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Capítulo 45 {1ª Parte}

La playa de Broadchurch está envuelta en la oscuridad de la noche cuando llegan las 20h. Los operativos de la Interpol se han colocado ya en sus puestos: los francotiradores se han posicionado en el acantilado, tomando ventaja del ángulo desde el que pueden observar la playa; los operativos acuáticos se han colocado en sus lanchas motoras, escondidos tras las rocas de la costa para evitar ser detectados; los equipos de apoyo se han colocado como civiles en las inmediaciones del aparcamiento de la playa y la tienda de periódicos, que antaño perteneciese a Jack Marshall; y Ava Stone, se encuentra dentro de una furgoneta de paisano cerca de la tienda de periódicos y el aparcamiento de la playa. En su interior se encuentran además el líder de la Interpol, Frank Collins, así como Alec y Ellie. Todos ellos están monitoreando a través de unos televisores la operación y la situación de Elroy, Magnus, Sakura y Coraline. Éstos acaban de desplazarse hasta la playa, logrando vérseles a través de las cámaras de seguridad que hay colocadas de manera discreta, a lo largo de todo el perímetro de la costa de Broadchurch.

—Los activos han llegado a la playa —asevera, comunicándose con sus operativos mediante los auriculares que lleva puestos, los cuales tiene activos para escuchar las respuestas de sus subordinados. Sin embargo, como bien le ha planteado la analista antes de salir a campo abierto, ni sus amigos ni ella deben llevar micrófonos o auriculares, pues Ivan probablemente haga que sus hombres los cacheen de arriba-abajo para asegurarse de que no es una encerrona—. Manteneros todos en posición —les ordena con un tono grave, sintiendo que el pulso se le acelera al contemplar cada paso que los jóvenes dan hacia el lugar de la reunión—. Esperad a mi orden —la comisaria de ojos verdes escucha al momento las respuestas afirmativas de sus subordinados, quienes están listos para intervenir en cuanto la pelirroja con ojos cerúleos les dé la señal. El único problema es... Que no ha concretado en qué consiste esa señal. Mientras suspira, frunciendo levemente el ceño, solo espera poder reconocerla cuando la realice.

Pasan varios minutos, llegando las 20:15h. Y aún, no hay ni rastro del afamado jefe de la mafia rusa. Ni de sus cabecillas o subordinados. Está claro que, o bien está guardándose las espaldas ante posibles trampas, o bien que ha decidido no presentarse. Pero por lo convencidos que estaban los cuatro compañeros, todos los de la furgoneta están seguros de que, tarde o temprano, terminará por aparecer. Y dicho y hecho, apenas han pasado dos minutos desde que han dado las ocho y cuarto, un coche negro con evidente blindaje antibalas, estaciona en el aparcamiento de la playa de Broadchurch.

—Atención: el cuervo ha llegado al nido —sentencia Frank Collins por el auricular que él también lleva. Ante sus palabras, todos en la estancia reducida de la furgoneta se tensan, aunque el inspector de cabello lacio es quien más lo hace, notándosele al momento de tensar la mandíbula y cruzarse de brazos—. Repito: el cuervo ha llegado al nido —es el momento de que el plan se ponga en marcha. Ahora solo queda esperar a que se desarrollen los acontecimientos. Todos ellos cruzan los dedos porque todo salga según el plan.

La brillante analista del comportamiento ha escuchado el sonido del motor del coche de Markov, siendo un sonido que aún plaga sus sueños y pesadillas. Lo reconocería en cualquier parte, al igual que sus amigos, quienes intercambian una mirada preocupada. A los pocos segundos, contemplan cómo su antiguo captor, mentor y jefe se acerca a ellos con pasos lentos. Por su complexión, los años no han sido magnánimos con él. A sus noventa y dos años, parece que tuviera mucha más edad de la que aparenta: su cabello está completamente blanco, peinado hacia atrás, múltiples arrugas surcan su piel sonrosada, camina acompañado de un bastón enjoyado, y está ataviado con un traje a todas luces, caro. Pero sus ojos azules siguen poseyendo ese brillo astuto de antaño, y la cicatriz que surca su rostro sigue transmitiendo ese pavor, del que tantas veces antes se ha aprovechado para conseguir sus fines.

