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El primer paso


Siento un pequeño ruido, creo que es de una puerta abriéndose. Comienzo a sentir el resto de mi cuerpo, estoy cómoda, en algo blando y tapada con una manta supongo. Lentamente abro mis ojos acostumbrándome a la luz, pero la verdad es que todo sigue relativamente oscuro. Debe ser de madrugada. Pero, mi habitación no tiene ventanas, ¿Cómo es que aquí entra la luz de afuera entonces?

Intento recordar como llegue a mi habitación. Estaba hablando con Tom en un sillón de su suite, y me comenzó a dar sueño y... oh no pienso. Nunca llegue a mi habitación. Abro los ojos de golpe y miro a mi alrededor. Aun estoy en la suite de Tom.

A mi izquierda esta el sillón grande donde esta Harrison aun con la corona, boca abajo, con una manta café. En la mesita de café frente a mi están muchas botellas de cerveza vacías, y algún pote con comida. Miro hacia la derecha, en el suelo esta Martin durmiendo sobre unos cojines, y a su lado Zendaya. A Valeria no le gustara eso pienso. En los sillones ya no esta Tony, supongo que se fue a una cama a dormir. Vuelvo a escuchar el sonido de la puerta y me giro en la dirección del sonido, hacia mi derecha, y levanto un poco mi cabeza.

Ahí, saliendo de una habitación, esta Tom con un pantalón de buzo gris, descalzo, y en su mano derecha tiene su celular, el que esta mirando. Su torso esta desnudo, y lleva una camiseta en su mano izquierda. No puedo dejar de mirar su torso. Su abdomen musculoso, dios ______, contrólate me digo, pero no puedo dejar de mirarlo, estoy como embobada. Puedo notar el borde de los boxer que sobresale de su buzo.

Me muerdo mi labio. Creo que nunca me había sentido así por nadie, pero es tan jodidamente sexy que no puedo evitar ponerme así. Tom camina lentamente, y luego se detiene. Levanto mi mirada a su cara, y veo que me esta mirando. Inmediatamente mis mejillas se sonrojan, y tengo tanta vergüenza que vuelvo a apoyar mi cabeza en el sillón, ocultándome un poco para no mirarlo. Escucho una risita. Tom llega a mi lado y se sienta en el suelo para quedar justo frente a mi, veo que ya se puso la camiseta.

-Hola-me susurra con una risita. No lo miro.

-Hola-le susurro sin mirarlo.

-Veo que no soy el único madrugador-me dice sonriendo. Lo miro de reojo y vuelvo mi vista hacia el techo.

-Así veo-le digo. Hablamos bajito para no despertar a nadie.

-Jamás pensé que fueras tan dormilona-me dice, volviendo a reírse. Lo miro y le golpeo suavemente en el brazo.

-¿Por qué no me despertaste?-le digo algo molesta. La verdad, solo intentaba ocultar mi vergüenza.

-Lo intente 3 veces, pero Martin me dijo que no había caso, así que decidí dejarte durmiendo aquí y ponerte una manta-me dice sonriendo. Mire a Martin, fruncí el seño, y volví a mirar a Tom.

-Gracias, pero creo que es hora de volver a mi habitación-le digo, y me levanto para quedar sentada en el sillón. Tom se levanta y se sienta en el sillón junto a mi,  coloca su mano sobre la mia.

-Son las 5am, ¿no crees que es mejor esperar?-me dice Tom. Lo miro avergonzada y sonrojada, sus dedos comienzan a entrelazarse con los míos.

-No quiero incomodar-le digo en un hilo de voz para que no se note mi indecisión.

-No incomodas-me dice. Comienza a acercarse a mi.

-¿Dónde dormiste?-le pregunto. Inconscientemente, yo también me acerco a el.

-En mi cama-me dice sonriendo.- ¿Por qué? ¿creías que me iba a aprovechar de ti?

-No-le digo riendo, agacho mi cabeza, pero el toma mi barbilla y hace que lo mire.

-¿Crees que soy ese tipo de persona?-me pregunta, su semblante esta serio, y estamos tan cerca.

-No-le digo, negando con la cabeza.

Su cara se suaviza. Inevitablemente dejo de mirar sus ojos y pego un vistazo a sus labios. Me arrepiento inmediatamente y miro sus ojos nuevamente, para ver que él ya no me mira a mis ojos, sino a mi boca. Su mano en mi barbilla se mueve por el borde de mi mandíbula hasta colocarse detrás de mi oreja, enredándose en mi cabello. Comenzamos a acercarnos, y no puedo evitar mirar sus labios. Tengo tantas ganas de besarlos. Siento un hormigueo en mi estomago y mis manos. Puedo sentir su respiración contra mi piel. Estamos por rozar nuestros labios, y cuando comienzo a cerrar mis ojos, el sonido de un sillón crujiendo nos separa inmediatamente.

Miramos, y Harrison se ha dado vuelta para quedar de lado, con su cara hacia el respaldo del sillón. En este momento no se si maldecirlo o darle las gracias, porque no se en que demonios estaba pensando. Siento el rubor en mis mejillas. Miro de reojo a Tom que mira a Harrison, esta levemente sonrojado. Su mano esta rozando la mía. Me mira, sonríe algo avergonzado y carraspea.

-¿Quieres comer algo?-me pregunta, aun en voz baja. No me atrevo a hablar y asiento con la cabeza.

Se levanta del sillón, y yo hago lo mismo para seguirlo hasta la cocina. Prepara café mientras yo saco un paquete de galletas y lo sirvo en un plato. No es mucho, además que tenemos desayuno abajo en unas horas. Tom y yo hacemos todo en silencio, para no despertar a nadie. Intento concentrarme en lo que hago pero no puedo evitar pensar en lo que casi paso. Concéntrate me digo a mi misma.

Comienza a darme un poco de frio, y mientras veo como termina Tom de poner el café en las tazas, me abrazo a mi misma y miro a mi alrededor buscando algo con que abrigarme. Demonios pienso,  recuerdo que no traje nada para abrigarme. Tom me mira y tiene dos tazas de café en sus manos, me sonríe.

-¿Tienes frio?-pregunta al notar que estoy abrazando mis brazos.

-Un poco-le digo haciendo una mueca.

-Espérame-me dice, y deja en el mesón las tazas para irse a su habitación. Al poco rato vuelve con un sweater gris grueso.

-Toma-me dice y me lo pasa.

-Gracias-le digo, y me lo coloco. Me queda grande, tanto que parece un vestido corto, y las mangas no dejan ver mis manos. Tom se ríe un poco.

-Te queda gigante-me dice, yo me rio un poco también.- Pero igual te ves bien- lo miro sonrojada.

-¿Vamos afuera? Así no los despertamos-le digo sin mirarlo mientras tomo mi taza de café y el plato de galletas.

-Bueno-me dice sonriendo, y toma su taza.

Salimos por el ventanal a la terraza, y Tom cierra detrás nuestro la ventana. Nos acercamos a la baranda, y apoyamos el plato de galletas en el. Miramos en la oscuridad como de a poco se ilumina el cielo. Tengo el café entre mis manos para calentarlas, pero ya no tengo frio gracias al sweater de Tom. Huele maravilloso, a él. Tom bebe un sorbo de su café y me mira.

-¿Feliz con tu venganza?-me pregunta Tom. Me rio.

-Si, supongo que ahora cuando despierte y le mostremos los videos nunca mas va a molestarme-le digo, y el se ríe.

-Vas a extorsionar al pobre-me dice, me rio.

-Un poco-le digo, y ambos nos reímos. Tomo un poco de mi café.

-______-me dice Tom, lo miro.- ¿Te ha gustado conocerme?

-Llevo un día solamente-le digo sonriendo, pero el me mira serio,  miro mi taza.- Si, pero aun me falta.

-A ambos-me dice sonriendo. Se endereza y se acerca mas a mi. Saca una galleta del plato y se la come.

-¿Tu te das cuenta que yo me voy en 2 días?-le digo.

-En realidad 3-me dice, ruedo los ojos.- Si, lo tengo bastante claro.

-¿Y? ¿eso no te dice nada?-le pregunto.

-Si, me dice que debemos aprovechar al máximo el tiempo juntos-me dice sonriendo. Suspiro.

-Eres imposible-le digo sacudiendo la cabeza, y se ríe.

-En vez de estar hablando de esto deberíamos estar pasándolo bien-me dice.- No recordarnos la realidad.

-Pero es que...-Tom pone su dedo en mi boca, sin dejarme hablar. Deja su taza en la baranda y toma la mía para ponerla ahí también.

-¿Qué te dije ayer? Que te dejaras llevar-me dice sonriente. Saca el dedo de mis labios y yo levanto una ceja.

-Estoy haciendo mi máximo esfuerzo-le digo, el me sonríe y no logro evitar sonreírle.

-Entonces supongo que debo dar el primer paso-me dice.

Coloca una mano en mi cintura y la otra en mi barbilla para que no deje de mirarlo. Me acerca a él y mis manos quedan en su pecho. Siento el calor que emana de su cuerpo. Me mira, estamos muy cerca.

-Me gustas-me dice. Sonrojada y nerviosa, con todo mi cuerpo siendo recorrido por un hormigueo logro susurrar una sola cosa.

-A mi también me gustas.

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