[❀❁02]
La segunda vez que se despertó esta vez había una mano suave que acariciaba sus cabellos, no pudo evitar ronronear un poco, y si escuchó a alguien reír a lo lejos, no le importó, sólo quería más de ese suave tacto. El aroma a lavanda lo hizo abrir sus ojos, Jimin se encontraba a su lado, sentado en la alfombrilla nuevamente, pero esta vez con una de sus manos le hacía cariños a sus cabellos y con la otra llevaba pequeños trozos de fresa a su boca mientras veía algo en el computador que tenía en sus piernas, esos pequeños momentos hacían que se sintiera en paz, que se volviera a encontrar después de un día cansado, y que tuviera lapsos de felicidad y alegría más largos.
—Creo que te amo —Yoongi dijo en voz alta, eso era, amaba a Jimin, claro que sí.
Jimin no respondió y cerró su laptop para ponerse de pie. Al instante el alfa dentro de Yoongi entró en pánico, no sabia que sucedía, no quería espantar al omega, ¿pero no era amor lo que sentía por el rubio? Prácticamente su estomago se siente quisquilloso cada vez que lo ve.
—Se siente quisquilloso porqué tienes fiebre, hyung.
¿Acaso Jimin podía leer sus pensamientos? que omega tan más fantástico, su omega tenía poderes o algo así.
La risa de Jimin llenó la habitación, al igual que su voz—No hyung, simplemente estas balbuceando en voz alta a causa de la fiebre.
—En serio te amo —balbuceó, intentó atrapar una de las manos de Jimin cuando este se acercó a él, pero el omega sólo rió y fue más rápido en interceptar sus ataques. Al parecer había un termómetro debajo de su brazo porqué el menor lo sacó con cuidado para mirarlo con un rostro que parecía decir "ya lo sabía".
—Efectivamente, una fiebre muy alta, y tu aroma es mucho más fuerte, creo que estas en tu rutina, hyung.
—Si te casas conmigo, te compraré una casa enorme, tendremos todos los hijos que tu quieras y muchos gatos, soy muy perezoso para un cachorro, pero si tú quieres tener un cachorro está bien.
Jimin volvió a reír y Yoongi sintió que había desfallecido en sus sueños y había llegado al cielo, el sonido de la alegría y el cariño en la risa de Jimin podía curar hasta la más fuerte agonía.
—¿En serio hyung? —Jimin exclamó divertido mientras acomodaba más almohadas alrededor del alfa para su comodidad, sabía lo frustrante que podía ser pasar por un celo y estar incómodo.
Yoongi tomó una de sus manos y besó su palma, sus nudillos, su rostro totalmente sonrojado por la fiebre.
—Sólo imagina cómo serian nuestros hijos.
Jimin se encontró esponjando una felpuda almohada marrón claro mientras se reía—no lo sé, hyung, ¿Cómo serían?
El alfa cerró sus ojos y dejó que el omega acomodara las almohadas en su espalda y a sus costados con una sonrisa—Oh... serían tan bonitos, un bebé rechoncho porqué de pequeño siempre fui demasiado esponjoso, y tendrá tus labios abultados, tal vez ojos muy pequeños que se vuelvan aún más diminutos a causa de enormes y rosadas mejillas.
El omega sonrió y salió de su rango de visión, pero Yoongi estaba más concentrado en describir a su futuro bebé que preocuparse por eso.
—¿Mejillas rechonchas entonces, hyung? —La voz de Jimin se escuchó lejana, pero era suave.
—Ohhh si... y cada vez que alguién que no seas tú quiera pincharlas, él fruncirá el ceño y abultará sus pequeños labios en pucherito, como tú, cuando hablas con ese pucherito casi siempre.
Lo siguiente que sintió fue algo frío en su frente, una compresa tal vez, pero fue bastante refrescante, dejó salir un resoplido y abrió sus ojos para mirar a un sonriente Jimin.
—¿Mejor, hyung?
—Lo estaré cuando tengas un anillo en tu dedo, ¿quieres uno? hay uno muy famoso, le llaman sortija, te gustará, pero sólo te la tengo que dar yo.
El omega volvió a reír, y Yoongi volvió a viajar al cielo, por favor déjenlo ahí, no quiere irse nunca.
—¿es así? —Jimin usaba un tono divertido que animo al alfa, volviendo más hábil romántico con las palabras, aunque sólo en su imaginación porque en la realidad sonaba como un ebrio arrastrando cada silaba con lentitud.