Pero tanto la pelirroja como sus amigos saben que no deben subestimar un libro por su portada. Bajo esa fachada inofensiva, se esconde un auténtico cerebro criminal totalmente carente de empatía por los seres humanos. Y sería capaz de borrarlos de la faz de la tierra solo con pulsar un botón o chasquear los dedos.

—Добрый вечер, Иван —lo saluda la pelirroja de ojos cerúleos con un tono sereno, con sus palabras significando «Buenas noches, Ivan», una vez ha quedado de pie frente a ellos. Como esperaban, ha venido acompañado de varios guardaespaldas. "Cinco iban con él en el coche blindado, pero conociendo a Ivan como lo conozco, y por lo tranquilos que están, sé perfectamente que se ha traído a más hombres. Habrán venido en otro coche, camuflado de paisano, y están esperando sus órdenes para revelarse", reflexiona para sus adentros la taheña con ojos azules al momento, percatándose de que Markov no les quita los ojos de encima a sus compañeros y a ella—. Вы выглядите как всегда в форме —le dice con cortesía, recordando lo mucho que al antiguo espía de la URSS le gusta que lo alaben, habiéndole dicho aproximadamente: «Te veo tan en forma como siempre».

—Мы оба знаем, что я не настолько самонадеян, чтобы отказываться от комплиментов, особенно от вас, Багровый Край —responde el ruso con una cicatriz en el rostro, sonriendo con elegancia, como si se tratara de un dandi de la época dorada del cine, capaz de conquistar a cualquiera con su carisma. Por lo que ha podido entender la taheña, dado que su ruso está algo oxidado, su antiguo captor le ha dicho: «Ambos sabemos que no soy tan presuntuoso como para rechazar un cumplido, y menos si viene de ti, Filo Carmesí», por lo que ha utilizado el apodo que se ganó en su época de asesina y espía. Es una forma de comenzar a ejercer nuevamente el control que tenía sobre ella. No hay nada más escalofriante—. Но вы понимаете, что я должен принять меры предосторожности, несмотря на то, что вы передали мне в нашем сообщении в контакте... —asevera, habiéndose encogido de hombros, pues acaba de decir: «Pero comprenderás que tengo que tomar precauciones, a pesar de lo que me has transmitido en nuestro contacto por mensajes», lo que significa, que piensan cachearlos, como la mentalista tan avispada esperaba que hicieran, para comprobar que no llevan ni auriculares, ni micros, ni equipos de escucha. No quiere cabos sueltos, al fin y al cabo.

—Конечно: мы понимаем —responde la pelirroja, quien hasta este momento está actuando como la representante de sus amigos y de ella, hablando en su nombre. Acaba de decirle: «Por supuesto: lo comprendemos», preparándose para ser cacheada.

El jefe de la mafia rusa chasquea los dedos, e inmediatamente, cuatro de los guardaespaldas que lo han acompañado se acercan a los compañeros de misiones. La pelirroja advierte al momento que alejan conscientemente a Magnus, Elroy y Sakura de ella, probablemente, con el fin de que, en caso de que algo suceda, no puedan ayudarse mutuamente. Sus ojos cerúleos se fijan en el rostro del hombre de Markov que ahora tiene delante. Es desafiante, advirtiéndole de manera implícita sobre propasarse al momento de cachearla, pues no va a permitírselo.

Extiende sus brazos a los lados, dejando su cuerpo expuesto. Al momento de ver que coopera con sus exigencias, Cora percibe que el hombre que los condicionó y torturó hasta que sus habilidades mejoraron, sonríe con disfrute. Asiente con lentitud a los pocos segundos, con los guardaespaldas comenzando su cacheo de los jóvenes que antaño pertenecieran a la organización criminal. La analista nota las manos del hombre frente a ella comenzando a palpar sus brazos, antes de dirigirse expertamente a su cuello. Para avisarle de que puede continuar, la joven de pelo carmesí cruza las manos detrás de la cabeza.

