La fiesta empezó a decaer. Habían pasado varios minutos desde que se requirió el servicio de Tails. Algunos se fueron temprano, pero la mayoría se quedó. Los clientes y el personal tenían la barriga llena de comida y bebida, mientras que los esclavos tenían la barriga llena de pene y semen.

Vanilla hizo un pequeño anuncio en el escenario.

"Bienvenidos, toros y futas", dijo. "Espero que hayan disfrutado de todo lo que les hemos ofrecido esta noche. A algunos los he entrenado personalmente. Esta noche, tenemos algunos esclavos adorables que necesitan un buen hogar. En primer lugar, tenemos a Bimbo, nuestra linda cervatilla".

Una de las bailarinas caminaba por el escenario. Era delgada, menuda y vestía solo unos cubre pezones. Dos cubrían sus pezones, uno cubría su flor. Su pequeño cuerpo moreno estaba cubierto de aceite y brillaba bajo las luces del escenario mientras se pavoneaba. Cuando se dio la vuelta, mostrando su trasero regordete, también reveló un par de esposas que incluso ocultaban sus dedos.

"Bimbo tiene 1X años y perdió su virginidad hace apenas un año, bajo nuestra tutela", continuó Vanilla. "Mide aproximadamente un metro y medio y pesa menos de 40 kilos. Es una adicta a la masturbación. Si no estuviera esposada ahora mismo, se estaría frotando delante de todos vosotros. Por supuesto, se asegurará de serviros a vosotros, ante todo, pero está constantemente cachonda. Empezaremos la puja en 1.000 anillos".

El precio siguió subiendo y subiendo. Al final, Bimbo fue vendida por 27.000 anillos. La escoltaron fuera del escenario y conocería a su nuevo amo una vez que terminara la noche.

"Muy bien, ahora tenemos a un lagarto barbudo sexy y pequeño. Por suerte, no tiene edad suficiente para tener barba. Y con las hormonas que le hemos inyectado, no le crecerá pelo".

Subió al escenario un niño reptil amarillo vestido con un traje de danza del vientre transparente que no dejaba nada a la imaginación. Su pecho, oculto tras un fino velo, estaba ligeramente abultado, lo que le daba una copa A en el mejor de los casos. Su diminuto pene estaba equipado con una jaula de castidad dorada.

"Bromas aparte, su mejor cualidad es su boca. Por eso lo llamamos idiota. Muéstrales, idiota".

Sin siquiera usar las manos, Dickhead abrió la boca. Usando su habilidad racial para desencajar la mandíbula, Dickhead abrió la boca lo suficiente para que entrara una sandía de tamaño mediano.

"Imagínese todas las pollas que puede meter ahí. Pero no crea que hemos ignorado su otro agujero. Ese es igual de capaz. Así que, empecemos la subasta con... 700 anillos".

Al principio el precio era bajo, pero eso cambió muy rápidamente. Dickhead se vendió por 21.450 anillos.

La noche continuó así. Las esclavas sexuales exhibieron sus cuerpos y habilidades durante toda la noche. Los anillos se pasaron de mano en mano por las instalaciones. Los clientes se excitaron una vez más al ver los productos vivos y comenzaron a disfrutar de las muestras gratuitas.

El trabajo de Tails como limpiador de gallos se revitalizó y continuó hasta que se vendió el último esclavo.

Una niña pinzón con plumas rojas y un fetiche de bondage fue vendida por el astronómico precio de 38.000 anillos. Los clientes comenzaron a irse a medida que la noche se acercaba a su fin. Los compradores iban a buscar a sus esclavas.

Los camareros trabajarían ahora como compañeros de cama para aquellos que decidieran quedarse a pasar la noche. El establecimiento también funcionaba como hotel para la clientela rica y lujuriosa. Los limpiadores de pollas se quedarían donde estaban arrodillados hasta que se fuera el último de ellos.

A Tails le dolían las piernas por haber estado arrodillada toda la noche, pero era un dolor agradable, que le indicaba que había hecho un buen trabajo. Mientras los miembros del personal liberaban a los demás limpiadores de pollas, la propia Vanilla llegó para liberar a Tails.

"Acabo de recibir un mensaje: Rouge está aquí", dijo, y el corazón de Tails dio un vuelco al oír su nombre. "Tiene su propia habitación. ¿Vamos?"

¿Acaso Tails tenía alguna opción? Incluso si la tenía, la respuesta era bastante clara.

Vanilla condujo a la desesperanzada mujerzuela hasta su amada Ama. Seguían en las instalaciones y subieron hasta el quinto piso de la zona del hotel. Todas las habitaciones eran iguales, pero lujosas para los inquilinos adinerados.

Allí, sobre la cama, detrás de un fino velo rojo, se encontraba la inconfundible silueta de la amada Ama de Tails. Su longitud oscura y negra golpeó la frente de una figura más pequeña, antes de entrar en la boca.

Tails observó cómo la sombra de Rouge se follaba a Cream, suponiendo que se trataba de ella. Incluso después de una noche entera de dar servicio a pollas grandes, no pudo evitar sentir un poco de envidia por la conejita.

Momentos después, Rouge se retiró y las sombras de su espeso semen rociaron a Cream. Rouge apartó el velo. Su cuerpo era tan hermoso y perfecto como Tails recordaba. Desnudo y puro, como una diosa. La vista hizo que Tails cayera de rodillas instintivamente.

La señora miró a su esclava y suspiró. "Oh, mira, ha llegado una gran decepción. Dime, Vanilla, ¿por qué está aquí?"

—No seas tan mala, Rouge —dijo Vanilla, inclinándose para darle a Tails una cariñosa palmadita en la cabeza—. Me la diste para que la entrenara. Creo que te sorprenderá lo que puede lograr. Por ahora, Tails, ¿qué tal si limpias la polla de Rouge?

Tails asintió y se arrastró hasta su Ama. Se detuvo frente a ella, en cuclillas con las piernas abiertas para mostrar su pequeño clítoris. Su rostro estaba a centímetros del miembro semiflácido de la Ama, todavía húmedo y húmedo por haber usado crema.

A pesar del tiempo que lleva en el centro, no ha olvidado sus modales. Primero, le dio un beso suave y casto a la punta del pene de Rouge.

"Te he extrañado, Señora. ¿Puedo adorar tu polla?"

"Hmph, sigue adelante, perra inútil".

-Sí, muchas gracias. Prometo que no te decepcionaré.

El semen de las pollas de desconocidos alfa era agradable, pero nada superaba al miembro divino de su Ama. Era su droga. Su vicio. Su todo. Y después de un par de semanas maravillosas, pero duras, finalmente iba a montar el dragón una vez más.

Así que, sin más dilación, Tails volvió a colocar la polla de Rouge en su lugar, en su garganta. Era todo lo que recordaba: el sabor fuerte y salado de su semen que le abría los senos nasales, un aroma que manchaba las paredes de la garganta, la fuerza y la suavidad de sus músculos, así como la protuberancia de cada vena.

Tails lo agarró por cada centímetro y casi se corrió en el acto. Lo contuvo con pura fuerza de voluntad. Pero nada logró atravesar los ojos de su amada Ama.

—¿Te vas a venir antes de limpiarme? —se burló Rouge, y Tails pudo sentir su ira hasta la punta de su pene—. Vanilla, creo que ya terminé. Vende esta mierda y búscame una nueva.

Solo duró un segundo, el miedo de su Diosa se apoderó de la pobre mujerzuela. Si no hubiera estado saboreando el pene de su Ama, seguramente habría entrado en pánico. En cambio, los sabores de su semen la calmaron y la hicieron volver a funcionar.

La señora tiene todo el derecho a deshacerse de mí, pensó Tails, aceptando su destino. Pero quiero adorar tu polla aunque sea solo un segundo más.

Tails puso su boca a trabajar. Como tantos otros de sus clientes esa misma noche, limpió la polla de Rouge a la velocidad del rayo. Usó su lengua para raspar la suciedad de la superficie, mientras masajeaba la longitud con los músculos de su garganta. Por supuesto, la clave era la succión, de la que Tails tenía mucha.

Rouge quedó gratamente sorprendida por su esclava. Un poco demasiado sorprendida. No había pasado ni un minuto, pero ya la sangre fluía hacia su pene y podía sentir que se acercaba el orgasmo.

Su Ama intentó apartarse, pero Tails quiso ser un poco traviesa y usar sus habilidades de succión para mantenerla en su lugar. Antes de que ninguno de los dos se diera cuenta, Rouge desató un espeso torrente de semen en el estómago ávido de Tails.

Cuando terminó, Tails le dio una segunda limpieza a su polla y succionó los restos de semen que quedaban en su uretra. Al final, el pene de Rouge quedó reluciente sin una sola mota de suciedad. Y Tails se quedó con un poco de semen en la boca, porque sabía cuánto le encantaba a su Ama verla saborearlo y hacer gárgaras con él.

La señora se quedó sin palabras. No dijo "gracias" ni "buen trabajo", aunque tampoco era necesario. Rouge simplemente le dio una orden a su esclava.

"Tragar."

Tails hizo exactamente eso, pero con un pequeño giro. Su tiempo en la instalación realmente entrenó los músculos de su boca. Se podría decir que su boca era en lo que se especializaba. Así que, sin siquiera cerrar los labios, se tragó la espesa carga que tenía en la boca.

Rouge pudo ver cómo el charco blanco se hacía cada vez más pequeño, hasta que se drenó por completo por la garganta de Tail.

"Gracias, señora", dijo Tails. "Estuvo delicioso".

"Hmm... tal vez no seas tan inútil después de todo", admitió Rouge.

Tails se inclinó humildemente. "No merezco tal elogio. Te serviré hasta que te aburras, Señora".

"Iba a hacerte participar en otra competencia contra Cream, pero... creo que podemos saltear eso. Súbete a la cama, esclava. Vanilla, tú también. Vamos a arruinar a estos dos".