Capítulo XXXIV: Dollhouse. -Melanie Martinez.
Tensión, la tensión era la única cosa en la que todos los trabajadores y habitantes de la casa familiar cuándo la noticia se expandió por todo el terreno cómo pólvora, un amplio jardín y grandes murallas que escondían todo un terreno del cuál sólo quienes vivían allí eran conocedores de las historias que ocurrieron para que la pacifica Residencia Familiar Bushida experimentará una constante y sofocante nube de tormenta que estaba a menos de 10 minutos cerca de ellos.
Los sirvientes cuchichean con demasiado entusiasmo para darse cuenta de dicha nube, algunos de ellos que no trabajaron el tiempo suficiente para conocerle, pero vaya que incluso casi 8 años después su presencia seguía tan fresca cómo el día que se fue.
La cocina, especialmente estaba alborotada. Masanori había ordenado hacer mucha comida deliciosa que pudiera satisfacer los gustos de su hija, desde lo más sencillo hasta lo más complejo, y no sólo se extendía a comida tradicional japonesa sino a la gastronomía de la cocina de la madre de la primogénita. Asunto que los traía bajo presión.
━━¿Qué diablos se supone que cocinemos con una banana que no esta madura?. -Una de las muchachas mostraba con desconcierto total mirando fijamente el ingrediente que habían traído por la mañana, ante tal situación una señora mayor se acercó con un cuchillo bien afilado para partir el alimento por la mitad y deslizar la hoja hasta sacarle la cáscara por completo.
━━ Esto es un plátano verde, seguro lo trajo para hacer "patacones" con queso. -Reflexionó la anciana tomando la tablilla para empezar a ayudar a las muchachas, era una señora mayor que se dice que tuvo la oportunidad de cuidar al "Monstruo" que Masanori había engendrado, que fue testigo de todas las cosas que pasaron en la casa. Quizá por eso ya sabía que hacer a diferencia de todos.
Aplastando los pedazos del plátano la señora nunca perdía el toque de las cosas, su buena memoria era una pieza que la describía de todos aparte de su honradez y fidelidad a la familia, por eso el jefe siempre la mantenía cerca y hasta se podía decir que confiaba ciegamente en ella para todo.
Ya hace un tiempo que tenía pensado jubilarse, pero un fuerte presentimiento e preservación le dijo que aún no era la hora, y ahora sabía el porque. El sólo descubrimiento de saber que nuevamente estaría de vuelta fue suficiente para aguantar un poco más. Y por eso haría ella los patacones.
━━ Disculpe... -Titubeó la joven detrás de la señora. Siendo alentada por los demás de saber más de esa muchacha que traía a todos con los nervios de punta.- ━━ Usted que trabajo para los Señores Bushida desde joven, ¿podría contarnos por qué todos se ven tan asustados y Bushida-Sama tan feliz?. Incluso mando a traer ingrediente poco comunes.
La señora aplastó con más fuerza el trozo, mirando a la muchacha tratando de decirle que no se entrometiera en esos asuntos.
━━ Lo único de lo que se me permite hablar es que todo lo que Masao-Sama diga; Se hace sin chistar. Y por su bien, no la hagan enojar de más. -Seguido el sonido del aceite hirviendo los plátanos se oía un suspiro de pena, yéndose con el rabo entre las patas a contarle a los demás.
Ha este punto el rumor de la visita de Masao era sabido por todos, incluso sus abuelos que vivían al fondo de la casa familiar, una casa donde los mayores de la familia permanecían mientras la nueva generación ocupaba la otra casa, haciendo énfasis de la nueva administración, eran costumbres de algunas familia con bastante dinero. Sabrán que los viejos siempre son respetados incluso en lo más insignificante.
Pero siendo más objetivos, también eran una enorme molestia que nadie estaba dispuesto a cargar.
━━ Qué hijo tan malagradecido hemos criado. -Una áspera voz lleno la sala de té, los años frunciendo la cara cobraron vida en largas y profundas líneas en su piel marchita, su pelo decolorándose perfectamente recogido en una moña. Mira al hombre sentado a la par, tan apacible que le molestaba. Volvió a gruñir en protesta de su silencio.- ━━ Y todavía decide traer a esa sangre sucia a la casa de la familia, ¿Cómo puede ser tan arrogante?. ¡Tampoco tomó en cuenta nuestra opinión!. -Esta vez, su taza pegó a fuerzas con la mesa, intentando que el maldito hombre con el que se caso levantara la cara.