Sus ojos cerúleos observan con calma cómo el subordinado de Ivan se aleja de su cuerpo, en cuanto ha terminado de cachearla, habiendo recorrido su cuerpo con las manos. Incluso, se ha permitido abrirle la chaqueta para comprobar que no lleva nada escondido, habiéndola dejado momentáneamente en su sujetador, algo que, por unos segundos, la ha tentado a golpearlo en sus partes nobles. Pero ha tenido la sensatez de contenerse. No es el momento de provocar una pelea, especialmente cuando tiene el objetivo de arrestar a su antiguo jefe. El hombre del mafioso no ha encontrado nada, pues no lleva auriculares, ni micrófonos, ni equipos de escucha. La joven pelirroja se sube nuevamente la cremallera de la chaqueta, ocultando su cuerpo de los ojos afilados y fríos del ruso. Cuando posa sus ojos en él, siente un escalofrío recorrerle la espalda al percatarse de que, sin decir una sola palabra, Markov le hace un gesto con la mano derecha para que se acerque a él.

Tras tragar saliva, advirtiendo que sus amigos son mantenidos a distancia por los guardaespaldas para evitar cualquier ardid, la pelirroja se acerca a su antiguo jefe con cautela, no por miedo, sino porque sabe que debe estar atenta a cualquier posible ataque. Y porque con Markov, una nunca puede adivinar qué es lo que tiene exactamente en mente.

—У меня есть назначение для вас, Багровый Край —señala el ruso de ojos azules, con una sonrisa siniestra en su cara, sacando una pistola del interior de su chaqueta, antes de comprobar cómo reacciona su antigua y mejor subordinada. La ve posar sus ojos en el arma con cierta cautela, pero se mantiene tranquila, como esperaba que hiciera. Al fin y al cabo, la entrenó muy bien para soportar cualquier tipo de presión. Sus palabras significan: «Tengo una misión para ti, Filo Carmesí».

—А в чем заключается эта миссия? —pregunta la taheña con tono sereno, sin inmutarse por la pistola que su antiguo captor ha sacado, aunque por dentro está más nerviosa de lo que deja ver. Acaba de preguntarle: «¿Cuál es esa misión?». En apariencia está cooperando con sus exigencias. Está aprovechándose de la faceta egocéntrica y narcisista de su torturador, quien no hay nada que adore más, que ver cómo la gente baila a su son.

—Вам просто нужно ответить на несколько вопросов для меня —replica el de cabello blanco, jugando con la pistola en sus manos, como si se tratase de una de juguete. Sus palabras provocan escalofríos en los cuatro amigos, pues acaba de decir: «Solo tienes que responder a unas cuantas preguntas para mí». Sin duda, sigue siendo alguien peligroso... No pueden dejar que se vaya de rositas después de todos los crímenes que ha cometido. Deben detenerlo, aquí y ahora.

—Это не будет проблемой —responde Cora, con una ingente cantidad de calma, con sus palabras significando: «Eso no será problema». Siente que sonríe por dentro. Y es que, aunque no lo demuestra, manteniendo una expresión serena en el rostro, sabe perfectamente lo que debe hacer en este momento. Su plan acaba de ponerse en marcha.

Al ver la reacción de la joven de cabello pelirrojo, Ivan sonríe con satisfacción, asintiendo con la cabeza poco después. Todo está saliendo mejor de lo que esperaba. La observa de arriba-abajo durante unos pocos segundos, antes de acercarse a ella hasta el punto de casi poder tocarse sus narices. Entonces, el hombre con la cicatriz en el rostro alza su mano derecha, obligando a la joven a agacharse ligeramente, sintiendo cómo los labios del ruso están ahora presionados contra su oído derecho.

—«Агрессия. Тоска. Рассвет. Кровь. Три. Разум» —la voz de Markov resuena en los oídos de la pelirroja de ojos azules, quien siente cómo un estremecimiento la recorre de pies a cabeza. Siente que las palabras se repiten incesantemente en su mente, como una voz que le impide concentrarse en sus propios pensamientos. Son las palabras que, hace años, en el centro de entrenamiento, utilizó para condicionarla. Para anular su voluntad. Dichas palabras significan: «Agresión. Anhelo. Amanecer. Sangre. Tres. Mente».

Ivan Markov se aleja de la pelirroja entonces, esperando a que el condicionamiento haga efecto, como antaño lo hizo cuando trabajaba para él. Esta es una gran medida para asegurarse la obediencia de sus subordinados, así como para evitar insurrecciones de cualquier tipo. Y ahora que ha recuperado a su mejor activo, piensa darle el mejor uso.

