Prologo
Irak, 2014
Una nación en guerra.
Un país intervencionista.
Una guerrilla armada hasta los dientes.
Y una misión que cumplir.
Dentro de la zona verde en Bagdahd, la oficial de inteligencia Amanda Waller saludó a su oficial al mando en la tienda de operaciones.
-¡Coronel Keyes, señor!
-Oficial Waller – Keyes le devolvió el saludo – Tengo una misión para usted.
-¿Señor?
-Es un trabajo extraoficial. No se sabrá nada al respecto. Haces lo que hay que hacer y te vas. Nadie vuelve a pensar en ello.
-¿Cuál es el la operación, señor? – Waller asintió, sintiendo curiosidad por la misión. Keyes le entregó una carpeta –
-Recibimos un aviso de que hay algunas ojivas nucleares ex soviéticas de propiedad ilegal enterradas en un pueblo al oeste de Faluya. Explótalas – Waller miró el frente de la carpeta. Decía: "Equipo 7" en letras de plantilla rojas – Adentro están los antecedentes de los chicos a tu cargo. Creo que los encontrarás a tu gusto.
Waller asintió mientras hojeaba los archivos. A algunos ya los conocía y los consideraba la peor calaña que podía haber en el ejercito de Estados Unidos. Habían luchado en la batalla de Metropolis hace un año y había oído que el mercenario del parche en el ojo había tenido un encontronazo con Batman, por lo que tendría cuidado con todos, en especial con Slade Wilson.
De lo que si estaba segura Waller era de que completarían la misión con éxito.
-Está bien. Puedo vivir con esto.
Carpa informativa de la misión, 3 horas después
Waller entró en la tienda y el sargento que estaba cerca de la puerta se enderezó y saludó.
-¡Oficial en el área! – casi a su orden, los soldados con uniformes del desierto se levantaron de los bancos. El sargento se colocó delante de Waller – Sargento primero Lawrence Duren, señora. Nos alegramos de tenerla.
-Déjese de estupideces, sargento – Waller asintió con la cabeza y pasó junto a él, adoptando una postura con las manos en las caderas – Soy la oficial de inteligencia Amanda Waller. Seré su nuevo oficial al mando para la próxima misión. Seguirán mis órdenes, y solo las mías... ¿Entendido?
Los hombres asintieron y murmuraron algo entre ellos.
-¡No puedo escucharlos! – grito Waller con una labia de molestia –
"¡SÍ, SEÑORA!" fue lo que repitieron todos en el escuadrón de tipos duros, casi al unísono como en un partido de futbol americano.
-Pasen lista. Quiero ver que todos ustedes estén presentes – Waller sacó un portapapeles – ¡Higgins, Decan M.!
-Presente – Un hombre con el pelo largo y una mueca de burla levantó la mano –
-¡Lance, Kurt!
-Presente – dijo un hombre de cabello castaño con un gran cuchillo de combate atado a su pecho –
-¡Rock, Franklin!
-¡Aquí! – respondió un Chico rubio con cicatrices y sus mangas arrancadas –
-¡Cash, Cole!
-Aquí – un soldado con una máscara roja con rayas negras sobre los ojos levanto la mano –
-¡Unknow Soldier!
-Aquí, señora – dijo un soldado bastante extraño que traía un chaleco antibalas y vendajes alrededor de su cara –
-¡Wilson, Slade! – dijo Waller con algo de temor hacia este soldado –
-Deathstroke para ti – respondió el hombre alto que tenia un parche en el ojo a juego con su barba y cabello cano. Estaba fumándose un puro –
-Y el sargento primero Duren – Waller asintió al hombre afroamericano que la había recibido – Ahora, Equipo 7... están bajo mi mando.
-Valla al grano, señora – dijo Unknow Soldier señalando hacia su rostro – Ya diga que pasa.
-Ustedes son los únicos en pasar – respondió Amanda –
-¿Quieres decir que todos los demás equipos reprobaron? – Higgins miró a su alrededor –
-O murieron – Cash emitió un sonido de vómito – ¿Cuál es la misión?
-El coronel Keyes nos ha encargado que localicemos y destruyamos ojivas ex soviéticas enterradas en un pueblo al oeste de Faluya – Waller tomó una posición de "tranquilidad" –
-Eh, señora – Cole levanto la mano – ¿Cómo diablos enterraron esos misiles tan grandes? Quiero decir, uno ocuparía todo el pueblo. ¿Verdad?
El soldado Higgins le dio una palmada en la nuca para después responderle más severo.
