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32

Estoy en el departamento a las siete de la noche, le preparo una rica cena y en lo que el vino se enfría yo voy preparando la mesa, las velas las coloco de manera atractiva, hago un camino de velas hasta la habitación, en el cuarto, coloco dos inciensos en ambos lado de la puerta para que abarque el habitación, lo bueno que Alexander me dio una copia de la llave de su casa, sino tendría que pedírsela y así será más emocionante. Monto los platos, acomodo por último los cubiertos. Entro en su baño y me arreglo perfectamente al salir, todo está listo.
Ya son las nueve y exactamente a esa hora llega Alex, esta súper guapo con ese saco color café oscuro, camisa blanca y pantalones del mismo color que el saco.

—Buenas noches amor.

—Buenas noches ojitos ¡Woooow! Y ¿Esto a que se debe?

—No eres el único que puede dar sorpresas — sonrió pícaramente — ven — estiro mi brazo para que se acerque.

Camina hacia mí, me toma de la cintura y nuestra mirada se encuentran, siento mis piernas como una gelatina y antes de que todo esto termine antes de que empiece, tomo sus labios con mi boca, lo beso sin contemplaciones. Quiero que sienta todo con un simple beso, rodeo su cuello con mis brazos no quiero que ningún centímetro se interponga entre nosotros, quiero a este hombre en mi vida y lo mantendré en ella, le entregare todo lo que soy, mi esencia, él tiene mi corazón en sus manos, soy feliz en sus brazos, su cadera presiona contra la mía y siento su miembro vigoroso rosando mis piernas, mi corazón tiene sus latidos muy acelerados.

Su brazos buscan el cierre de mi vestido pero tomo sus manos, no me separo de él y nuestras bocas siguen deseándose, camino hacia atrás rumbo al cuarto, al cerrar la puerta lo arrincono en ella, dejo que haga conmigo lo que quiera, me siento una autentica loca deseándolo de esta manera tan desenfrenada, gime en mi boca y después hace un gruñido. Me separo de el por un momento estoy al pie de la cama mirándolo, no le quito la vista, poco a poco bajo el cierre de mi fabuloso vestido, lentamente  el vestido azul marino cae al suelo y su mirada recorre mi cuerpo, camina hacia a mi sin alejar la mirada de mi cuerpo, le gusta lo que ve, sus ojos tiene un azul intenso, devora mi boca y me carga, rodeo su cuerpo con mis piernas y mis brazos rodean su cuello.

Ahora soy yo la que gimo al sentirlo tan fuerte y tan listo para mí, siento un cosquilleo en mi interior, con una mano desabrocho los botones de su camisa gris que tanto me gusta, siento su hermoso pecho bajo mi las yemas de mis dedos, el desabrocha mi sostén y yo devoro su boca. El sigue cargándome, camina hasta la cama, me acuesta en ella con mucha delicadeza y yo me deleito viendo cómo se quita el pantalón de vestir veo su bóxer, lentamente se quita su ropa interior y veo su erección, firme y fuerte. Estoy arrodillada en la cama y se apresura a mi encuentro, recorre mi espalda con sus delicadas manos y yo hago lo mismo. Hago muchos mimos en su cuello, tomo el ovulo de su oreja en mi boca, lo muerdo poco a poco y un gruñido seguido de un gemido sale de su boca.
Rápidamente me coloco encima de él, muevo las caderas, tentándolo, excitándolo más. Quiero sentir más de él, poco a poco su pene me penetra, muevo las caderas y él toma mis pechos, los masaje delicadamente, pero esa delicadeza se va cuando los roma con su boca, los muerde y lame sin contemplaciones, sus envestidas son fuerte, el placer que siento es maravilloso, mis unas están en sus hombros, es una locura de placer que con gusto pasaría toda mi vida así me coloca debajo de él y sus envestidas continúan fuertemente.

—Siente me, sé que me necesitas tanto como yo a ti, mírame.

Lo miro como me ha dicho, y veo esos hermosos ojos, nos necesitamos, el me complementa. Veo una gran pasión en sus ojos, veo el deseo y una fuerte atracción entre nosotros, sus envestidas siguen siendo fuertes, busco su boca y la tomo, desenfrenadamente,  siento un fuerte cosquilleo entre las piernas, un orgasmo poco a poco llega, lo siento, mi cuerpo se estremece y el descarga todo en mi ser, se tumba arriba de mí y así permanecemos un buen rato, nuestras respiraciones poco a poco son normales. Un momento después se tumba a mi lado. Poso una de mis manos en su pecho, el me acuna en sus brazos me siento tan feliz ha sido una noche increíble.

—Ha sido una sorpresa maravillosa — dice Alex tomando mis labios de nuevo.

—Prepare la cena, pero por lo visto pasamos directamente al postre — Mi sonrisa pícara es evidente, él se ríe, tiene una risa tan linda.


Al abrir los ojos me encuentro con su hermoso rostro, me deleito viéndolo por unos minutos, roso sutilmente su nariz con la mía, abre los ojos y sus ojos azules me miran.

—Buenos días princesa.

—Buenos días amor.

—He tenido la mejor noche de mi vida, me siento también  a tu lado que siento que no lo merezco.

—Yo también me siento muy bien a tu lado, nunca me había sentido así- le doy un beso en la nariz.

Me levanto y voy al baño, necesito darme un baño, son las nueve de la mañana, estoy bajo el agua y las manos de Alexander toman  mi cintura, besa mi cuello y yo lo acepto con gusto, me dejo hacer lo que él quiera.

—Que rico se siente esto —digo muy contesta por lo que está pasando en la regadera.

—Y a mí me gusta más- ronronea en mi cuello y los bellos de mi piel se erizan.

Me empotra contra la pared, me toma por sorpresa y rodea su cuerpo con mis piernas, el agua cae sobre nosotros  y es tan excitantes que me recuerda a una escena de Cincuenta sombras de Grey solo que aquí estamos totalmente expuesto, no hay ropa que impida que nuestros cuerpos se toquen. De una envestida entra en mí, yo lo recibo con gusto.

—¡Que mañana tan excitante! — digo entre cada envestida.

—Que rica forma de empezar el día princesa.

Tomo su boca y nuestros labios se encuentran, se buscan, no para de tocarse, le doy leves mordiscos en sus labios y alterno entre el labio superior e inferior, su boca es tan dulce, sus labios parecen algodones, me desarmar solo con rosarlos, este hombre me tiene hechizada, no me quiero ser dependienta de él, no, siempre he sido una mujer independiente, no me gusta depender de nadie. Sé que es el único hombre con el que he estado, pero están maravilloso, hace que toque las estrellas, mis manos desean su espalda y todo su cuerpo. Sus gruñidos me gustan, soy yo por quien lo hace, yo soy la causa de su deseo y él es la causa por la que soy tan espontanea como nunca antes.
Un grito y una sacudida fuerte llega en mi cuerpo he llegado hasta el final, es un paraíso donde solo veo las nuevas pasar a lado de la persona que amo,  él también ha llegado al cielo con ese gruñido, su cuerpo convulsiona sobre el mío y nos mantenemos así, mientras nuestras respiraciones se normalizan.
Lo tomo del rostro y contemplo cada una de sus facciones, no quiero olvidarlo nunca, quiero que siempre este conmigo, que este a mi lado en cada paso que doy, que no me deje caer.

—Te amo — digo con todo mi corazón, se lo entregado todo.

—Yo también te amo.


Al llegar al rancho, me baño y me arreglo como siempre, mi cabello hoy esta lacio, ha crecido bastante rápido, he pensado en hacerle un cambio, pero aun no estoy segura de ello.
Al bajar, hago mis deberes, reviso mis tierras, montando, me siento en paz haciendo, recorriendo mi dominio, he aprendido muchas cosas con ayuda de mis trabajadores, ahora ya hay internet en el rancho, tuvimos que poner una antena, mi trabajo me lo pedía, he terminado uno de los proyectos aun no le digo nada a mi amor del viaje, quiero que me acompañe, que vea lo feliz que soy con mi trabajo.
Esto viendo las nubes cuando los pájaros se van, algo los de ver asustado, después escucho un disparo, alguien está cerca de mi propiedad, tengo bien puesta la pistola en mi bota derecha y mi teléfono en la otra.

—Daremos un paseo sigilosamente, nadie nos tiene que ver, constelación sé que tú me entiendes, tú y yo somos un equipo, avanza lentamente.

El hace lo que le digo, veo todo lo que puedo, miro estudiándolo detenidamente, he visto Hawái 5-0 y esto no es nada bueno, veo la cuerda amarrada a la silla de montar, entro entre los arboles de tinto, pero no veo nada, a lo mejor solo este alguien buscando algún animalito, lo que me molesta aún más.

No he encontrado nada, cuando pienso que es así, un ruido llama mi atención, suenas a ramas rompiéndose al correr o caminar, apresuro a mi caballo, y sigo en donde lo he escuchado, veo una persona correr, yo corro con mi cabello y preparo un  lazo.
Lazo al sujeto  y tilo de la cuerda y me acerco con mi cabello.

—¿Quieres eres tú? Y ¿Qué haces en mis tierras?

Un jovencito de unos quince años con la ropa sucia, cabello negro y de tés algo morena, no puedo distinguir el color de sus ojos por que no veo bien a distancia.

—Te hice una pregunta — mi tono de voz es bastante fuerte y autoritario.

—Señora por favor no me haga nada, solo buscaba alguna iguana para comer, no he hecho nada malo.

—¿Cuánto tiempo has estado cazando en mis tierras?

—Llevo haciéndolo unos meces nada más.

—¿Cómo te llamas?

—Soy José.

—Tienes padres, hermanos, algún adulto a cargo de ti.

—No, estoy solo, no tengo a nadie.

—Y si estas solo como dices ¿Dónde vives?

—Vivo en un árbol. Ya veo.

—Acompáñame a mi rancho, te daré comida toda la que quieras si te suelto me prometes que no correrás lejos de mi ¿Puedo confiar en ti?

—Claro señora.

Bajo del caballo y le quito la cuerda, después de que vuelvo a subir, le doy la mano para que suba también.

—Agárrate de mí cintura, iremos rápido ya se está haciendo de noche y está un poco lejos.

Este joven necesita un buen baño, el ya debería de estar en la secundaria o la preparatoria, de seguro nunca ha ido a la escuela. Cabalgamos, voy directo a las caballerizas, bajo primero y después le ayudo a bajar.

—Espera aquí en lo que quito la silla de montar.

Quito todo, le doy agua a constelación, le acaricio un rato y me voy con el joven a la cocina. Le sirvo comida y papi llega ladrando, le ladra al joven pero el en vez de tenerle miedo baja del taburete y le habla con cariño, mi peludo amigo se acerca a él.

—Aquí tienes, toma lo que quieras del refrigerador, si quieres algo más, ahora regreso.


Salgo de la cocina, voy rápido a mi habitación y tomo mi bolso y verifico que este todo y bajo de nuevo, voy a la biblioteca donde siempre está mi hermano.

—Jorge ¿Estas ocupado? — digo asomándome en la habitación.

—No, pasa.

—Quiero, decirte que encontré a un joven en nuestras tierras, lo he traído a la casa, por lo que me ha contado está solo, no tiene familia, quiero que hables con el abogado, para que investigue todo sobre él, el joven vive en un árbol.

—Bueno está bien, por lo que me dices, está en una situación delicada, haré todo lo que pueda, y ahora mismo le hablo al abogado para saber qué podemos hacer con él.

—Quiero preguntarte ¿estás de acuerdo en que le prepare la habitación de abajo, para que duerma aquí?

—Sí, adelante, en lo que averiguamos sobre él, se puede quedar aquí, no sabemos que le pueda pasar afuera.

—Gracias hermanito — rodeo el escritorio y le doy un fuerte beso.

Salgo de la biblioteca y veo que José ya no está en la cocina ¿Dónde está? Lo busco fuera de la cocina, voy a las caballerizas y no lo encuentro, lo encuentro. Lo veo jugando con papi este le lanza una rápita y papi se la trae se ven tan lindos así.

—José, ven, tenemos que salir.

—Ya voy señora.

Cada vez se acerca más el final, esperó que les guste la historia, es en la que más he tardado, pero ha valido la pena.
Les quiero.
Cecilia Ovando.
😘😘😘😘


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