₊ ꒰ ୨💸୧ ꒱ ₊ Capítulo 8: Bolas chinas.
Sábado por la mañana y Yoongi ya había llegado para joderle la vida, aparte de que tenía resaca y le hacía un desastre en su cocina buscando naranjas para hacerse un jugo. Jungkook se estaba arrepentimiento un poco de haber buscado un apartamento cerca al suyo, ahora tenía que lidiar con ese pelinegro fastidioso.
—Hermano ya dime la verdad —Yoongi habló exprimiendo una naranja, cayó más en el mesón que en la jarra—, ¿Te ves o no te ves con algunos de esos omegas de la aplicación? Hablo en serio.
—¿Qué carajo? ¿Y eso qué te importa? Lo que haga o no, no es de tu interés —Jungkook se cruzó de brazos y miró con el ceño fruncido a su mejor amigo.
Este le devolvió la mirada sin siquiera pestañear, no por nada era el mejor amigo del alfa más amargado y gruñón de toda universidad, solo alguien como Yoongi podría aguantar su carácter y hacer caso omiso a sus amenazas de muerte. Pero de alguna manera ahora el alfa de cabellos negros se sentía herido.
—¿Cambiaste tiempo de calidad conmigo por un Omega mayor? —fue lo que dijo Yoongi al final para romper el pequeño silencio que se formó entre ellos.
—¿Ha? —Jungkook por su parte miraba el rostro de su amigo, parecía más un Omega que descubre a su alfa engañándolo con otro Omega. A veces no entendía la razón por la cual se juntaba con ese cerebro de pájaro.
—Que tú ya no quieres pasar tiempo conmigo desde que te instalé sin querer esa aplicación —el pelinegro de verdad parecía herido—, ahora te la pasas en quién sabe dónde y me dejas solo.
Yoongi tomó la jarra media llena con jugo de naranja y fue hasta una silla del comedor. El pelinegro le dio un gran sorbo al jugó directamente de la jarra como si quieres ahogar sus penas con el líquido amarillo.
—Jodido castigo —Jungkook presionó su cien con sus dedos y se masajeó, ¿Para qué necesitaba un esposo sí tenía a Yoongi? —, pues busca un Omega tu también para que estés ocupado y deja de molestar, de todas formas, no es el fin del mundo y es mientras termino la universidad.
El rubio se cruzó de brazos y miró cómo el rostro de Yoongi de repente se iluminó como si le hubiera llegado la revelación divina en ese instante. A Jungkook no le gustaba para nada esa mirada, recordaba levemente que después de esa mirada terminó con la aplicación de dudosa procedencia en su celular.
—Yoongi... —ni siquiera había podido terminar la frase cuando el alfa de cabellos negros se levantó de repente y caminó hacia la sala de estar—, ¡Yoongi! ¿Qué vas hacer pedazo de mierda?
—Me voy a descargar la aplicación y encontrar un Omega mayor lindo y sexy para que me cuide —el pelinegro dijo mientras alzaba su pulgar y sonreía como si lo que hubiera dicho no fuera nada, Jungkook estuvo a punto de cometer un asesinato.
El rubio estaba por hablar, o gritar, lo que saliera primero de su boca, pero fue interrumpido por su celular. Al mirar la notificación dio con un mensaje del omega de cabellos castaños.
"V:
Hola Kookie, ¿Ya vienes?
Te estoy esperando con ansías. (ʃƪ^3^)"
Jungkook soltó una maldición por lo bajo, miró la hora notando que eran las diez, sabía que el castaño quería pasar todo el día con él y se suponía que por eso saldría temprano, pero el jodido de Yoongi tuvo que llegar para molestarlo y retrasarlo.
—¿Sabes qué? Haz lo que quieras, yo tengo cosas que hacer, solo no te metas en problemas, ¿Me escuchaste? —Jungkook preguntó mientras buscaba su cartera y enviaba un mensaje de respuesta al Omega—, y me limpias el desorden que dejaste en la cocina.
