Era un nuevo día, el sol comenzaba a hacer una escena en las esquinas del cielo llenando todo a su alrededor con su resplandor y colores.

Como todas las mañanas la peliroja se levantaba tarde, ya que como todas las noches practicaba con su guitarra.

— ¡Ya es medio día! — Exclamó el chico de cabello alargado.

Se sintió ignorado, pues la pelirroja seguía con la cara hundida en la almohada. Sin embargo no contaba con que el mayor le abriría las cortinas de su habitación y le quitará la sábana con la que esta cubría su cuerpo.

— Ya es medio día, Barb hoy cierran temprano todos los trabajos dónde están solicitando — Añadió el del gorro.

— ¡Como chingas! — Exclamó la peliroja mientras atraía más la almohada a su rostro.

— Tienes cinco minutos — Avisó antes de salir de la habitación.

La rockera aún seguía con el rostro contra la almohada, realmente no quería levantarse, pero no había otra opción. Con gran pesadez logró levantarse estiró su cuerpo y talló uno de sus ojos.
Se miró en el gran espejo que se encontraba frente a su cama e hizo un gesto de gracia, era un completo desastre, dió un pequeño salto logrando quedar de pie. Tomó su celular y puso un poco de música dando inició a su vestimenta, lo mismo de siempre tomó su maquillaje para hacer sus típicas sombras de color negro en sus ojos.

♡[...]♡

— Rompa dos huevos en el tazón — Exaltó el de cabellera alargado mientras seguía las instrucciones de un pequeño libro de cosina. Tomó los huevos e hizo efectivamente lo indicado.

Llevó nuevamente su mirada al libro — Pero solo las claras ¡AAAH! — Miró de reojo el tazón — Vengan las yemitas.

— Ahora que haces imbécil — Agregó la Rockera haciéndose presente en el lugar.

— Haciendo waffles — Respondió mientras extraía las yemas del tazón.

— Bien por ti — Mencionó burlonamente para sentarse en una de las sillas de por ahí, tomó lo que se podría decir que era la solicitud, para comenzar a llenarla, se le hizo imposible ya que estaba un poco arrugada.

— Está vez no pongas en la dirección "tu ano" — Agregó el más alto.

— Ajá si te callas pendejo es mi solicitud — Exclamó la peliroja mientras escribía sobre el pedazo de papel.

— Eres imposible — Reclamó.

Esta le ofendió con el típico dedo ofensivo para poder seguir escribiendo.

Después de un rato finalmente la había terminado de llenar y se levantó de su asiento.

— ¡Listo! — Exclamó para tomar una rebanada de pan tostado — ¡Vámonos perras! — Canturreo para salir corriendo del lugar.

Sólo se pudo escuchar un facepalm por parte del más alto.

♡[...]♡

La peliroja había tomado el único autobús que pasaba por su barrio, ya que se encontraban un poco alejados de la cuidad, se posó en la ventana y observó a su alrededor encontrándose con varias personas, unas paseando a sus mascotas o incluso cuidando niños, levantó una ceja e hizo un gesto disgustado. Tomó sus audífonos y puso play en su playlist, era difícil elegir ya que sólo era rock, así que puso play para reproducir una por una, y así comenzó su viaje nuevamente a la cuidad.

Pasó aproximadamente una media hora, finalmente el autobús había llegado a la estación indicada para la peliroja, se levantó y bajó del bus.

— Muy bien — Agregó para si misma y miró la hora de su celular — Aún hay tiempo.

Se armó de valor y entró a uno de los hoteles que se encontraba justo a su derecha, se veía bastante lujoso y excesivo por así decirlo, esta se acercó y comenzó una conversación con la chica justo enfrente suyo, le entregó la solicitud y se cruzó de brazos.

— Muy bien chica, nosotros te llamaremos — Agregó la menor un tanto fresa de barrio para continuar escribiendo sobre el teclado de su computadora.

La peliroja frunció el seño y se dió la media vuelta — Púdrete — Habló entre dientes para salir del lugar, no sin antes azotar la puerta. Tratando de indicar que aún seguía presente.

— Pinche niña fresa — Insultó una vez más para patear una pequeña lata que se encontraba ante sus pies. Cuando en eso su celular estaba sonando.

Su expresión de enojo había desaparecido y tomó el celular para contestar lo más rápido posible, ni siquiera se había dado cuenta si el número estaba registrado o no.

— ¡Hola! ¡No sabe cuánto me alegra recibir su llama- — Fue ligeramente interrumpida.

— Soy yo, Riff — Respondió el más alto por el otro lado de la pantalla.

— Eres un estúpido — Reclamó.