—Mira lo que tengo aquí —sujetando un tazón con helado, Yoongi siguió el movimiento delicioso del helado, izquierda, derecha, izquierda derecha. Justo cuando abrió su boca para indicarle a Jimin que quería una cucharada, el omega lo hizo, pero en cambio sintió un sabor asqueroso y ácido que lo hizo querer vomitar, casi al instante Jimin le dio otra cucharada esta vez de helado, dulce y acaramelado que hizo que tuviera que pasarse la primera asquerosa cucharada.
—Ughhh te amo demasiado para decirte algo, eso fue asqueroso.
—Es medicina, hyung, es para tu fiebre, te hará sentir mejor.
—Me han engañado..., no nos hemos casado oficialmente y ya estamos llenando esta relación de viles traiciones.
Jimin rió una vez más y se acercó sólo para besar su nariz—Descansa hyung, estaré cuidando tus sueños.
Sin más, volvió a quedarse dormido.
(...)
Si algo odiaba Yoongi de sus rutinas, era el hecho de que su alfa creía ser un romántico caballeroso cuando no daba más que pena. Cuando despertó estaba un poco más cuerdo que antes, leves rastros de la conversación que tuvo con Jimin llegaron a él y lo hicieron sentir incomodo y avergonzado, no podía creer todas las cosas que le había dicho al omega.
Se achico más entre las sabanas, pero pronto sintió calor, tal vez una ducha sería buena idea, iría a la cama y después se encerraría durante el día sin querer ver a nadie, aún no sabiendo como es que su ciclo se había adelantado.
Jimin no se veía por ningún lado cuando se puso de pie, pero podía sentir su aroma cada vez más fuerte conforme subía las escaleras. Se asomó levemente por la puerta, las paredes amarillas decoradas con cuadros y algunos estantes aparecieron, pero Jimin todavía no aparecía.
—¿Dónde estará? —susurró para sí mismo.
Camino a su habitación y se quedó totalmente quieto en el umbral, observando como un Jimin quitaba su mirada de su teléfono y lo observaba detenidamente.
—¿Te sientes mejor, hyung?
Levantándose de su cama, Jimin camino hacia él, tocando su frente y sus mejillas para estar seguro de que la fiebre se había ido.
—Aún estas un poco caliente, pero no como antes, eso es bueno, ¿estas bien?
—E-estabas... ¿en mi cama? —murmuró con las mejillas sonrojadas, no era extraño que Jimin entrara a su habitación, tampoco que durmiera ahí, pero el alfa mimoso dentro de él ya comenzaba a hacerse ideas raras como que Jimin lo amaba o algo así, (lo siento, el celo, ¿podían no culparlo?).
Apretando sus mejillas mientras abultaba sus labios al hablar, Jimin se rió levemente—No soy ciego, sé cuanto te gusta mi aroma y te calma, decidí pasar un rato aquí.
Yoongi dio un paso adelante mientras sus ojos brillaban—Cásate conmigo.
Jimin ladeó su cabeza y volvió a reír divertido.
—Anda, hyung, date una ducha y después podremos acostarnos unos momentos antes de que entres a tu rutina real.
—Por favor, ¿deseas algo en especial? lo que quieras, te lo daré.
Rodando los ojos con una expresión de cariño, Jimin volvió a reír—¡Un castillo! no, un reino completo, ¿qué tal? ahora vamos, ¡a bañarse, hyung! te he preparado la tina en realidad, puse algunas bombas de jabón, de las que te gustan, con aromas no tan fuertes porqué sé lo sensible que eres a los aromas.
—Te lo compraré, un castillo, ¿crees que en linea encuentre uno?
La risa de Jimin era hermosa, y cada vez que la escuchaba Yoongi creía que una flor nacía en alguna parte del mundo.
—¡Por supuesto! ¡ahora ve a bañarte que hueles muy fuerte! —entre risas, Jimin lo empujó al baño para cerrar la puerta una vez lo hizo entrar.
Yoongi parpadeó confuso en medio del pequeño cuarto, ¿entonces eso había sido un sí a su propuesta de matrimonio?
Se metió a la tina, reflexionando entre la esponjosa agua con aroma a lavanda.
¿Qué tan costoso podía ser un castillo real?
¡Muchas gracias por leer! espero les haya gustado, cuidense mucho, tomen agua y no se desvelen, ¡nos leemos pronto! <3
-susy
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