Un cumpleaños
Les dejo el uniforme de deporte por aquí:
Y ahora sí, empecemos.
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Ah, finales de Julio, no faltaba más que un par de días más para oficialmente comenzar con las vacaciones de verano, ya después de eso tendría seis semanas, seis perfectas semanas para estar despierta hasta tarde, dormir hasta tarde, retomar sus prácticas de música y costura, en resumen, disfrutar de lo que le gustaba, además, su abuela vendría a visitarla para ello y claro, verle la cara por unos días, si bien la anciana no era tan cercana a Butsu cómo se esperaría, pero por el lado bueno, esta la respetaba y demostraba afecto de poco en poco, inclusive había llegado a elogiar su danza de abanicos, lo que para otros, era decir mucho.
Pero había algo que se le estaba pasando por alto ¿Qué era? Era sábado en la mañana, y se estaba preparando para ir a clases, como estudiante de preparatoria solo tenía libres los domingos mientras que su hermana menor, sí tenía todo el fin de semana para disfrutar.
Un momento.
Finales de Julio.
Sábado en la mañana.
Un portazo la sorprendió.
Era Butsu en pijama reventando un cono de confeti.
- Feliz cumpleaños vieja, ya tienes dieciocho -Dijo haciendo una pose extraña en el marco de la puerta, que parecía un intento mal logrado de ser sexy.
Esto la hizo reír, tan típico de ella- Viva yo -Aplaudió, sin borrar su sonrisa- Te recuerdo que cumples quince en Octubre.
- Cierto guapetona pero este día es sobre tí, no sobre mí -Le tiró un beso, haciendo que riera nuevamente- Bueno, termina de vestirte que el desayuno te espera -Dijo antes de desaparecer por el pasillo.
- No puede ser -Tomó su teléfono, con un mensaje recibido hace poco que le llamó la atención, era Cracker.
- Buenos días guapa feliz cumpleaños, lamento decir que hoy no podré verte, tengo dos reuniones matutinas y un almuerzo corporativo para firmar un contrato, pero hey, no creas que lo voy a dejar así, te preparé una sorpresa que debería llegarte al salir de la escuela, nos vemos mañana, que tengas lindo día.
- No me haré expectativas, pero seguro me termina gustando,suerte en tu día.
Guardó el aparato en su bolso, recordando con cierta vergüenza la otra noche, de tan solo recordar el como se habían besado le subía los colores a la cara, no iba a negar que aquello le había gustado bastante ¿Cómo negar algo tan perfecto? No podía, pero a ver, no era hora de pensar en eso; sacudió la cabeza tratando de desvanecer esos pensamientos, respiró hondo antes de ir escaleras abajo, encontrándose con su desayuno favorito servido y Butsu posando al otro lado de la mesa, sacándole otra risa.
- Bon día madame, su desayuno -Intentó hacer otra pose, pero no consiguió aguantarlo y terminó riéndose- Bueno ya basta -Abandonó aquella postura para ponerle su propio almuerzo ya envuelto en la mesa- ¿Tienes planes con tu novio hoy?
- No, mañana -Se sentó, dándole una probada al desayuno, bueno como siempre- Hoy tiene un asunto familiar serio y bueno, me pidió disculpas y dijo que nos veríamos mañana.
- Ah ya veo -Se sentó al otro lado de la mesa, comiendo de su propio plato- Las chicas quieren organizar un viaje por las vacaciones, no me han dicho si Onsen o playa, a mí me gusta más el Onsen.
- Yo preferiría el Onsen, la playa me tienta pero muchos hacen viajes a la playa -Le dió un bocado al arroz, seguido de un par de tragos al jugo- Si las quintillizas me lo dicen les aviso.
- Adelante, yo ya hablé con Pudding y Flampe -Pasó la comida que se estaba masticando antes de hacer una pausa y hablar- Pásala bien hoy.
- Gracias -Con una risita se empujó un par de bocados más y el jugo, dejando el plato vacío- Nos vemos después que hoy ya no pueden cubrirme en la limpieza del salón -Se dirigió a la puerta, poniéndose los zapatos antes de salir, para finalmente dejar a la menor sola.
