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Capítulo 28

Final


Condujo el coche patrulla como un maniático a través de las intrincadas calles de Busan, con la sirena haciendo escándalo de fondo mientras sus pensamientos corrían demasiado rápido, demasiado lejos para llegar a un buen lugar. La preocupación era como una bestia que había estado durmiendo por mucho tiempo y había despertado más fuerte y poderosa que nunca, invencible tal vez, dura y rabiosa, clavando sus afiladas garras bajo su piel y tirando de su cordura.

Sus manos se mantenían aferradas al volante como si lo mantuvieran cuerdo y su pie nunca se apartó del acelerador, como si estuviera malditamente pegado allí. El mal presentimiento lo tenía vibrando, tenso como una cuerda, rígido mientras giraba el volante para esquivar un auto en el camino y mantener constante el ritmo, pasando a uno y otro y otro.

Cruzaba uno de los puentes de la autopista que lo llevaría a la región de la ciudad donde vivía cuando la radio del auto se estremeció, con la voz saliendo de ella.

—Lee, aquí Kim—la voz de Kim Seokjin salió través del altavoz, rasposa y con un poco de estética—Hemos recibido hace unos 5 minutos una llamada del Distrito 25, entre Wonyang-ro y Amnam Park. Estas en el vecindario, ¿qué demonios está pasando ahí, Lee?

Su sangre se heló, como si en segundos hubiera pasado de líquido a ser miles de cristales de hielo. Sus ojos estaban muy abiertos y fijos en la carretera cuando tomó la radio, acercándola a su boca.

—Aquí Jeon—murmuró.

Kim soltó un jadeo impresionado—¿Jungkook?, ¿Qué rayos pasó con Lee?, ¿y tú no estabas en una misión con la detective Kim?.

—Lee fue interceptado, le dieron un informe falso y lo mandaron a la isla junto a Dongseom, propiedad de Xin Zedong donde estábamos llevando a cabo la misión. Ahora Kim, dime que demonios está pasando en mi vecindario.

Seokjin se quedó en silencio por un tiempo, mientras Jungkook presionaba más sobre el acelerador y esquivaba a un vehículo de entrega, el corazón yendo tan rápido como el coche patrulla.

—Uno de tus vecinos ha llamado, dice que he visto a un par de hombres extraños en tu casa y que tu perro ha escapado a su jardín—el hombre hizo una pausa—¿realmente estamos hasta el cuello en esta mierda eh?.

Oh si, definitivamente lo estaban.

—Kim envía un par de unidades a mi casa, estaré ahí en dos minutos—demandó, mientras en un movimiento brusco giraba el volante.

—¿De qué estás hablando?—gruñó la radio—desde la ubicación que tengo en el monitor con suerte estarás en cinco.

—Confía en mi, Jin, manda a esas unidades. Estaré ahí—aseguró—no podemos seguir perdiendo el tiempo.

Efectivamente habían dos coches patrullas en su casa cuando llegó, dejando el auto desordenadamente sobre la acera y salió disparado fuera como un resorte. Sus zancadas cortando la distancia hasta los autos aparcados.

Choi Soobin estaba con los brazos cruzados sobre el pecho mientras se fumaba un cigarro sobre el capó del auto, cuando soltó el humo lo hizo directamente sobre el rostro de Kang Taehyun a su lado que frunció el rostro y tosió un par de veces, lanzándole un ceño profundamente fruncido y alguna frase mordaz que no escuchó, Choi sólo resopló y volvió a lo suyo, si bueno, el tipo nunca había sido agradable y desde hacía un tiempo se había vuelto más hijo de puta de lo habitual. Son Woo-Young y Song Min-gi, en cambio se apresuraron a dar los pasos para alcanzarlo a mitad de camino.

—¿Esta no es tu casa, Jeon?, ¿qué demonios está pasando?—Song fue el primero en lanzar la pregunta y demonios, a él también le gustaría saber que demonios estaba pasando ahí.

—No tengo ni puta idea—su respuesta sincera causó que Choi frunciera su cara mientras daba un par de pasos para acercarse—Pero vamos a verlo.

