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Capítulo 4: Mommy.

Katsuki se sentía mareado, ese aroma que tenía el Omega y su cuerpo lo estaban volviendo loco. Eso que apenas se habían dicho sus nombres y el pecoso le había puesto una taza de té al frente, segundos después el mayor sacó un sobre y lo puso entre ellos, era el momento de "negociar".

—Bien, vamos directamente al grano, en el sobre está el contrato y sus condiciones, además de otros pequeños detalles, léelo y toma tu tiempo para hacerlo, después de todo, no es obligatorio nada. —Izuku cruzó sus piernas y tomó su taza de té para darle un sorbo.

El pecoso estaba emocionado y nervioso por dentro. Ese alfa era casi perfecto, era guapo, alto, lleno de músculos, Izuku siempre agradecería a la genética de alfa por eso. Aparte de todo eso, su aroma era exquisito y fuerte como lo era el alfa, o como se veía.

Roble recién cortado y cenizas caliente de una fogata, eso con un toque de jengibre picante. Era un aroma exótico y le encantaba, Izuku nunca había estado tan atraído por un aroma, y eso era bueno, significaba que era completamente compatible con el alfa.

Por tu parte, Katsuki le dio un sorbo a su delicioso y caro té caliente antes de tomar el sobre para abrirlo, sacó una hoja blanca con información sobre su "rol".

"
Este contrato es completamente confidencial, si es divulgado a terceros de alguna forma, abogados tendrán que intervenir y la parte que lo ha revelado cargará con la demanda… "

Bueno, eso sinceramente si sorprendió al rubio, sin embargo, lo encontró razonable, si hubiera estado en el lugar del pecoso haría lo mismo, era mejor protegerse y evitar problemas con otras personas.

"
Baby sólo puede tener a su sugar Mommy como única pareja, a petición de este. Si se descubre que no cumple con esa regla el contrato será anulado inmediatamente.

Se puede usar cualquier juguete sexual, correas, látigos, consoladores, etc. Según la preferencia de Mommy o Baby, sin embargo, también se puede adaptar a los gustos de…"

Katsuki siguió leyendo cosas sobre juguetes, palabras claves y otras cosas sobre la confidencialidad, algunos términos y otras cosas menores. Al final terminó de leer las dos páginas de veinte minutos, en la parte de abajo en la hoja aprecia el lugar para firmar.

Algo inseguro, el rubio buscó letras pequeñas para ver si sus órganos internos no estaban en venta del mercado negro si quería reusarse a algo. Cuando no encontró nada, firmó sin vacilar, principalmente porque podría volver a su pequeño apartamento con sus dos riñones en sus puestos.

—Listo, ya leí todo y acepto los términos. —Katsuki contestó agarrando la taza de té y tomando lo último que tenía ya algo frío.

Izuku abrió la boca y la cerró de nuevo sin decir nada, no esperaba que lo aceptara tan rápido, ¿Podría ser que ya tuviera experiencia con esos contratos?
De alguna manera se sentía seguro, era bueno que el alfa tuviera confianza, eso podría ser su sello de los buenos momentos que tendría de ahora en adelante.

—Bien, bien. ¿Qué tal sí hacemos un pequeño adelanto ahora mismo? —preguntó el Omega con frustración sexual mientras se levantaba de su puesto y se acercaba al alfa, extendió su mano esperando su respuesta y le sonrió.

¿Qué si Katsuki iba a desaprovechar esa oportunidad?, Tenía que estar loco como para hacerlo. El rubio sonrió con algo de malicia y tomó la mano que le ofrecía el milf, fue jalado rápidamente al gran sofá de la sala. La mano suave y bonita del pecoso empujó del pecho al rubio para hacerlo caer sentado sobre los cojines.

Inmediatamente después, Izuku se sentó sobre el regazo del rubio, pasó sus manos por su cuello y acercó sus rostros de una manera en que sus narices casi se tocaban. El aire se empezó a llenar de un aroma espeso, lujuria y excitación sexual mezclados por ambos.

