₊ ꒰ ୨💸୧ ꒱ ₊ Capítulo 16: Presentarlo.
—Yo creí que habíamos dejado esto en el pasado. —Jin dijo mirando a su mejor amigo con algo de preocupación, Taehyung le estaba haciendo una 'garganta profunda' al líquido amarillo y amargo de la cerveza.
No entendía su despecho, no hace mucho gritaba a los cuatros vientos su felicidad y fin de su frustración sexual. ¿Qué lo tenía así si se supone que había encontrado al alfa perfecto de polla perfecta?
Taehyung tenía una expresión afligida, no esa típica molestia que siempre tenía al terminar con sus 'novios', ésta de alguna forma era más fuerte.
—Le dije que quería un bebé. —Taehyung dijo después de estrellar su vaso contra la mesa, por suerte ninguno se rompió—, se lo dije, mierda, justo después de uno de los mejores sexos de mi vida.
—Bien, está bien, recorta un poco los detalles ¿Si? —era malo, bastante malo, si Taehyung le ha dicho eso al alfa joven con el que se veía, ya tenía una idea de lo que había pasado—, solo dime qué hizo después.
—Verás... —Taehyung se rió tristemente y después estrelló su cabeza contra la mesa—, justo después de eso le dije que nos casaramos y que me diera tres hijos más consecutivos del primero, dos niñas y dos niños, así ninguno se sentiría solo, tendrían hermanos y alguien con quien tener secretos iguales... creo que lo asusté.
Jin lo miró, miró el techo del club buscando una revelación divina en las luces led que iluminaban el lugar. Después simplemente llevó una mano a su rostro para golpearse levemente el mismo, a veces no entendía cómo era que ese omega con hormonas de quinceañero era dueño de una empresa multimillonaria.
¡Taehyung tenía 35 por todos los cielos! ¿Cómo era posible que le pasarán cosas de colegiala? A veces se cansaba de ser el frío y racional de esa hermandad.
Taehyung era un caso perdido en cuanto a una relación, siempre había algo que encontraba mal y saltaba a otra persona en cuestión de días, pero al parecer, ahora las cosas cambiaron de papel.
—¿Y ahora qué haré si ya no quiere verme? —la voz llorosa del omega lo sacó de sus pensamientos—, él es perfecto, es bueno conmigo, me trata como quiero dentro o fuera de la cama, y sobre todo...
—Su increíble polla ¿No? —el omega pelirosa también tenía ganas de llorar y Taehyung solo asintió con los ojos acuosos—, no por eso le debes soltar a la cara que lo quieres amarrar de por vida justo después de haber tenido sexo.
Taehyung se sentó derecho absorbiendo sus mocos y Jin se masajeó el puente de su nariz mientras le pasaba un pañuelo al castaño para que se limpiará la cara. Era trabajoso para él tener que darle consejos a su amigo de qué hacer con su vida, primero porque no es psicólogo, segundo porque no le pagan y tercero porque no era muy bueno con los consejos, de esa parte en la relación se encargaba Taehyung.
—Hace como una semana que no lo veo, —se lamentó el omega—, le estoy dejando su espacio y apenas lo saludo en la empresa, esperó a que él venga a mi, pero y si no...
Taehyung volvió a explotar en lágrimas y bebió en segundos el siguiente tarro de cerveza que había traído el mesero. Jin suspiró profundamente tratando de calmarse un poco también, de verdad debió de haber estudiado psicología en lugar de querer ser un empresario, sería igual de rico y al menos sabría que decirle a su mejor amigo dramático.
Jungkook miraba a la nada, la voz de su profesor que explicaba, un no sé qué, al frente del salón solo era un eco lejano en el tiempo, no lo entendía y tampoco quería averiguarlo, ahora tenía demasiadas cosas en las que pensar.
"Cásate conmigo y dame tres cachorros más después del primero".
El rubio sintió que le habían tumbado el alma al piso y se le habían levantado, para justamente después tirarla de nuevo al suelo. Había mirado al Omega con los ojos abiertos en su máximo esplendor, asustado e incrédulo, no sabía cómo responder ante esa declaración qué salió de la nada.
