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Capítulo 27

Capítulo 27

Las sirenas y los comunicadores sonaban fuertes, contrarestando el sonido de las olas furiosas chocando contra el casco y las rocas, mientras las luces de azul y rojo parpadeaba como un presagio del desastre. Las cosas se habían tornado muy diferentes en un lapso de 30 minutos.

Las patrullas se habían regazdo por todo el puerto de la isla privada de Xin Zedong junto a la isla Dongseom y un par de lanchas de la guardia costera cercana habían atracado también a los alrededores del Poseidon. Habían arrestado a todo la tripulación para ser interrogada y posteriormente juzgados, mientras que por otra parte, a cada minuto salían más grupos de rescate con personas que estaban encerradas en el estómago del Poseidon. Había estado ahí abajo con uno de los primeros grupos antes de que su jefe—Kim Namjoon en toda su poderosa presencia—le dijera que tomara un descanso y los dejara encargarse a ellos.

Debía admitir que esa experiencia sería una imagen que le quemaría bajo los ojos por un buen tiempo, el espacio oscuro de las cinternas tenuemente iluminadas por un par de faroles en las paredes metálicas. El aire era pesado, con un aroma fuerte a fluidos y descomposición pero eso solo había sido la punta del iceberg antes de que viera a toda esa gente apiñada ahí. En su mayoría eran mujeres y hombres jóvenes, tan asustados y desnutridos que era increíble que siguieran con vida en ese hoyo infernal, aunque una buena cantidad de ellos había perecido ya, despidiéndose de la vida. Los cuerpos estaban desparramados solo el suelo sucio y maloliente, en diferentes estados de descomposición. El hedor de la muerte era tan fuerte en ese espacio cerrado que era simplemente increíble como esas personas habían logrado arreglárselas para seguir respirando.

La furia había ardido fuerte dentro de él mientras organizaban a un grupo para sacarlos de ese puto infierno, ellos ni siquiera habían protestado, habían intentado cumplir lo que se les pedía y dudaba que ellos supieran que eran su salvación. Una chica extranjera de cabello naranja había intentado caminar hasta donde se les había pedido pero sus piernas habían fallado y había caído al suelo, rompiendo la carne de sus frágiles rodillas. Jungkook se apresuró a donde estaba ella, tomándola en brazos lo más delicadamente posible para sacarla de ahí. Era jóven, demasiado jóven, la desnutrición había ahuecado sus ojos y reducido tremendamente sus mejillas, las ojeras le ensombrecían la expresión a alguien que debía ser jóven y brillante,  no estar en ese huecos de muerte, con la carne lamiéndole el hueso de lo delgada y enfermiza que estaba.

Era por mucho, lo más cruel e inhumano que había visto en todos sus años como agente de policía.

La furia se había apoderado de él a grados inimaginables, las llamaradas fuertes de un fuego vivo mientras recordaba todo el horror que había visto en los confines del Poseidon, oh, el Dios del mar, el barco de lo increíble y del horror inimaginable. Le hubiera gustado estar cara a cara con Xin Zedong en ese momento, ver si realmente eran tan hijo de puta como para enorgullecerse de una montaña de mierda así, a la mierda la caridad, a la mierda todo, ese tipo era con creces el hombre más despreciable que había conocido nunca.

Pasos resonaron y volteó la cabeza, viendo a Yong-sun caminando hacia la patrulla en la cual estaba sentado sobre el capó. Ella llegó hasta su lugar y se sentó junto a él en silencio antes de poner una mano sobre su hombro y soltar un sonoro suspiro.

—¿Cómo estás?—cuando él la miró ella tenía los labios apretado y líneas de estrés profundamente marcadas en su rostro—es un eufemismo preguntar algo así en esta situación pero aún así quiero saberlo.

Un suspiro salió y se acomodó, pensando en esa respuesta.

—Si soy sincero contigo estoy malditamente furioso por todo esto pero supongo que voy a estar bien—ante sus palabras los dedos de la mujer su apretar más sobre su hombro, mostrando su apoyo de esa manera conciliadora—Todo ha estado tan jodido estos días Sun que siento que podría perder la cabeza de solo pensar en ello.

—Oye Kook—su voz bajó y se volvió un susurro a su lado, mientras sus manos suaves se aferraba a sus mejillas. Sus labios estaban apretados cuando dijo:—Se que has estado evitando furiosamente tener esta conversación conmigo pero hombre, no puedes culparte por todo el mal en el mundo, tu no has hecho nada, la crueldad del resto ha hecho esto, no tú— su voz estaba llena de sentimiento cuando dijo—Las desgracias suceden Jungkook, no puedes controlarlo, como mismo no puedes evitar los accidentes.

La tensión en su cuerpo se disparó como un botón de encendido y sabía que Yong-sun lo había notado.