—¿Los besos son parte del contrato también, verdad? —Katsuki deslizó sus manos por las caderas del pecoso hacia arriba, la tela bajo sus dedos estorbaba y quería arrancarla de ese bello cuerpo.

—Uhmm —tarareó el mayor enredando sus dedos en el cabello rubio ceniza para hacer que sus rostros estuvieran un poco más cerca—. Puede ser, no me molestaría eso, tampoco me molestaría que me besaras en otros lugares.

Fue todo para Katsuki, escuchar esa voz tan sensual baja y sexy, esos labios a poco centímetros de los suyos, el agarre firme en su cabello. Sabía exactamente lo que quería ese Omega de revista y Katsuki se lo iba a dar.

Fue en un parpadeo, Izuku no supo cómo terminó bajo del rubio, pero no pudo replicar nada, ni quería hacerlo, unos labios posesivos se apoderaron de los suyos en un beso lleno de hambre y deseo. No pudo evitar gemir, Katsuki besaba bien, y cuando jadeó su boca fue invadida al instante.

La lengua de Katsuki era experta y se paseó por toda su cavidad bucal como si se supiera de memoria el lugar por completo. Un par de minutos después cuando se separaron, el pecoso ya estaba jadeando por algo de aire, su rostro estaba sonrojado y sus ojos llenos de lágrimas.

Por una parte se avergonzaba mucho de sí mismo por derretirse de esa manera con solo un beso. Aunque, lo mejor vino después de eso, cuando el rubio metió sus manos entre su camisa y la sacó de un tirón, su pecho quedó al descubierto y era devorado por los ojos de color rubí.

—¿Te gusta lo que ves? —el pecoso ronroneó coqueto, Katsuki parecía un lobo listo para comer su filete fresco—. Recuerda, dije que podías besar en todos lados.~

Katsuki se inclinó sobre el pecho del pecoso, los pezones rosados, pequeños y duros le pedían a gritos que los chupara, hasta más que eso se podría decir. Cuando la boca del rubio alcanzó uno de los pezones lo primero que hizo no fue chupar, ni lamer, los dientes del alfa rodearon el aro rosa y lo apretaron con algo de fuerza.

—¡Wo-ah!~ —fue algo inesperado para el pecoso, le sacó un gemido lastimero más grande de lo que quería admitir.

La boca del rubio no dejó su pezón, lo chupó con fuerza después de eso y la otra mano fue hasta su otro botón endurecido. Izuku solo podía gemir y arquear su espalda un poco por los espasmos que lo sacudían de pies a cabeza. El peliverde estaba seguro que su coño estaría tan mojado y caliente en ese momento.

Deseaba que cuando llegaran a ese punto, las cosas fueran aún mejor de lo que ya eran. Katsuki lo hacía bien, empezó bien, y fue aún mejor cuando el pecoso sintió como la mano del rubio dejó su pezón y se dirigió a su entrepierna vestida, los dedos gruesos se frotaron contra su coño con fuerza.

—Desde aquí puedo oler su humedad, ¿Tan urgido estás? —Katsuki murmuró con su voz ronca, había dejado el lado su pezón y acercó el rostro al suyo—. ¿Eh, Mommy?

Un gemido fuerte salió de los labios del pecoso al oír ese apodo, sería algún nuevo fetiche, pero le gustaba. Trató de apretar sus piernas pero el rubio estaba entre ellas y eso lo impedía por completo, necesitaba más, aún no era suficiente.

Katsuki se dio cuenta de la necesidad que tenía el milf, se irguió para tomar el borde de los pantalones del Omega, le abrió el cierre y el botón primero claro, para jalar hacia abajo quitandolo con toda y ropa interior. Dejó caer la ropa a un lado, no era de su interés, lo que quería era esa piel de porcelana que tenía entre sus dedos.

—Ah, pero que bonito. —Izuku por primera vez en mucho tiempo se sintió avergonzado, y no era para menos en ese momento.