Pero era tan común en los lideres viejos esa actitud que casi parecía una maldición. Por que el Abuelo en sus buenos reflejos cogió su taza antes que se desperdiciara.
━━¿Ya terminaste de maldecir?. -Respondió apacible, neutro y mirándola solo por instantes. Pero su mujer que siempre resultó ser muy agresiva volvió a levantarse en contra, azotando las manos en la mesita.
━━¿¡Cómo puedes permitir que nuestro hijo traiga a esa mocosa a nuestra casa!? Y que todavía sacara a su esposa para acomodar los caprichos de una adolescente malcriada. ¡Es inaceptable!. -El Abuelo sólo miraba a su esposa en silencio, la mujer que alguna vez pensó que eran tan fría cómo un tempano se había derretido a este caprichoso cerrillo que se encendía a cualquier provocación en contra de su palabra.
━━No deberías intentar manejar la vida de Masanori cómo si fuera un niño pequeño. Ya es todo un hombre, las decisiones que él tome ya no son tu responsabilidad, mujer. -Bebió un largo sorbo ignorando cómo su mujer lo miraba. Luego miro a la ventana que daba al jardín trasero.- ━━ Además ya sabes que a tu querida nuera no le gusta estar cerca de nuestra nieta.
━━¿Nuestra nieta?. -Escupió, riéndose al instante de esas palabras. Sujetando su pecho cómo si fuera a morir justo allí, parándose llena de ira lanzado maldiciones con las manos.- ━━¡Yo no tengo nietos mitad mitad!. Aún no me he muerto para que Masanori pase por encima de la palabra de su madre.
━━ Si fuera tú no me acercaría mucho a Masao a tu edad. Ya no es una niña indefensa, y a decir verdad ambos sabemos que nunca lo fue. -El mayor había tenido suficiente, el solo quería retirarse lo antes posible para pasar sus últimos años de vida disfrutando de su jubilación, fue un gran error pensar que todo sería tan sencillo.
Las heridas no estaban del todo cerradas, y este anciano sólo esperaba lo inevitable.
━━¿Recuerdas lo que hizo para que la esposa de Masanori le tuviera tan pavor?.
Su esposa quién iba a levantar la voz en protesta se vio acorralada, sus labios se curvaron ante el recuerdo de esa vez. ¿Quién olvidaría algo así? Si así fue cómo Masao se aseguró que ni sus hermanos menores se les acercará. También fue la única vez que Masanori le reprendió por algo. Sin embargo todo había quedado cómo un accidente desafortunado.
Pero todos ahí sabían que no lo fue.
Bushida Masashi miró a su esposa con desdén, si es verdad que nunca estuvieron realmente enamorados supuso que algún día se acostumbrarían el uno al otro, por años lo creyó hasta la inevitable vejez que los atacaba con una vida bastante sombría.
¿Se arrepentía?. Para nada.
Su esposa llegó de la misma manera, ofrecida cómo un ganado a una familia para traer descendencia que acabo en un solo hijo y ya fuera por eso que simpatizaba tanto con la mujer de su hijo, quién no sirvió para otra cosa que un ancla para que su hijo no se desviara ni manchara el apellido de la honorable familia. Y mujer tan inútil pensó él que ni eso logro hacer, aún con dos sanos varones su hijo no cedía al error. Masashi no veía otra cosa que senos con piernas parloteando por ahí mientras ganaban la vida con sus cuerpos decayendo. Era que quizá no las miraba cómo personas, sino maquinas de hacer bebés y dinero sin ensuciarse.
Muñecas con una fecha de expiración temprana, y entre más jóvenes y tontas fueran, al negocio siempre le iría bien.
━━¿Á dónde crees que vas ahora?. -Alzó la voz la señora, mirando a su esposa sólo cruzar los brazos por detrás con el pecho inflado y sin voltear a mirarla.
━━ Mi nieta está por llegar. Quiero ver cómo ha crecido ese pequeño monstruo que tiene a todos tan nervioso.
Dicho esto se fue, dejando a su esposa nuevamente con la palabra en la boca, igual que siempre lo ha hecho en su matrimonio, iracunda agarro la taza de su esposo y la lanzó con fuerza a la puerta de papel rompiéndose al instante que él hombre ya se había marchado, la sirvienta de la casa corrió al verle tener otro ataque, intentó tranquilizarla. Pero siempre era un fracaso.