Los dos oficiales frente a el parecían estar de acuerdo con el, mientras juntos improvisaban un plan de entrada y les daba una idea de como funcionaba su casa. Su cuerpo estaba rígido cuando deslizó fuera el seguro del estuche del arma y volteaba para entrar a su casa, ahora como un lugar peligroso y hostil, del cuál no sabía que esperar, sin embargo, la voz fuerte y demandante de Choi, con un matiz sombrío se encargó de detenerlo.

—Claro, mátanos a todos— le gruñó, su voz estaba rasposa y sus ojos inyectados en rojo—Es así como funciona, ¿verdad, Jeon?, dime la verdad, ¿te da mucho morbo la idea de ser el causante de que maten a medio equipo policial verdad?

Un escalofrío le recorrió la espalda, mirándolo al hombre que lanzaba dagas en su dirección como si fuera la peor escoria del mundo, a la mierda con Choi, ¿realmente tenía que dejar salir la mierda justo ahora?, que oportuno que era joder.

—Choi, detente—intervino el compañero del tipo, Kang Taehyun estaba en una mezcla de preocupación e irritación, mientras cortaba la distancia que lo separaba de su compañero y le apretaba firmemente el hombro. Choi le prestó total atención, con su cara fruncida cuando murmuraba—No es un buen momento, dirás todo lo que quieras decir después, ahora hay vidas en juego.

No sabe si fue que Taehyun le lanzó una dosis de raciocinio o por qué el lucía encantador, tan paciente lidiando con una bestia como Choi, que podía aplastarlo en dos segundos, pero al final funcionó. Su mirada se disparó en su dirección mientras apretaba la mandíbula, entendido, esa conversación no había terminado. Bien, si quería lanzar la mierda por el estaba bien, una vez se asegurara de que Jimin estaba a salvo dormitando perezosamente en su sofá y al idiota de Yoongi esperándolo con su té del infierno y algún comentario mordaz.

Bien, era momento de enfocarse.

No prestó atención a las personas a su alrededor, solo se movió, inmerso de vuelta en ese estado letárgico donde sólo había un objetivo. La madera de los escalones de entrada de su casa grujió entrañablemente, mientras se aferraba al rifle que en su locura había llevado consigo. La puerta estaba cerrada pero sin seguro y la abrió lo más suavemente posible para evitar el característico chillido de laadera. Deslizándose dentro tan cauteloso como podía.

El pasillo de entrada se sentía sombrío, como el pasaje que podría llevarlo directamente al infierno, Seokjin no había mencionado de que en la llamada se hablara de disparos o gritos, así que prefería mantener la esperanza, mierda, si no lo hacía no sabría que demonios hacer con si mismo porque si encontrara un escena sangrienta con ambos hombres importantes para él sin vida en el suelo, joder, era mejor no pensarlo.

La cocina estaba vacía, la casa silenciosa como si ni un alma estuviera ahí aparte de él y los cuatro hombres uniformados que se deslizaban por su hogar, siguiendo sus pasos. Sobre el mármol de la cocina estaba la tetera de té, humeando aún ligeramente, eso era algo, no había pasado mucho tiempo.

Su paso era apresurado hacia la sala principal cuando un destello de algo lo hizo detenerse abruptamente, volviendo sobre sus pasos para tomar la nota de papel crema, con una limpia caligrafía.

"Es bueno tener algo que también es suyo ahora, oficial Jeon. ¿O debería decir alguien?"

Ese pedazo de mierda. El papel cayó de su mano arrugado y aún así su cerebro zumbado con las palabras de esa nota, como si se burlaran terriblemente de él.

_____

La cabeza le palpitaba como si estuviera junto a un altavoz con la música a todo volumen, el mareo que lo azotó fue fuerte y le dolían terriblemente los músculos de la espalda y los hombros, sintiéndose restringido e incómodo.

Mientras parpadeaba sus ojos parecieron acostumbrarse finalmente a la penumbra. El olor a humedad y moho explotó en su olfato y su cabeza se quejó dolorida cuando movió el cuello. La habitación era vieja, una construcción definitivamente muy antigua, seguramente abandonada, con paredes de madera raída descolorida y un olor rancio a polvo y suciedad.

Mierda, no podía ser más cliché que eso.

Su cabeza dió otro latigazo de dolor mientras intentaba recomendarse y mirar a su alrededor cuando un destello conocido deslumbró a su lado. Min Yoongi estaba a su costado, al igual que él amarrado a una vieja e incómoda silla de madera, con un pedazo de tela oscura en la boca, él no había despertado aún del golpe en la cabeza al parecer.

Jimin volvió a removerse, con el dolor de su cabeza que parece que va a volverlo loco y el cuerpo doliendo, con la madera dura clavándose contra su espalda, intentó liberarse, sintiendo como las cuerdas en sus muñecas se enterraban más y le magullaban duramente la piel. La tela en su boca se rellenada de su saliva y el pánico se extendió, el temor, el miedo de real de cuando estás posiblemente a las fueras de la ciudad, en una propiedad sombría, atado y amordazado a una silla donde seguramente podría gritar lo que quisiera—si logrará quitarse la tela de la boca antes, por supuesto—y nadie escucharía, nadie iría esta vez, nadie iba a salvarlo.

Por primera vez el miedo a morir lo hizo sentir paranoico, ¿qué tan jodido tenía que ser eso?, había vivido la vida sin objetivos o metas más allá del final, la muerte, el descanso absoluto, pero ahora lucía tan diferente, parecía tan jodidamente en serio que la idea de morir luce terriblemente mala ahora.

¿Por qué?, ¿por qué cuando ha encontrado a alguien que le importa?, ¿por qué cuando la vida parece tener sentido?, ¿por qué no antes y si ahora, cuando quiere vivir para quedarse con Jungkook?, o al menos escuchar lo que tiene para responder. Se pregunta que tendría para decirle Jungkook en una situación así, seguramente intentaría calmarlo, usando palabras de aliento, asegurando que todo saldría bien.

Oh, Jungkook.

Debería haber sido menos imbécil con él, haber sido más receptivo esa mañana, tal vez besarlo antes de que se fuera al trabajo, o al menos haberle dicho un adiós.

¿Así se sentía el arrepentimiento eh?, era una mierda, ni siquiera había podido decir el “te amo”, o vívido la euforia de ser correspondido o el dolor agudo del rechazo de la primera persona que realmente había querido, hombre eso era jodido.

Él estaba jodido.

Un estruendo lo sobresaltó, la puerta de la habitación chocando contra la madera de la pared tan fuerte que la habitación completa se estremeció, como si él aullido del viento profesara la llegada de un huracán. Un tipo jodidamente alto pasó por el umbral, doblando ligeramente la espalda para pasar por la puerta, demonios, era como una máquina de matanza, puro músculo, con una mirada sádica que le disparó en su dirección apenas notó que estaba despierto, un profunda cicatriz le cortaba la ceja izquierda y cuando le sonrió, los destellos de dientes de oro le resolvieron en su estómago, el miedo instalándose ahí, con un escalofrío poniéndole los cabellos de punta.

—Es bueno verte despierto, chico—su voz gruesa y profunda le causó un estremecimiento de terror, su acento marcado y la manera en que deslizaba las palabras fuera, como un depredador grande mientras se movía tranquilamente hasta un viejo sofá polvoriento en la esquina y dejándose caer sobre el mismo que rechinó fuerte, quejándose del peso del hombre.