Al casi alfa de sus sueños estaba mirando su coño en todo sus esplendor, incluso le abrió un poco más la piernas y amasó la parte interna de sus muslos son saña. Izuku gimió al sentir esos dedos casi mayugar su piel, era el tipo de rudeza que le gustaba, o casi.

Katsuki por su parte, admiraba ese lindo coño, la piel suave y rosa como el color de un melocotón, un pequeño clítoris estaba en la parte superior, brilloso e hinchado por la excitación, y su entrada rosa se contraía a la nada mientras dejaba salir más lubricante natural. El rubio estaba maravillado.

—Será mejor que te quites la ropa, no te querrás ensuciar ¿Verdad? —el pecoso paseó su lengua por su labio inferior, haber dicho eso con aire contenido fue un poco más difícil de lo que creyó, pero no podía hacer mucho con su respiración agitada.

—Tienes razón. —respondió el rubio, quien se sacó la ropa en una fracción de segundo y la tiró al suelo junto a la demás, sin embargo, sus boxers seguían en su sitio, y eso puso un poco triste al pecoso, quería ver un poco más—. No pongas esa carita, lo mejor siempre se guarda para el final, ¿No?

Katsuki casi se rió cruelmente del ceño fruncido del pecoso, le pareció adorable en cierto modo, pues a pesar de que el pecoso fuera el mayor, era el rubio quien tenía las riendas en la cama, o en ese caso, sofá.

Quizás no tengan juguetes sexuales en ese momento, Katsuki sospechaba que el pecoso ya tendría preparado ese tipo de cosas, pero en ese instante estaban "probando la calidad" del producto, osea la verga que el rubio tenía entre sus piernas y si tenía que azotar ese delicioso trasero hasta dejarlo rojo la próxima vez para ver ese lindo coño de nuevo, pues, que así sea.

El rubio paseó su mano por el muslo grueso del Omega, bajó hasta llegar al costado de la suave mejilla gorda del pecoso, su mano picó y no la pudo detener. Una nalgada fuerte resonó en la sala haciendo que el rostro del pecoso se contrajera en una mueca al mismo tiempo que dejaba escapar un gemido lastimero.

Katsuki notó como su mano quedó marcada en el costado del pecoso, le miró y sonrió con malicia. Izuku tragó un poco nervioso al ver el brillo salvaje en los ojos de color carmesí. Tuvo que tratar de no correrse por lo que vino después, sus piernas fueron puestas sobre los hombros del rubio, quien no tuvo piedad con su trasero.

Izuku solo podía agarrarse del orillo de su sofá y gemir mientras que su trasero era azotado por las manos del rubio, el ardor y el calor de su trasero mayugado por los golpes, lo adoraba, le encantaba sentirse de esa manera. Por su parte, Katsuki admiraba el charco que se había debajo del Omega, su lubricante resbalaba y caía casi en gotas al sofá.

Ese milf era una pequeña cosita masoquista, era algo bueno para Katsuki, quien tenía tendencia sádicas, mayormente siempre se contenía con sus parejas casuales cuando estaban haciéndolo, pero ahora, podía dejar salir su bestia interna tanto como quisiera.

—¿Te gusta? Parece que lo disfrutas bastante, tu coño de puta se sigue mojando sin parar. —el rubio habló con morbo dejando caer una última nalgada sobre el trasero del pecoso, y este solo pudo gemir ahogadamente, Katsuki miró como el pecoso quiso llevar sus manos a su coño, seguro que estaba por correrse y quería llevarse a ese punto.

Pero no lo permitió, tomó las manos del mayor y las colocó sobre su cabeza, Izuku chilló con algo de frustración pero no pudl hacer más que eso, estaba siendo dominado por completo. Joder, adoraba esa mierda, y lo amó más cuando la polla del rubio aún vestida con los bóxers se frotó contra su coño.

Se sentía grande, caliente y dura, no le agrada la fricción de la tela y lo quería por todo, lo necesitaba.

—Joder, quería aguantar un poco más, pero siento que la polla me va a explotar. —Katsuko gruñó, se sentó sobre sus talones, admirando el cuerpo tembloroso del pecoso recostado en el sofá, se sacó la ropa interior que estaba mojada con su propio presemen y lubricante del pecoso.

Izuku suspiró profundamente tratando de calmarse, miró como esa, enorme, polla fue liberada de su jaula y se irguió orgullosamente entre las piernas del rubio. Desde su posición solo la podía observar desde una perspectiva, pero era buena, venas se marcaban desde su base hasta casi en la punta, era gruesa y la cabeza de un color rosado profundo.

Le encantaría probarla la próxima vez, tenerla en su boca y comer de la espesa y deliciosa semilla que seguramente dejaba salir. Katsuki pareció notar su mirada hambrienta sobre su polla, pues sonrió y la tomó entre su mano para masturbarse un poco.

—Parece como si hubieras encontrado tu postre favorito, Mommy. —el rubio ronroneó, tomó después las piernas del pecoso y lo jaló con fuerza para acomodarlo de tal forma que su polla quedó sobre el coño rosado del Omega.

—Baby.~ —gimió el pecoso, sintió algo de vergüenza llamar así al rubio, pero era lo que eran ¿No?, Sugar mommy y Sugar Baby.

Katsuki se frotó contra el coño del pecoso, lo hacía sentir bien, lo caliente del lubricante y la cantidad hacía que todo fuera cálido y placentero. Quería entrar de una sola estocada y no para hasta que sus bolas estuvieran vacías, sin embargo, se dio cuenta de algo en ese momento, no tenía un condón.

—Oí, ¿Estás tomando alguna clase de pastillas? —preguntó el rubio algo inseguro, no leyó de cachorros en ninguna parte del contrato.

—S-sí, estoy con un tratamiento, de todas formas no quiero que uses condones —el pecoso gimió por lo bajo, miró al rubio con sus ojos aguados y mejillas enrojecidas—, quiero sentir como te corres dentro de mí.

El pecoso abrió un poco más sus piernas, incitando al rubio y Katsuki solo pudo gruñir por lo bajo, no le importaba una mierda si el Omega estaba preparado o no, alineó su polla con la entrada del pecoso y embistió con fuerza, entrando por completo de una sola estocada.

Los ojos de Izuku rodaron al mismo tiempo que arqueaba su espalda con fuerza, no pudo evitar llegar a su límite con solo eso, tembló como una hoja seca al viento de otoño, apretó la gruesa polla del rubio entre sus paredes cálidas y se corrió.

Estuvo por lo menos casi un minuto lleno de espamos mientras el calor fluía de el como una corriente de agua de un río. Había sido el mejor puto orgasmo de su vida frustrada, y Katsuki ni siquiera lo dejó recomponerse un poco, empezó a moverse con fuerza, rapidez y profundidad.

—¡B-baby!~ —Izuku gimió con fuerza, no sabía mi de donde agarrarse, se sentía lleno, la polla del rubio parecía tocar todos sus puntos especiales sin hacer mucho esfuerzo, era bueno, muy bueno.

Katsuki, por su parte, sostenía con fuerza las piernas del pecoso en alto, estaba seguro que las marcas de sus dedos estarían en ellas después, pero eso le importaba muy poco. Movió sus caderas con fuerza, haciendo rebortar ese perfecto trasero con cada embestida, sus bolas golpeaban el culo del pecoso haciendo que el sonido morboso y húmedo fuera más concreto.

Tuvo razón al pensar que ese Omega iba a ser delicioso en todo los sentidos. Verlo gemir con su rostro lleno de éxtasis, lágrimas de placer bajando por sus mejillas y sentir como su polla era ordeñada por completo en ese coño apretado, era como estar en la gloria.

Sin embargo, los meses de abstinencia sexual le estaba cobrando factura a Katsuki, además esa exquisita sensación no lo ayudaba en nada, quería correrse, pero también quería durar un poco más, quería seguir oyendo esos gemidos del pecoso.

Así que sacó su polla antes de acabar, le dolió un poco haber estado tan cerca y parar justo en ese momento, pero era mejor hacer eso sí podía difrutar un poco más. Un pequeño chillido salió del pecoso, al parecer no estaba feliz de que le quitará su placer de esa manera tan repentina.

—¿P-por qué la sacaste? —preguntó el pecoso con su voz quebrada, su celo fruncido y su puchero era más que suficiente para saber que se estaba molestando.

Sin embargo, Katsuki no respondió y lo hizo voltear boca abajo, un jadeo sorprendido salió del pecoso y el rubio solo sonrió, tenía una gran vista del trasero rojo del Omega en todo su esplendor, incluso tenía un las marcas de sus dedos en sus nalgas.

—¿Es que no puedo divertirme? Eres demasiado sexy como para hacértelo en una sola posición. —mintió el rubio a medias, deslizó su polla mojada entre las piernas del pecoso suavemente para disfrutar de la sensación de esa tersa piel.

Tomó de las caderas al pecoso antes de dar una fuerte embestida y entrar de nuevo en el coño del Omega. Izuku gimió fuertemente arqueando su espalda, de nuevo, Katsuki no tuvo piedad, apretó con fuerza su agarre e hizo el trasero del pecoso rebotar contra su polla dura.

La viscosidad del lubricante natural del pecoso y el presemen del rubio resbalaba por los muslos gruesos cayendo a gotas sobre el sofá, a Izuku no le importaba si lo ensuciaba, podía mandarlo a limpiar de todas formas, además, su mente estaba cubierta por una gran neblina de placer y la verga de Katsuki lo estaba volviendo loco.

Nunca se había sentido tan bien, no sabía que el sexo podría ser así de alucinante, ¿En donde estuvo ese alfa toda su vida?
Si lo hubiera encontrado por otro tipo de situación ya hasta se hubiera casado con él para no dejarlo ir jamás.

La polla de Katsuki iba tan profundo, estiraba su coño de una manera deliciosa y tocaba en su interior esos puntos dulces que solo el podía tocar cuando se auto-complacía, era como si la polla de Katsuki estuviera echa solo para su coño, adoraba ese pensamiento.

Estaba cerca de nuevo, se iba correr otra vez, y sabía que Katsuki también estaba por correrse, Izuku podía sentir como sus embestidas se volvieron un poco superficiales e iban más rápidas. De alguna manera el rubio pudo inclinarse sobre su espalda y alcanzar sin problemas sus hombros, enterró con fuerza su polla contra su pobre coño y dejó salir su carga caliente y viscosa de semen.

Al mismo tiempo en que dejaba una mordida sobre uno de sus hombros, Izuku gimió fuertemente corriendose también, le temblaba las piernas y sentía que no podía más. Espasmos recorrían todo su cuerpo y la semilla cálida llenando su útero era lo mejor, sentía que flotaba, nunca había estado tan sastifecho en su vida.

Izuku había encontrado al alfa que podría mantenerlo sastifecho y no lo dejaría ir tan fácil. Esperó a que el rubio saliera de su interior con cuidado para poder darse la vuelta aún estando debajo suyo, el pecoso sonrió feliz, Katsuki tenía una expresión algo sería, pero tenía un ligero sonrojo en sus mejillas.

Le pareció lindo, no pudo evitar rodear su cuello con sus brazos y atraerlo para darle un beso. Ya quería hacer más cosas con él, pero todo debía surgir a su debido tiempo, además, Izuku quería un baño y también dormir.

(...)

Me quedó más largo de lo que quería, pero entonces tampoco quería partir el capítulo y si lo hacía tendría que ser en la parte del delicioso, ustedes me iban a linchar, así que mejor lo dejé así.🕴️🍑✨

Zaorycast.✨✨

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