-Son ojivas, hombre, no misiles. ¡Los conos de nariz!
-Ooooh...
Waller se contuvo de darle palmadas en la cara. Duren se rió y Wilson negó con la cabeza. Ella continuó.
-Partiremos mañana a las 0,700 horas. Prepárense.
Y con eso, salió de la tienda hacia su propia carpa.
0800 horas, el día siguiente
Waller observó el pueblo mientras el helicóptero lo sobrevolaba varias veces, buscando un lugar donde nadie pareciera que fuera a hacerlo estallar.
-Ahí está bien – indico ella –
El helicóptero aterrizó y su equipo se amontonó. Los civiles los miraban. Algunos parecían temerosos. Los ojos de los demás estaban llenos de odio. Los niños dejaron de jugar para dejar pasar a la escuadra de estadounidenses extraños. Duren comenzó a preguntar a la gente en árabe sobre las ojivas. Waller observó que la mayoría de ellos negaban con la cabeza.
-Wilson, Cash, busquen en el lado derecho de la calle. Lance, Rock, tomen el lado izquierdo.
Los soldados se desplegaron a sus respectivos lados. Waller, el Unknow Soldier, Higgins y Duren se quedaron juntos, tratando de obtener información de los aldeanos. Rock le entregó a uno de los niños un trozo de una barra de chocolate. Duren miró a Waller encogiéndose de hombros.
-Nadie sabe, o quiere decirnos – indico Duren –
Waller levantó a uno de los hombres por la camisa y le gritó en la cara.
-¡¿Dónde están las ojivas?! – lo amenazo la mujer poniéndole la pistola en la cara mientras que el aldeano solo cerraba sus ojos –
-Capitán, tal vez ellos no lo sepan – Higgins le puso una mano en el brazo –
-¡Cállate la boca, Higgins! – Waller le dio un codazo en el estómago y se dio la vuelta – He perdido buenos hombres por culpa de civiles que "no sabían nada"... ¡Así que no me vengas con tonterías a menos que te lo pida!
Higgins se calmó y pareció perdido por un segundo, antes de reasumir su postura de guardia, escaneando lentamente el área en busca de hostiles.
Waller bajó al hombre obviamente asustado y se dio la vuelta cuando Duren comenzó a consolarlo en su propio idioma. Cash salió corriendo de la tercera casa en la que él y Wilson habían entrado.
-¡Señora! ¡Señora! – grito el soldado con el velo rojo – ¡Tiene que ver esto!
El grupo lo siguió trotando hasta la casa. Wilson estaba mirando una trampilla abierta en el suelo. Era un ascensor.
-Es un ascensor, señora – le dijo Deathstroke – Vamos a bajar.
Wilson saltó y ayudó a bajar a Waller, seguidos de cerca por Cash, Higgins, el Unknow Soldier y Duren. Waller se llevó una mano al auricular.
-Lance, Rock. Crucen la calle lo antes posible y vigilen esta casa. Nadie entra ni sale.
-Entendido – Lance se guardó un anillo de oro. Parecía que estaban saqueando las casas y miró hacia Rock – Oye, vamos, hombre. Waller nos quiere allí ahora.
-Espera, espera – Rock sonrió a la pareja que habían forzado en la casa y le saco un diente de oro que había sacado de la boca del hombre – Gracias... – se acercó a Lance – Vamos.
Entonces el edificio explotó.
El equipo sintió el estruendo cuando el ascensor descendió. Waller miró hacia arriba.
-¿Qué fue eso? – pregunto ella –
Duren miró a su alrededor con preocupación. Los otros soldados estaban igual de confundidos. Wilson, sin embargo, estaba más preocupado.
-¿Explosivo plástico tal vez? – pregunto el mercenario con el parche –
-Eso no hace una onda tan grande – Cash negó con la cabeza – Eso fue algo con TNT incondicional.
-Ahí le has dado – Unknow Soldier suspiró mientras seguían descendiendo – Creo que Rock y Lance acaban de encontrar su destino.
Waller le lanzó una mirada que podría haber detenido un tanque en seco. Duren tragó saliva cuando el ascensor se detuvo. Las puertas se abrieron y el equipo salió, jadeando de asombro. Higgins sonrió un poco.
-Guau...
Todo el "sótano" por así decirlo, aunque era más como un complejo, era gigantesco. Debía de haber ocupado el doble del área del pueblo. Y en él había más de quince ojivas ex soviéticas.
Waller estaba estupefacta.
-Está bien equipo. Pasen desapercibidos y coloquen los explosivos. Nadie meta la pata.
Empezaron a avanzar. Higgins fue con Cash, Wilson y el Unknow Soldier. Waller siguió a Duren, sacando su pistola mientras el sargento sacaba un bloque de C4 de su bolso y lo colocaba en la enorme ojiva en forma de cono.
-¿Cuánto tiempo, señora? – dijo el mientras ponía el explosivo –
-Diez minutos.
Wilson observó al Unknow Soldier colocar parte de su carga útil en una ojiva antes de pasar a otra.
-Date prisa, hombre – le dijo Wilson mientras preparaba su rifle M4 –
Unknow Soldier miró a Wilson y continuó instalando las bombas. Higgins vio que ambos estaban ocupados en sus objetivos, por lo que silbó en voz baja y se volteo hacia Cash.
-Oye, hombre... ¿Por qué no nos vamos?
-¿Por qué? – Cash lo miró fijamente –
-Bueno, mira... Waller tiene una reputación por perder a sus hombres en operaciones como esta – Higgins logró contener una sonrisa mientras difundía el rumor –
-¿Cómo? – la máscara similar a un velo que Cash portaba se balanceó cuando se inclinó más cerca de su camarada –
-¡Como esto! – Higgins lo agarró por la nuca y lo arrojó hacia el espacio abierto –
Los varios guardias iraquíes se voltearon, gritando en un idioma que parecía árabe y comenzaron a disparar sus AK-47 contra el estadounidense. Cash gritó cuando su cuerpo fue acribillado a balazos.
Waller escuchó los disparos y se cansó de mirar a su alrededor.
-¿Diablos? ¿Quién diablos está disparando?
Wilson y el Unknow Soldier levantaron la vista.
-¡Mierda! Ha comenzado – anuncio Deathstroke devolviendo el fuego –
Salieron de detrás de la ojiva y comenzaron a disparar contra los guardias. Las balas rebotaron en las rejas. Los iraquíes se gritaban unos a otros mientras los estadounidenses devolvían el fuego. Waller maldijo y disparó varias veces, moviéndose detrás de otra ojiva.
Higgins sonrió y levantó las manos en alto.
-¡Me rindo! ¡Me rindo! – grito Higgins esperando que se compadecieran de el –
-¡Cabron! – Waller gruñó y le disparó dos veces –
Al momento de caer al suelo, Higgins no murió, por lo que le dio tiempo a un guardia de atrapar a su cuerpo moribundo. Disparando su AKM salvajemente con un brazo, ayudó a Higgins a levantarse y retrocedió cuando una puerta mecánica se abrió con un silbido y les permitió retirarse.
Duren disparó un par de veces a un guardia con su M4 y retrocedió hacia ella.
-¡Capitán! – le grito Duren a Waller sin quitar el dedo del gatillo – ¡Vámonos antes de que las bombas nos vuelen al infierno!
Wilson y el Unknow Soldier también retrocedían constantemente mientras que disparaban sus armas a los agresores. Eran los mejores tiradores del grupo y aunque derribaron a más iraquíes que cualquiera de sus compañeros, no fue suficiente. Más guardias salían por la puerta y les dispararon. Unknow Soldier gritó al momento que una granada estallo a su lado, arrancándole el brazo y permitiendo que su rifle cayera al suelo. Wilson recogió el arma del hombre y se la devolvió; por lo que Unknow Soldier disparó tres veces con su mano izquierda. Wilson lo vio recibir otra bala, esta vez en la rodilla, y lo agarró por los brazos arrastrándolo hacia Waller.
Reagrupándose detrás de otra ojiva, Duren se arrodilló para vendar las heridas del Unknow Soldier mientras Wilson y Waller proporcionaban fuego de cobertura.
-¡Vas a estar bien, hombre! – dijo Duren mientras a duras penas atendía a su compañero –
-¡Será mejor que lo esté! – Unknow Soldier tosió sangre y sonrió levemente – O te voy a demandar...
Duren se rió. Luego, una bala le atravesó la espalda, justo por encima de la parte superior de su chaleco de kevlar; cayó hacia atrás, con los ojos mirando hacia el techo. Unknow Soldier quedo sorprendido ante el asesinato de su compañero y se arrastró por el suelo hasta donde estaban Wilson y Waller disparando sus armas.
-¡Vamos! – Waller lo tomó del brazo y comenzó a correr hacia el ascensor – ¡Wilson, vámonos! ¡No hay mucho tiempo!
