Capítulo 16
La fiesta parecía ser tan memorable como siempre prometía Joe, a nadie le cabía la menor duda.
– Ahora si te luciste – mencioné con voz muy fuerte para que se escuchara por encima del ruido
Él solo me guiñó uno de sus ojos a lo que yo sonreí.
El mal tiempo había hecho su aparición. Afuera la lluvia caía como un torrente, pero a nadie parecía importarle mientras adentro la música continuara a todo volumen. Y la diversión parecía estar en su punto.
En el centro de la sala se acababa de armar una improvisada zona de baile loco. Casey inmediatamente se quiso unir a eso por lo que yo la seguí. Me asusté momentáneamente cuando sentí una mano fría en mi hombro, pero sonreí al ver que solo era Alex quién también se unía.
– ¿Te diviertes? – preguntó riendo
– Mucho – admití sin dejar de bailar – ¿Por qué lo preguntas?
– Porque te he estado observando y pareces un saltamontes – admitió
Le di un suave golpe en el estómago a lo que el rió más
– No seas aguafiestas – me defendí – es el cumpleaños de Joe
– ¿No deseas volver al armario? – preguntó de pronto
No pude evitar reír
– Ni de broma – negué con la cabeza
– ¿Por qué no? La vez pasada fue divertido
– No lo recuerdo divertido
– Yo sí – aseguró encogiéndose de hombros
– No tienes remedio
– Tú tampoco, no veo el problema
Volví a reír, pero dejé de hacerlo con el súbito cambio del ritmo. Como por arte de magia había comenzado a sonar una balada. Detuve mis movimientos, de pronto muy rígida. Miré a Alex. También parecía desconcertado por el cambio, pero no tan tenso como yo.
De pronto, me sonrió como si todo estuviera bien y levantó lentamente una de sus manos, ofreciéndomela
– ¿Quieres bailar? – preguntó con voz suave
Mi corazón entró en un frenesí inigualable. Su mano extendida hacia mí lucía endiabladamente tentadora, pero no me sentía segura de tomarla...
– Te estaba buscando – susurró Joe a la altura de mi oído
No pude evitar dar un respingo al sentir su aliento tan cálido deslizarse por mi mejilla izquierda. Inmediatamente, Alex escondió su mano.
– Me has encontrado – respondí girándome hacia Joe con una sonrisa no del todo sincera. Mi decepcionado corazón intentaba recuperarse de lo sucedido.
– ¿Bailas? – preguntó tomando una de mis manos para acercarme más a él. Su rostro tenía una expresión tan tierna que no pude resistir
– Me encantaría – respondí a su petición
Antes de alejarnos miré sobre mi hombro tristemente. Alex ya no estaba ahí.
Nos apartamos de la gente hasta encontrar un rincón lo suficiente apetecible para bailar lento y torpe. Joe bien sabía que las canciones lentas y yo no nos llevábamos bien. Tomó mis dos manos y las puso sobre sus anchos hombros para después colocar las suyas en mi cintura.
– Me gusta tu vestido, parece de cenicienta pero corto – elogió
– Gracias – agradecí un poco sonrojada
– Y tú cabello. Te ves bien china
En esa ocasión reí
Su mano derecha apartó con delicadeza el pelo que cubría mi frente y observó con atención el morete que había quedado del accidente matutino.
– Se ve menos hinchado
– Está menos hinchado
Me sorprendí un poco cuando sus labios se posaron en esa parte con tanto cuidado que apenas me lastimó. Mi respiración se aceleró y no supe muy bien porqué.
De pronto mi cuerpo estaba muy consciente de Joe, de sus manos y de su respiración. De la forma en que me acercaba a él con el compás de la música. La manera en que estrechaba mi cintura y acariciaba mi espalda. Sus labios escondiéndose en mi cuello, haciéndome cosquillas...
– Joe – mi voz tembló
– Summer – volvió a mis ojos
– ¿Qué haces? – pregunté dubitativa
El rió negando con la cabeza, como si yo no tuviera remedio. Quise reír también pero de pronto mi mandíbula estaba atrapada por su mano
– Summer – repitió con voz anhelante, nuestros rostros estaban muy cerca...
Demasiado cerca.
Fue como entrar en calor después de un largo día de invierno. Mi cuerpo se estremeció de pies a cabeza y mis ojos se abrieron de par en par. Tenía la boca de Joe adherida a la mía, quieta como una marea engañosa. Sus manos frías se deslizaron por mis mejillas y entonces comenzó a besarme con la fuerza de las olas.
Algo extraño escapó de mi garganta, una especie de gemido que nunca había estado ahí y jamás me había creído capaz de pronunciar. Sentí más seguridad al cerrar mis ojos, entonces mis manos caminaron ciegamente hasta afianzarse en su nuca. Mi pecho estaba experimentando una adrenalina increíble, me daba cosquillas respirar.
Joe hizo un sonido parecido al mío cuando me puse de puntitas para estar a su altura, tuvo que utilizar uno de sus brazos para ayudarme a mantenerme ahí. Me asusté cuando deje de sentir el suelo pero entonces la pared le sirvió de soporte a mí espalda. El pecho de mi compañero se acopló al mío, dos corazones desenfrenados casi se fusionaron... ladeé mi rostro y comenzó una tierna pero salvaje exploración mutua.
Y mi mente recobró el sentido.
Solté los labios de Joe y tomé una enorme bocanada de aire. Nuestros ojos se abrieron al mismo tiempo y se miraron asombrados. Yo seguía en contra de la pared, no podía moverme.
– No sé que me sucedió – dije al fin
Él me miró confundido
– Me quieres Summer
Una enorme sonrisa cruzó por su rostro al decir eso. Yo sentía como si un incendio acabara de pasar sin piedad sobre mi cuerpo, dejando solo las cenizas de un fuego equivocado.
– Lo siento Joe – me disculpé, lo iba a lastimar
– ¿Por qué?
Yo me quedé callada, arrepentida. Pude ver el entendimiento en sus ojos
– Ah – pronunció por fin separándose de mi cuerpo – Alex...
Mis ojos se llenaron de unas lágrimas que me esforcé por no derramar
– Yo no...
Él negó con la cabeza e intentó sonreírme
– Yo te besé. Soy un tonto, ya debería entender que no te vas a olvidar de él
– Joe no puedo...
Hice el ademán de poner mi mano sobre su hombro, pero él se apartó bruscamente
– Déjalo así Summer, por favor
– Lo siento – se me escapó sin pensar
Él me miró a los ojos durante un momento que me pareció eterno
– Yo también – dijo antes de marcharse.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro