. Y no importa lo que suceda en tres horas, mañana o en cinco años. Si te veo sonreír estaré feliz. También tengo planeado estar a tu lado para no perderme todas esas sonrisas. Solo eso espero, seguir a tu lado. Ahora que lo sabes es hora de despedirme, pero sabes que esto no es un adiós, linda. Solo un hasta pronto.
El pequeño rectángulo de la cámara se volvió negro y su rostro desapareció.
– Joe... – susurré llorando – ¡JOE!
Dejé caer la cámara al suelo y cubrí mi boca con ambas manos para ahogar los sollozos. Había sido horrible, como tenerlo y perderlo de nuevo. Cuando grabó ese video ni siquiera se imaginó que en verdad sería un adiós. Que sería lo único que me quedaría de él para recordar su voz. Dolía, como si le acabaran de echar alcohol a mis heridas.
La puerta se abrió e instintivamente dirigí mi vista hacía ella, solo para encontrarme con la presencia de mi madre.
– Te escuché gritar – explicó preocupada
Quité las manos de mi boca y los sollozos se hicieron audibles.
– Mamá – dije anhelando uno de sus abrazos
Ella atravesó la habitación en unas cuantas zancadas y se dejó caer a mi lado. Delicadamente, posicionó sus manos a cada lado de mi rostro.
– ¿Estás bien?
Ya me había cansado de fingir ser fuerte.
– No – respondí – siento que me estoy muriendo sin él
Me aterraba que ella lo pudiera tomar como una exageración, una locura. Sentí un enorme alivio cuando vi comprensión en sus ojos.
– No es fácil perder a las personas que amamos
– No – concordé – ¿pero por qué Joe? Él tenía sus sueños y no pudo cumplirlos. No se lo esperaba. ¡Nos lo arrebataron! ¡Es tan injusto!
Llevé mis manos a mi rostro y me recargué en su pecho para deshacerme en mi llanto. Ella me rodeó con sus brazos fuertemente.
– Te parecerá horrible lo que te voy a decir hija, pero la vida no es justa. Y así hay que aprender a vivir
– ¿Así te sentiste cuando Papá se fue?
– Yo no me atrevería a comparar un dolor con otro
– Tampoco fue justo que te dejara
– Joe jamás te hubiera dejado de haber estado en sus manos
– Pero aún así no está
Y su ausencia dolía. Dolía mucho.
Comencé a llorar con todas mis fuerzas, intentando secar en lágrimas mis sentimientos. Sus palabras se repetían en mi cabeza y hacían inalcanzable el momento de parar. Mamá tampoco me detuvo, así que continúe llorando hasta, literalmente, el cansancio.
Apenas era consciente de mi cuerpo en ese momento, me dolía la cabeza y los ojos al mismo tiempo. Deseaba no moverme hasta que me sintiera con energías de nuevo pero Mamá me puso de pie y me ayudó a recostarme sobre la cama. Después me tapó hasta el cuello y se quedó a mi lado, acariciando mi cabello.
– Gracias mamá – dije con la voz ronca
– No sabes cuánto me duele verte así – confesó
Se agachó un poco y volvió a enderezarse, esa vez con la cámara en sus manos.
– ¿Qué es esto? – preguntó con desconfianza
– Me la dio Joe – respondí cerrando los ojos y enterrándome en la suave almohada, no tardaría mucho en quedarme por completo dormida
– ¿Cuándo?
– Ese día – suspiré – si la vas a ver hazlo cuando esté dormida por favor. No creo poder soportar escuchar su voz de nuevo
– ¿Su voz?
Asentí levemente con la cabeza, invadida por el sopor. Mamá seguía haciendo caricias en mi cabello, invitándome a dormir.
– Descansa Summer – canturreó – te amo hija
Sus palabras fueron como las palabras mágicas que me hicieron, por fin, caer rendida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro