Amaris.

Regularmente no solía intimidarme tan rápido, pero cuando vi que ese tipo entro a la habitación el terror me invadió, yo me había levantado para irme al sanitario, ahí fue cuando lo vi, me ataco de manera inmediata y lo primero que hice fue cubrirme el vientre tratando de esquivarlo, así fue como alcanzo a rozar mi rostro.

Fui por la espada del sultán tirando algunos jarrones en el proceso en el siguiente ataque logre colocar la espada para protegerme, el sultán ya se había levantado y con una velocidad impresionante se fue sobre él sin pensarlo.

Me perdí unos minutos en mi mente, no dejaba de sostener mi vientre. Salte cuando Namjoon me toco las manos.

—Tranquila mi amor, tranquila ya paso.

—Él, él apunto a mi vientre, quería...quería matar a mi bebe.

—Eso no pasara, tu y nuestro hijo estarán bien, lo prometo.

Lo escuche dar algunas ordenes mas, antes de ver entrar al medico real y a la matrona, me hicieron recostarme de inmediato, mientras el doctor veía la herida de mi rostro mientras la matrona tocaba mi vientre, revisando que todo pareciera normal.

—Namjoon —le llame y me tomo de la mano —quiero, quiero ver al culpable de esto cara a cara, me dijiste que no te pido nada nunca, ahora mi deseo es la cabeza de quien trato de dañar a nuestro hijo.

—Dalo por hecho querida.

Yo no me había metido con nadie aquí, incluso quería dejarles el camino libre, si hubieran intentado asesinarme, me hubiera dado igual, pero ahora existe alguien mas que corre peligro y que mi importa, ahora entenderán que sus rumores se volverán realidad en su peor pesadilla.

No solo seré una perra, será su maldita Sultana.