"Mr. Internacional Playboy:
Estoy en camino, V. ♥"
—Si hermano, lo sé, diviértete mucho —el pelinegro dijo y le guiñó un ojo, el rubio solo puso sus ojos en blanco una última vez hacia su amigo mientras salía.
Jungkook se puso sus zapatos y salió a buscar un taxi, debería de conseguir un carro, o una motocicleta, lo que fuera estaba bien, era algo trabajoso tener siempre que esperar el bus o ir al metro. Dejando esos pensamientos de lado, el rubio se pasó una mano por su cabello rebelde, también estaba ansioso.
Taehyung repasó las cosas nuevas que había comprado para ese día, sonrió con algo de picardía y malicia mientras caminaba a su espejo de cuerpo completo. Abriendo un poco su bata podía ver la tela de encaje que traía, esperaba que le gustase al rubio.
Saliendo de su habitación, el castaño fue a la cocina para tomar del refrigerador uno de sus batidos especiales que le daban bastante energía, estaba por acabarlo cuando escuchó el timbre sonar, dejó las sobras en el lavaplatos y casi corrió a la entrada.
Al abrir la puerta, sonrió, no podía evitarlo, Jungkook siempre se miraba tan bien, y peligroso, como esos chicos malos en la universidad. Con sus autos deportivos y salidas a fiestas todos los fines de semana, justo como los chicos de los que su mamá le advertía no acercarse.
Taehyung estuviera más que encantado de tener la misma edad que Jungkook y estudiar juntos en la universidad, quizás sería la única vez que no le haría caso a su madre en lo absoluto y si se acercaría al chico malo.
—Kookie~ —el castaño ronroneó con voz suave haciendo a un lado para dejar entrar al rubio.
Jungkook tenía puesto una chaqueta abierta, una camisa gris oscura con un dibujo de una calavera sangrienta en el pecho, pantalones negros que parecían estar rasgados en algunas partes y zapatos negros. Ni hablar de su cabello que estaba ligeramente peinado hacía atrás, Jungkook era tan ardiente y lo hacía suspirar como niña de prepa, lo tenía muy mal.
—V —la voz ronca del rubio sonó contenida, en cuanto la puerta se cerró atrás suyo tomó al pecoso de un brazo y lo pegó contra su cuerpo—, te extrañé.
Murmuró el rubio contra el rostro del Omega antes de llevar una mano a su nunca y tomarlo por su cabello castaño. No esperó ni un segundo más para besarlo, y Taehyung no se quejó ni se iba a quejar. La lengua de Jungkook invadió por completo la pequeña boca de Taehyung, volviéndolo rápidamente en una masa llena de gemidos y temblores.
—K-Kookie —soltó el mayor en un jadeo contra la boca del rubio, el más alto paseó su mano libre por la cintura del castaño, sabía que debajo de esa bata había algo bueno o nada que cubriera esa piel suave.
—Se que te habrás preparado para hoy, ¿Por qué no me llevas a tu habitación y me enseñas lo que tienes? —Jungkook se lamió los labios y Taehyung no pudo evitar soltar un suspiro tembloroso y necesitado.
—S-sí —susurró, se separó un poco del rubio para tomarle de la mano y guiarlo a su cuarto.
Taehyung abrió la puerta sin vacilar y entró, soltó la mano del rubio cuando estuvo enfrente de su cama y se volvió hacia él para verlo, mientras, su mano fue al pequeño amarre que tenía la bata y la soltó. Deslizó la tela por sus hombros dejándola caer, el castaño se dejó caer hacia atrás, cayendo en el centro de la cama.
Y en medio de un montón de juguetes sexuales, por suerte Jungkook había investigado bastante para saber que se podría hacer con la mayoría de ellos. Iba a divertirse bastante torturando a ese Omega cachondo.
—Tan pervertido, ¿Quién diría que alguien con un rostro tan lindo podría tener ese tipo de fetiches? —el rubio dijo quitándose la ropa, chaqueta y camisa en el suelo con diferencia de milisegundos.
Los pantalones y las medias que tenía puestas acompañaron lo demás. Jungkook quedó solo en sus bóxers que apenas podían detener en ellos su erección y no podía ser por menos, pues Taehyung tenía un conjunto de lencería negra y verde tan pecaminoso.
Una tira cruzada que apenas tapaba sus pezones rosados e iba hacia abajo llegando a su entrepierna para tapar su coño, apenas podía hacerlo, esos labios gordos estaban apretados y se salían un poco del encaje, quería tanto meter su boca allí y hacerlo correr solo con su lengua.
—¿Te gusta? —murmuró el castaño la pregunta es incluso abrió un poco más sus piernas al alfa, y de verdad que Jungkook quería meter su cabeza en ese coño—, creo que sí.
Taehyung miró como la polla de Jungkook tembló levemente dentro de sus boxers, aún vestida se miraba tan grande, ya se había empezado mojar y ni siquiera habían comenzado con la acción de verdad.
Al rubio se acomodó entre sus piernas, amasó sus muslos distraídamente mientras miraba los juguetes sexuales alrededor, debía de empezar con algo bueno, que esté a nivel de las expectativas del Omega urgido.
Se encontró con un collar, una cadena y unas esposas. Una idea llegó a la mente del alfa haciéndolo sonreír perversamente, Taehyung solo podía esperar y ver que podría ocurrir, estaba ansioso y quería placer, mucho placer.
—Ya sé que podría hacerte, V —Jungkook ronroneó tomando el collar con el resto de las cosas, Taehyung se dejó hacer, un escalofrío recorrió su cuerpo cuando sintió la fría correa rodear su cuello y no pudo evitar chorrear, su entrada se contraía a la nada—. Date la vuelta.
El rubio ordenó, y el castaño no esperó a que le dijeran dos veces lo mismo para cumplir con esa orden. Jungkook tuvo que morderse la lengua al ver como la tela de encaje estaba húmeda y la pequeña tira estaba tensada y en medio de esos dos glúteos bien formados.
Jungkook tomó los brazos del castaño para ponerlos en su espalda, le colocó las esposas y lo dejó atado. El rubio miró como Taehyung se movió ligeramente y no pudo hacer mucho, la cadena pudo engancharse fácilmente con una argolla que tenía el collar y tiró de el para comprobar.
—¡Hgn! —Taehyung gimió levemente ante la sensación de asfixia que tuvo por un momento, sintió como la cadena era templada y amarrada a su mano esposadas.
Estaba tan vulnerable y el mero pensamiento lo hacía mojarse más, era como un corderito, siendo preparado antes de ser llevado al matadero. Jungkook lo haría chuleta ahumada, las manos del alfa se paseaban por su espalda, por sus muslos, apretando y tocando todo.
Sin embargo, no se acercó ni una vez a su coño descuidado, eso era frustrante y excitante, su aliento cada vez se estaba volviendo más cálido y salía de su boca como si estuviera respirando en una montaña llena de nieve.
—¿Con qué empezamos, Mommy? —el rubio se había inclinado sobre el cuerpo más pequeño para poder susurrar con facilidad en su oído—. Veo varios vibradores y consoladores, ¿O acaso quieres la correa primero?
Taehyung tembló, estaba lleno de espasmos con solo pensar en todas las posibilidades que tenía ahora, quería algo que lo llevará al cielo, y lo mantuviera en una nube de placer por mayor tiempo posible. No sabía que elegir exactamente, pero también podría ver qué tan bueno era su baby.
—Es tu elección, sorpréndeme Baby —el castaño respondió a duras penas, las manos de Jungkook apretaban su trasero con saña y antes de apartarse un poco le dio una ligera nalgada—, ¡Ah!~
—Bien, esmeralda. Esa es tu palabra de seguridad, espero que no la uses tan pronto —Jungkook dejó un pequeño beso en el hombro pecoso, se irguió y miró entre todos los juguetes, dio con unas bolas chinas y un vibrador en forma de huevo que tenía una larga cuerda conectada a un pequeño control.
El rubio agarró una botella de lubricante, vertió un montón en sus dedos y con su otra mano echó a un lado la tira de encaje que cubría el pequeño agujero de Taehyung. Jungkook pudo sentir como el omega se tensaba cuando presionó ligeramente contra su entrada rosada, pero no era la de su coño.
Dos dedos algo gruesos y llenos de lubricante se adentraron en su ano sin ninguna compasión. Taehyung arqueó su espalda un poco ante la sensación, había jugado un par de veces con esa parte antes, pero que otra persona lo hiciera era una sensación diferente.
—Te voy a preparar aquí con cuidado, no te preocupes —Jungkook dijo dejando caer más lubricante sobre los dedos que estaban en el interior caliente del castaño.
Taehyung duró unos cuantos minutos jadeando antes de empezar a gemir, Jungkook había encontrado sin mucho problemas su próstata y la embestía sin piedad. Después de un rato los dedos salieron, y Taehyung estaba al borde del colapso, quería que su coño fuera penetrado por algo, pero no quería parecer desesperado así que estaba haciendo todo lo posible por no chillar de frustración y rogar por ese nudo delicioso.
Estuvo metido levemente en su mente, pero parpadeó cuando sintió como algo presionaba contra la entrada que había sido abierta recientemente. Al principio no fue grande, pero poco a poco parecía que se estuviera agrandando.
Entonces recordó algo que era similar a lo que estaba sintiendo. Las bolas chinas, Taehyung no pudo hacer más que relajar su cuerpo para que todo el juguete pudiera entrar sin problemas, si no recordaba mal, tenía seis bolas y la última era casi del ganado de su pequeño puño.
Al menos no era tan grande y cuando la última bola estuvo dentro pudo suspirar de alivio, se sentía estirado de una manera buena. Una mano se deslizó por el interior de sus muslos y llegó hasta su coño. Taehyung trató de echar sus caderas hacía atrás y hacia abajo para buscar alivio, al fin había sido tocado allí pero no recibía mucho.
—Qué desesperado eres Mommy —Jungkook murmuró con sorna acariciando suavemente el coño muy húmedo y cálido del castaño—, Mommy debe ser una buena perra y esperar a que su Baby decida darle placer o su polla.
Taehyung tembló ante las palabras sucias, quería correrse, pero aún no tenía el placer requerido para hacerlo. Sintió como algo se frotaba contra su coño, no eran los dedos de Jungkook, era algo más frío y duro, pronto, su coño era abierto para dejar entrar un objeto redondeado.
—¿Qué-...? ¡Ah! —el Omega tembló y arqueó con su espalda con fuerza, casi se corre al sentir la vibraciones que le daba el aparato que había sido puesto dentro de su coño mojado.
Era un vibrador y aparentemente estaba encendido en una velocidad baja, pues no eran tan fuertes. Taehyung mordió su labio inferior tratando de no gemir demasiado, Jungkook lo estaba embistiendo levemente con las bolas chinas mientras el vibrador seguía encendido. Era abrumador.
—Bien, lo estás haciendo bien, mi pequeña zorra —el rubio ronroneó complacido, se inclinó sobre Taehyung para darle un beso sobre su hombro pecoso y estiró su mano para tomar la correa de cuero que estaba al frente de ellos.
Taehyung al verlo abrió sus ojos sorprendido y su respiración se aceleró hasta hacerla más superficial de lo que ya la tenía. Por su parte, Jungkook ajustó el cinturón en su mano y miró la piel lechosa admirando su color crema antes de ponerla roja.
—Espero que puedas llegar a los diez azotes sin correrte, mommy —Jungkook sonrió con malicia y aumentó otro nivel del vibrador, y Taehyung, bueno, quizás debió pensarlo un poco mejor antes de darle al alfa una vía completamente libre.
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