—Я подчиняюсь твоим желаниям —es lo que finalmente responde la pelirroja con piel de alabastro, habiéndose erguido nuevamente, con una expresión estoica en el rostro. Sus ojos parecen perdidos en la nada, como si solamente escuchase la voz del antiguo espía de la URSS, algo que deleita al anciano de noventa y dos años. Éste sonríe complacido, pues sus palabras significan: «Me someto a tus deseos».

—Делай то, что я тебе прикажу —responde entonces el ruso con una sonrisa siniestra. Sus palabras significan: «Haz lo que te diga».

—Я подчиняюсь твоим приказам —responde la pelirroja de ojos cerúleos, con un tono monótono, como si se tratase de una autómata, repitiendo sus palabras de hace unos instantes, indicando que está a su merced. Al momento, Markov comienza a cuestionarla acerca de sus motivos para volver a contactar con él, pues quiere comprender qué la ha hecho querer ingresar nuevamente en la organización.

—Скажи мне, моя дорогая... Почему вы связались со мной, хотя в прошлом отказались от моего предложения? —inquiere el hombre más poderoso del mundo, diciéndole a la joven: «Dime, querida mía... ¿Por qué contactaste conmigo, a pesar de que antaño rechazaste mi oferta?».

—Я знала, что вы никогда не дадите мне развода для выхода из проекта. Вы будете держать меня привязанным к вам навсегда. Я знала, что вы не оставите меня в покое, пока не сделаете меня убийцей —responde Cora, con sus palabras significando: «Supe que nunca me darías una orden de abandonar el proyecto. Me mantendrías atada a ti para siempre. Supe que no me dejarías tranquila hasta que me convirtieras en una asesina».

La joven de ojos cerúleos no puede evitar sentir un escalofrío recorrerle la espalda. Aunque no lo demuestra, sus palabras han sido totalmente sinceras. Recuerda perfectamente aquellos días en los que Markov la obligaba a asesinar a personas inocentes. A hombres, mujeres y niños. Y una de las cosas que más pudo resentir en su interior, fue su incapacidad de defenderse, de reaccionar ante aquellos asesinatos. Era una marioneta en manos de Ivan, que actuaba sin cuestionar las órdenes, pues las palabras que una vez usó para condicionarla, «Agresión. Anhelo. Amanecer. Sangre. Tres. Mente», la obligaban a seguir sus órdenes.

—И я сделал это: я сделал тебя самым свирепым убийцей и самым способным шпионом, которого я когда-либо знал —el hombre de cabello blanco se jacta de sus acciones con orgullo, con sus palabras significando: «Y así lo hice: te convertí en la asesina más fiera y en la espía más capaz que jamás he conocido»—. Ты - мой шедевр, Багровый Край... Моя блудная дочь —añade, aseverando: «Eres mi obra maestra, Filo Carmesí... Mi hija pródiga», pues considera que no ha instruido jamás a una máquina de matar tan certera y perfecta como ella, que fue y es capaz ahora, de acatar las órdenes con total precisión, realizando sus misiones con una gran eficacia.

De hecho, y no sabe si esto es realmente un sentimiento veraz, pues sus años como espía de la URSS le arrebataron su humanidad y la mayor parte de sus emociones, el hombre más peligroso del mundo conocido, parece sentir un ramalazo de compasión y cariño por la joven que tiene delante. Siempre ha sido su debilidad. Incluso se atrevería a decir que la considera de su propia sangre, habiendo demostrado que, en muchas situaciones, aunque él la estuviera condicionando, que actuaba y pensaba como él. Al fin y al cabo, aunque controlaba de cierta forma sus acciones y comportamiento, su condicionamiento solo hace que sus subordinados respondan de manera veraz y fidedigna, siendo sinceros en todo momentos sobre sus pensamientos... Eso, si no los obliga a desprenderse de ellos para hacerlos más efectivos en sus misiones.

La joven de pelo carmesí se mantiene inmóvil, sin decir nada, con la mirada perdida en la nada, esperando a las siguientes palabras de Markov. Éste parece reflexionar momentáneamente para sus adentros sobre sus opciones, antes de decidirse. Sin dejar de sonreír de manera siniestra, el ruso da la vuelta al arma con la que lleva tanto tiempo jugando en sus manos. La sujeta por el cañón, antes de tomar la mano derecha de la pelirroja en su izquierda, obligándola a que sus dedos se cierren alrededor del mango del arma.

