25
Las semanas han pasado muy rápido, ya no estoy molesta, he hablado con Henri sobre los bocetos de Andrea, el al igual que yo opina que son muy bueno. Estamos trabajando para hacer un desfile de modas fuera del pueblo, mi súper amigo se encarga de la publicidad y yo me encargo de hablar con unos amigos. Tendré que volver a Guadalajara para ello.
Todos los preparativo ya casi están listos, solo faltan que los vestidos los últimos ajuste y en un par de días empezara esta gran aventura con mi socia.
Recibo una llamada de Alexander y decido contestarle por fin.
—Hola — mi vos es neutra.
—Hola, pensé que nunca volvería a escucharte, he ido a tu casa y tu papá me ha dicho que has tenido que volver.
—Sí, tengo un nuevo proyecto en puerta y necesita de toda mi atención.
—Artemisa, ojitos por favor, sé que la última vez que nos vimos, no fue lo que nos esperábamos, pero quiero explicarte porque estaba ella en mi casa.
—Alexander por favor, no me tienes que dar ninguna explicación, tu y yo no somos nada, eres libre para tener sexo con cualquier mujer.
—Ojitos, tengo que verte, abrazarte de nuevo, todo lo que dije en el parque es cierto, no hay ninguna palabra que sea mentira, tú has cambiado algo en mí.
—Lo siento, me están esperando adiós.
Cuelgo el teléfono, mis lágrimas amenazaban con salir, no podría dejar que me escuchara llorar. Siempre he tenido mis emociones a raya y con el soy tan espontánea que tengo miedo de volver a creerle. Mis libros son una burbuja en donde soy feliz, imaginándome lo que tanto quiero, lo que tanto añoro, pensé que con él podría conseguirlo, que al fin lo tenía todo, pero no ha sido así.
Andrea no nada más ha hecho los vestidos del desfile sino que también ha hecho nuestros trajes para la gran noche. Los vestidos son preciosos y el traje de Henri esta maravilloso
El gran día llega estamos, detrás del escenario preparándolo todo, nada debe salir mal, pedí muchos favores, y Henri ha trabajado mucho en la publicidad del desfile, todo debe salir bien, es la primera colección. Mi súper amigo y yo espiamos detrás del telón y vemos que tenemos muchos invitados, el desfile se está haciendo en uno de los hoteles más prestigiados, han asistido lo mejor del medio. Toda esta listo.
Muy buenas noches, muchas gracias por estar aquí, hoy nace una nueva diseñadora. Como muchos de nosotros ha perseguido un sueño fugas a pesar de los obstáculos.
Bienvenidos a esta pasarela titulada.
Escribiendo mí historia
Los aplausos se hacen presentes y desfile comienza, este nuevo comienzo inicia con una muy buena respuesta del público. Al terminar salgo y presento a la nueva diseñadora.
Andrea esta que no se lo cree, su madre por el contrario está muy feliz, tiene unas cuantas lágrimas en su rostro. Dos inversionistas se han acercado, quieren entrar en nuestro proyecto, pero solo queremos que sea nuestro. Y dos hombres se nos acercan para que seamos sus proveedores. Pero nosotras queremos tener nuestra propia marca primero, ya después podemos estar con unos proveedores que vendar nuestra ropa.
Hemos sacado un préstamo del banco y con mi dinero, tenemos un capital bastante fuerte. Ya tenemos el proveedor de las telas, tenemos que comprar los maniquíes, muchas cosas por hacer los medios de comunicación estuvieron presentes, nos entrevistaron y tomaron muchas fotos de los tres, estaremos en las mejores revistas y en todos los periódicos.
Al llegar a la casa Andrea y su mamá se quedaran a dormir en las habitaciones que hay disponible.
Alguien toca la puerta ¿Quién será? No espero a nadie, tengo los zapatos en la mano.
—Pero ¿Qué haces aquí?
—Buenas noches Artemisa, te dije que hablaría contigo, no podrás evitarme por siempre.
Un Alexander guapo, vestido como siempre, su cabello despeinado lo hace ver mucho mejor, tiene razón no poder evitarlo por siempre y no tengo ganas de discutir con nadie estoy muy cansada.
