Ingrese casi corriendo al hospital, no me importó ir en la parte de atrás de una patrulla como si fuera una delincuente.

Al entrar busque información de mi hermano, lo peor es que nadie me la daba. Estaba desesperada y no sabía qué hacer, cuando pensé que me iba a dar una crisis una enfermera me llevó hasta el médico de mi hermano.

— Buenas tardes, señorita Ramírez. Soy e médico de su hermano y—

— ¿Cómo está?— Interrumpo.

— Su hermano se encuentra estable en este momento pero ha entrado en coma— Ahogo un sollozo con mi mano—

— ¿Cuando... Despertará?— El médico suspira.

— Aún no podemos saber cuándo salga del coma, puede durar días, meses e incluso años— Me deslizó por la pared hasta quedar sentada en el suelo — Lamento decirle que eso no es todo señorita — Hace una pausa — Su hermano necesita de una cirugía en la columna para que no quede parapléjico — No puede ser, cierro los ojos e intento pensar que esto es una pesadilla.

— ¿Y por qué no lo operan?— Pregunto entre lágrimas.

— Lamentablemente su hermano no cuenta con seguro y esa cirugía es demasiado costosa —

— ¿Cuanto?— Susurro.

— 200 mil dólares — Gimo al escuchar esa cantidad.

— Nosotros no tenemos esa cantidad —

— Lo siento señorita sin el pago no se puede operar y lamentablemente su hermano no podrá caminar y entre más tiempo pase más complicado será su mejoría —

Después de ir a admisiones y firmar unos pagarés para los gastos de la hospitalización de mi hermano, me explicaron todo lo referente a su cirugía. Lo malo es como mi hermano no tenía seguro, no lo operarían hasta tener el pago de la cirugía. También se necesitaba que mi hermano siguiera unas terapias y eso cada vez aumentaría la deuda.

Estuve un rato con mi hermano hasta que terminó la hora de visitas. Sin saber qué hacer, me fui caminando por varias horas hasta llegar a mi casa. Ya era de noche, no me había alimentado y la verdad es que no tenía hambre.

No pude dormir, al otro día me fui a la empresa donde trabaja mi hermano y ellos me negaron ayuda, la compañía estaba pasando por un mal momento y no tenían como ayudar a mi hermano. Fui a la compañía de los domicilios y me dijeron lo mismo. Camine y camine, toque puertas pero ninguno de ellos podían ayudarme. Resignada volví a casa y me dejé caer sobre la cama.

Hoy era lunes y debía volver a la Universidad, pero en este momento lo que menos podía hacer era ir a estudiar.