Capítulo XXXV: Carmen. -Lana del Rey.
La charla con su abuelo fue un delirio completo, oír las historias de los tiempos de antaño, las guerras, cómo el siempre fue esto y lo otro y su padre aquello y tercero, cómo iba a manejar su vida y que quería hacer después de graduarse, a lo que Masao completamente harta le dijo que no lo sabía aún con certeza porque, usando la típica excusa de la edad y que era muy joven. A los 18 años lo pensaré.
Fue cómo una caja de Pandora que se moría por ser desatada. El abuelo dijo; Si vas a jugar a hacer una adulta entonces tienes que plantearte ahora mismo tu futuro.
━━Esto se está poniendo muy lento, necesito reunirme con ese cuánto antes o no me tomarán en serio. He estado perdiendo mucho tiempo estando aquí. -Caminando a la ventana sabía que esto era una prueba muy pesada, no solo la 'puerta y las ventanas eran el gran problema, sino la vigilancia tanto de la parte trasera como la principal.
Y para ser sincera tenía más que claro que la cosa estaba siendo manipulada a propósito, afortunadamente para Masao siempre había sido tan astuta cómo un zorro, pero incluso el zorro más joven podía ser intimidado. Sacando de entre una pila de ropa sin arreglar estaba el dichosos cuaderno donde empezó los conflictos de la pandillas.
Resulta que para formar una pandilla fuerte y bastante sólida sólo necesitabas tomar aquellos miembros cansado de líderes débiles y carentes de perspectiva. Puedes jugar con sus sueños pero no demasiados, puedes darles premios sin malcriarlos. Porque todos al final comparten un sólo título en la maldita sociedad nipona.
Inadaptados.
━━ Kisaki no me interesaba en lo más mínimo pero si lo que Takemichi dice y ese maldito piensa quedarse con la ToMan, supongo que no me queda más opción que también ayudar a bajarlo de su trono. No pueden a ver dos ratas en una misma ratonera. -Analizó, sabiamente todo lo que llevaba escrito es su lengua maternal, usando modismos y un apodo despectivo para cada persona.
En caso que el cuaderno fuera encontrado por otra persona.
━━ Ahora Kurokawa está más cerca de ser mi visión del hombre que puede conquistar al mundo, pero con lo limitante que es con sus hombres entonces no puedo aspirar demasiado cerca suyo. Por lo tanto, permaneceré a su lado y veré que tan sólida es una pandilla cómo Tenjiku forjada en el miedo.
Desde el incidente de Moebius los hombres que Masao tenía bajo su chaleco se habían movido gratamente entre los escombros para sacar mejores informaciones de antiguos miembros, por supuesto, no los quería a todos en si, pero de 4 a tres hombres eran suficientes para ayudar a los más pequeños.
━━ Mikey es un pelagato, ni más ni menos. Pero si carisma y la habilidad que tiene de ser amado y temido son dos cosas que yo ya tengo, pero sin embargo no puedo equilibrar el amor del miedo. Siendo así tengo que trabajar más en mi carisma. Definitivamente podría tomar algo de la Tokyo Manji. Pero viendo cómo funcionan los valores de lealtad, queda descartado por el momento.
Esas eran las 3 pandillas principales que ocupaban el mayor número de hojas en las que Masao había gastado tinta, probablemente las más resonadas hasta el momento en las zonas de mayor actividad criminal. Siendo hacía había que ponerse manos a la obra, y lo primero seria tomar una nueva cara a la cuál Izana se sintiera profundamente conectado.
Algo que, para él chico que buscaba tan desesperadamente un hogar al cuál pertenecer pudiera aferrarse.
━━ Masao-Sama, la cena está lista. -La puerta se abrió en cámara lenta, con la vocecita tan discreta apenas audible al sonido de la madera, Ma-Kun sin ánimos y opciones sabía de antemano que era hora de cenar, así que optó por la salida fácil tapándose con las sábanas.
Y con suerte sería tan simplona para dejarla así.
Cual fuera la forma, cerrar los ojos e imaginar no estar donde estaba ahora siempre era una salida. Lejos de cualquier altercado, un simple accesorio de cama era una fuente de viejos recuerdos de la niñez, Tal vez no todo era amargo, pero si no, prefería no descubrirlo.
Los pasos de la muchacha lentamente fueron haciéndose sordos en el cuarto hundido en la negrura, al igual que la consciencia de Masao, quién lo diría, su cuerpo estaba más lastimado de lo que se anticipo.
En cuestión de segundos quedó completamente estancada en los sueños.
━━ Oh cielos. -Musito en voz baja, nerviosa de decirle al señor que la jovencita estaba dormida, no sabía que hacer en ese caso, si despertarla o simplemente dejarla. Porque cualquiera que fuera la opción, ninguna era aceptable.
Masao no soñaba ni tenía pesadillas, en sus palabras era cómo si el mundo se pusiera oscuro y su cerebro sólo mostrara una pantalla negra de carga, sin embargo no era imposible reflejar recuerdos en pequeñas nubes de sus subconsciente, y mas en situaciones de alto estrés es común que el cerebro pueda descarrilarse.
En sus algunas se podía ver corriendo, huyendo con esas pequeñas piernas y ese vestido que seguramente fue el responsable de eso, la perseguía a toda prisa sólo para después ser arrastrada por hasta un callejón, donde varias manos intentaron hacerle cosas que realmente no sabría describir.
Oh bueno, no quería describirlo.
Miedo, confusión, absoluto terror de imaginar que hubiera pasado si alguien no hubiera irrumpido a su salvación.
Alto, delgado, una sombra familiar que se iluminaba con un fuerte resplandor de esperanza que escucho sus gritos incesantes y suplicas, en una calle tan sola peor no estruendosa, la persona peleo y peleo con todo lo que tenía para deshacerse de esos tipos, aunque muchas veces terminó en el piso, se levantaba, tiraba golpes y patadas a toda gracia que por un segundo de su vida, creyó que de verdad los ángeles existían.
Las dos personas vestidas de negro que intentaron lastimarla de la peor forma en la que podrían lastimar a una pequeña, inocente y asustada niña salieron corriendo con el tipo por detrás gritando palabras poco coherentes, siendo el caso el desconocimiento de su lengua, aquella criatura con lágrimas desbordando sin parar por sus ojitos, tocándose inconscientemente por todos lados cómo si tratara de limpiarse.
La suciedad era innegable.
Pero incluso así, incluso así ese hombre la había salvado. Le había ayudado y protegido sin pensarlo dos veces. Su cara, por mucho que Masao quisiera recordarlo con esa sonrisa siempre, siempre su cerebro borraba la mitad de su cara.
Sin embargo, nunca lo harían esas palabras.
Ya estás a salvo.
Cuatro palabras.
Cuatro malditas palabras le hicieron sentir el alivio de haber encontrado la luz, alguien en quién apoyarse. Un tipo desconocido había tenido mayor empatía con ella que los adultos que la rodeaban.
¿Cómo se supone que no iba a recordar a alguien así?.
Despertó.
Agitada y con el corazón en la boca en medio de la noche, cayendo de la cama por un mal movimiento en lo que termino con sus pierna enredada en la sabana, limpiando el sudor de la frente con el piso, Masao quedó viendo al techo y la nada por segundos, segundos que se transformaron lentamente en minutos, con un mal sabor de boca se levantó, no sin antes recoger el suéter rojo en la silla para ponérselo y bajar sigilosamente a la cocina.
Era un milagro ver por aquella casa sin una luz, guiándose de las paredes bajando por las escaleras cautelosamente a su destino, la cocina.
No era propio tener está clase de ataques, en cambio era consiente que al volver a la casa donde todo salió mal inevitablemente los recuerdos que tanto se esforzó por bloquear volverían, y tal cómo ahora, se sentirían reales por todas partes.
Abriendo la nevera sabía que nunca faltaría comida en la residencia de su padre, pero por alguna razón que seguramente se debía a su mente, le molestaba ver tanta comida desperdiciada siendo guardada hasta pudrirse.
━━ Esto esta bueno, este también y este. Esto también huele bien.
Una vez todo precalentado generaba un sabor diferente a cuándo esta recién hecho, incluso el olor era más fuerte, pero los patacones siempre debían volver a afritarse o no sabrían iguales.
Llevando toda una bandeja con un tazón de arroz, lechón, verduras asadas, guiso, patacones y una botella de agua, porque era lo único que tenían que no tuviera licor, Masao se dirigió a la puerta del patio que estaba en la cocina, sentándose a comer en el césped.
Algunos beben para olvidar, otros se drogan y fuman para sentirse bien, algunas personas se refugian en el sexo cómo respuesta al trauma, todos ellos buscan el control que siente que se les fue arrebato por una mala experiencia, ocultando toda esa podredumbre en una adicción.
Para Masao, era la comida.
No es que sufriera de algún problema alimenticio ni nada de eso, sólo que a veces perdía el control de sus emociones y cuándo no podía expresarlos con golpes e insultos. La comida lograba calmarle lo necesario para seguir existiendo.
Su licor de mejor calidad era ese. Comer.
La mañana siguiente Masao se despertó con mucho frío por todas partes de su cuerpo, los fuertes rayos del sol cayendo directamente a su cara, sumando al sonido de la voz de su padre a lo lejos, al abrir sus ojos con pereza y apatía a la mucama que la encontró tendida en el suelo del patio, se levantó cómo si nada hubiera pasado.
Su padre exaltado apartó a la muchacha y levantó a Masao en sus brazos cómo si aún fuera una niña, en su cara la preocupación era notable, aunque en su voz que siempre era firme y sin dudar hubieran piscas de ligera molestia, pues en medio de todo ese desastre habrían encontrado los platos tirados.
Y no era que a su padre le disgustara esa acción, a decir verdad no le importaba.
Pero no toleraba ver a su hija así. En el suelo, pasando la noche helada cómo si nada.
━━¿¡Por qué no le pusieron llave a su puerta!?. Se te dio una tarea importante y fue que la puerta de Masao permaneciera con llave, ¡Vean esto!. ¡Es casi invierno y mi hija pudo haberse enfermado por su incompetencia!. -Gritó al personal, le enfado en su rostro era tan evidente. Era igual a un papá oso enorme viendo a los demás cómo presas sólo por acercarse a su cría. Esta vez, siendo la encargada la misma persona quién la encontró. Cuándo Masanori le grito ella no agachó la cabeza, al contrario, le miraba muy dolida.
Cómo si su corazón se rompiera.
Eso a Masao no le gusto para nada, y cómo buscando sal para echársela en la herida, abrazo del cuello a su padre poniendo su cabeza recostada en su pecho. Su oreja le aviso de su existo cuándo el corazón e su padre empezó a latir fuertemente, dejó de gritar y usaba una voz más suave con ella.
━━¿Qué sucede, te sientes mal? ¿Tienes fiebre?. -Puso su mano en su frente, Masao negó con la cabeza alegando estar muy cansada por haber comido de más. Masanori respiró aliviado, poniendo su cabeza con la de Masao, depositando un beso en su frente.- ━━ Vamos a tu habitación. Si sientes hambre otra vez por la noche sólo tienes que llamarme, haré que alguna de las muchachas te de algo, no esas tan imprudente con tu salud.
Los demás permanecieron en silencio, la mucama quedó estática. Observando el los ojos de Masao fijamente, ojos que desde ese momento recordaría con completo pavor. Negros cómo la noche, negros cómo el miedo, porque aquellos ojos no expresaban amor u odio.
Sino una clara amenaza de mantenerse lo más alejada del Señor Masanori.
A ojos desconocidos pensarían que era una hija posesiva con su padre que no dejaba que nadie se acercara, había mucha falacia dentro de ese relato. La verdadera razón era tan simple y sencilla, pero nadie más que los hijos que saben el tipo de personas que son sus padres lo sabrían. Y es verdad que no sería la última chica que llega y se mete en la cama de su padre, pero si por lo menos era capaz de salvar a una de llevar su sangre en el vientre. Aunque le daba asco pensar así.
━━ No tengo ánimos para ir hoy a la escuela. Quiero salir.
━━ Si, me imaginaba que dirías algo así. Pero sabes, sigues metida en problemas por el incidente de Halloween Masao no puedo dejarte salir sin supervisión, y mucho menos permitir que sigas teniendo esa clase de compañías en tu vida. -Ma-kun iba a protestar, peor en el mejor de los casos prefirió tener la boca cerrada y esperar que más tenía que decir un idiota cómo él.- ━━ Esos amigos tuyos han sido un problema por poco tiempo y mira todo lo que te hicieron, no hija mía. No puedo ver destruir tu vida de esa manera.
Oh Querido, no tiene ningún problema con mentirse y mentir a todos los demás. Porque a tus ojos ella será la víctima pero nunca el victimario.
Es alarmante, sinceramente lo encantadora que puede ser, engañando a todos con sus palabras y acciones, danzando en una cuerda para un nuevo show. Diciéndoles que se está divirtiendo.
Ella les dirá: No quieres ver todas las cosas que he visto, no quieres escuchar lo que he oído. No quieres llegar a ser famosa a tan corta edad.
Está mintiendo.
Hoy le habían llamado confirmando la asistencia, según tenía entendido sería una semana de prueba completa para ver que tan capaz sería al momento de salir con la "princesita" de ese tipo, Taiju siendo el hombre arrogante que siempre fue iba totalmente hastiado, molesto sin haber empezado. ¿Cómo alguien de su nivel y fuerza sería puesto de niñera de una maldita mocosa mimada?. ¡Eso era imperdonable!.
Según las investigaciones de Koko el trato era bastante justo y sencillo de realizar para alguien cómo él, la familia de ese hombre era una de mucho dinero y de diferentes clubes nocturnos, bares y restaurantes rojos de la zona, llevando más de dos décadas en el negocio con fortuna y estatus solido, eran personas con mucho lucro que les gustaba vivir en el anonimato lejos del ojo público y sus luces estrambóticas.
La hija mayor, según las calles y sus rumores había empezado su mundo de delincuencia a los 13 años, logrando en menos de dos años una reputación bastante decente para alguien que parecía ser hecha de papel, aunque era lo poco que pudieron conseguir Hakkai hizo el trabajo suficiente para darse una idea clara de con quién estaría lidiando ahora. Para Taiju, todo sería más simple si siquiera le dieran algo de disciplina dura.
Koko le advirtió que pasara lo que pasara intentará no descontrolarse con el "diamante" del cliente, o de lo contrario estaba seguro que la amenaza no se iba a quedar sólo cómo palabras vacías.
Taiju arrugo la cara pidiéndole a Dios la paciencia suficiente para no terminar haciendo algo que le costara el dinero y quizá un par de cabezas.
Esa vez había ido solo específicamente, claro con seis de sus hombres detrás de él a petición del Señor Bushida, aunque Taiju había insistido que el podía manejar la situación por su cuenta, el tipo estaba muy insistente que se trajera mínimo seis personas solo en caso de emergencias, aún si el tipo estaba exagerando era hacer lo que el cliente pidiera, eso si incluso le parecía una exageración de su parte cómo si estuvieran cuidando a una especie de deidad o celebridad importante, sólo era una mocosa jugando a las peleas cómo su hermano.
Sin embargo, la curiosidad de conocerla era palpable, no mucha que demostrará verdadero interés en la tan aclamada Bushida Masao, peor si la suficiente cómo para preguntarse que era lo que la hacía tan cautivadora.
Y bueno, por fin iba a sacarse de esa duda de una vez por todas.
El complejo de princesa ya era algo que esperaba tener que lidiar cuando una de las encargadas de la limpieza le dijo que esperaría un poco más, era tan típico dejar esperando sólo para causar una imagen de impacto. Esperaba que saliera bajando de las escaleras, soltó un resoplido cruzando de brazos, sabiendo lo largo que sería el día.
Pero no, una mano muy pequeña a comparación de la suya lo tomo desprevenido por detrás suyo, poniéndola en su espalda dándole un ligero empujón indicando que se saliera del camino, Taiju con una expresión confusa en el rostro agachó su cabeza, encontrándose cara a cara con la muñeca viviente del anciano.
¿Porqué muñeca viviente habría sido adecuado? La manera en la que iba vestida, era similar a esas muñecas Ichimatsu, muñecas con expresiones maliciosas con rostros infantiles y ojos de vidrio, contrastando con la imagen que anteriormente se le había dado, Taiju la consideraba débil por ser una mocosa, pero ahora ya ni siquiera sabía de que demonios se estaba preocupando. Seria tan sencillo cómo agarrarla del cuello y levantarla si hiciera algún berrinche.
Bueno, bueno, parece que el trabajo sería menos complicado de lo que imagino.
Entonces, ¿Por qué diablos esa mocosa estaba tocándolo tan deliberadamente por la espalda?. Sus subordinados miraban estupefactos el espectáculo, ese diminuto ser recorriendo con sus manos la espalda de su jefe y pasando su mano de atrás para delante. Miró al anciano que solo estaba de brazos cruzados con una mirada seria, luego, la maldita empezo a tocar su abdomen con ambas manos, Taiju se apartó en segundos y la mirada del viejo se oscureció más.
━━ Me gusta. Es una buena elección. -Dijo por fin luego de haberlo manoseado y juzgado cómo un anciano libidinoso a una jovencita, y ese comentario, era tan estúpidamente innecesario que lo cabrió aún más.- ━━ El tamaño me inquieta para tener la misma edad, no puedo soportarlo.
━━ Ohh, así que la Señorita se siente incomoda. No te preocupes, no es que quiera hacerte más compañía de la necesaria. Para eso están mis hombres. -Taiju tiró a lo bajo, ganándose la mirada fría de Masao quién solo dio media vuelta empezando a caminar hacía el auto que los esperaba, con las manos por delante y la frente en alto.
Su mente es cómo un diamante.
━━ Si no te sientes capaz de permanecer a mi lado por unas horas, entonces tal vez no estés calificado para acompañarme. Ah y por cierto, dime Masao-San. Tratemos de llevarnos bien Shiba Taiju.
Y se ríe cómo si fuera Dios.
Este sería un buen momento para mandar todo al diablo, ¿Quién demonios se creía esa maldita niña para hablarle así?.
━━ Cómo ve Shiba-Kun, tengo una hija hermosa con mucho orgullo. Quizá demasiado para un cuerpo tan pequeño cómo el suyo, pero es eso lo que la hace tan peligrosa. Así que le recomiendo que no se deje engañar tan fácilmente por ella porque en la más mínima oportunidad que tenga esa niña es capaz de escaparse...Oh, y se me olvidaba un último detalle, insignificante pero necesario para que este acuerdo funcione.-Habló Masanori dándole unas cuantas palmadas en el hombre a Taiju, inclinarse un poco para darle una última advertencia.- ━━ Recuerde, no quiero ni un solo cabello de fuera.
Es impresionante las veces en que no se ha desmayado por la cantidad de ira acumulada de su parte, ya quería que el maldito día terminara.
El viaje en coche no fue tan desagradable cómo se lo imagino, sin embargo había una cosa que le estaba molestando y era los insistentes ojos de esa mocosa que no dejaban de verle el torso con mucho afán, parpadeaba pero la dirección de ellos no cambiaba. Y se preguntaba exactamente que estaría pensando.
━━ Interesante. Y muy irónico.
━━ Oí ¿Á donde demonios debes ir primero? Ni siquiera dijiste un sitio fijo al conductor y sepa a dónde demonios estamos yendo. -Masao puso su vista en su celular, tecleando un par de veces antes de contestar.
━━ Iremos a la ciudad para encargar un pastel. Después de eso soy libre de hacer lo que quiera siempre y cuándo me supervisen, por la tarde me encontraré con un compañero para que me pase los apuntes de la clase de hoy. Después de eso eres libre de irte. Sencillo ¿no?.
Taiju entre cerró sus ojos, estaba claro que algo no andaba bien.
━━ Lo que digas, Ma-kun. -Esperaba captar una reacción que pudiera quitarle ese semblante imperturbable, únicamente por diversión, cómo se lo suponía era sumamente susceptible y volátil ante la más mini provocación.- ━━¿Qué pasa Makun?. -La mirada burlona de Taiju sólo se agrando al notar la mandíbula de Masao contorsionarse.
━━ No te atrevas volver a llamarme "Ma-kun". ¡Sólo hay una persona que le permito decirme así!. Escucha esto Mastodonte, no pongas a prueba mi paciencia o de lo contrario haré que esto de verdad explote.
━━ Oh vaya vaya, ¿Estás en serio haciendo un berrinche sólo porque te llame así? ¡No sabía que tenía que mostrar algo de respeto a alguien de mi misma edad!. En lo que mi concierne, no eres diferente al resto de mocosos.
Fue entonces cuándo la cabeza de Masao hizo un click, Ma-kun tuvo una idea, Ma-kun había confabulado una terrible y maquiavélica idea.
━━ Créeme imbécil. No has visto ni una mierda, ¡Ahora mismo te voy a enseñar que tan hijueputamente loca puedo ser!.
Igual a un rayo blanco fue, cuándo estampó su puño contra el chico que iba a la par suya, uno de los hombres con cara dura de Taiju, cayendo en cuestión de segundos por el golpe de una niña con brazos de fideos, misma que sacó de un jalón el seguro de la puerta abriéndola provocando un alboroto en el vehículo presenciado por el conductor quién dejó de ver el camino. Taiju nada lento antes que Masao lograra tirarse aún con el auto en movimiento y medio cuerpo de fuera logró sujetarla con una mano de ambos brazos antes que la cara de ella cayera boca abajo aún con el carro circulando, y justo a tiempo, cuándo el freno pegó de golpe.
Los latidos de Taiju estaban ensordeciendo su entorno, el conductor gritando un par de cosas. Sus acompañantes tratando de levantar entre si a su amigo caído, pero ahora, ni ese ruido era lo suficiente para hacerlo despegar su vista de esa chica.
Esa maldita. Sonreía con los ojos, el triunfo en ellos era bastante claro. Eso era lo que quería, enloquecerse.
Atrapándola de un jalón, cerrando la puerta de golpe y gritándole al conductor que se callará y continuara el maldito camino, fue un flash de todo lo que el anciano le había dicho, de las advertencias intencionalmente escondidas del comportamiento de esa chica. Taiju no le quitaba la mirada de encima, cegado por ella intento sujetarla del cuello de no ser por uno de los suyos que lo detuvo, aun si se ganaba una paliza valía más que perder la vida allí mismo.
¿Era esto una maldita prueba retorcida? ¿O de verdad estaba lidiando con esto?.
━━ Y para la próxima me reviento la cabeza contra el vidrio, y conste que no es amenaza. ¡Es una promesa!. -Dijo severamente, acomodando su cabello, limpiándose y arreglando el kimono con las manos mientras dirigía su mirada a la ventana. Taiju por otro lado, la vena de su cabeza estaba a nada de salirse cómo una bandita elástica resaltando por toda su frente.
En sus ojos se podía ver claramente lo que decía y pensaba; ¡Maldito seas Kokonoi!.
El resto del camino afortunadamente no hubo más complicaciones, ni un grito, ni siquiera una conversación que pudiera tranquilizar a los dos matones dentro, Masao volvía a su serenidad hecha un sueñito, recostándose suavemente en el hombro ajeno de uno de sus hombres cómo si fuera una niñita, y no solo fue que puso su cabeza, no para nada. Se había hecho de todo un espacio para si misma usando al desconocido cómo una almohada. Desconcertando más la complicada y bizarra visita.
━━ Ya me está dando dolor de cabeza toda esta situación. ¡Y ni siquiera a pasado una jodida hora!. -Exclamó frustrado poniendo una mano en su frente masajeando suavemente su cien.- ━━ Voy a matar a Koko, Dios mío si lo voy a matar por su culpa estoy lidiando con esta cosa.
━━¿Qué debería hacer? ¿La muevo?.
━━ Si se despierta vas a ser tú quién reciba una paliza de su parte si vuelve a intentar suicidarse, así que asegúrate de estar tan jodidamente quieto cómo una puta estatua o yo mismo te romperé los huesos.
La palabras nunca quedaban al aire con Taiju, sus amenazas siempre solían ser tan duras cómo su propia mano.
A todo esto, Masao no tenía pensado dormir en primeras instancias, no sería tan tonta para dejarse así de vulnerable aun si el ataque de hace rato le bajara pro completo el gas de su propio fuego interno, estaba pensado en cada cosa en la que se había metido, pensando seriamente que quería hacer y cómo lo haría.
Por lo visto ese tipo Taiju cómo le comentó su padre no iba a dejarle el camino fácil si quería reunirse con Takemichi y a su mismo tiempo con Izana, con Takemichi no habría problema porque lo harían en una plaza, el problema sería con el otro.