Siempre era así.
Era y siempre sería la muñeca de ese maldito, no, ya ni siquiera eso. Era una marioneta, vieja y olvidada entre paredes pintorescas y vajillas de plata llenando una casa carente de vida, una casa de muñecas.
━━ Maldito viejo...¡Maldito anciano decrepito!.
El auto aparcó, Masao se despertó una vez sintió que el auto ya no se movía, desde la ventana podía ver la casa de la que alguna vez pensó nunca tendría que volver, bien ahora sabía que el nunca era una palabra que podía expirar con él tiempo, aunque esto era más que nada otra manera del mundo en decirle que tenía cosas pendientes. Sólo faltaba descubrir el que era eso, siendo honestos Masao no se percataría de dicho asunto hasta que lo peor pasara.
━━ Ya estamos aquí Masao-Sama.
Tal y cómo imaginaba nada había cambiado después de todo, bueno quizá ahora la casa estaba más ambientada por un jardín más organizado y lleno de flores, inusual pero seguramente hacía ver a la casa menos amenazadora.
Quién sabe, pero definitivamente es una buena forma de tapar las imperfecciones. Quería pensar que las cosas podrían ser mas tolerables ahora que había crecido, tal vez estaba siendo ingenua u optimista no importaba cuál de las dos opciones fuera la correcta, ambas las clasificaba cómo ingenuidad.
¿Cuándo se volvió así de amargada?.
¿Sería aquello conocido cómo Las locas hormonas adolescentes golpeando los químicos de su decaído cerebro?. Podría ser lo inestable que se había vuelto su vida, podría ser todo el caos que la trajo hasta aquí. Pudo ser esa parte que aún no ha logrado enterrar.
Ciertamente no sabía, pero estaba segura que era cuestión de tiempo para que todo finalizara y volvería a retomar el plan donde lo dejo. Por ahora sería bueno explorar un poco laos alrededores y encontrar un punto ciego.
Había desaparecido de la vista de Tenjiku por dos días, debía apresurarse y encontrarse con ellos antes del plazo actual.
Al entrar nada había cambiado en lo absoluto, nada. Nuevamente tal vez sólo eran cosas suyas pero había un tono diferente en la casa, un ambiente medio sospechoso que le daba comezón en la nuca.
━━ Oye tú, ¿El viejo y la otra mujer están casa?. -La muchacha que le recibió sonrió nerviosa negando con la cabeza, avisándole que su padre justamente fue a ver a su esposa en que residía en otra casa durante su visita. Esta noticia fue la primera victoria de Masao, quién burlonamente siguió caminando para explorar.- ━━¿Y dónde está mi habitación?.
━━ Está en el mismo lugar que siempre, está justo igual cómo la dejo. No hubo un sólo día en que no se limpiara y cambiara las sábanas. -Dijo la muchacha haciendo una pequeña reverencia, intentando llevar las maletas pesadas.
━━ Ya veo. En ese caso supongo que daré un par de vueltas por allí. -La travesía apenas daba inicio y ya estaba rindiéndose en ella al querer irse.
Ni siquiera los aburridos cuadros han sido retirados, seguramente serían una mierda de tesoro si las tenían aún tan brillantes e impecables, pero caminar a por esos pasillos no le traían precisamente los mejores recuerdos de su vida, especialmente ahora que se sentía cómo un viaje a través del tiempo. Un tiempo tumultuoso lleno de violencia silenciosa que le seguía desde antes de nacer.
¿Y será que Masao creció con violencia? ¿O la violencia creció en Masao?.
Que chiste tendría saberlo ahora.
━━ Oh ya llegó el cabrón de la familia. ¡Él travesti de las calles!.
Masao puso los ojos en blanco con desinterés completo, esa vieja voz era obvia por su tono de cascarrabias y sus manos detrás de su espalda cómo todo anciano, solo le faltaba un bastón para decorar aquella patética imagen de lo que fue un hombre temible por su silencio y sus acciones, bien decían que la gente callada era de temer, y su abuelo cumplía con ese lema. Así cómo también sus palabras. Las cuales jamás se decían al azar.