—Siempre evitas hablar de eso, los dos lo hemos evitado de hecho, no pienses que no me doy cuenta pero vamos, somos adultos, podemos hacer eso. ¿Puedo tolerar decir su nombre sabes?—a pesar de su palabras, no, ella no podía, porque su voz se había quebrado y le salió entrecortada—Él era genial Kook, era la persona más hermosa que he conocido, era un imbécil alegre, siempre se lo decía pero realmente amaba esa parte de él—las lágrimas brillaron en sus ojos oscuros mientras hablaba—Yo amaba a Jackson lo suficientemente para dar mi vida por la suya y se que el me amaba con la misma intensidad, ese tipo era un ser de amor, nos adoraba a cada uno de nosotros—ella sorbió su nariz cuando el llanto le había enrojecido el rostro—Él te amaba también Kook, te respetaba muchísimo, siempre hablaba de lo fuerte que eras y cuando te admiraba, así que Jungkook, a Jackson no le hubiera gustado que te sintieras culpable e impotente por su muerte—sus propios ojos picaron—el hubiera querido que siguieras adelante, esta bien que seas consciente de las pérdidas pero mira cuántas vidas hemos salvado solo hoy, todas esas vidas que has salvado en tu carrera.

Cuando sus mejillas estaban mojadas ella le deslizó suavemente los pulgares por la piel, limpiando la humedad.

—Has lo que tengas que hacer Kook pero encuentra tu camino de vueltas. No será solo a mi a quien tendrás que cuidar, ¿sabes?.

La sonrisa cariñosa que se escurrió por el rostro de la mujer fue suficiente para reunir las emociones y recomponerse, dirigiendo su atención hacia esa dirección.

—¿Qué me estás diciendo con eso?.

Ella sonrió tan amplio y orgullosa de sí misma que fue sorprendente que toda esa emoción no lo cegara—Al parecer no soy la mujer responsable que debería—ente su elevación de cejas ella resopló, limpiándose las lágrimas—Jackson al parecer nos dejó más que un recuerdo.

La emoción explotó en su pecho mientras ella lo decía, dejando una mano sobre su vientre y acariciaba con una delicadeza amorosa.

Oh, joder.

—¡¿Estás embarazada!?—ella soltó una risotada nerviosa mientras asentía y se acomodaba el cabello detrás—¡¿desde cuando lo sabes!?, ¡¿qué estás haciendo aquí para empezar mujer!?, ¡tienes que cuidar a ese bebé en casa!

Ella solo se rió más fuerte y lo abrazó, aferrándose a su cuello, cuando se separó dijo—Había tenido la sospecha desde hace unos días pero los resultados en confirmación han llegado está mañana. Y lo sé, planeo tomar vacaciones para dedicarme completamente a este bebé.

No estaba seguro de si ella sabía que lo había hecho pero su mano se había posado sobre su vientre y tenía una expresión entrañable en sus ojos mientras hablaba de su hijo, un bebé.

Su voz estaba llena de emoción cuando dijo:—Serás una madre maravillosa Sun, apuesto por ello.

Las emociones se calmaron y un sentimiento cálido se extendió entre ellos, era jodido porque estaban en medio de un desastre pero a la vez se sentía como si él gran peso de sus hombros se hubiera ido y había dejado una sensación de paz absoluta en él, aunque, la paz fue absolutamente efímera, como mismo llegó se fue cuando su cabeza se giró en dirección a la voz que había llamado su nombre y ahí estaba Lee, caminando alegremente hacia ellos con una despreocupación que le puso cada maldito cabello de su cuerpo en punta.

—¿Lee?—era sumamente obvio que era el tipo pero una parte de él esperaba que no lo fuera, que fuera un mal chiste. La incertidumbre parecía comerlo vivo mientras el hombre se acercaba—¡¿qué mierdas estás haciendo aquí!?.

Él lo miró con las cejas juntas ante su gruñido en su dirección y a la mierda porque no pensaba disculparse por ello.

Lee era el icono de la confusión cuando dijo:— Lo tenemos, se llamaron a todas las unidades disponibles a venir aquí a ayudar con el rescate así que he venido.

Joder, tenía que estar jodiéndolo.

—¿Qué hay de Park Jimin y el oficial Min?, tu jodido trabajo era cuidar de ellos.

El tipo lo miró como si tuviera una segunda cabeza.

—Mira hombre, estuve con ellos hasta que me aseguré de que estuvieran en casa como dijiste, además Min es un tipo duro, estarán bien—él se rascó la cabeza y dejó descansar el peso sobre una pierna—Si soy honesto contigo no entiendo esta mierda cuando fuiste tú quien pidió que me dijeran que viniera.

Un latido pasó.

Jungkook habló tan bajo que fue simplemente increíble que fuera escuchado—¿Qué yo he hecho qué?.

Lee arrugó la cara—El tipo que se comunicó conmigo en la radio dijo que tú habías pedido que se me solicitara aquí—finalmente parecía que el hombre había caído en lo que estaba pasando, su rostro se desfigura mientras su boca cae muy abierta—Mierda.

Oh si, mierda.

De un salto se bajó del capó de la patrulla, sus pies moviéndose apresurados sobre el polvoriento pavimento mientras banzaba como una bestia en pánico. A la distancia pudo escuchar los gritos de Yong-sun y de Lee pero los ignoró, con la necesidad latente de subirse a un coche y conducir lo más rápido posible a su casa.

¿Ellos iban a estar bien, cierto?.

No podría lidiar con el peso de otra pérdida, menos de alguno de ellos.

No podía perder a Yoongi, como tampoco podía perder a Jimin.


Ahí viene el final 😳.

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