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Cenicienta I


Estamos mirándonos fijamente. El rubor de mis mejillas es intenso, siento el calor que estas irradian, y Tom también esta levemente sonrojado. Nuestras manos están sobre la mesa, cerca. Lo que me parece una eternidad son solo segundos, y siento como me hundo en esos maravillosos ojos cafés que él tiene.

-Entonces-susurra el, carraspea un poco y continua.- ¿Te gustaría quedarte unos días mas?-pregunta. Trago fuertemente.

-Si... pero dudo que pudiese-le digo haciendo una mueca.

-¿Qué te lo impediría?-me pregunta curioso.

-Mis padres-digo. Y entonces su cara se torna seria. Esto no es un cuento de hadas.

-Olvide completamente ese detalle-dice algo avergonzado, y se rasca la nuca. Mi mirada se fija en la mesa y el pote de helado a medio comer que tengo frente a mi.

-Pero me encantaría-le digo levantando la mirada y sonriéndole.

-Desearía que pudieras-dice sonriéndome.

-Yo también-le digo.

Nos quedamos conversando un poco sobre nada en particular, y luego Tom mira la hora y se levanta de la silla.

-Debes ir a arreglarte, y yo también-dice, me tiende la mano para que me levante.

-Los lentes-le digo una vez que estoy de pie. Saca los lentes de su bolsillo y se los coloca.

Caminamos de vuelta al hotel tomados de las manos. Al llegar a recepción, Tom llama a alguien, supongo que a Olivia, y nos dirigimos a los ascensores.

-Olivia dice que debes ir a tu habitación, que en unos minutos llegaran a prepararte-me dice Tom.

El ascensor llega y entramos. Nos soltamos las manos y marco el piso 8.

-Creo que... deberíamos hablar después-le digo algo incomoda.- Ya sabes, del asunto-le digo. El se ríe por lo bajo.

-Claro, después de la fiesta hablamos-me dice, lo miro levantando una ceja.

-¿Fiesta?-le pregunto.

-Oh si, fiesta, después de la premiere hay una-me dice sonriendo.

-Creo que nunca me acostumbrare a tanto-le digo. El me sonríe.

-¿A tanto que?-me pregunta.

-A tanto dinero que gastas-le digo, niega con la cabeza.

-La fiesta siempre fue parte del plan, después de la premiere-dice y se encoge de hombros.-Es como las fiestas que hay después de algunos premios-me dice.

-Igualmente, es mucho-le digo riendo.

-¿No sales a fiestas?-pregunta.

-No es eso, es que no hay tiempo-le digo. El ascensor se detiene en nuestro piso y nos bajamos.

-¿Cuánto duran tus estudios?-me pregunta.

-5 años, aun me quedan 2 y medio-le digo.

-¿Y después que piensas hacer?-pregunta. Estamos por llegar a mi habitación.

-Trabajar, obviamente-le digo, se ríe. Llegamos a la puerta, y antes de abrirla, Tom jala de mi mano.

-Nos vemos-me dice. Se acerca lentamente, como pidiéndome permiso. Me pongo de puntillas y lo beso. Nos separamos enseguida y le sonrió.

-Nos vemos-le digo, y entro a mi habitación.

Cierro la puerta tras de mi, sonriendo de oreja a oreja. Martin no esta, por lo menos no en los sillones. Camino hasta la puerta de su habitación y toco. A los pocos segundos Martin me abre la puerta, esta con un pantalón de terno, y la camisa abierta.

>hablan en español<

-¿Adonde fuiste?-pregunta.

-Perdón por no avisarte-le digo.

-Olivia llamo y dijo que nos vistiéramos-me dice.- Estaba preocupado.

-Lo siento, de verdad-le digo.

-¿Dónde te metiste?-dice mientras se abotona la camisa.

-Mmm, fui a tomar helado-le digo. Me levanta las cejas.

-¿Sola?-pregunta.

-No-le digo mirando por la ventana.

-¿Con Tom?-me dice sonriendo.

-Si-le digo mordiéndome el labio.

-¿Y que tal?-me pregunta.

-Pues... me pregunto...-le digo, carraspeo.- si me gustaría quedarme unos días mas.

-¡¿Qué?!-grita.

-Tendría que hablar con mis padres-le digo riendo nerviosa.

-______ ¿estas hablando enserio?-me pregunta.

-Si-le digo asintiendo.

-¿Entonces ya oficializaron lo que son?-me pregunta moviendo las cejas. Mi sonrisa se cae.

-No-le digo.- No se que somos. Pero supongo seria bueno quedarme para averiguarlo, ¿no?

-Por supuesto-me dice moviéndome los hombros.

-¿No te molestaría quedarte unos días?-le pregunto

-Claro que no-me dice sonriente.- Ahora anda a vestirte. Debes ver a tu príncipe azul.

-Tonto-le digo riéndome.

Voy a mi habitación y cierro la puerta. Saco del bolso el vestido que me compro Tom y sonrió. Es precioso. Decido darme una ducha rápida. Una vez termino, me pongo ropa interior que se ajuste al vestido, ya que es strapless. Me coloco el vestido y con dificultad abrocho el cierre. Me miro al espejo.

La parte de arriba se cierne resaltando un poco mi busto. La cinta de piedrecillas acentúa mi cintura, y luego bajan varias tiras de tela que terminan en una cola grande. De la otra bolsa saco los zapatos, y me los coloco, haciéndome ver más alta, resaltando mis piernas. Tocan a la puerta, pero escucho que Martin camina a abrir.

-______ ya están acá-me dice en español.

-Voy-le digo.

Camino hasta la puerta, respiro y salgo. Allí, una mujer rubia con el cabello corto tomado en una cola de caballo, y de ojos cafés, esta con una maleta gigante de maquillaje. El hombre a su lado, alto, con barba y cabello corto de color café y ojos color miel posee unos bolsos negros. Martin me ve y aplaude.

-Te ves preciosa-me dice en ingles, le sonrió.

-Gracias-le digo. La pareja me sonríe.

-Hola, mi nombre es Gina-dice tendiéndome la mano, se la cojo.

-El mío es Seth-dice y también le doy la mano.

-Bueno, voy a empezar primero con tu cabello y Seth se encargara de tu amigo-me dice Gina sonriendo.

-Claro-le digo.

Martin y yo nos sentamos en unas sillas. Lo primero que Gina hace es preguntarme si quiero el cabello recogido o suelto, y le digo que lo prefiero suelto. Me muestra unas revistas de peinados mientras peina mi cabello y le echa un aceite para hacerlo mas brilloso. Decido hacerme una pequeña trenza arriba, para que no se me venga el cabello encima, y al resto le hará ondas.

Mientras comienza a hacer la trenza, veo que Martin decide que Seth lo peine como quiera, ya que lo tiene hasta los hombros. Creo que ha decidido recogérselo en una cola de caballo.

Luego de que Gina ondulara mi cabello, saca un espejo y me muestra como quedo.

-Me encanta-le digo, ella sonríe.

-¿Quieres algún esmalte de uñas?-me pregunta.

-Claro-le digo.- Decide tú el color.

-Bueno-me dice. Se sienta frente a mí y lima un poco mis uñas.

De su maleta de maquillaje saca un esmalte plateado tornasol, perfecto para hacerle juego a la pedrería que tiene mi vestido en la cintura. Me pinta rápidamente las uñas y luego de acabar, echa un spray sobre ellas.

-Es para que se sequen más rápido-me dice.- ¿Quieres algo específico en tu maquillaje?-pregunta, niego con la cabeza.

-Estoy en tus manos-le digo riendo, ella se ríe y comienza a trabajar en mi cara.

Primero coloca una crema para que el maquillaje se mantenga más rato. Luego comienza a echarme base, después el iluminador y polvos traslucidos. Me pide que cierre los ojos y siento como el pincel pasa la sombra sobre mis parpados.

Siento el delineador por el borde de mi parpado. Gina luego me pide que abra los ojos y mire hacia arriba. Después me pide que vuelva a cerrarlos y siento algo húmedo en el borde de mi parpado.

-Es pegamento para las pestañas postizas-me dice.

-Me siento como cenicienta-le digo, y ella se ríe.

Luego encrespa mis pestañas, y las postizas, y me pone mascara de pestañas. Se comienza a concentrar en mis cejas, recalcándolas y dándole mayor forma. Y finalmente, pinta mis labios. No me he dado cuenta lo rápido que pasa el tiempo, pero ya faltan 23 minutos para irse.

-Creo que estas lista-dice Gina luego de colocarme unos polvos bronceadores.

-Gracias-le digo, y me miro en el espejo que me pasa.

Me ha colocado varias sombras que dejan un aspecto tornasol, y ha delineado mis ojos resaltándolos tanto que se ven más grandes. Mis pestañas parecen las de una jirafa, y mis cejas demarcan mi cara. Mis labios se ven más gruesos, de un color natural. Creo que nunca me había sentido tan bonita como ahora.

-Wow-me dice Martin al verme. Tiene el cabello ordenado hacia atrás.

-Olivia nos dijo que debemos llevarlos a recepción, así que tomen sus cosas y bajemos-dice Seth amablemente.

Martin me ayuda a levantarme y me dirijo a mi habitación para buscar un bolso donde colocar mis documentos y celular. Busco en la bolsa el collar, aros y pulsera que me regalo Tom y me los coloco.

Antes de salir, me saco una foto y se la envío ami mamá. Me miro al espejo una ultima vez, definitivamente hoy es mi noche de cenicienta, y no puedo esperar a ver a Tom.    

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