━━¿Cómo es que sigues vivo anciano? Pensé que estarías muerto por algún tipo de cirrosis o alguna mierda que le da a la gente cómo tú. -Respondió con arrogancia dejando sus maletas de lado y acercándose al mayor, El anciano Masashi no respondía ante tales provocaciones, al contrario contra atacaba.
El mayor tocaba su barbilla de forma pensante, mirando de arriba para abajo a quién tenía de frente, Masao levantó una ceja haciendo el mismo acto.
━━ Lo mismo debería decirte yo, maldito mocoso ingrato. Oí en los problemas que te metiste por jugar a ser un pandillero, yo debería ser que te pregunte porque sigues vivo.
━━ Hay un viejo dicho, la hierba mala nunca se muere por mucho que se corte. Así que me van a tener aquí un buen rato anciano a menos claro que intenten algo estúpido.
La muchacha de servicio se encontró consigo misma en una batalla cara a cara, se sabía de la situación tensa de la familia pero faltarle el respeto a los mayores de la casa era casi un crimen sumamente grave que se pagaba con la vida propia. Si lo sabría ella por los negocios que se manejaban, eran casi una mafia.
Pero para su completa consternación, Masashi-Sama soltaba carcajadas al aire cómo nunca antes lo hubieran oído, siempre tan serio y con cara de disgusto a quienes no bajaban su cabeza por él, se le veía muy complacido con esa rabieta. Masao resopló cansada, preguntándose si la parte de su padre eran masoquistas sin remedio, aunque nada de lo que dijo fuera en broma ya que si bien a Masao no le caía del todo bien su padre.
El abuelo no le caía mucho mejor.
━━¡Cuánta altanería de tu parte! Esa no es forma de dirigirte a tu abuelo. -El señor se fue acercando para tocar la cabeza de su nieta. Palmaditas a palmaditas, revoloteando su pelo de forma que se enojara y quitara su mano, no brusca, sino suave.
Un hombre que siempre había sido servido por mujeres sumisas y débiles, ver a una de ellas levantarse, golpearle su orgullo y mirarle sin miedo era merecedora de un cierto nivel de respeto. Es cómo su hijo había dicho, sin duda alguna estaban criando al heredero perfecto.
¡Un verdadero Bushida!.
━━ Masanori no vendrá hasta en unos 30 minutos más o menos, tus hermanos tampoco por sus clases particulares y esas cosas que su madre les pone en su agenda. Acompaña a tu Abuelo al jardín, quiero saber que has hecho de tu vida estos días.
━━ Hace una semana me apuñalaron en el estómago. -Dijo caminando detrás del viejo. - ━━ Pensé que el Cucho mío te lo había dicho.
━━ Creo que lo comentó, pero no te moriste ¿O si?.
━━ No.
━━ Buen trabajo entonces, eso significa que tienes buen aguante y resistencia. Muy útil, muy útil.
Miedo, apariencias, humillación y aprobación de terceros.
Cosas que forjaban miles de personas en un conjunto conformados con distintos miembros que cumplían una función en un círculo llamado familia, una palabra tan simple cómo imaginar; Padre, Madre, Hermano u hermana mayor y Hermana o hermano menor, todos conviviendo armoniacamente en su casita de muñecas perfectas, quizá consiguieron un perro. Eso era considerado una familia.
No algo cómo; Papá consiguió una prostituta y dejó a mi madre cuándo nací, mis hermanos menores me detestan y me temen, soy la manzana podrida de un árbol mucho más podrido que yo. Seré la manzana más dulce y apetitosa de todas.
Y era gracioso cómo ocultaban todo en una cortina, las manchas y las infidelidades. Las drogas, el abuso, el sexo desmesurado y el alcohol. Haciendo ver el cigarro de madre cómo el vicio más sanos de todos ellos. Lo demás mencionado definitivamente era obra de los parientes paternos. La casa Bushida era una casa de muñecas más en la lista de disfuncionalidad.
Dónde Masao podía ver y señalar todo lo que otros no ven.
No importaba a lo mucho, una vez que cumpla los 16 años. Se prometió que su vida iría por otro rumbo.
Oh pobre e ingenua Masao. Quién era capaz de controlar su vida a duras penas, quién decía mentiras tras mentiras para esconder su naturaleza, más nunca sería capaz de controlar el tiempo.
━━¿Ma-kun no está en casa?.
