capítulo dedicado a :: Kimafable_V

Taehyung suspiró profundamente, al mirar la fecha de su calendario no pudo evitar que otro suspiro, que parecía más un lamento, saliera de sus labios. Apenas era jueves y no había intercambiado más que un par de mensajes con su "Baby".

Pensar en ese nombre tan embarazoso lo hacía avergonzarse. ¿Desde cuando era así? Haber estado de relación en relación hizo que su vergüenza se fuera casi por completo, ahora, el castaño no entendía la razón por la cual sentía vergüenza al saber que podría tener a una persona para él solo y exclusivamente para sus gustos.

Bueno, la verdad no entiende cómo fue que no se le ocurrió antes, pudo haberse ahorrado muchos problemas y fines de semanas llenas de resacas. Sin embargo, a menos que hubiera podido estudiar en la escuela de Harry Potter y aprenderse un hechizo para regresar en el tiempo, no, no podía hacer nada al respecto.

—¿Qué tanto piensas? Llevas mirando el techo unos diez minutos. —la voz con acento francés de Hoseok sacó al castaño de sus pensamientos—. ¿Acaso hay un nuevo príncipe azul que te tiene en las nubes?

Preguntó el rubio con su sonrisa de oreja a oreja y Taehyung no pudo evitar sonrojarse, no era exactamente un príncipe lo que buscaba, pero al rubio siempre le gustaba llamar así a sus conquistas.

—Algo así, tengo una "cita" este sábado y no sé si va a salir bien. —murmuró el castaño no sonando tan seguro, sus experiencias le hacían no tener confianza en sus citas.

—¡Vamos! No seas tan pesimista, bombón. Puede ser que esta vez sí sea el indicado. —Hoseok sonrió e hizo una pose suya soltando brillitos, Taehyung solo se rio, su amigo era bueno en subirle el ánimo.

El castaño sacudió su cabeza y decidió centrarse en su trabajo, tenían que crear una nueva línea de ropa que se volviera tendencia, sería más dinero para su bolsillo.

—¡Por una mierda!, ¡Maldigo al estúpido que inventó los exámenes! Ojalá estuviera vivo para ahorcarlo con mis propias manos. —Jungkook dejó caer su cabeza en los libros que tenía al frente, era medianoche y tenía que seguir sumergido en esos malditos cuadernos de notas.

Cerró todo de mala gana y se fue a su cama para dormir, estaba estresado, enojado y muy urgido, había pasado un tiempo desde que tuvo un poco de descanso y diversión. Aparte de que esos estúpidos mensajes no paraban de llegarle, Jungkook estaba seguro que ya había bloqueado la mitad de los usuarios de esa aplicación del demonio.

Pero le importaba una mierda a cuántos tenía bloqueados, solo quería que esos mensajes dejarán de llegarles, además ya estaba "apartado", tenía que reunirse con su nueva "Mommy" el sábado y eso lo tenía un poco preocupado.

No era bueno tener que trabajar medio tiempo, estudiar y de paso tener la presión de personas mayores escribiéndole las 24 horas del día. A veces solo tenía ganas de estrellar su celular contra una pared, pero después recordaba que si hacía eso se quedaba sin teléfono y se le pasaba.

Al final, después de tantas maldiciones entre dientes, Jungkook se pudo dormir. Cuando se levantó al otro día lo primero que hizo fue maldecir su vida por amanecer vivo, lo segundo fue ir al baño para lavarse y hacer sus necesidades.

Notó en su espejo las ojeras que le causaban sus trasnochos de estudio para los exámenes. A veces Jungkook pensaba que los maestros tenían una conspiración para torturar a sus estudiantes y hacer que sus almas se marchitaran con tanto estudio.

Dejando eso de lado, el rubio hizo su rutina mañanera y salió de su pequeño apartamento para ir a la universidad. Cuando estuvo casi afuera por completo del edificio se encontró con una de sus pesadillas vivientes, la dueña del departamento completo y la que encargaba de exprimir sus últimos wones.

—¡Oye muchacho!, tienes hasta este fin de mes para pagar la renta. —exclamó la mayor desde su porche y Jungkook sintió como su dolor de cabeza empezaba desde temprano, y eso que apenas se había comido unos panes tostados con mantequilla y café sin azúcar para el desayuno hace unos minutos.

La vida de pobre lo aburría bastante, las deudas y los trabajos agotadores eran una gran razón para querer saltar por una ventana de un quinto piso.

Ignorando a la señora, Jungkook siguió su camino pasando directamente a su salón, estiró sus brazos por encima de su cabeza y se preparó para el examen que tendría en ese momento, reprobar no era una opción para él, nunca lo era

—¡Hermano!, ¿Cómo te fue en el examen? —saludó el alfa peli-negro sentándose al lado del rubio, Jungkook lo miró con su rostro serio y ceño fruncido.

—No sé, aún no dan los resultados. —contestó el rubio que miraba su comida sin muchas ganas, mientras más pasaban las horas más nervioso se ponía.

Pues era viernes y al otro día tenía que ir a quien sabe dónde para verse con el milf que lo había citado. Era contradictorio su manera de pensar, por una parte estaba nervioso y por otra estaba emocionado. Dé alguna forma esperaba que todo saliera bien, así podría tener algo de dinero extra, y quizás pasarla bien.

—Hey Jeon, ¿Tienes planes para mañana? —preguntó Yoongi mientras tomaba un bocado de su almuerzo, notaba a su hermano del alma extrañamente callado, y no sabía la razón.

—Sí, tengo planes y ni de chiste vuelvo a beber contigo, es solo una pérdida de dinero y siempre me metes en problemas. —gruñó el rubio tomando sus palillos para empezar a comer con rapidez, la comida a la hora adecuada era necesaria.

Necesitaba energías para poder seguir estando y trabajando. No podía darse el lujo de gastar sus fuerzas y nutrientes en cosas estúpidas sin tener como reponerlos. Por su parte, Yoongi hizo una mueca de tristeza como si las palabras del alfa rubio lo hubieran herido.

—Eres cruel hermano, ya no te vuelvo a invitar a salir para relajarte. —el rubio rodó los ojos ante el drama que hacía su supuesto mejor amigo, no lo perdonaba del todo por haberle hecho ese perfil en esa aplicación creada por Satán.

—Bien, ya comí y ya me voy. —Jungkook se levantó recogiendo sus cosas y se fue, Yoongi solo se despidió del rubio para después concentrarse en lo suyo.

Jungkook siguió con su día, las clases y después ir a trabajar. Cuando llegó a su apartamento estaba extremadamente agotado, comió algo, tomó una ducha y se fue a dormir, cayó como roca al agua sobre su cama.

Era sábado por la mañana y Taehyung estaba más que nervioso, le envió al alfa de ojos azules su dirección y la hora para reunirse con él, lo que sería esa misma mañana, exactamente a las diez. Buscó en su armario algo de buena ropa para ponerse.

Quería dar una buena impresión y sabía que el alfa era joven, debía verse sexy, deseable para su mirada, así que utilizó sus dotes de buen ojo para la ropa linda y sacó casi medio armario a su cama.

Taehyung terminó eligiendo una camisa algo corta y abierta en el cuello, dejaba ver sus hombros y un poco de su pecho. Un pantalón que se abrazaba como segunda piel a sus piernas, resaltaba sus caderas y trasero, el arte de la seducción iba de la mano con la moda.

El castaño retocó su rostro con un poco de maquillaje y el labial color cereza resaltaba sus labios. Ese día, Taehyung iba a obtener lo que quería, si ese alfa era tal y como lo decía en esa aplicación no lo dejaría ir tan fácil, estuvo mucho tiempo buscando a alguien como él.

—Listo, no es por ser narcisista, pero puedo compararme con el mejor modelo del mundo. —el castaño se miró en su espejo grande y dio vueltas para poder cubrir todos sus buenos ángulos.

Y como no tenía que salir de casa era aún mejor, sacó sus fieles compañeros de debajo de su cama, sus pantuflas de conejitos, el color crema combinaba perfectamente con su camisa.

Estaba más que perfecto, y fue justo a tiempo porque el timbre de su apartamento sonó y Taehyung soltó un pequeño chillido antes de empezar a casi correr para abrir la puerta, de verdad esperaba que todo saliera bien.

Estaba alucinando, ¿Será que murió y despertó en otra realidad?

¡Ese lugar era enorme y las cosas parecían sacadas de una película!

¿En serio estaban en el mismo planeta?

Aparte de grande todo se miraba limpio y las cosas de vidrio parecían muy caras, las cosas brillaban como si tuvieran diamantes dentro, ¡Se podía ver reflejado en el piso! De verdad que se había metido con alguien que podría nadar en dinero si quería, y eso era algo que debería de temer.

Cuando llegó al piso del milf, habiendo hablado con el guardia que cuidaba de la entrada y al que parecía que V había informado de su llegada, las cosas se ponían cada vez peor. Aparte de que el Omega vivía en el piso diez, una sensación de vértigo lo inundaba cada vez más.

Al llegar al piso en donde vivía el castaño caminó más rígido que un árbol por el pasillo lleno de baldosas cara y paredes adornados con lámparas, obviamente caras, que le daban un toque de calidez al sitio, eso aparte de los colores pasteles de las paredes.

Para ser un lugar de un ricachón, era agradable. Jungkook siempre se imaginó a esas personas viviendo en lugares de vidrios o paredes de colores blanco, quizás crema. Sin embargo, no era tan diferente a lo de su imaginación, solo un poco más agradable a la vista.

Tomando una última respiración fuerte, profundamente tratando de calmarse un poco más, y mirando que había llegado al final del pasillo. La mano de Jungkook se alzó y presionó el botón del timbre que estaba a un lado de la gran y única puerta color caoba.

Duró quizás un minuto allí parado y esperando como pendejo antes de que hubiera un movimiento, la puerta se abrió despacio, y al hacerlo el rubio no pudo evitar aguantar su respiración por un momento, como si fuera a nadar bajo el agua. Un aroma, muy embriagante, llegó a su nariz, se filtró en sus fosas nasales y no pudo evitar dar una bocanada.

Era un aroma a rosas y una mezcla de jazmín frescas, tenía un toque dulce, pero no de una forma empalagosa. Jungkook tuvo que parpadear un par de veces rápidamente para salir de su ensoñación cuando la puerta se terminó de abrir por completo. Lo primero en ver fue una mata de cabellos castaños, después, se encontró con el puto Omega más hermoso que había visto en su pobre y miserable vida.

Ojos grandes, verdes como el mismo bosque, brillantes, sus mejillas rellenas con un rubor discreto sobre ellas, aparte de eso podía notar unas pocas pecas. Bajando de su rostro dio con el resto de su cuerpo y Jungkook tuvo que tragar saliva al sentir de repente su boca muy seca.

Esa piel tan blanca y tersa como porcelana gritaba a kilómetros que dejará sus marcas sobre ella. Los hombros también eran un poco pecosos, se podía notar con facilidad por la piel clara, y bajando más se encontró con esa cintura y caderas gruesas, ni que decir de sus piernas.

Aunque, lo que casi sacó una pequeña sonrisa al rubio, fue notar las pantuflas infantiles con orejas de conejo. Le parecían lindas, como el resto del Omega, aunque claro, aparte de lindo, también estaba jodidamente caliente

.—¡Me alegra que no te hayas perdido al venir aquí! —habló el mayor con su voz dulce, su sonrisa era brillante como el mismo sol, Jungkook tendría que comprarse unos lentes la próxima vez que vuelva.

—No fue tan difícil... —el rubio siguió pasando sus ojos por todas partes del castaño, y Taehyung solo sonrió, de forma discreta, el Omega movió un poco sus caderas a un lado para apoyar su mano en ella, todo eso siendo seguido por los ojos azules.

—Eso es bueno, ¿Quieres pasar para que charlemos más cómodos? —De alguna forma, Jungkook ya había caído a los pies del castaño, y si el rubio tenía que hacerle ver las estrellas a ese milf para tener algo de dinero.

Bueno, era un sacrificio que estaba dispuesto a aceptar.