— Barb, solo te llamaba para recordar- — No terminó su oración debido a que la contraria había colgado la llamada.

— Maldición — Exclamó en voz baja para comenzar nuevamente a caminar, ¿A dónde? No se sabe.

Simplemente comenzó un camino sin hacer un plan de llegar a ningún lado, solamente caminaba Ian dirección alguna mientras que una melodía rocanrolera le hacía compañía seguidamente veía a las personas pasar a sus alrededores. Y si, efectivamente, barb se topaba seguidamente varios empleos dónde exigían empleados, barb efectivamente entraba sin dudarlo, pero de nada servía ya que en algunos solamente la ignoraban, la sacaban e incluso la dejaban esperando. Tanto así que el día se fue consumiendo al compás de cada empleo.

— ¡De todas maneras su negocio es una mierda! — Exclamó la peliroja mientras salía de un pequeño restaurante. Sin embargo, esta no se dejó llevar por los insultos por parte del gerente, tomó una piedra de por ahí y la lanzó contra uno de los grandes cristales del lugar, logrando así que éste se rompiera el impacto, finalizó con un insulto del típico dedo ofensivo para salir corriendo del lugar, no había logrado conseguir un empleo pero si algo que le sacó una sonrisa.

Esta logró escapar de los mismos empleados escondiéndose entre un callejón.

— Idiotas — Rió y acomodó un poco su ropa — Ya es muy tarde — Zumbó mientras miraba la hora en su celular.

Llevó ambas manos a los bolsillos de su short, después de todo no era su día de suerte, después de tanta búsquedas de empleo le había abierto el apetito, decidió ignorarlo y proseguir con su camino.

— ¿Te gustaría ir por un café a la cafetería Rainbows dulzura? — Agregó un jóven que se encontraba con su pareja.

— Si, me encanta ese lugar — Respondió la chica para que ambos comenzarán su camino a la dichosa cafetería.

Eso le había recomendado a la peliroja, ese era el único lugar que no había visitado en todo el día.

— Cafetería Rainbows — Zumbó decidida en ir e echar un vistazo, pero ya era claro que la sacarían o incluso la dejarían esperando, así que sólo decidió pasar por un café e ir a casa.

Después de todo esta ya estaba harta  de tanta búsqueda para nada, "solo el café y a casa".

Era lo único que pasaba por la cabeza de la peliroja, después de caminar unas cuantas cuadras finalmente llegó, por fuera era bastante colorida y llamativa.

— Asco — Exaltó esta optando por entrar de una vez, había bastante gente a pesar de la hora que era. Rodó los ojos y se acercó a una de las mesas libres, justamente había una junto a una de las grandes ventanas del lugar,
se sentó y miró a través del cristal.

— Buenas noches señorita ¿Qué desea pedir para esta maravillosa noche? — Agregó una de las meseras del lugar, su voz era dulce y suave.

— Café por- — No terminó su oración ya que su mirada se había clavado justamente en aquella mesera.

Era una chica linda se podría decir, su cabello era de un color rosada pastel y de tez morena clara, no muy alta, era una estatura perfecta hasta cierto punto, delgada una cintura delgada que incluso hacía enloquecer a cualquiera. Incluso a la Rockera, aún sin conocerla realmente.

— Amm ¿Señorita? ¿Se encuentra bien? — Le llamó un poco preocupada.

— L-lo siento, me perdí por un momento en mis pensamientos — Exclamó y desplazó la mirada teñida de un color rojizo.

— No se preocupe — Le sonrió y tomó su pequeña libreta — ¿Desea algo del menú?

— ¡A-ah! Si — Tomó al pedazo de papel echándole un vistazo a las promociones, pero su mirada se clavaba más en la chica.

— ¿Y? — Le volvió a sonreír.

— C-café, s-solo café — Desplazó nuevamente la mirada mientras le entregaba el menú.

— De acuerdo, en un momento estará listo — Avisó antes de irse a atender otras mesas.

Barb sólo la vió alejarse, observando como esta atendía a otras personas con bastante amabilidad y simpatía apoyó su barbilla en la palma de su mano, obteniendo una mejor vista de la pelirosada, no sabía por qué pero, no paraba de mirarla su dulce voz daba vuelta en su cabeza una y otra vez, incluso su celular trataba de llamar su atención pero ni eso.

Era ella, la que le quitaba las palabras de la boca, es como si fuera ese terrón de azúcar que le faltaba a su amarga vida.

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Espero les guste mucho mucho este capitulo.

Creditos a :Barb_TupxtaAma por ayudarme con el capitulo amiga te luciste❤❤enciona un usuario