Era cliché la idea, peor poner patas arriba la mente del tipo ese sonaba algo divertido que hacer, y quizá solo tal vez podría calmar la tristeza que se iba apoderando de su corazón.
Poder olvidar también "ese" sueño también sería bueno.
Masao apretó los dientes y cerró tan fuerte sus ojos al punto de ver todo negro y luego con luces por todas partes, agitando violentamente su cuerpo en un shock por el recuerdo, las palabras, la voz, todo ello cómo un flash de luz con gritos recorriendo su cabeza, intentando no pensar en ello ahora, pero inevitablemente lo hizo. Asqueroso...
Asquerosos.
Para cuándo por fin había logrado ganar una batalla con su propio cerebro, el auto se había detenido el ruido de la calle de una concurrida Tokyo recién había golpeado sus orejas ensordeciendo su mente, saliendo una vez el chofer le abrió la puerta, sale orgullosa luciendo cómo lo que era ella.
Una mujer fuerte con el orgullo de una mujer bella.
Caminar por las calles de noche y ser una estrella de día. Es agotador, muy agotador. Pero es necesario para mantenerse, para cuidarse, para reafirmar quién era.
Todavía brilla cómo un rayo blanco.
Los chicos, las chicas, a todos ellos gustan de Masao. Sus pestañas revolotean cómo mariposas con sus ojos de caricatura. Camina despacio para dejar ver su figura. Levanta la cabeza diciendo que salgan del vehículo, a regaña dientes el más alto sale, y la gente en la calle queda en silencio mirando. Fijamente con sus ojos que juzgan.
A Masao le gustaba la atención, y es por eso que le dijo a su padre que había sido una buena elección.
El local era de esperar ser bastante lujoso, muy ostentoso para Masao que sólo quería terminar con todo rápido, ellos anticipados a la llegada habían preparado algunas sugerencias tanto de sabores cómo decoraciones no sin antes darle una bienvenida muy cordial antes de pasar con el encargado. Las forma de cada tarta, pastel o bizcocho se veía de fina repostería, habían tantas cosas deliciosas para probar, podía pedir un pastel decorado con hojitas de oro comestibles o uno de hasta cinco pisos para su glotonería, diferente sabores y frutas. Masao podía escoger todo lo que quisiera.
Anteriormente se ha señalado, que prefería un estilo más simple y sin tantas complicaciones. A sabiendas que estás oportunidades cualquiera las desearía, alguien que sabe lo que es la carencia tocando la riqueza en algo tan banal cómo un trozo de pan con glaseado lujoso, era la misma harina que venía de trabajadores, la misma harina que usaban los panaderos comunes, pero la elaboración de cada uno era diferente debido al presupuesto. Eso era.
Quería un pastel de cumpleaños normal, una fiesta normal, y quizá usar un vestido que la hiciera sentirse cómo ella misma, disfrutar una comida casera sin más. Y tal vez y sólo tal vez, bailar con conocidos.
Pronto tendría 16 años. ¿Por qué se sentía tan aterrador?.
Mientras el tipo hablaba con las típicas frases de bienvenida y cortejos leves a la familia de su padre, no a ella, sus ojos vagaron por todo el sitio de tonos pasteles y suaves aromas, los postres que presentaban las vitrinas eran tan lindos que era impensable querer comérselo. Particularmente unos macarones de colores habían llamado su atención.
━━¿Cuánto por esto de acá?. -Señaló con la cabeza la pila de dulce aroma.- ━━ Quiero 5 cajas de esto.
━━ Si, por supuesto. En cuánto a lo de su pastel quisiéramos primero saber cuántas personas serían para el evento, el sabor y si lo quiere de alguna temática. -El encargado se acomodo la corbata del nervio, estaba seguro que ni siquiera le habría prestado atención cuando le explico del presupuesto que habían establecido y tampoco la lista de ingredientes en ellos. Fue demasiado ingenuo pensar que seria pan comido, que podría llevar una buena comisión, y ahora parecía tener a toda una mafia dentro de su local.- ━━¿Puedo ofrecerle una taza de té?. -Dijo en un tono más bajo, intentando no sentirse tan diminuto.
A Masao le daba igual su pastel.
El plato fuerte apenas estaba comenzando a hacerse.
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