Reunión
Estoy acostada en mi cama, mirando el techo. Acabo de enviarle un mensaje a mi mamá, avisándole que estoy bien. No puedo dejar de pensar, imaginándome como será ver a Tom Holland por primera vez. ¿Sera simpático? Quiero creer que si pero no puedo solo guiarme por lo que veo en las entrevistas o en los trailers de las películas. Escucho la voz de Martin a través de la puerta, hablando por teléfono, probablemente con su familia. Hemos estado 20 minutos en la habitación del hotel pero se me ha hecho eterno, estoy ansiosa.
Decido levantarme y buscar en mi maleta algo para ponerme, ya que me siento algo sucia con la ropa con la que viaje. Desarmo todo y encuentro un lindo vestido corto, justo por sobre las rodillas, de color rojo con un pequeño escote en V y la espalda con un intrincado juego de pequeñas tiritas de tela que entrecruzan entre sí. Es bastante veraniego, como para ir a la playa. Me lo regalo mi mamá un día antes del viaje. Lo coloco sobre la cama, estirándolo, y busco algunas sandalias que le hagan juego. Encuentro unas preciosas que tenía desde hace años y he usado pocas veces, son doradas. Busco en un bolso pequeño unos aros que le hagan juego. Me llevo todo para el baño, quiero estar perfecta.
—Voy a bañarme, Tintin—le informo a Martin.
—¿Quieres seducir a Tom Holland que te arreglas tanto?—me pregunta, mientras se apoya en el marco de su puerta.
—Claro, que se rinda a mis pies—replico, nos reímos a carcajadas.
—Yo solo me cambiare de ropa, niña coqueta—me dice y se gira para entrar a su habitación, cerrando su puerta.
Resoplo nerviosa y me dirijo al baño. Enciendo la ducha y espero a que el agua este caliente. Me quito la ropa y entro a la ducha. Me lavo el cabello usando esos pequeños shampoos que regalan en los hoteles. En total, me demoro 20 minutos en ducharme, ya que me empecino en ser pulcra. Cierro la llave del agua y uso una toalla para enrollar mi cabello y otra para secar mi cuerpo. Me coloco la ropa limpia y salgo del baño.
En mi habitación, me coloco las sandalias y los aros, me quito la toalla de mi cabello para dejar que se seque un poco. Ordeno el desastre que deje al sacar mi ropa de la maleta y vuelvo al baño para secarme el cabello. Me lo seco pasando la peineta mientras lo hago, tratando de que quede más liso y no con el frizz de siempre. Luego vuelvo a la habitación, cojo las dos toallas mojadas y voy a la terraza para dejarlas secando. Vuelvo a mi habitación para buscar mi estuche de maquillaje, y al dirigirme al baño veo a Martin caminando hacia este. Lleva su cabello rubio y con rulos tomados con una coleta, y se ha puesto una camisa blanca con unos jeans oscuros. Esta descalzo. Para variar pienso. Se gira al ver que he salido de mi cuarto.
—Sí que te vas a lucir—me dice, con una sonrisa de oreja a oreja, esta abotonándose la camisa.
—Dije que lo haría, ¿no?—digo con suficiencia, mientras camino hacia el baño.
—Oh no, olvídalo, has tenido el baño como por media hora, lo necesito—me dice colocándose frente a la puerta del baño y obstruyéndome la pasada.
—Solo diez minutos más y es todo tuyo—le ruego. Rueda los ojos.
—Cinco—me dice, y se hace a un lado para dejarme pasar. Entro al baño y me giro para mirarlo.
—Diez—repito, y cierro la puerta.
—¡______!—me grita. Me rio y abro el bolso de maquillaje.
Decido no colocarme base, ya que hace mucho calor y no quiero ser un desastre, así que encrespo mis pestañas antes que nada, y luego elijo de mi paleta de sombras una dorada para resaltar un poco los ojos. Saco mi delineador líquido negro y suavemente dibujo una línea delgada para resaltar mis pestañas. Me coloco mascara de pestañas y listo, mis ojos están bien. Busco un labial color natural que resalte un poco mis labios. Veo mi teléfono. Me he demorado cinco minutos. Que frustrante, quería molestar a Martin. Abro la puerta, mi mejor amigo se encuentra sentado en uno de los sillones, se asombra al verme lista tan pronto.
—¿Y este milagro, ocurrirá un terremoto?—pregunta con expresión de asombro.
—Ja, ja, muy gracioso—digo rodando los ojos.—Todo tuyo—le señalo el baño.