Después de eso no recuerda mucho, siquiera recuerda cómo llegó a su hogar y poco después de haber llegado al apartamento recibió un mensaje del omega pidiéndole una disculpa y diciendo que le daría tiempo para pensar. Aunque, exactamente Jungkook no sabía que iba a pensar, ¿En la propuesta?
¿De verdad Taehyung le estaba pidiendo matrimonio?
Era algo extraño e inaudito, ¿cómo era posible que se fuera a ocurrir? Si literalmente era el Omega más rico y hermoso del mundo, podría tener a cualquier alfa en sus manos y le había pedido casarse a un universitario con problemas de dinero además de un temperamento horrible.
Eso era lo que lo tenía más preocupado, puede que solamente haya sido el calor del momento, no quería hacerse ilusiones, aún así, sentía una pequeña esperanza. De alguna forma estaba excitado y ansioso, sabía que no conocía al omega por completo, bueno, si lo hacía pero no de la forma que hubiera querido sí lo quisiera invitar a salir de verdad desde el inicio.
De hecho todo comenzó por el dinero, porque Jungkook necesitaba dinero y la mejor forma de conseguirlo fue dándole placer al mayor, además lo disfrutó no podía negarlo, también había deseado tenerlo en más de un sentido, le dio celos saber que podría estar con otra persona. Más cuando el castaño le contó qué iba a fingir ser pareja de un tal Seojoon, pero asumir la responsabilidad de una familia de un día para el otro con un omega qué era mayor que él daba algo de miedo.
No por la edad de Taehyung exactamente, era repentino, Jungkook sabía de sobra que los hijos del pecoso nacerían en cuna de oro y tendrían la vida resuelta aún si el omega fuera madre soltero. Pero, el rubio seguía bastante dudoso con respecto a eso, le daba tantas vueltas al asunto que se estaba volviendo loco.
—Joven Jeon, ¿Piensa quedarse a dormir en el salón de clases? —el alfa salió de sus pensamientos sobresaltado, miró a los lados dándose cuenta que estaba solo en el salón, excepto por su profesor que lo miró con una ceja alzada—, espero que el trabajo que dejé sea hecho correctamente, no tomó ninguna nota de la clase y se la pasó mirando el techo, cualquier problema que tenga, será mejor que lo resuelva cuanto antes.
El rubio agachó la cabeza gruñendo por lo bajo, tomó sus cosas y salió lo más rápido que pudo del sitio, necesitaba un consejo exterior, no de los idiotas que tenía por amigos, de alguien con experiencia en esa cruel e injusta vida. Jungkook no quería admitirlo, pero necesitaba la ayuda de su padre, esperaba que no fuera a desmayarse después de que le contara que un omega diez años mayor que él lo quería como el padre de sus hijos.
Jungkook salió de la universidad cancelando la noche que tendría con los chicos y fue directamente a casa de su padre. Tardó como media hora en llegar y tocó el timbre con impaciencia, aún así se esperó hasta que al fin el omega de cabellos marrón llegó a la puerta y le abrió. Los ojos oscuros del mayor se abrieron con sorpresa, una sonrisa se extendió en su rostro y le dejó entrar gustoso.
—Hijo, es raro que vengas a visitarme entre semana, ¿Ocurre algo malo de lo que debas contarme? —el omega cerró la puerta después de que el rubio entró, notó como Jungkook asintió un poco con la cabeza y el rostro serio—. Déjame hacer un poco de té y charlemos con tranquilidad.
—No, deja que yo lo haga viejo, siéntate en el sofá y espera un momento. —Jungkook no dejó a su padre reclamar por eso, simplemente fue a la cocina para preparar la bebida caliente.
De todas formas su padre no haría tanto esfuerzo en hacer que su hijo fuera solo el invitado de la casa, era igual de terco como lo fue una vez su amada alfa de cabellos rubios. El mayor hizo lo que le dijeron, utilizó su bastón como soporte para sentarse cómodamente y en unos minutos llegó el alfa con dos tazas de té humeante.
—Bien, ahora sí me puedes decir qué ocurre. —Jungseok tomó su taza de té y miró paciente a su hijo, Jungkook tenía su mirada a su propia bebida, sin confrontar a su único padre.
—Mierda, buscarle el inicio a esto es difícil. —el rubio suspiró profundamente y exhaló— va así, conozco a este omega, es hermoso y exitoso en su vida, 'salgo' con él durante un tiempo, la relación es buena, también la química, pero hay un maldito problema, él quiere hijos, una familia y un esposo.
Jungkook explicó a medias su problema, notó la mirada evaluativa, después el omega simplemente sonrió.
—Muchacho, se que el compromiso da miedo, pero tienen toda una vida para superarlo, pronto saldrás de la universidad y conseguirás un buen trabajo, se pueden tomar las cosas con calma y hablar. —Sinceramente Jungseok no entendía el conflicto que envolvía a la joven pareja, era normal en todo omega querer tener hijos, Jungkook también tendría eventualmente ese deseo, para eso no había nada mejor que ponerse de acuerdo en sus planes.
—Papá, el verdadero problema es que... él es mayor que yo, te dije que es exitoso en su vida —Jungkook tomó su té mientras seguía sin ver a su padre a los ojos—, incluso me ha pedido matrimonio él a mí, de una forma extraña pero lo hizo, y bueno... no tengo una puta idea de qué hacer.
—¿M-mayor? —el omega preguntó y su hijo asintió—, pero eso no tiene tanto que ver, mientras se quieran un par de años no es diferencia.
Para el mayor no pasó desapercibido como Jungkook se encogió en su puesto dándole un buen sorbo a su té, ignorando lo caliente que podía estar o si se quemaba la lengua. Eso le hizo alzar una ceja y dudó.
—¿Tres años mayor? —preguntó de nuevo y el rubio negó—, ¿Cinco... seis, ocho, nueve, diez...? ¡Diez!?
Jungseok casi gritó al ver como su hijo asintió a ese número que echó al azar, no podía creerlo, pero, por primera vez desde que llegó, Jungkook alzó su mirada roja para verlo. No había ni una placa de broma en ellos, entonces era cierto, su Jungkook, su único cachorro estaba enredado con un asalta cunas.
—No puedo hablarte mucho de él, pero déjame decirte que es la persona más dulce que he conocido, sí, lo admito, yo el mocoso grosero del que tanto se quejaba la vieja bruja se ha enamorado tontamente de alguien mayor. Lo conocí y me gustó, ¿Que hay de malo en eso? Nunca fuí obligado a nada ni tampoco lo obligué a él, las cosas solo se dieron, así que aquí estamos, pidiéndote una opción de lo que debería de hacer. —el rubio dejó la taza vacía sobre la mesa de centro y miró a su progenitor con toda la seriedad del mundo—. Admito que me asusta eso de tener una familia, que cambie de parecer y me deje por un alfa mejor o que yo lo arruine, pero... no quiero rendirme tan fácilmente.
Jungseok abrió la boca y luego la cerró, no había caso, su hijo si estaba perdido por ese omega, uno que era diez años mayor que él y que ahora le pedía formalizar ante la sociedad y la ley su relación. Era inaudito, su cachorro había luchado tanto esos últimos años, con la universidad, su dolor, el dinero. Agobiando su cuerpo y mente, notó lo feliz que había puesto últimamente y desde la vez que llegó diciendo que todas sus facturas estaban pagadas.
Creyó que fue eso lo que le había traído paz a su alma y ahora podía descansar tranquilo, pero estaba equivocado. Esa paz y felicidad tenía nombre junto con un apellido, ¿Pero era lo correcto?
Decirle que era mala idea y que su hijo rechace a quien ama haciéndolo hundir en más dolor.
O decirle que estaba de acuerdo, dejarlo casarse con un omega qué él no conocía y que posiblemente también las cosas no den resultados y lleve a algo que lo podría romper, ni siquiera tenía un futuro asegurado en su vida. Jungkook podría caer mal financieramente aún después de que salga de su universidad y tenga el título de su carrera. Cualquier decisión podía tener horribles consecuencias y eso lo hacía tener conflictos de qué decir.
—Jungkook... —Jungseok llamó a su hijo notando como éste se tensó visiblemente ante lo que fuera a decir—, al menos.. al menos tráelo para que yo lo pueda conocer, una opinión de esa magnitud debe ser analizada a fondo antes de tomarla. Invita a tu pareja a una cena con nosotros.
—¿Ah? —Era la segunda vez que al rubio lo dejaban sin palabras y con ganas de morirse.
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