Salome estaba demasiado triste para volver a decirlo, así que solo se limito a asentir suave ante la confusión del muchacho cuando sus ojitos se abrieron de par a en par, vaya incluso había traído una pequeña ofrenda de paz de frutas picadas que Emma le había aconsejado llevar para no verse tan necio.
━━ Su padre decidió que terminara de recuperarse en su casa, para mantenerla alejada un poco de los problemas en que se ha metido. -Su cuerpo fue saliendo de la vivienda con pereza, toda la casa ahora se sentía cómo un hueco, no quería estar adentro no al menos en una casa sin ruido.- ━━¿Eres el líder de esa pandilla, la del deposito?.
Mikey asintió sin mucho pensar, entregándole la ofrenda que había traído en caso que Masao no lo dejara pasar, sin embargo ahora ya no veía el chiste de hacerlo si ya estaba hablando con la madre de ella, y se negaba a creer que alguien así fuera madre de alguien cómo Ma-kun.
Por que a simple vista, era una mujer agradable.
━━¿Es usted su madre?. -Preguntó curioso por la falta de parecido más allá del color de los ojos, Salome quién había escuchado esa pregunta más de una vez en su vida pacientemente le dijo que si. Pero Mikey, siendo el chico tan imprudente que es arrugo la cara y dijo sin rodeos. - ━━ No lo acepto, se ve demasiado joven y amigable para ser la madre de alguien cómo Masao. Mentirosa.
La mujer quién quedó perpleja por la altanería del muchacho, esperaba que destacara su piel morena o su esponjoso y brillante cabello negro lo que desencadenara esa pregunta, hace tan solo momentos se sentía devastada por la partida de su único retoño, pero ahora tenía un extraño en su casa haciendo berrinche porque no se parecía a lo que esperaba.
¡Hasta mentirosa le había dicho!.
La morena soltó una carcajada al aire sujetándose el estómago y tapándose su boca para evitar malas miradas, alzó su mano revolviendo el cabello del muchacho que un la miraba de forma juzgona, agregando un toque más aniñado a su aspecto Salome se inclino a la altura de Mikey secándose las lágrimas de la risa. O eso se aparentaba.
━━ Adelante, pasa y siéntate muchacho. -Habló la mujer dirigiéndose a dentro nuevamente con el detalle que Mikey había traído.
Mikey quedó estoico en la entrada por un momento apunto de decir una excusa que lo librara, dicha idea se había esfumado tan rápido cómo el delicioso aroma que emanaba de la cocina, además de un hambre profunda, Mikey sentía curiosidad por saber que había pasado con Masao.
Simplemente desapareció otra vez, se dijo Mikey cuándo el hospital le dijo que ella nunca llegó dejando a los más cercanos preocupados por su estado, afortunadamente para él alivio de muchos Takemitchy era quién tenía mayor contacto con Ma-kun.
Pero incluso ahora Takemitchy no sabía que habría sido de ella.
Y la última cosa que imagino sería que Ma-kun estaba pasando tiempo de calidad con su padre, sabiendo el tipo de bicho raro que se le hizo la primera vez que lo vio. No le agradaba y a Masao tampoco por lo que noto, después de la pelea era probable que Masao estuviera en una especie de problema real con ambos. De ser lo contrario seguramente estaría en casa de su madre, entonces esa pesadez que se desplazaba por la sala no existiría. Tal vez el padre tuvo algo que ver y por eso Masao lo despreciaba.
Se la jugaba en decir que lo odiaba. Por lo que podía imaginar la vida de Ma-kun era más compleja de lo que pensó. Habían varios puntos vacíos que no lograba entender.
Ya estando en el comedor Mikey sin ninguna vergüenza empezó a barrear la casa con una mirada de absoluta curiosidad, nada bastante fuera de lo común a la última vez que estuvo allí, solo la evidente y espesa atmosfera que caía en la casa. Resaltaban las fotos enmarcadas en la pared, en la mesita de la sala comedor e incluso una en la refrigeradora con un imán de mariquita.
Eran dos piezas que enmarcaban recuerdos que seguramente debieron ser los mejores de su vida, ¿Cómo lo sabría? Tal vez era porque la persona de las fotos que Mikey conocía en al vida real se veía diferente, más alegre, más risueña, genuina felicidad con la persona que implicaba su mundo entero.
El pandillero descansaba la cabeza en la mesa mirando fijamente la foto.