El tipo deslizó su mano hacia la parte trasera y parecia satisfecho caundo sacó una caja de cerveza oculta. El tipo se recargó en el cuero viejo, con una cerveza en mano mientras se cruzaba un tobillo sobre la rodilla—¿Sabes?, me has dado muchos problemas. Eres un pedazo de mierda inteligente, te mentiste en la casa de los sabuesos—el tomó otro trago grande, sacudiendo la cabeza con un deje de agresividad pasiva—debo admitir que ese fue un buen movimiento, ¿cómo lo lograste, le chupaste la polla a ese policía de cuarta?—el se rió, en un chirrido que se metió hasta el fondo de su cabeza y lo puso tenso como una cuerda sobre esa silla—Oh, es cierto, no puedes decirme una mierda con eso en la boca—Jimin gruñó, con el corazón palpitando. Algo malvado brilló en los ojos del tipo antes de rascarse distraídamente la cabeza, revolviéndose el cabello—venga, estoy siendo un buen tipo contigo, tengo entendido que a los tipos como tu le gustan tener cosas en la boca, no tenía una polla de plástico para ti pero te he dado un pedazo de mis pantalones, espero que eso funcione lo suficientemente bien para ti.

De solo pensarlo el sentimiento de arcadas se precipitó dentro de él y se estremeció hacia delante, el asco y el miedo a punto de pasarle factura, sus ojos picando por el polvo, el dolor en sus muñecas, brazos y espalda, pero más fuerte era el dolor de la pérdida eminente, de que moriría ahí, de que perdería a Jungkook sin haberlo tenido, ¿el realmente lo amaba eh?, el pensamiento agridulce fue irónico, cuando sabes que vas a ser hecho pedazos por un tipo que es el doble de grande que tú y solo piensas en el tipo que amas.

Pasos pesados resonaron por la casa, el sonido de la madera chirriante llegando a sus oídos, otro tipo alto se deslizó dentro, era más bajo pero igualmente construido como un puto buldog, cabeza rapada y rasgos extranjeros marcados, le dió una mirada bañada en diversión y reparó a su costado, donde Yoongi seguía sin recuperar la consciencia, antes de caminar hacia el vieja sofá desde donde el otro tipo le lanzó una cerveza.

—Oh, hombre Yin, esto está jodidamente caliente—se quejó el más bajo atrapando la botella que le fue lanzada, pero aún así, abrió la botella con los dientes  y se bebió la mitad de un tirón.

—Puede que el chico bonito de atrás te ayude con eso, parece gustarle mucho usar sus atributos para salvarse el culo. Tal vez está dispuesto a chuparte la polla tan bien que quieras consérvalo vivo solo para ti.

Oh, joder, ese tipo—Yin, el grandote—era una versión neandertal con ropa del siglo 21, era simplemente asqueroso, detestable.

El otro tipo resopló, como si él chiste carente de gracia de su amigo fuera demasiado bueno para dejarlo pasar.

—No estoy en esa mierda, pero puedo cuidarte la espalda mientras exploras con tu polla.

Jimin no sabía exactamente si lo estaban haciendo porque le daba morbo mofarse de sus víctimas o por qué querían ponerlo de los nervios pero si era así, demonios, estaba funcionando.

Había conocido a muchos tipos así, que se creían más heterosexuales y machos que nadie, con el ego tan grueso que necesitaban de vez en cuando una buena sacudida, sabía que este par de imbéciles eran de ese tipo, como también sabía que si se les metía la idea en la cabeza de que si hacían a un homosexual chuparle la polla o incluso algo peor le estarían haciendo un favor que debería ser agradecido, simplemente repugnante y Jimin sabía que realmente no tenía mucha esperanza. Podía sentir los temblores de si cuerpo, el miedo tirando de su cordura pero se negaba a tener una muerte aún más patética de lo que ya era, no iba a llorar o suplicar cuando no tenía caso.

Si este era su destino, entonces lo tomaría.

A su lado la madera chirrió fuerte y volteó, viendo como Yoongi se removió contra la cuerda que lo mantenia cautivo, cuando él comprobó que no tenía caso se detuvo y sus ojos eran salvajes cuando se dirigieron fijos a los dos tipos que bebían cerveza, con la atención tan fija en el nuevo hombre despierto que parecía que iban a comérselo vivo.

El ambiente relajado y divertido que tenían los tipos entre ellos se esfumó, como el sol siendo tapado por las nubes grises de la tormenta. Yin, el grandote se levantó de un tirón y lanzó la botella vacía a través de la habitación, que se estrelló en un costado y rebotó sobre el suelo, haciéndose pedazos. Era aterrador como ese tipo construido como una puerta daba pasos pesados hacia un indefenso Yoongi que lo miraba de vuelta como si fuera una mosca.

Cuando el tipo llegó a él le cogió la cara entre las manos—Miren que tenemos aquí, nunca había tenido a uno de los tuyos en mi silla favorita, eso debe decir mucho—sus dedos ásperos se enterraron en el cabello oscuro de Yoongi mientras tiraba con fuerza de él, el oficial gruñó mientras el matón sostenía su cabeza en una posición incómoda—Realmente no nos gustan los policías y me causaste muchos problemas antes pequeña mierda, mi polla aún siente tu rodillazo—para remarcar lo que decía empujó la cabeza de Yoongi hacía su entrepierna. El no se inmutó, dejó sus ojos fijos en la cara del tipo, como si no pasara nada en absoluto.

Recordaba vagamente el altercado de esos tipos en la casa de Jungkook pero había sido más, unos cinco en total tal vez y Yoongi les había patiado el culo a la mayoría de ellos antes de que le pegaran en la cabeza con el cañón de una pistola. Eso lo estaba poniendo aún más ansioso y parecía que Yin estaba profundamente molesto por eso y perdía la paciencia al no ser reconocido como una amenaza superior, que era lo que seguramente quería.

—¿Sabes?, habría sido una verdadera pena si perdía mi polla—le gruñó y por la tensión en su brazo sabía que había aumentado aún más la fuerza en el agarré sobre el cabello—pero estoy seguro que nadie lamentará si pierdes la tuya.

Su respiración se volvió más pesada, su visión se volvió borrosa y el pánico lo había llevado a un punto de no retorno. Jimin vió como el tipo sacaba una navaja suiza del bolsillo trasero de su pantalón y se ponía en cuclillas, sostuvo la navaja en la boca, mientras sus dedos se enterraban en los muslos de Yoongi y los separaba. Yoongi no se resistió, no movió un músculo, siguió mirando a Yin con la misma expresión de piedra como si no estuviera a punto de cortarlo hasta matarlo.

Jimin rompió a llorar como un crío, apenas podía respirar, la cabeza parecía que le explotaría en cualquier momento. Luchó contra las cuerdas de sus muñecas, sintiendo como le rodeaban la piel pero eso no importaba, tenía que hacer algo, no podía simplemente estar ahí y esperar para ver como cortaban a Min, él no iba a ver eso, no podría soportarlo, definitivamente no podría. El dolor explotó en el costado de su cara cuando el otro tipo le dió un puñetazo, exigiendo que se callara. Pero no lo hizo.

Sus movimiento violentos sacudieron la silla y su boca se abrió y cerró en gritos ahogas mientras Yin abría la navaja y lanzaba un vistazo en su dirección, como pavoneandose de lo que estaba a punto de hacer y podría jurar que nunca había sentido un asco y una impotencia tan fuerte hasta ese momento, tanto odio junto. La expresión satisfecha de ese monstruo mientras le sonreía antes de voltear de nuevo hacia Yoongi.

Su propio grito fue fuerte, a punto de desgarrarle la garganta cuando el metal filoso abrió la piel y la sangre salió, escurriendo directo al suelo de madera arruinado. Las lágrimas de impotencia la bañaron el rostro y sus sacudidas erráticas se agravaron cuando la navaja volvió a entrar, más profunda que antes y Yoongi finalmente gritó, el sonido de su dolor ahogado por la tela sucia en su boca, sus ojos desenfocados de tanto dolor que estaba sintiendo, la sangre corriendo, su vida yéndose de una manera tan injusta y dolorosa que parecía que Jimin estaba a punto de consumirse de ver impotente su agonía.

Él siguió removiendose como un errante mientras esa imagen seguía, desarrollándose una y otra vez frente a él. De alguna manera logró sacarse la tela que le cubría la boca y su garganta dolorida no tuvo un descanso.

—¡¡DETENTE, QUE COÑO ESTAS HACIENDO PEDAZO DE MIERDA!!, ¡¡ DEJALO!! ¡¡TE JURO QUE SI NO TE DETIENES VOY A MATARTE CON MIS PROPIAS MANOS!!—las lágrimas se le deslizaron en la boca y el dolor en su pecho era demasiado—¡¡DEJALO!!—el continuó, la sangre tiñó el suelo bajo la silla y salpicó en el rostro de Yin, que apuñalada como el puto maniático que era los muslos internos de Yoongi—¡¡JODEEEER!!

Seguramente fueron sus gritos pero Yoongi que estaba tambaleante entre la conciencia y la inconsciencia miró en su dirección. La respiración se paralizó en sus pulmones, picándole fuerte el pecho y él, el maldito Yoongi que estaba siendo apuñalado por un maldito animal le dio una puta mirada cansada y calma, como si todo estuviera malditamente bien.

El metal volvió a entrar y Yoongi sólo se fue, perdiendo la conciencia y Jimin se sacudió tan fuerte e impotente que la vieja madera cedió y aterrizó durante sobre el suelo murmurando—Detente, detente, detente.

Su cabeza daba vueltas, sentía un dolor agudo que era anestesiado por su estado. La imagen de Yoongi bañado en sangre siendo apuñalado por Yin parpadeaba hasta convertirse en la imagen de su madre sobre el suelo, con su padre rompiendo su cráneo con la estatuilla decorativa, volvía a Yoongi, su madre, Yoongi, su madre, una y otra vez.

No había salvado a ninguno de ellos, no había hecho nada.

Jimin se retorció sobre el suelo, llorando y dolorido y en su bruma solo había algo qué quería, alguien, esa persona que lo salvara y lo sacara de ese lugar oscuro.

—Jungkook—murmuró.

Entonces, un estruendo tan fuerte que le hizo doler los oídos, escuchó pisadas, gritos, maldiciones, un conjunto de voces pero no sabía que demonios estaba pasando, no importaba, no quería saberlo.

Ruidos sonoros, gritos, pisadas, voces y más gritos, entonces sus muñecas estaban flojas y brazos fuertes lo tomaban del suelo, elevándolo mientras se removía, con el pánico que tendría un animal herido, sus puños salieron hacia delante y luchó tanto como podía, llorando y gritando, sus uñas sintieron la sangre y entonces fue apretado contra un pecho firme, aroma conocido y una calidez lo recibió.

—Jimin—su voz murmuró, como si saliera de un sueño, tal vez estaba soñando, metido en un sueño mientras el desastre pasaba—Jimin, cariño, estoy aquí.

¿Lo estaba?.

Su voz volvió a sonar, más fuerte, apretándolo más contra él—Estoy aquí.

—Yoongi—murmuró, sintiendo como si cuerpo estaba a punto de apagarse.

—Ya nos hemos hecho cargo, lo acaban de llevar al hospital. Él estará bien—le aseguró, tomándolo en brazos.

—¿De verdad estará bien?—sus ojos apenas podían abrirse, recibiendo una porción de la piel bronceada magullada del cuello de Jungkook.

—Le patearé el culo si no sale de esta—su voz fue nasal, dolida pero se recompuso—Vamos a casa.

Con eso se aferró a él, a Jungkook como el punto de cordura para no caer en el abismo, saliendo de esa habitación como si él lo sacara de entre las llamas. Volviendo a casa.

Un suicida volviendo a casa luego del infierno.


FIN.

Bueno, debo decir que este último capítulo fue muy agridulce para mi y realmente escribirlo fue un dilema pero así estaba destinado a ser y no quería cambiarlo a último momento. Hasta aquí llega esta viaje con este libro, debo decir que amé mucho crear esto y ha sido realmente alentador el apoyo que ha recibido así que muchas gracias a todas esas personitas hermosas que han leído hasta aquí, estoy muy agradecida ♡

Queda el epílogo y entonces hemos terminado con Suicide. En el final del epílogo voy a estar explicando algunas cosas que puede que a algunos le interesen(alerta spoiler xd jajaj), nuevamente gracias.

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