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La decisión


Cuando llego a mi piso, mi cabeza da vueltas y la adrenalina ya no surtía efecto. Sentía mis piernas débiles, todo lo que había pasado. Conocer a sus padres, la charla en el ascensor... camino lentamente por el pasillo afirmándome de la pared, pues no confío en mi fuerza. Apenas llego a mi habitación, me dirijo a mi cama y me tiro encima, boca arriba. Me quedo mirando el techo, sintiendo como todo a cambiado, como mi vida a cambiado. Y luego recuerdo que me voy en dos días.

La pena me aturde, me vuelvo y me apoyo hacia un lado, pienso en lo que hablábamos en el ascensor, si tuviéramos todo tiempo del mundo me repetí. Pero no lo teníamos. Además, había una gran problemática para él, que todo podía resultar mal, que la confianza no surge de la nada, que tiene mucho que perder. Y yo, también, mucho que sufrir.

Comienzo a quedarme dormida, sintiendo como unas pocas lagrimas caen por mi cara. Siento la puerta abrirse, supongo que es Martin. Me dice algo pero me hago la dormida, y cierra la puerta de mi habitación. Intento concentrarme y sumergirme en la nada, sin pensar en mi futuro.

Mi celular suena y abro los ojos de golpe. Supongo que me quede dormida después de todo ya que siento la necesidad de estirarme. Saco de mi bolsillo el celular y veo la pantalla, el mensaje es de Tom. El corazón se me acelera, pero intento tranquilizarme y no abrirlo enseguida. Desbloqueo la pantalla y veo el mensaje.

~¿Puedes bajar por favor?~ dice el texto.

Muerdo mi labio y miro la hora, eran las 5:10pm. Recuerdo que vienen los estilistas, y aunque Olivia aun no llama, quizás Tom me estaba avisando antes. Lentamente me siento al borde de la cama, estiro mis piernas y luego mis brazos. Muevo el cuello a unos lados y me paro. Reviso mi cabello y cara en el espejo. No se notaba que había llorado un poco, pero mi cabello estaba desordenado. Desarmo mi trenza y rápidamente me hago otra. Salgo de la habitación y camino por el pasillo, mientras aprieto y suelto mis manos, dejándome marcadas las uñas en mis palmas.

Cuando tomo el ascensor, comienzo a ponerme nerviosa. Primero, porque siempre me pongo nerviosa al ver a Tom, y segundo por nuestra conversación inconclusa antes de irme. Muerdo mi labio e intento pensar en cualquier otra cosa, por ejemplo, en mi querido perro Thor. Cuando llego a recepción, agarro el borde de mis bolsillos con mis manos para no dejar ver que estas se mueven nerviosas. Camino lentamente, ya que no se a donde debo ir.

Diviso a Tom con lentes de sol y un gorro. Me acerco, no se como cree que puede pasar desapercibido vestido así. Al verme sonríe y también comienza a caminar, acercándose.

-Hola-me dice.

-Hola-le digo sonriendo, miro alrededor buscando a su familia.

-Tranquila, no están-dice, yo le sonrió avergonzada.

-¿Tengo que ir donde el estilista?-le pregunto.

-No-me dice negando con la cabeza sonriente. Se saca los lentes.- Eso será después, Olivia me llamara.

-¿Entonces porque me pediste que bajara?-le pregunto sin entender.

-¿No puedo querer salir contigo sin una razón relacionada con el concurso?-me pregunta. Vuelvo a sonreír avergonzada, me sonrojo y agacho la mirada.

-Supongo que si-le susurro. Se ríe por lo bajo.

-Te quería invitar a tomar un helado por aquí cerca-me dice, lo miro.- ya sabes, como lo haría alguien normal. Si quieres, obviamente-me dice algo avergonzado.

Lo miro, se a lo que se refiere. Sonrió, y agacho la mirada sonrojada. Carraspeo antes de responder y levanto mi cabeza.

-Vamos-le digo sonriente.

Me sonríe, vuelve a colocarse los lentes de sol. Me tiende la mano y quedo levemente boquiabierta. No se exactamente que hacer. Tomarle la mano estúpida pienso para mi misma. Supongo que ante mi indecisión, Tom toma la iniciativa y la agarra suavemente. Le sonrió sonrojada y comenzamos a caminar.

Caminamos por fuera del hotel unas cuantas calles, hasta encontrar una heladería muy linda decorada con colores pasteles. Entramos y comenzamos a ver que pedir. Cuando nos decidimos, logro convencer a Tom de pagar yo. Nos sentamos en unas mesas, lo mas lejos posible de la gente y Tom se saca los lentes. Comenzamos a comer.

-Esta es la única cosa que dejare que pagues-me dice, yo me rio.

-Ya veremos-le digo, se ríe.

-Creo que esto no fue como imaginaba-me dice riendo. Lo miro levantando una ceja.

-¿Por qué?-le pregunto.

-Jamás pensé que nuestra segunda cita seria así-me dice. Me sonrojo y se ríe.

-¿Segunda cita?-le pregunto.

-Si, la primera fue cuando almorzamos-dice y yo le sonrió.

-Dijiste que era para conocernos-le digo, el se ríe.

-Las citas normales también son para conocerse, ¿no crees?-me dice.

-Entonces me engañaste-le digo haciéndome la ofendida. Se ríe.

-Era una mentirita-dice, entrecierro los ojos y me rio.

-¿Y como esperabas que fuera la segunda?-le pregunto.

-Bueno, me hubiese gustado ir a cenar, pero supongo que las cosas improvisadas siempre son mas entretenidas-dice. Se reclina un poco en la mesa, yo apoyo mis codos y mi cabeza en mis manos mirándolo.

-Supongo que si-le digo.

-¿Estas nerviosa, por hoy en la noche?-pregunta. Lo miro y niego con la cabeza.

-Tom-le digo. Muerdo mi labio y me echo en el respaldo de la silla, frunce el ceño y me mira.- Tienes mucho que perder-le digo.

-¿A que te refieres?-pregunta.

-Te escuche sin querer cuando hablabas con Harrison en el pasillo-le digo. Abre levemente su boca luego la cierra mirando la mesa.- Y creo que él tiene razón.

-¿Respecto a que?-pregunta.

-No puedes arriesgarte Tom, y no lo digo porque yo vaya a hacer algo, yo se que aun no me conoces lo suficiente pero jamás haría algo así-le digo acercándome. El se endereza en la silla mirándome con escrutinio.- Pero si creo que en este momento no es fácil para ti el hacer nuevas relaciones, no puedes confiar en la gente y lo entiendo, por eso creo que-pone un dedo en mi boca y me interrumpe. Tiene el ceño fruncido.

-No-me dice negando con la cabeza.

-¿Qué?-pregunto.

-En todo este tiempo, hay muchas cosas que no pude controlar, y que no puedo controlar. Perdí cosas que me importaban para alcanzar mi sueño, fue un sacrificio muy grande, y no me arrepiento.-me dice seriamente agarrando mis manos con fuerza, pero sin hacerme daño.- Pero hay cosas que aun puedo controlar, como la gente que entra y sale de mi vida, y en quien voy o no a confiar, y no dejare que lo decidas por mi. Así que si dejas de lado todo eso, ¿enserio quieres dejar esto hasta aquí?-me pregunta.

Lo miro y no se que responder. Mi mente va a mil por hora analizándolo todo. Y entendí por fin porque Tom si daba el salto al vacío, porque de tantas cosas que había perdido, arriesgarse era una de las pocas que aun le quedaban. Mis ojos están fijos en los suyos, que están expectantes.

-No-digo sin medir las palabras que salen de mi boca- no quiero dejar lo que sea que esto es.

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