━━¿Qué puedo hacer para hacerla sonreír así?. -Tenía la respuesta en la punta de su cabeza, sin embargo no lo quería hacer. Tener a Masao dentro de la pandilla se convirtió en algo problemático por la razones correctas.
Físicamente los hombres siempre serían más fuertes que las mujeres. Un pensamiento colectivo que vagaba en la mente de muchos hombres en Japón y en el mundo entero, por mucho que se peleara por la igualdad para ambas partes, la realidad era otra. Existen hombres cómo el caso de Draken, Mitsuya y el propio Mikey que defenderían a sus hermanas, en el caso de Draken su interés amoroso secreto Emma, de cualquiera que quisiera hacer algo inimaginable con ellas. No obstante, también habían hombres que tomaban la ventaja y hacían cosas horribles por dicha ventaja.
Los pensamiento de Mikey desvanecieron con un aroma peculiar recién sacado de la cocina, cómo era habitual si llegas a una casa en Japón te ofrecen un té o una bebida, tal vez unos bocadillos cómo acompañamiento.
¡Pero nunca un plato de comida más grande que su cabeza!. Decir que estaba hambreado era poco luego de tal sensación de olores, ver el arroz normalmente separado de las carnes y verduras era habitual, pero aquí le habían servido casi en una bandeja, incrédulo miró a la madre de Masao señalando el plato, luego de una mirada afirmando que era para él Mikey no duro mucho en comer cómo si fuera su casa, es decir lleno de alegría.
Salome dudo un poco si hablar, sin embargo ella quería respuestas de que había pasado
━━ Tú debes ser Manjiro, hace mucho tiempo que no te veía. Haz crecido mucho. -Hablo de forma familiarizada con él, algo que para Mikey no era de extrañarse suponiendo que Masao le contaba las cosas a su madre por su estrecha relación, ignorando y recobrando lo mencionado al final. Salome tenía una mano reposando su cabeza con esa mirada nostálgica en sus ojos.- ━━ Masao y Emma parecen llevarse muy bien, nunca creía que algún día los conocería en persona.
Mikey observaba a la madre de Masao sin tener idea de que estaba hablando, el tono de su voz simplemente no cuadraba con lo que se espera de alguien hablando de conocidos de boca en boca, no lo era, su voz sonaba triste y hasta nostálgica. Cómo la de su abuelo recordando cuándo eran niños. Ajeno a ello, Mikey divago en las palabras que salían de su boca llena de lo que fuese que comía, pero maldición que estaba bueno.
━━¿Ma-Kun suele hablar de nosotros a menudo?. -Sonaba entrometido, pero realmente tenía muchas expectativas de lo que Masao diría de él. En la mayor fanfarronería posible, Mikey pensaría que Masao se refería a él cómo lo harían en las calles, pero si, con el toque de sarcasmo e insultos adicionales.
Sin imaginarse que la respuesta era mucho más profunda.
━━ Vamos a decir que conocí a alguien que no dejaba de hablar de sus queridos hermanos con mucha ternura. Un hombre que aunque amable era muy torpe con las mujeres, sin embargo era su forma de ser que lo hacía tan especial.
Mikey soltó los cubiertos, abriendo los ojos de par en par. Mientras tanto Salome se encontraba serena y tranquila sin darse cuenta que seguramente había tocado un tema sensible. No hubo malicia en sus palabras.
━━¿Conocía a mi hermano?. -Los ojos de Mikey aunque sombrío eran un paño sucio de pensamiento por minuto. Oír a hablar de su hermano después de 4 años no era lo mismo que con el abuelo.
━━ Era un amigo querido, cuándo volví a Japón él me ayudo a encontrarme con Masao. Le debía mucho y lo único que pedía era una cita, pero yo siempre lo posponía porque mi situación no era la mejor y mi hija siempre fue mi prioridad. -Su dedo golpeteo la mesa, su pierna empezó a temblar con impaciencia sin ver la expresión atónita en la cara del chico.- ━━ A veces me pregunto que hubiera pasado si le decía que si.
Silencio, otra vez la maldita calma se desplazaba por la casa de todos modos, no sabía porque le estaba contando algo así, pero solo dios sabía lo increíblemente parecidos que eran esos dos, solo el cabello era aquello que los diferenciaba, y quizá la altura, Salome rápidamente quiso separarse del tema pero Mikey yo no iba a soltarlo.