Al instante en el que la mayor se alejó, cruzando la entrada del jardín para cerrarla detrás suya, la menor sacó su teléfono, tecleando rápidamente el número de Katakuri- Contesta... Vamos contesta -Al momento este le atendió la llamada.
- ¿Te dijo algo?
- ¿Van a estar ocupados hoy?
- Dos reuniones y un almuerzo corporativo -Por su parte se hizo el desentendido, mientras veía a Cracker pasar cerca suyo y hablar con lo que parecía un servicio de entregas- Todo el día ocupado.
- Entonces hazme saber sobre cualquier cambio -Apenas recibió una afirmación, colgó la llamada- No me vas a ver la cara de estúpida.
Por su parte, la morena caminaba tranquilamente, iba bien de tiempo, no solo porque medía la hora para llegar unos quince minutos antes de que comenzara la clase, sino que afortunadamente al ser día de preparatoria únicamente, les permitían entrar un poco más tarde, por lo que se daba el gusto de andar sin ninguna otra preocupación más que evitar algún accidente con un auto o algo así.
Y hablando del rey de Roma, una moto casi se la lleva por delante.
- ¡Maldita sea! ¡¿Qué fué...?! Ah, eres tú Rosinante -Se calmó casi al instante, reconociendo al hermano menor de Doflamingo- ¿Qué te trae por aquí? Nunca te he visto pasar por esta ruta.
- Tenía ganas de pasear un rato, hace mucho que no lo hago -Guardó silencio unos minutos, antes de fijarse en que la mayor traía uniforme- Puedo acercarte a la escuela si quieres.
- ¿De veras? Porque me caería bien -Su kohai palmeó el asiento trasero, a lo que ella se subió rápidamente.
- Agárrate bien -Dicho esto arrancó su vehículo, haciendo que ella se sujetara de asiento con una mano mientras aseguraba su falda con su mochila.
Y ciertamente, apenas tardaron menos de diez minutos, cuando el rubio paró cerca de la puerta, dejando que la mayor bajara- Un poco agitado... Pero gracias Rosinante, eres una bendición.
- No hay problema -El chico le sonrió de una forma ligeramente aterradora, antes de caerse de cara al suelo- Tú entra yo estoy bien.
- Recuérdame para regalarte un casco -Sonrió agradecida, antes de hacerle una seña despidiéndose- Con suerte te veré el lunes, cuídate.
Si prestar mucha atención a cualquier comentario ajeno, se dirigió a su salón de clases, siendo sorprendida por las quintillizas en el camino, entre todas la felicitaron, dándole pequeños obsequios, abrazos y hermosas tarjetas, aceptó todo más que feliz, despidiéndose de sus amigas cuando sonó la campana, al entrar un par de chicas y uno que otro estudiante se acercó a felicitarla, agradeciendo educadamente sus palabras antes de irse a sentar.
Y todo iba bien, hasta que apareció este chico, es tipo de chico encimoso que solo sabía meterse en dónde nadie lo llamaba.
Así es, Ichiji Vinsmoke, como odiaba a ese desgraciado.
Y para empeorar todo, asistían al mismo salón.
- Me enteré que cumples años guapa -Ella simplemente lo ignoró, guardando sus cosas- Ignoraré tu falta de respeto y te daré un verdadero regalo, solo espera a la salida.
- Lo dices como si me interesara recibir algo de ti -Respondió en su usual tono enojado, no lo quería encima.
Y sí, a él también le irritaba su forma de ser, pero también le gustaba- Habla mientras puedas, luego no vengas arrastrándote -Se dió media vuelta, pero esperaba que le dijera algo.
- No gracias yo sí tengo dignidad -Dicho esto, como si fuera una señal, el profesor Mihawk entró, dejándolo con la palabra en la boca.
Afortunadamente la clase había sido bastante interesante, y claro, sin nada de sueño encima podía apreciar un poco más de las obra literarias de las cuales hablaba con mayor profundidad, no iba a negar que antes de la aparición de Cracker el señor Mihawk la tenía viendo todo rosa, no por alguna relación secreta ni nada parecido, más bien él era bastante repelente en ese aspecto, sino que, su elocuencia y habilidades para el Kendo y la esgrima le encantaban ¿Y cómo sabía de eso? Sus primeros años en el club de Kendo le habían mostrado esta cara del profesor que no conocía, pero la verdad, le gustaba ver esa cara, era algo fascinante, inclusive gracias a eso se había hecho "amiga" por así decirlo del líder del club, Roronoa Zoro, el chico no era malo, pero si era lo suficientemente despistado como para perderse en un camino recto, inclusive algo tonto.
Pero haciendo memoria en lo que sí era importante, eso le abría paso a una muy buena pregunta que no se había hecho antes ¿Cracker practicaba algo de eso? En caso de hacerlo posiblemente sería esgrima, los Charlotte tenían tendencias Europeas, a pesar de disfrutar el estilo de vida japonés. Bueno, mejor se lo preguntaba a Cracker después, que distraerse mucho en la clase de del profesor Dracule, era como echarse una soga al cuello.
Al menos la historia de fantasía de una reina que se descubría a si misma tras casarse con un pirata y luego lideraba una rebelión contra sus secuestradores que también eran esclavistas no estaba nada mal, quizás la leería completa.
Por otro lado, el resto de sus horas prosiguieron con normalidad, clases, descanso, más clases, descanso largo para comer antes de su última clase, Educación Física, que no la dejaba ni medio mal, después de todo, era de las mejores en su curso. Así que sin más dilación, fué en compañía de las demás chicas de su clase a los vestidores, se cambiaron sin vergüenza alguna, después de todo, no tenían nada que no hubiesen visto ya; una vez cambiada cerró su casillero y se arregló el cabello en una cola alta, saliendo con el resto de sus compañeras para encontrarse con los chicos en la cancha al aire libre, primero les tocó calentamiento y diez minutos de trote suave, después de calentar ambos profesores reunieron a la clase.
- Bueno chicos la profesora Stussy y yo decidimos hacer la clase mixta por hoy, ahora formen parejas, hombre y mujer -Habló el profesor Jimbe.
- Hoy tenemos una idea interesante así que elijan bien a su compañero -Sonrió la rubia, mientras los estudiantes comenzaban a organizarse.
Más que animada iba a preguntarle al chico más cercano, este inclusive se veía esperanzado... Hasta que Ichiji apareció y el pobre escapó, de por sí el baboso tenía dos hermanos igual de imbéciles que él, la verdad no quiso perseguir al pobre, no solo estaba asustado del pelirrojo, sino que también sabía que seguro lo molestarían hasta el cansancio.
- Bueno guapa, parece que seremos compañeros ¿Qué tal si empezamos con el pie derecho?
- Si querías empezar bien, mejor ni te acercabas -Suspiró harta, actuaría por el bien público.
Una vez todos organizados la profesora tomó la palabra- Bueno muchachos, lo primero que haremos será una carrera de koalas, los chicos deberán dar una vuelta a la pista de obstáculos que hemos organizado cargando con su pareja, si se caen ustedes o su pareja, quedan fuera, la meta no solo es llegar primero también es no caerse, permanezcan en sus líneas y nada de intentos de hacer trampa que los estaremos vigilando.
Fabuloso, ahora tenía que estar abrazada al imbécil ese, pero tendría que hacerlo si quería salir bien parada de esa clase; así que poco a poco los demás fueron pasando, algunos caían, otros tardaban pero completaban la carrera ilesos, por otro lado los que esperaban su turno, se estiraban y también buscaban la mejor forma de agarrarse sin ahogar a su compañero, la verdad, a ella no le importaba ser eliminada si le tocaba estar con Ichiji, pero al mismo tiempo su espíritu competitivo le decía que no se dejara vencer por una incomodidad, y qué decir, el orgullo deportivo ganaba esta vez, era su cumpleaños no se iba a amargar.
Así que allí estaba, montada en la espalda del primer Vinsmoke mientras él le sujetaba las piernas con firmeza, claro que lo tenía bajo la clara amenaza de que si se pasaba de la raya lo haría caer a propósito solo para perder y hacerle el resto de la clase imposible; una vez en sus marcas, listos, fuera, su ronda comenzó, agarrándose de sus hombros para fijar mejor su posición, sabiendo coordinarse para dar un ligero brinco y sujetarse de nuevo sin caer para seguir adelante, gracias a esto no tardaron en ir primeros con una buena diferencia, y cómo no hacerlo, si la poca virtud que tenían los Vinsmoke era su condición física excepcional, única cosa de la que no se quejaría, solo por esta vez.
Así que una vez cruzada la línea de meta, se bajó de su espalda- Bien logrado -Dijo dándole la espalda antes de ir con los demás que habían pasado.
- No fué fácil... -Más que por el esfuerzo, era por la obvia sensación de tener sus senos contra su nuca- Pero joder que paraíso -Murmuró siguiéndola, mientras se limpiaba la sangre de la nariz.
El próximo ejercicio constaba de colgarse de una barra bajo la misma dinámica de tener a su compañero a modo de koala durante un minuto, pero en este caso eran las chicas quiénes debían cumplir con la parte pesada, y obviamente si caían ambos o solo su compañero, serían eliminados, por lo que con total resignación pero también confianza, la morena cumplió su deber con Ichiji firmemente agarrado de su cintura y piernas, no era un secreto que el chico se fascinaba con la idea de apoyar su cara en las atléticas curvas de su compañera, pero bien sabía que si intentaba algo, ella no dudaría en caer encima suyo para proceder a darle una paliza, Ginger era bien conocida por ser de muy mal carácter.
Por otro lado, comenzaba a aburrirla el tener que estar allí colgada, supuestamente era su segunda clase favorita, después de música y canto por supuesto, y ya se estaba hartando, aunque quizás era por tener que estar pegada a Ichiji.
La clase se le hizo larga, pero finalmente lo logró, la había superado después de haber hecho incontables minutos de lo que para ella era tortura, desde tener que ser cargada por el a cuestas, hasta saltar la cuerda juntos, y como no rematar con el partido de quemados que habían tenido, pero como era de esperarse, al menos en su caso, ella había salido como toda una campeona tras declarar la victoria para su equipo, mientras que Ichiji... Bueno, tuvo que contenerlo para que no le rompiera la nariz al chico que casi le atina un balonazo. Afortunadamente no pasó a mayores y tras su victoria, se retiró junto con las demás chicas a los vestidores, lo que se venía era una merecida ducha antes de irse, por lo que tomándose todo el tiempo que quiso, se duchó, cambió de ropa y tomó su uniforme sucio para ir con las demás chicas de la clase a la lavandería de la escuela, entre una y otra conversación lavaron sus uniformes mientras limpiaban el salón rápidamente antes de buscarlos y volverlos a dejar en sus casilleros para ir a recoger sus cosas en el salón y finalmente poderse ir un par de horas antes de lo normal.
Pero la cosa no terminaba allí.
Ichiji estaba en el portón del edificio con un llamativo ramo de flores y una caja de lo que parecía ser joyería.
Oh por Dios no, Buda haz algo.
Y antes de poder hacerse la desentendida, se le apareció- Oye guapa, más temprano te había dicho que tenía algo para tí, aquí está luego me lo agradeces -Prácticamente le tiró los regalos encima, haciéndola poner una mueca.
- No, gracias -Habló con una clara separación de palabras, regresándole los objetos- No me gustan las rosas y mucho menos si son de tu parte, además no quiero nada tuyo.
Una vena se marcó en su rostro- ¿Así que en esas andas he? Pues te aguantas, porque ya gasté mi puto dinero en ti y vas a aceptarlo -Imitó su gesto, volviendo a darle las cosas, a lo que ella pasó de una expresión molesta a una sonrisa burlona.
- Ya veo... Entonces si esto es mío, puedo hacer lo que quiera -Buscó con la vista a alguien, hasta que se topó a quienes buscaba- ¡Boa Hancock!
- ¿Me hablas a...? Ah, eres tú Ginger -La pelinegra cambió su semblante de inmediato al ver a la chica acercarse- ¿Qué necesitas?
- Que no me odies por veinte segundos -Miró al chico tonto que estaba acompañando, Monkey D Luffy- Luffy toma, esto ahora es para tí -Casi de inmediato Hancock estaba lista para asesinarla con la mirada- Ahora hazme caso y regálale eso a Hancock.
- Toma Hancock, para tí -Y con su característica sonrisa despreocupada, la ira de la joven se apagó de inmediato, recibiendo los regalos.
- Ah Luffy no puede ser, esto es grandioso, muchas gracias -Y como si estuviera botando corazones fué arrastrada por sus hermanas Marigold y Sandersonia.
Hecho esto se sacudió las manos satisfecha, antes de voltear a ver a un Ichiji más que furioso y sacarle el dedo medio- Dijiste que eran míos ¿No? Hice lo que me dió la gana.
Y con sonrisa triunfal se retiró, dejando a los demás estudiantes del recinto en completo silencio, algunos de la impresión mientras que otros aguantaban la risa, simplemente no le gustaba ¿Porqué aguantarlo? Por algo prefería mil veces la madurez de Cracker. Por su parte fué rápidamente interceptada por su grupo de amigas, las cuales aplaudieron sus acciones y se fueron con ella, después de todo, dijeron que le tenían organizada una sorpresa, aunque de último momento, un repartidor apareció cerca suyo, traía consigo una caja envuelta en papel de regalo con un moño dorado, además de un ramo de snacks, un disco de su banda favorita y una tarjeta, complementando con una tiara decorada con cristales de colores.
- ¿Chocolatt Ginger? -La mencionada alzó la mano- Feliz cumpleaños, su regalo fué enviado por su novio, felicidades -Habló con un tono inexpresivo, le colocó la tiara y le entregó los regalos antes de subirse a su motoneta he irse.
- ¡¿Novio?! -Las quintillizas exclamaron sorprendidas- No nos dijiste que tenías novio -Hablaron todas en perfecta sincronía.
- Chicas por favor, solo llevo unos pocos días saliendo con él es todo, quería esperar a que fuese algo serio para poder presentarlo ¿No creen? Tengo que saber si vale la pena primero.
- En eso te doy la razón -Aceptó Nutmeg.
- Yo también -La secundó Akimeg.
Al final decidieron darle la razón, salvándola del aprieto en el que estaba metida, así que sin más que un par de bromas de por medio, siguieron su rumbo en dirección a casa de la cumpleañera, aprovechando el trayecto para hacerle múltiples bromas sobre su misterioso novio, oh pero si supieran.
Al llegar no había nada fuera de lo normal, al menos hasta que tres pequeños conos de confeti reventaron, obra de su hermana y sus dos amigas restantes, lanzando algunos globos y yendo a felicitarla, claro, llevándose la sorpresa de los regalos que traía.
- ¿Y eso? -Preguntaron Butsu y Flampe al mismo tiempo.
- Son de su... Novio -El chillido de las chicas ante el comentario de Harumeg la hizo reír.
- ¿Qué puedo decir? Me está consintiendo -Al instante todas rieron- Vamos a abrir este, quería llegar para verlo.
Emocionadas ante la idea, acomodaron la mesa con algunos snacks y bebidas, además de que pusieron un poco de música para ambientar, dejaron sus bolsos a un lado y se pusieron cómodas en la medida de lo posible, disfrutando el ambiente. Por lo que al momento de abrir su regalo la morena emocionada se encontró con la sorpresa de que su regalo eran unos hermosos audífonos blancos con orejas de gatito, a lo que con gran emoción alzó la caja, siendo el misterioso chico aplaudido por su buen gusto.
Oh si supieran, si tan solo lo supieran.
Pero sin más dilación, se decidieron a disfrutar su pequeña fiesta, ya los secretos quedarían para después
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¡Logrado querido público!
Bueno, aquí les dejo el ramo y los audífonos, además de la corona:
Quiero unos audífonos de estos Diosmio.
Se antoja.
Bueno, eso es todo.
¡Bye~ bye~!
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