Martin corre rápidamente al baño y cierra la puerta tras de sí. Yo voy a mi habitación y ordeno mis cosas. Leo un mensaje que mi mamá me ha enviado y le respondo, luego abro Instagram. Hay una publicación nueva de Tom Holland.
«Just a few hours to meet the winners! #thebrotherstrust #spiderman #homecoming»
(¡Solo unas horas para conocer a los ganadores!)
Me muerdo el labio mientras sonrió como tonta, y le coloco me gusta a su publicación. No puedo esperar a conocerlo.
Treinta minutos después, tocan nuestra puerta. Martin y yo estamos sentados mirando la televisión, buscando una película que ver. Nos levantamos los dos y yo abro la puerta. Es Olivia.
—Hola chicos—nos saluda Olivia.
—Hola—decimos al mismo tiempo.
—Estamos listos para la reunión, síganme por favor—dice, corro a mi habitación y cojo un pequeño bolso con mis documentos, teléfono y tarjetas. Salimos de la suite, caminando detrás de ella.
En el camino al ascensor, nos comenta que algunos ganadores ya están en la mesa, y que tiene que ir a buscar a unos pocos más pero que primero nos va a llevar a nosotros, ya que somos los únicos que nos quedamos en este piso. Subimos al ascensor y bajamos al primer piso.
Nos dirigimos al restaurante del hotel, y en una gran mesa rectangular con muchas personas sentadas, nos indica Olivia que debemos sentarnos. Una vez allí, se va y nos dice que volverá en unos minutos.
—Hola—nos dice una chica al lado nuestro, su cabello es rubio y tiene ojos castaños. Es muy sonriente.—Soy Valeria, de España, ¿y ustedes?
—Hola, somos de ______(tu país)—responde Martin, yo le sonrió.
—Que guay que hayamos ganado el concurso, ¿no?—comenta, sonriendo aún más.
—Sí, genial—afirma Martin. Comienza a conversar con ella, mientras yo observo a la gente alrededor de la mesa.
Hay gente que se mantiene en silencio, otros conversan entre sí, y algunos se han formado en grupos grandes y hablan animadamente. Escucho varios idiomas, inglés, francés, español y creo incluso haber escuchado a alguien hablar portugués. Somos casi 30 personas en la mesa.
—Hola—me saluda en inglés un chico de cabello negro y ojos azules. Tiene acento británico.—Me llamo Jack, soy de Inglaterra).
—Hola—le saludo.—Soy ______, de ______(tu país).
—Que loco haber ganado este concurso, ¿ah?—comenta él, sonriendo.
—Muy loco—afirmo, asintiendo. No tengo muchas ganas de conversar, ya que los nervios me carcomen.
Jack esta junto a mí, y creo que nota mi falta de interés pues comienza a conversar con su acompañante, una chica más pequeña, de cabello negro y ojo azules como él, supongo que es su hermana.
Unos minutos después, Olivia llega con cuatro personas más y les indica que se sienten, creo que estamos todos. Llegan varios meseros a pedirnos nuestra orden, y para mi suerte, hablan español.
Una vez que nuestra comida ya está servida y estamos todos animadamente comiendo, Olivia, que está sentada en el centro de la mesa, se levanta de su silla y da unos toques a su copa con su cuchillo. Todos se callan y la miramos atentos.
—Felicitaciones—dice antes que todo, con una cálida sonrisa.—Les informo que ganar el concurso e ir a la premiere es solo uno de los premios.
Todos comienzan a murmurar, comentando y preguntándose cuál es la otra sorpresa. Recuerdo que Olivia dijo que había más de una. Carraspea un poco y todos vuelven a estar en silencio. Martin agarra mi brazo y comienza a apretarlo. Está ansioso.
—Mañana, a las 10am, ¡vamos a ir a los estudios!—informa Olivia, y todos gritan y aplauden animadamente, incluyéndome.
Martin suelta mi brazo y silba mientras aplaude, parece un niño. Olivia se ríe y vuelve a carraspear.
—Esta noche a las nueve, los quiero a todos aquí, porque van a conocer a Tom y a sus hermanos—continua Olivia, y esta vez los gritos son mucho más fuertes, al igual que los aplausos.—¡Prepárense! Les diremos que otras sorpresas les tenemos más tarde.
Todos gritan y aplauden. Comienzan a conversar y continúan comiendo entusiasmados. Martin agarra mi mano y la aprieta muy fuerte. Lo miro y ambos nos sonreímos, emocionados por lo que viene.
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