━━ Eso lo sabía, bueno no, no todo. Shinichiro se quedaba hasta tardes en la calle disque pasando tiempo con una mujer hermosa que le gustaba mucho, ninguno de nosotros realmente le creía y el abuelo pensó que quizá solo se estaba aprovechando de lo ingenuo que era mi hermano con las mujeres. -Un pequeña sonrisa en Mikey apareció suavemente, aún dispuesto a comer, aún dispuesto en recordar lo bueno de su familia de hace cuatro años. Si dolía, realmente no importaba.- ━━ Me alegra saber que una de ellas le dio una oportunidad a mi hermano antes de morir.
Ahora por lo menos sabía que si Masao se había encontrado con él, era por una buena razón.
Sólo faltaba encontrar el porqué.
━━ Así que el va a estar fuera de casa un tiempo, ya no tienes que preocuparte por lo menos hasta navidad. Ya puedes estar un poco más tranquilo. -Hablo amorosamente, acariciando su espalda tensa y rígida, pero no levantaba los ojos de la mesa.
Aunque la voz de su hermana intentará tranquilizarlo, la verdad a las cosas eran muy diferentes para Hakkai quién seguía pensativo en el comedor, la ansiedad que se apoderaba de su cuerpo era más frecuente de notar que otras veces, y es que ayudar a su hermano aunque fuera con algo tan simple cómo espiar a esa tal Masao que sin más se había metido a la pandilla lo estaba carcomiendo por dentro, por mucho que intentará convencerse que no era su problema y tratara de alejarse de su hermano lo más pronto posible.
Este no podía.
De una forma u otra mucho peor, siempre terminaba cayendo en los puños destructivos de su hermano mayor, y sino era él. Era su hermana.
¿Pero que podía hacer un debilucho cómo él contra un monstruo cómo su hermano mayor?.
━━ Me siento terrible. Siento que acabo de vender a alguien al diablo por mi propia seguridad. -Y eso era verdad, y es una pena que al decir eso no sólo se mortificará más de ver a Yuzuha estando siempre ahí para él, para cuidarlo de todos y sobre todos. Esa frase recobraba mayor peso al verla.- ━━ Me da pavor de solo pensar para que querían saber de Masao-San.
Yuzuha realmente no quería preocupar a Hakkai más ahora sabiendo que era alguien que estaba vinculado con el círculo cercano de amigos de su hermano menor, que cómo bien Hakkai había dicho se le miraba muy junta a varios miembros de la ToMan. La situación tan extraña solo hacían pensar de lo peor a lo horrendo sobre su hermano Taiju.
Pero demonios, nadie iba a culparlos por pensar tan mal de él.
━━ Pero esa no es tu responsabilidad. -Intervino a decir, buscando en su cabeza algo eficiente pero no tan hiriente que pudiera salvar a su hermanito de algo que no era su culpa. Ni siquiera conocía a ese tal Masao y ya sentía lastima por tratar con Taiju.- ━━ No quiero decir que no sienta pena por él pero no te puede mortificar por las cosas que hace sólo por diversión. Ya sabes que a él le gusta intimidar sin motivo. ¡Y además! Quién sabe, quizá ese chico Masao hizo algo muy malo para buscarse la muerte en manos de Taiju.
Hakkai quedó en silencio. Si es verdad que tal vez el remordimiento seria menor si tan sólo esa persona fuera un varón. Entonces tal vez por un segundo podría olvidar haber traicionado la confianza de la pandilla.
━━ Hakkai, hay algo que no me quieres decir ¿Verdad?. -La mirada de Yuzuha era similar al de una madre angustiada por la seguridad de su hijo, pero si le decía, seguramente Yuzuha estaría igual de enfada con él.- ━━ No me digas que es alguien de tu división.
La suya tal vez no, pero indirectamente si en la de Taka-Chan, otro eso más en sus hombros apunto de desmoronarlo.
Antes que Hakkai pudiera seguir lamentándose de su propia débil voluntad, la puerta de la casa se abrió, el corazón de ambos hermanos empezó a bombear de completo terror al escuchar esas botas pesadas acercarse más y más, oírlas caer, luego los pisotones cómo una bestia ingresando a su cueva de los errores, y ellos dos cómo dos pequeños conejitos escondiendo el rabo entre las piernas, Hakkai casi conteniendo la respiración apartó la mirada de la entrada intentando tranquilizarse.
Taiju finalmente había llegado a casa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro