Capítulo 2: Task Force X
Floyd G. Lawton cerró su libro y marcó su página con una foto del tamaño de una billetera de su hija de ocho años. Como iba a estar de por vida en Belle Reve, había aprendido a aprovechar su tiempo al máximo. Se mantuvo alejado de los presos más peligrosos como Killer Crock o Harley Quinn, fumaba puros y hacía ejercicio en el gimnasio de la prisión. Como veterano de la guerra de Irak, Floyd tenía 35 años y estaba en óptimas condiciones físicas.
Uno podría preguntarse: Qué hace un hombre que luchó por Estados Unidos, arriesgando gustosamente su vida por su país... ¿en un lugar como Belle Reve?
Floyd había vuelto a casa con una familia que apenas conocía. Su esposa seguía siendo la misma y su hija tenía cuatro años más. No la había conocido hasta entonces, pero rápidamente se ganó su confianza y su amor. Luego le diagnosticaron Estrés Postraumático. Las pesadillas lo habían mantenido despierto por todas las noches. Haber sido el mejor francotirador de la Marina y experto en explosivos realmente le había dejado secuelas.
Floyd se frotó los ojos. Los flashbacks venían de nuevo.
Hogar Lawton, Gotham City. Hace cuatro años
Floyd tomó un sorbo de su cerveza mientras colocaba el último trozo de pan en el sándwich de su hija. Dándose la vuelta, colocó el plato frente a ella.
-Ahí tienes, cariño.
Su hija Zoe le dio la espalda, insatisfecha.
-¿No quieres comerlo? – Floyd se burló – ¿Qué, tiene algo malo? Oh, no es la forma en que mamá lo hace, supongo.
Zoe lo miró con los ojos muy abiertos.
-¡Usa tus palabras! – Floyd golpeó con el puño la mesa –
Zoe resopló y comenzó a llorar, pero casi al escuchar el llanto de la niña, su entonces Susan entró en la habitación.
-¿Que está pasando?-
-Nada – Floyd bebió de nuevo – Estoy bien.
-No. No, no lo estás – Susan negó con la cabeza y se dirigió a Floyd – No estás durmiendo, no comes. No consigues un trabajo – Ella puso una mano en su mejilla – Háblame.
-¡Estamos hablando ahora mismo! Así que dime, ¿de qué quieres hablar? – Floyd abrió los brazos de par en par, furioso –
-¡Quiero saber qué le pasó a mi esposo! – Susan le reprocho –Necesitas contarme tu historia. Hay personas que pueden ayudarte. Personas que saben lo que es pasar por lo que pasaste.
-No entiendo – La voz de Floyd se estaba quebrando – Nadie lo sabe. ¡Nadie entiende! ¡¿Me oyes?!
-¡Entonces haz que entiendan! – Susan le estaba rogando –
-¿Hacerles entender? – Floyd la agarró por la barbilla – ¿Así? ¿Hacerles entender así? – y entonces sacó una Beretta de la parte de atrás de su cinturón, entonces la arrojo hacia la mesa de la cocina, tomando a su esposa por los hombros – ¡¿Qué tal así?!
Susan gimió de terror. Desgraciadamente, le daba miedo el hombre que tenía frente a ella.
-¿Quieres saber qué le pasó a tu marido? – Floyd le dijo, con la mirada perdida – Déjame decirte... yo apretaba los gatillos, y cada vez que lo hacia, alguien caía muerto – su voz bajó – Cada vez...
-Por favor... para – Susana estaba llorando – Para... – Floyd la soltó, dándose cuenta de lo que estaba haciendo – Por favor...
Sus manos temblaron. Poniendo sus manos sobre su rostro arrepentido, Floyd retrocedió. Susan se volvió agresiva.
-Aléjate de nosotras...
En la actualidad
Floyd sacudió la cabeza para borrar los recuerdos de sus pensamientos.
Floyd Lawton nació el 12 de abril de 1978, en Gotham City, como hijo de George Lawton, un promotor inmobiliario ocioso y Genevieve Pitt-Lawton, la hija de unos banqueros ricos. No solo el matrimonio infeliz lo crió mal, sino también creció a la sombra de su hermano mayor Eddie, a quien idolatraba.
A la edad de trece años, él y Eddie fueron invitados por su madre a matar a su padre, a lo que sólo Eddie accedió. Floyd trató de impedir que su hermano cometiera un terrible error, sólo para quedar encerrado en casa. Finalmente tomo un rifle de la familia y tuvo la intención de usarlo para desarmar a Eddie antes de que pudiera acabar con su padre en la biblioteca del segundo piso. Justo cuando Floyd estaba a punto de apretar el gatillo, la rama del árbol que estaba subiendo se rompió debajo de él y le disparó sin querer a Eddie en la cabeza. El incidente fue cubierto para evitar deshonrar el apellido, y sus padres se negaron mutuamente el divorcio.
Como tal, la repercusión psicológica que Floyd sufrió de la tragedia le hizo renunciar a la esperanza en la humanidad y perder todo valor por la vida, haciendo así una promesa a sí mismo de no volver a fallar un tiro nunca más.
A los veinticinco años, Lawton entrenó como tirador experto en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos antes de renunciar para convertirse en un justiciero en Gotham City llamándose a si mismo "Deadshot". Regularmente jactándose de "no perder un tiro", intentó reemplazar a como protector de la ciudad, pero el vigilante enmascarado afortunadamente expuso sus acciones de trabajar con criminales, así fue que lo arrestaron.
Escapando de prisión, la perspectiva endurecida de Lawton se hizo indiferente con lo que consideraba su propia seguridad, y poco a poco se convirtió en un asesino de alto costo y mercenario capaz de realizar cualquier ejecución por el precio deseado, a pesar de que a veces no podía llevar sus trabajos a cabo gracias a la intervención de .
Más tarde tuvo una hija con su esposa Susie, Zoe Lawton, pero eventualmente se divorció de su esposa.
Cuando Lawton fue contratado por Penguin para matar a un informante bajo custodia policial que estaba a punto de declarar contra él, instaló un panel reflectante endurecido frente al tribunal y esperó a que llegara el convoy de la policía. Lawton llamó a Penguin, y exigió que le pagara inmediatamente antes de matar al informante.
Cuando el convoy llegó y Lawton amenazó con cancelar el tiro, recibió su pago de un millón de dólares por adelantado. Sin embargo, por ser grosero con él, Lawton luego exigió a Penguin que le pagara el doble. A través de la manipulación, Penguin duplicó a regañadientes el pago de Lawton a dos millones. Satisfecho, levantó la pistola montada en su muñeca y disparó una bala desde lo alto del edificio, matando al informante. Con su trabajo hecho, se puso su máscara blanca y huyó de la escena.
Algunas semanas después, un Penguin enfurecido decidió darle información crucial a sobre cómo rastrear al mercenario. Por lo tanto, mientras Lawton estaba caminando por la calle con su hija Zoe, Batman de repente se deslizó y lo confrontó, diciendo que no tenía la intención de hacerle nada frente a Zoe. Lawton sin embargo intentó luchar contra él, pero Batman rápidamente tomó ventaja, dándole después una golpiza que lo dejo el suelo. Este rápidamente sacó su arma e intentó disparar a Batman, pero Zoe se interpuso, llorando porque no quería que su padre matara a nadie más.
Después de un momento, Lawton decidió entregarse a Batman, quien lo esposó a una puerta y lo dejó para que lo arrestara la policía de la ciudad, quienes lo encontraron abrazado por una entristecida Zoe, proclamando que amaba a su padre.
Posteriormente, Amanda Waller le echo el ojo al hombre que jamás fallaba un tiro y fue condenado a cadena perpetua en , donde fue sometido a abusos por los guardias de la prisión.
Saliendo de su trance, Floyd escucho pasos fuera de la celda. Eso fue inusual. Nadie bajaba por esa sección de la prisión. Se escuchó el pitido de una tarjeta de identificación al abrir una puerta, y entonces dos guardias empujaron la puerta de su celda.
Un rostro desconocido lo miro.
-Hola, Lawton. ¿O prefieres... Deadshot?
-¿Quién eres tú?
-Soy Amanda Waller. Dirijo este congal.
-¿Así que eres el guardián fantasma del que todos hablan?
-Sí. Pero no estoy aquí para hacer amigos – Waller sonrió – Estoy reclutando criminales para un equipo especializado de agentes prescindibles para realizar misiones extraoficiales para el gobierno de EE. UU. ¿Te apuntas?
-¿Qué hay para mi ahí dentro?
-Te reducirán tiempo de tu sentencia, que va desde cinco meses hasta veinte años – Waller levantó un pequeño dispositivo entre su dedo índice y pulgar – Además, una oportunidad de morir, como la que escuche que buscabas.
-¿Me darán mi equipo? – Floyd escupió en la esquina –
-Obviamente.
-También quiero ver a mi hija los fines de semana – Floyd se puso de pie –
-Podemos mover algunos hilos para que eso suceda.
-Entonces estoy dentro.
-Bien. Te veré pronto.
***
7 de mayo de 2017 Nivel ARGUS, Pentágono. Washington DC, Estados Unidos.
-Bienvenido general Eiling – dijo la directora Amanda Waller cuando Eiling entró en la sala de conferencias de ARGUS –
-Será mejor que te asegures de que no desperdiciemos cientos de miles de dólares de impuestos en este proyecto negro – Eiling comentó mientras tomaba asiento en la mesa con Waller en el lado opuesto –
-No lo he hecho – Waller dijo mientras el proyector se encendía y la habitación se oscurecía. Los dos se voltearon para ver por lo que se reunieron – De seguro que ya te enteraste de la situación en Bialya. Está siendo apoyada por mercenarios rusos en su guerra para establecerse con el control.
-Gracias por decirme algo que ya sé – comentó Eiling –
-Lo que no sabíamos era esto – Waller dijo mientras el proyector mostraba a un hombre musculoso vestido de negro con marcas rojas sobre los ojos estrechándole la mano a un musulmán –KGBeast. El asesino más despiadado de la era soviética. Dicen que es un súper soldado mejorado genéticamente. En la guerra de Afganistán de los años ochenta, masacro guerrillas enteras de locales. No dejaba supervivientes.
-¿Sabemos dónde está?
-¿Dónde está? – Waller dijo con un tono captando la ira del General – ARGUS se encargará de la captura o muerte de KGBeast. Solo te llamará para apoyo logístico. Según el Protocolo 52, debes ayudar.
-Creo que te estás olvidando de quién está a cargo aquí, Amanda. ¡Tú puedes dirigir el Escuadrón pero yo te mando a ti! – Eiling se estaba irritando y levantó la voz para igualar la de ella –
-Voy a ignorar por el momento que acabas de pasarte por encima de una línea que olvidaste que estaba allí – Amanda dijo entre dientes –
-Este es un asunto complicado que debe abordarse antes de que las cosas se intensifiquen. Necesito que esta situación se resuelva antes de que el Consejo de Seguridad Nacional se reúna el lunes – Eiling dijo mientras trataba de calmar sus nervios –
Amanda se sentó en su silla y sonrió. Ella sabía que Eiling estaba luchando últimamente con los burócratas de arriba. Fue el principal asesor militar del secretario de defensa. El Secretario había estado recibiendo mucha presión últimamente debido a algunas de las escaramuzas militares en Medio Oriente y la crisis en Bialya; cosas que el público en general nunca veía o escuchaba en las noticias de la noche. Se estaba aplicando mucha presión y Eiling sentía que podría ser expulsado. Pero ahora, Eiling quería hacer un juego de poder para que el Secretario no lo reemplazara.
Y Amanda Waller era su oportunidad.
-Está bien, dame los detalles y luego quiero que me envíen copias de todos los archivos de la NSA y el FBI – Amanda respondió después de una breve pausa –
-El grupo terrorista que tiene las armas de destrucción masiva se llama The Jihad, bueno, se llamaban The Jihad, pero ahora se conocen como "Onslaught"... – comenzó a explicar Eiling, pero Waller lo interrumpió –
-Conozco a "Onslaught". Conozco a "The Jihad". Terroristas a sueldo. Continúa.
-Bueno, han transformado sus formas de "terroristas a sueldo" en patriotas del recién formado país de Bialya. Ahora sirven como jefes de la guardia personal del general Omani – le dijo el general, poniendo una cara de cansancio – Ese hijo de puta que derroco al presidente y tomo el poder hace unos días.
-Entonces, si Marlo había trabajado tan duro para establecerse a sí mismo y a su país lejos del terrorismo y Arabia Saudita... ¿por qué esto? ¿Por qué ahora que Bialya estaba a un voto oficial de ser miembro de las Naciones Unidas?
-Ni siquiera estamos seguros de eso... pero el presidente pide que hagas que el escuadrón se encargue de esto. Destruyan las armas de destrucción masiva, maten a Omani y capturen o maten a KGBeast.
-¿Y Bialya? – le pregunto Waller ya conociendo la respuesta de Eiling –
-Cuando los objetivos militares estén neutralizados, haremos una intervención oficial. El presidente había apoyado a Marlo y a Bialya desde que se separó oficialmente de Arabia Saudita y no quiere un incidente internacional en sus manos una semana antes del discurso del Estado de la Unión...
Amanda volvió a sentarse en su silla e hizo una mueca. Si había algo que sabía de su tiempo en Washington era que no había nadie más peligroso o más fácil de manipular que un hombre desesperado. Y Washington DC era la capital de los hombres desesperados.
-¿En que se ha convertido este país? – Eiling hablo conteniendo su ira – Vigilantes vistos como héroes, súper humanos que se elevan por encima de la ley y mujeres de color que hacen enojar a los generales – añadió mientras se ponía de pie –
-Este país se ha convertido en lo que el mundo necesita. Un puño que aplasta a los que no se aplacan.
Waller puso una sonrisa mientras el General se iba.
Al fin se había salido con la suya
***
10 de mayo de 2017 Belle Reve. Luisiana, Estados Unidos.
Floyd Lawton barrió los pisos de la cocina cuando el villano que usaba cuerdas como armas; Slipknot entró a la habitación. Floyd siguió limpiando los pisos tratando de tener un buen comportamiento para poder obtener su libertad condicional y visitar a su hija. Pero Slipknot había sido un dolor en el culo. Tomó una lata de harina y la derramó en el piso.
-¿Nada hoy? – Slipknot preguntó mientras Floyd seguía barriendo –
-Lawton – dijo un guardia que venía acompañado junto a otros dos que vestían armaduras blindadas, entraron en la cocina – Ven con nosotros. Slipknot se hará cargo.
-Que te diviertas – Floyd dijo con una sonrisa y Slipknot lo despidió pintándole el dedo de en medio –
Los tres hombres caminaron hasta un ascensor que los llevo al sótano. Cuando se abrieron las puertas, vio a hombres con ropa médica blanca.
-¿Qué está pasando? – Floyd preguntó mientras los guardias lo empujaban hacia adelante. Vio agujas, cuchillos y varios equipos médicos – Mierda – Floyd susurró antes de darse cuenta de la trampa y empujo a un guardia al suelo –
El guardia dos intentó golpear con una porra a Floyd, pero el francotirador se agachó y derribó al guardia. Tomo la porra y propinó dos golpes demoledores al guardia. Escuchó pasos detrás de él y Floyd se dio la vuelta para ver a un médico con una aguja. Retorció el brazo del médico y obligó a la aguja a caer haciéndose añicos en el suelo.
-¡Lawton! – gritó un hombre y Floyd se volteo para ver un soldado extraño. Floyd dejó ir al médico y se volteo hacia el soldado –
-Coronel...
Floyd reaccionó segundos antes de que un dardo le atravesara el pecho. Floyd cayó al suelo por la droga que había en el dardo, sintiendo que sus sentidos lo abandonaban.
***
-Bienvenido de nuevo a la tierra de los vivos, Deadshot – dijo el coronel cuando los ojos de Floyd parpadearon y gimió –
-Odio ese estúpido nombre – Floyd comentó cuando notó que estaba esposado a una silla –
-Ese es el único nombre que nos importa y que usarás para la misión – dijo el coronel cuando Floyd notó quién más estaba en la habitación –
Un montón de supervillanos. Unos pocos humanos de aspecto "normal", un hombre blanco pálido con traje criogenizante, un pandillero mexicano con el cuerpo recubierto con tatuajes y un cocodrilo humanoide.
-¿Qué mierda...? – Floyd susurró antes de ser interrumpido –
-Bienvenido a la Task Force X. Un escuadrón de meta humanos empleados para operaciones encubiertas. Soy el Coronel Rick Flag. Su nuevo jefe – Flag saludó y un barbudo volteo hacia el –
-De ninguna manera en el maldito infierno que voy a hacer de operaciones encubiertas – comento un hombre barbudo con un acento australiano muy marcado –
-La bomba en la nuca cuenta una historia diferente, Boomerang – contesto Flag con una sonrisa y la habitación quedó en silencio – Así es como van las cosas. Desobedecen órdenes, huyen, los capturan o fallan en la misión... y se mueren ¿Entendido?
-Entendido, señor – un chico blanco respondió sin emoción, casi en un tono militarizado –
-¿Qué pasa si completamos la misión? – preguntó una mujer con las uñas crecidas de forma horripilante y pintura verde en la cara –
-Te quitan diez años de tu sentencia – Flag respondió mientras un proyector se encendía mostrando un gran bruto – Ahora la misión. Inteligencia muestra que KGBeast está vendiendo armas soviéticas a los bialyianos. Es un objetivo de máxima prioridad debido a su avanzada cibernética e inteligencia. Lo queremos con vida, pero si deben matarlo, háganlo rápido. Obtendrán su equipo para la misión, así que vístanse.
-Sí, como digas... soldadito – respondió de nuevo el australiano con la barba –
-Respeta la cadena de mando, imbécil – le respondió el chico blanco de antes mientras los guardias les quitaban las esposas para que pudieran agarrar su equipo –
Y entonces Flag les permitió veinte minutos para que se alistaran, dejando solo al grupo de trabajo.
-¿Deberíamos llegar a conocernos? – preguntó el pandillero con acento latino mientras tomaba su ropa y sus tenis – Oye, ¿dónde está el vestidor?
-No hay – respondió un guardia –
-¿Dónde vamos a cambiarnos? – preguntó una mujer de cabello oscuro mientras se quitaba el uniforme naranja revelando un cuerpo desnudo –
-Buen trasero – comento un tipo mientras abofeteaba el trasero desnudo de la mujer –
Entonces la chica tomó una daga de sus cosas y lo apuñaló en el cuello. El hombre se agarró la arteria de donde estaba herido antes de caer al suelo sangrando. La mujer siguió vistiéndose mientras el resto del grupo de trabajo se desvestía, ignorando el cadáver.
-Mi nombre es Harley Quinn – tratando de aliviar la tensión de los presentes, una mujer rubia comentó mientras se ponía unos pantalones de cuero rojo y negro – ¿Quién sigue?
-A nadie le importa, Dra. Quinzel – respondió el hombre pálido con un traje mientras su extraño rifle cobraba vida con un brillo azul – Yo soy el Dr. Victor Fries.
-¡Oh tranquilo Freeze! – Harley gritó mientras se ponía la blusa – Lo dices como si no fuéramos criminales.
-Díselo a Robín – comento Fries – Maldito niño estúpido. Me golpeo hasta romperme el respirador.
-Esta embobado por su "papi" – Harley casi se reía al decirlo – Yo le agradezco esto a la puta de Catwoman – y entonces señalo a su rostro que estaba marcado por tres cortes –
Hubo un silencio prolongado, como si todos compartieran un odio profundo a Batman y a sus aliados. Habiendo descubierto un punto en común, otro miembro del equipo decidió presentarse.
-Black Spider – comentó un hombre negro mientras se ponía el equipo táctico de luz oscura –
-¿Qué hay de ti, señorita cuchillos? – preguntó Harley a la mujer que mató al tipo que le toco el trasero –
-Cheshire, formada en la Liga de Asesinos – ella respondió mientras se ponía una máscara japonesa. El cocodrilo gigante caminó hacia la puerta –
-¡Oh, vamos Crock, preséntate! – Harley gritó cuando Deadshot ató su pistola de muñeca –
-Cállate, enana – dijo Crock mientas trataba de afilar sus dientes con algo que parecía una lima – Es la primera vez que veo a alguien desde Batman y su amiguito adolescente, y salen ustedes – dijo con rencor, recordando en como Batman y Robín lo habían capturado en las cloacas, perturbándolo de su soledad – Solo quiero que me dejen en paz.
-¡Que genio! – Harley gritó con sarcasmo mientras balanceaba un bate en el aire, para después voltearse al militar que estaba en cautiverio – ¿Qué hay de ti "rojo blanco y azul"?
-Peacemaker. Un verdadero héroe estadounidense – el soldado respondió con un saludo antes de ponerse un casco plateado y una playera roja con una paloma en el centro –
-¿La América racista o la América imperialista? – Deadshot preguntó mientras ponía sus armas en sus fundas –
-Yo defiendo al sueño americano liberal, y no tengo ningún problema con los negros y los latinos siempre y cuando ayuden a mejorar Estados Unidos – Peacemaker respondió – ¿También fuiste militar?
-Estuve con los Marines. Nombre en clave, Deadshot – Floyd comentó mientras apuntaba con su pistola de muñeca a Peacemaker – Así que jodete y vete a la mierda.
-Teniente Christopher Smith, Segundo Batallón de Rangers. Es bueno conocer a otro ex combatiente – Peacemaker dijo mientras extendía su brazo para un apretón de manos –
-Estoy fuera del ejército – Deadshot le recalco negándose a saludarlo y Peacemaker lo despidió –
-Me llamo Chanto Santana – remarcó el pandillero de los tatuajes para calmar la situación. Su acento latino era amigable y calmado a diferencia de los demás – Creo que este es el club de "odio a Batman".
-Yo soy el Capitán Boomerang y yo no odio a Batman, a mí me atrapo Flash – Boomerang agregó con una sonrisa –
-Vamos a cazar – la mujer con la pintura verde en la cara y las uñas largas comentó mientras salía de la habitación –
-Sí, sí, Cooperhead. Eso si Green Arrow no te vuelve a patear el trasero – Cheshire comentó mientras los demás la seguían –
***
Ya vestido con su ropa militar y preparando su rifle Scar, Rick Flag los espero a todos en el hangar de vehículos de Belle Reve. Le sorprendió ver que de los miembros del equipo, le hacía falta uno.
-¿Dónde diablos está Blackguard? – preguntó el Coronel Flag cuando vio al resto de la Fuerza Operativa a excepción de Blackguard; que era un mercenario idiota que se preocupaba por su supervivencia por encima de todo –
-Tocó algo que no debía – Cheshire respondió mientras subía a los camiones de transporte de Bell Reeve –
-Vamos a morir – Flag susurró para sí mismo, pues aún no estaba convencido de tener a un grupo de convictos bajo su mando –
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