—Pasa.
Entra en mi casa, su colonia, ese olor tan característico de él, inunda mis fosas nasales. Trae una pequeña maleta, no ha ido a ningún hotel, ha venido directo a ver me ¡cosí! Pero no, escuchare lo que tenga que decir, de él dependen de todo.
—Siéntate ¿Quieres algo de tomar o de comer?
—La verdad es que si se pudieran las dos cosas estaría encantado.
Dejo los zapatos a un costado del mueble en donde está el sentado, busco en el refrigerador para ver que hay. Gloria tiene lo necesario, tomo un poco de pasta que encuentro y la botella de vino uno de mis preferidos Asti.
Caliento dos porciones de pasta en el microondas y sirvo dos copas, lo llevo todo hasta la mesa de centro que hay en la sala, y cuando el microondas avisas que ya ha terminado de calentarse, lo pongo en los platos y los tenedores.
—Aquí tienes —mi tono de voz es neutral.
—Gracias, me costó algo de trabajo encontrarte, pero por fin veo esos precioso ojos.
—Tienes hambre no ¡Pues cena! No quiero escuchar tus halagos — mi tono de voz ha cambiado y mi humor también, sigo teniendo puesto el precioso vestido.
Cena por unos instantes y yo también, el silencio entre nosotros es incómodo, más vale que su explicación o lo que sea que tenga que decirme sea buena, porque no estoy para estupideces, estoy cansada y quiero dormir.
Terminamos de cenar solo queda vino, tengo la boca seca, relleno mi copa y tomo un trago largo. Y vuelvo a dejarla en la mesita del centro.
—Y bien, que es eso que tanto me quieres decir, para que vinieras hasta acá.
—Antes que todo quiero disculparme por cómo se dieron las cosas en mi casa, no sabía que Mónica estaba allí, de verdad, no te voy a negar que me he acostado con ella, pero solo es eso, sexo, no siento nada por ella.
—¿Te acostaste con ella en la madrugada del día en que fuimos a bailar?
Sus ojos ya no me miran, mira hacia otra parte menos a mí, eso para mí es una confirmación, claro que se acostó con ella después de que nos besamos de esa manera.
—Tuviste sexo con ella, sí o no.
Las palabras no son nada reservadas al igual que mi tono de voz, no son celos, es enojo.
—Si tuve sexo con ella esa noche, pero es la última vez, se lo dije. ¡Tú me gustas! Y mucho y no solo para tener sexo, sé que es muy pronto que solo tenemos un mes saliendo pero es suficiente para mí, quiero que seas parte de mí, que estés en mi vida. Lo que dije en el antro y en la madrugada cuando te llame y fuiste por mí es verdad ¡Todo es verdad!
¡Jesús! ¡Soy tan débil con este hombre! Todo lo que ha dicho me ha puesto la piel de gallina.
¡Es cierto! Todo es cierto le gusto, pero no me ha dicho un te quiero, como dice él es muy pronto, pero le gusto, sus besos me lo dijeron, la forma en la que me abrazaba y bailábamos. Nuestros cuerpos parecían uno solo. Pero ¿Y si me está mintiendo otra vez? Me siento insegura.
Me levanto y camino por el mismo lugar una y otra vez pensando.
—Sé que tú también sientes lo mismo que yo, me lo dice tu piel, tus ojos, tu boca —¡Ay Jesús! Si no fuera porque me está abrazando mis piernas de gelatina no me sostendría, su boca estaba rosando la mía mientras decía todo eso.
—Si es cierto, pero eso no borra que haya quedado como idiota dos días, te has burlado de mí por dos días, hablándome de algo que dices sentir, pero que no me has demostrado.
He sido totalmente sincera al decir eso, pero también es verdad que este hombre hace que mis piernas tiemblen, que quiera besarlo infinitamente.
¿Qué pasará después de todo lo que se han dicho?
Deja me en los comentarios que te parece la historia. Y si te gusto pushale a la 🌟 no olvides compartir la historia con tus amigos.
Un beso.
Cecilia Ovando
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