Wilson retrocedió lentamente, siguiendo su camino y disparando a los iraquíes mientras corría hacia ellos.
-¡Estoy justo detrás de ustedes! – les anuncio Deathstroke mientras disparaba sus Colt en ambas manos, cubriéndolos –
Justo cuando llegaron por donde habían venido, Waller colocó al Unknow Soldier en el piso del ascensor.
-¡Wilson, vámonos! ¡Tenemos como siete minutos! – le anuncio ella –
Wilson estuvo a punto de llegar al ascensor cuando un disparo de un guardia lo golpeó en el pecho y se desplomó. Waller maldijo y disparó su pistola, golpeando frenéticamente los botones del panel. La puerta de metal blindado se cerró y el ascensor empezó a subir.
Waller se apoyó contra la pared de la caja de acero y respiró hondo. Sabía que este podría ser el último día de su vida.
-Jesús. Ahora tenemos que salir de aquí. Todo este pueblo esta en peligro...
-Yo... puede que no lo logre – Unknow Soldier asintió y tosió más sangre –
-¡Sí lo harás! – Waller negó con la cabeza –
El ascensor se detuvo y Waller abrió la tapa, permitiendo que algunos de los aldeanos los ayudaran a subir. Les habló en árabe.
-¡Este lugar va a explotar pronto! ¡Tenemos que sacar a todos!
Ellos entendieron y salieron disparados de la casa de loza, corriendo la voz. Waller y otro aldeano ayudaron a Unknow Soldier a ponerse de pie, apoyándolo mientras salían. Lo colocaron en un camión con algunos de los civiles.
-Solo quédate con ellos. Te encontraré después de que todo esto termine – le anuncio ella mientras el soldado apenas se mantenía despierto –
Waller corrió cuando el camión se puso en marcha para ayudar a la evacuación.
-¡Vamos, corran! ¡Corras!
Grupos de personas corrían desde sus casas por la arena. Había alrededor de doscientos en todo el pueblo atravesando el desierto. Waller miró el reloj de cuenta regresiva en su muñeca y había menos de cinco minutos para la detonación.
Había demasiados para sacarlos a todos. Waller solo podía esperar que hicieran lo mejor que pudieran. Su reloj marcaba tres minutos. Demasiado poco. Ella decidió empezar a correr también.
Manteniendo el ritmo, se las arregló para quedarse con la mayoría del grupo mientras todos corrían y siguió corriendo. Un minuto.
Treinta segundos.
Veinte.
Diez.
Cinco.
Y entonces detono.
La onda expansiva de la explosión golpeó a Waller contra el suelo con fuerza. Sintió su brazo derecho romperse con un golpe. La gente fue lanzada por los aires. Camiones y carretas volcaron y se astillaron. Observó la gigantesca nube explosiva de color naranja y negro, que se elevaba lentamente y desaparecía. El pequeño pueblo había sido borrado de la faz de la tierra junto con un suministro de ojivas nucleares.
Waller se levantó con apoyo de su brazo izquierdo y se puso de pie lentamente. La gente se levantó para ver caer del cielo los pedazos de piedra y metal que una vez formaron su hogar.
Waller negó con la cabeza lentamente y se dio la vuelta, alejándose de la destrucción.
Sabía que de una u otra forma, esta misión había sido un desastre.
Sede de la CIA, 5 meses después
Amanda Waller había esperado cinco meses agotadores para conseguir esta reunión. Después de visitar a las familias de su equipo (de las cuales la esposa de Wilson y la madre de Duren no estaban felices de verla), se había sentado en rehabilitación psiquiátrica, tratando de convencer a los espías de que lo único que le quedaba de esa operación era un brazo roto. Eso no quería decir que durmiera bien o comiera mucho.
El hombre que había estado esperando ver, entró y se sentó en un escritorio, ensombrecido por la oscuridad. Ella lo saludó.
-¡Señor!
-Siéntate, Waller. Escuché que has recorrido un largo camino para decirme algo. Así que dímelo.
Waller se sentó en el asiento y colocó una carpeta de archivos en el escritorio del director.
-Señor, después del fracaso de mi última misión con el Equipo 7, comencé a pensar. ¿Qué pasaría si hubiera una unidad de operativos de tiempo completo para asumir misiones imposibles? Y bueno... señor, quiero hacer ese equipo. Un nuevo equipo.
-¿Como el Equipo 7?
-En realidad no, señor. Quiero usar criminales que no tengan nada que perder y mucho que ganar. Quiero crear... – Waller sonrió – ¡Un Escuadrón Suicida!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro