2. ¿Aquí hay sirenas?
Cuando recuperó la movilidad de su cuerpo se levantó para regresar corriendo a donde se hospedaba, o al menos a la velocidad que sus entumecidas piernas le permitían avanzar, luego de haber visto al hombre entrar al agua no pudo ver nada más de él y desconocía cuánto permaneció en shock. Al entrar al hotel pudo sentir el choque de su helada piel ahora cálida por el calor que producía la chimenea. Su respiración aún un poco agitada era lo único que podía escuchar, cerró sus ojos unos segundos y se dedicó a intentar calmarse, aquello era mucho, tal vez vio mal o la frustración lo llevó a visualizar cosas que no existen, sí, eso debía ser.
— ¿Chris?
Dió un pequeño salto aún apoyado contra la puerta del hotel, fue hasta que cayó en cuenta de quién era la voz que se sintió un poco más tranquilo.
— Felix... Justo había ido a buscarte.
— Digo lo mismo, vine pero Enok me comentó que desde que saliste no habías regresado, me preocupaba que te hubieses perdido —el chico se mostró notablemente más calmado al verlo, pero terminó por expresar confusión—. ¿Estás bien? Te ves muy pálido.
— Creo que solo es el frío... —murmuró, estaba dudoso de comentarle que había visto lo que él consideraba una sirena, ¿Y si lo creía un loco?
- Entonces vamos más cerca de la chimenea, toma asiento, te traeré un poco de chocolate caliente.
Sin decir más, Felix se perdió tras cruzar una puerta junto al sitio donde se encontraba Enok mirándolo, parecía intentar descifrar lo que ocurría y Christopher solo pudo relamer sus labios nervioso mientras caminaba hasta el asiento junto a la chimenea. Ya empezaba a perder la cabeza, tal vez el estrés de todo ese lugar y la situación con Jisung lo estaba enloqueciendo aunque él no lo notara, entonces sonrió, ahora esperaba ver incluso un dragón. Entonces se reprochó haber creído que vio algo como eso, porque era simplemente imposible y en vez de generarle miedo, ahora solo era gracioso.
Felix salió con dos tazas de chocolate caliente con pequeños malvaviscos, le entregó una taza antes de tomar siento a un lado suyo para poder beber.
— En realidad... —habló Chris— me sentí abrumado porque creí ver algo muy raro.
— ¿Algo raro?
— Vas a creer que soy un loco.
— En el bar hay un hombre que baila a cambio de cerveza de raíz, créeme, no te consideraré un loco —respondió el chico con cierta gracia de mencionar aquello.
— Creí haber visto una sirena —dijo—. En realidad, era un chico con cola de sirena, muy extraño, ¿No?
Sonrió hasta ver la expresión neutral de Felix y sintió que tal vez había sido incluso absurdo mencionarlo, debía sonar tan tonto que incluso se sintió arrepentido de decirlo cuando notó al chico morder un poco su labio inferior antes de relamerse, finalmente tomó otro poco de su taza y cuando el caliente líquido se terminó de deslizar por su garganta, suspiró.
— En realidad hay una leyenda al respecto.
—No me jodas —respondió de forma instantánea y tan pronto dijo eso llevó su diestra hacia su boca para taparse, avergonzado de haber dicho eso tan repentino—. Lo siento, se me escapó.
— Está bien, creo que es una reacción normal.
—¿Aquí hay sirenas? —preguntó entre sorprendido e incrédulo mientras bebía otro poco de su chocolate.
— La leyenda dice que aquí antes había sirenas, pero que la pesca constante acabó con ellas, aunque ocasionalmente puedes escuchar sus cantos si te acercas lo suficiente a la orilla. La verdad es que yo nunca he escuchado algo en todo el tiempo que llevo aquí, dicen que son muy selectas para quien las mira.
— Entonces... ¿Es real?
—No soy quien para desmentir mitos de años, creo que cada quien sabe lo que decide creer y al parecer tú viste algo —dijo mientras sonreía mirando la chimenea—. Por cierto, ¿Para qué me buscabas?
Chris no supo la razón, pero la idea de comentarle que quería regresar a Australia ahora se sentía un poco apresurada. Era como si las palabras se estuvieran negando a salir de sus labios, quería gritar que odiaba ese lugar, que estaba furioso de haber sido engañado y que deseaba regresar ya mismo a su hogar para pretender que nada de eso había ocurrido; sin embargo, solo pudo sonreír un tanto apenado mientras cedía a soportarlo un poco más.
—Es que solo había visto una manta en mi cama, y bueno... Hace mucho frío.
—Que grosero de mi parte, es cierto —Felix dejó su taza sobre la pequeña mesita de centro antes de girar un poco su cuerpo hasta la recepción, hablando algo que nuevamente no entendió y recibiendo pronta respuesta de Enok—. Hay mantas extras en el mueble bajo el televisor.
— Gracias, no quiero morir congelado la primera noche.
—La temperatura baja un poco durante las noches pero mañana verás que volverá a estar cálido —comentó no pudiendo evitar reír ante la mirada del castaño—. Bueno, lo que aquí es cálido. No siempre es tan frío. Dime, ¿Cuándo viste que ganaste un vuelo a este lugar ya sabías un poco de Nordkapp?
— En realidad había ganado un vuelo a Miami —respondió un poco avergonzado, continuando cuando Felix se mostró confundido—. Un compañero ganó el viaje a Nordkapp y me dijo que era incluso mejor que Miami para vacacionar. Lo describió como un sitio cálido playero que...
No pudo seguir cuando de pronto la risa del chico lo interrumpió, ahora se sentía más apenado, definitivamente debía investigar de un sitio antes de aceptar cualquier cosa. Pero de alguna forma, la risa grave del muchacho hizo que la poca tensión de dos desconocidos se sintiera lejana y finalmente pudo relajarse un poco mientras sonreía avergonzado, contagiado por su alegría.
—Te hizo una muy mala jugada, espero que tomes venganza en algún momento.
— Créeme, lo haré. Pronto verás en las noticias "hombre tira del edificio a compañero de trabajo por estafa."
—¿En qué trabajas? Si no es muy entrometido de mi parte.
—Soy contador.
— ¿Por decisión propia o te obligaron?
El mayor rió mientras asentía—. Yo elegí mi carrera.
—He escuchado de gente a la que le gusta torturarse pero nunca había conocido a uno —dijo para luego llevar su palma hacia sus labios—. ¿Muy pronto para hacer bromas de la vida del otro?
—No me la tomo tan mal de alguien que disfruta vivir aquí —respondió elevando un poco sus hombros.
Felix hizo una falsa mueca de indignación antes de sonreír asintiendo un poco, murmurando un "bien regresado" antes de despedirse pues ya era tarde. Christopher no tardó en regresar hacia su habitación tras despedirse de Enok, aunque dudaba que éste entendiera al menos lo básico, era lo menos que podía hacer al verlo ahí en recepción todo el tiempo, el hombre solo asentía a sus frases. Sino fuera por Felix, dudaba que en algún momento habría podido escuchar su voz, tal vez tampoco quería decir algo incorrecto.
Aunque inició como mentira terminó sacando otra manta para pasar bien la noche, y ahí acostado lo más cubierto posible volvió a pensar en lo que había visto esa tarde. Sentía la necesidad de saber más pero ahora, con lo que le había dicho Felix, empezaba a preocuparse de no poder verlo otra vez.
Sirenas, todo eso sonaba tan irreal, tan fantasioso, y Christopher empezó a pensar que tal vez su monótona vida podía tornarse un poco interesante, pero al mismo tiempo se veía él mismo como un tonto por considerarlo tanto. Pero, ¿Y si era real? Significaba que muchas otras cosas podían serlo y la gente siempre se negaba a creerlas, la sola idea de pensarlo le aterró y al mismo tiempo la emoción le jugaba en contra haciendo que su estómago sintiera cosquillas, tantas cosas desconocidas, tal vez la vida no era tan aburrida después de todo.
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