—Я хочу, чтобы вы продемонстрировали свою приверженность организации и мне —le dice con un tono sereno, indicándole: «Quiero que demuestres tu compromiso con la organización y conmigo», por lo que, de manera implícita le está exigiendo que demuestre su lealtad, así como su compromiso de no abandonar la organización y de no revelar ninguna de sus actividades. Necesita asegurarse de que puede volver a confiar en ella—. Оружие готово. Положите его в рот. И нажать на курок —añade con evidente disfrute en sus palabras, analizando en todo momento el comportamiento no-verbal de su mejor activo en la organización. Habiéndole dicho: «El arma está preparada. Colócatela en la boca. Y aprieta el gatillo», pretende comprobar si realmente está dispuesta a volver a la organización, sometiéndose nuevamente a su control y a sus reglas, como antaño.

Sin duda, con su ayuda podrá volver a levantar su imperio criminal.

—¡Coral, no! —exclama Sakura, siendo sujetada por los brazos por el guardaespaldas de Markov que la mantiene a distancia del ruso.

—¡No lo hagas! —exclaman Elroy y Magnus al mismo tiempo, deseando desembarazarse del agarre de los mafiosos.

—Тишина, все вы —ordena Ivan con una voz que se asemeja a un gruñido, habiéndoles dicho: «Silencio, todos vosotros». Una vez ha dado esa orden, momentáneamente, se vuelve hacia ellos con una escalofriante tranquilidad. Musita las palabras que pueden condicionarlos—. Бесшумность. Туман. Представление. Кровь. Порядок. Солнечный свет. —añade con sus palabras significando: «Quietud. Niebla. Sumisión. Sangre. Orden. Sol». Esto provoca que los tres jóvenes reaccionen de forma inmediata.

—¡No! —grita Sakura, intentando luchar contra la influencia del condicionamiento, pero su cuerpo no responde a sus órdenes.

Todos ellos poco a poco, comienzan a quedarse rígidos, como estatuas de ángeles. Incapaces de reaccionar o de hablar siquiera. Ahora son esclavos nuevamente de la voluntad de su amo y señor. Como antaño lo fueran, cuando trabajaban en la organización.

Los tres compañeros observan en un absoluto silencio cómo la joven pelirroja, sin mediar palabra, ni siquiera una expresión en su rostro, como si estuviera en estado catatónico, acerca el arma a su boca, antes de, lentamente, metérsela en la misma. La joven de ojos cerúleos siente como el frío metal de la pistola comienza a rozar sus labios, obligándola a abrir la boca. El cañón del arma, lentamente, comienza a penetrar en su boca, obligándola a tragar saliva, y siente como, sin querer, se comienza a humedecer.

Ivan Markov, sin embargo, parece divertido con la escena que está teniendo lugar ante sus ojos. La sensación de control que experimenta es insuperable, pues sabe que, en este momento, tiene a uno de sus mejores activos en sus manos y, además, está completamente sometida a su voluntad.

—Чего ты ждешь, Багровый край? Отстреливайтесь —le dice, con un tono de voz lleno de soberbia y control, disfrutando de cada acción que contempla que ella realiza, con sus palabras significando: «¿A qué esperas, Filo Carmesí? Dispara».

La joven pelirroja parece detenerse por una fracción de segundo nada más escuchar esa orden, pero al cabo de unos segundos, obedece su directriz, de modo que, el dedo que está apoyado levemente en el gatillo del arma, comienza a ejercer presión hacia atrás. El dedo índice de la joven se encuentra presionando el gatillo del arma con todas sus fuerzas, con el propósito de moverlo hacia atrás. Poco a poco, el gatillo comienza a moverse, con la sonrisa de Ivan ensanchándose conforme contempla que su orden se sigue al pie de la letra. El dedo índice de la joven, continúa presionando el gatillo, moviéndolo cada vez más hacia el mango del arma. Hasta que pronto, el gatillo llega a su punto límite, y se acciona, escuchándose el sonido de un clic en la silenciosa playa.

La pistola no estaba cargada. Nunca lo ha estado.

Markov, sin embargo, no parece alterado en absoluto por esto. Sigue sonriendo de manera siniestra, observando como la joven, con total tranquilidad, sigue sujetando el arma con la boca abierta, aunque sin poder reaccionar de ninguna manera.

—Ты вернулась, Багровый край. Ты вернулась домой —le dice con una sonrisa de satisfacción, pues aunque no lo ha dicho en voz alta, al pronunciar esas palabras, ha estado condicionando a la joven de pelo pelirrojo, diciéndole: «Has vuelto, Filo Carmesí. Has vuelto a casa»—. Ты всегда будешь принадлежать мне —añade, con una sonrisa aún más amplia en su rostro, con sus palabras significando: «Eres mía, Filo Carmesí. Siempre serás mía». Unos segundos después, Markov parece hablar con un tono mucho más sereno, casi incluso, podría decirse que con afecto—. Достаточно: выньте пистолет изо рта —le ordena, con su tono de voz volviendo a la normalidad, con sus palabras significando: «Basta: retira la pistola de tu boca».

La joven taheña lentamente saca el arma de su boca, dejando que su brazo derecho caiga flácido junto a su cuerpo. Aun sujeta el arma en su mano, apretando los dedos que tiene alrededor del mango de manera involuntaria. Parpadea lentamente, aun esperando las siguientes palabras del jefe de la mafia rusa. Éste asiente lentamente, antes de acercarse a ella gracias a unos pocos pasos, ayudándose de su bastón para caminar, pese a que, evidentemente, no necesita usarlo. A los pocos segundos, los brazos del antiguo espía de la URSS rodean el cuerpo de la joven con afecto y delicadeza, dejando que su nariz se acerque a la mejilla de la joven pelirroja. Cora alza sus brazos y le brinda un abrazo lentamente, sin que el hombre con cabello canoso se percate de ello, pues, en este momento, sus ojos están cerrados, y está concentrado en cómo finalmente ha conseguido lo que buscaba: que vuelva con él. Si estuviera prestando atención, habría comenzado a sospechar sobre que corresponda su gesto, pues nunca lo hizo en todos esos años en los que trabajaron juntos. Siempre se mantenía estoica y rígida, como un bloque de hielo.

—Спасибо за объятия —sentencia con una voz queda la analista del comportamiento, con sus palabras significando: «Gracias por el abrazo». Esto provoca que los ojos del mafioso se abran con pasmo, pues no puede creer lo que está escuchando. No le ha dado ninguna orden para que hable. Y ahora que puede pensar con claridad, tampoco la ha ordenado abrazarlo. Comienza a sentir que un sudor frío lo recorre de pies a cabeza, puesto que ahora comprende que no ha estado controlándola gracias al condicionamiento, sino que, ha estado actuando todos estos minutos, como sus compañeros.

¡Es una trampa! ¡Está cerca de la mejor asesina que ha entrenado, y debe alejarse ya!

En ese preciso momento, el abrazo de la pelirroja se torna férreo, pues advierte que Markov intenta poner tierra de por medio entre ellos. Antes siquiera de que pueda musitar algo para alertar a sus guardaespaldas, pese a que la situación va a volverse complicada a los pocos segundos, utiliza el mango del arma en su mano derecha para golpearlo en la nuca. Esto lo deja efectivamente inconsciente. Lo ayuda a descender hasta el suelo con cuidado, antes de esposar sus manos a la espalda. Como esperaba, el guardia que se encuentra más cerca de su posición, siendo el mismo que la ha cacheado, comienza a avanzar hacia ella, intentando sacar su pistola para dispararle. La taheña de piel de alabastro carga el arma que tiene en la mano, con la munición que ha robado de los bolsillos del capo de la mafia, al abrazarlo. Después le dispara en la rodilla, incapacitándolo, no matándolo. El joven cae al suelo de forma inmediata, gritando de dolor.

—Que empiece el juego —musita con una sonrisa llena de satisfacción, antes de alzar la mano al cielo, ejecutando varios disparos para alertar a los efectivos de la Interpol para que intervengan, pues a lo lejos, puede ver cómo otros de los guardaespaldas de Ivan aparecen en la playa, armados hasta los dientes. Los otros guardaespaldas que acaban de percatarse de lo sucedido, no tardan en reaccionar ante esta situación, y comienzan a dispararle. La joven, sin embargo, es más ágil que ellos, y logra esquivar todos los tiros con facilidad, mientras que Elroy, Sakura y Magnus, quienes también han tenido en todo momento el completo control de su cuerpo, se lanzan a por ellos.

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