Ya se habían tardado
Eran cerca de las siete en la casa Larcade, dos jóvenes estaban sentados en el sillón, cada uno a un lado, el ambiente estaba tenso, les daba vergüenza hablar de lo ocurrido, Lucy se había cambiado la ropa, vestía unos shorts color negro y una camisa de manga corta color blanco, sus piernas y mejilla izquierda tenía pequeñas bandas adhesivas, su compañero albino en la otra esquina del sillón miraba la pared, no podía ver a Lucy. Habían estado así como mínimo por un cuarto de hora hasta que llegó la madre del joven Larcade.
Lindsey: hola chicos, les voy a preparar algo- volteo al sofa,- VÁLGAME EL CIELO- grito al ver a Lucy- cariño ¿Estás bien?.
Lucy: si- fue una respuesta tímida-
Lindsey: y ¿Qué te pasó?- acto seguido la pequeña Loud le contó todo lo que había transcurrido en ese día- tranquila, ya todo paso- le dio un abrazo fuerte- yo me quedaré contigo hasta que mejores.
El resto de la noche transcurrió de la forma más normal que nuestros protagonistas pudieron forzar, Lucy y Lincoln no se dirigían la palabra, hasta qué llegó la hora de dormir, ambos estaban sentados en la esquina de la cama, se dieron una última mirada y se fueron a acostar. A la mañana siguiente era un sábado, todos en la casa estaban descansando hasta que en la recámara de los dos jóvenes sonó un teléfono.
Lincoln: hola- dijo contestando, resultó que era Clyde.
Clyde: hola amigo, mira encontré tus cosas y las de Lucy, tal vez deberías pasar.
Lincoln: voy para allá dentro de poco- acto seguido colgó .
Tras está charla, el joven peliblanco se despidió de todos, se cambió de ropa y fue a la casa de su amigo. Mientras tanto ambas mujeres decidieron pasar el tiempo juntas, como madre e hija.
Lindsey: okey, primero hay que cambiar tus vendajes- se empezó a realizar el procedimiento- vaya, tienes una piel muy agradecida- la mayoría de las heridas que tenía Lucy habían sanado.
Lucy: o tal vez Lincoln tenga buena mano- comento con una ligera sonrisa.
Lindsey:- tenía una sonrisa pícara- dime, ¿Te gusta Lincoln?.
Con esta pregunta el sonrojo de Lucy tiñó su piel de color rosado.
Lucy: ¿Q-que?- pregunto aún pareciendo un tomate- ¿Quién te lo dijo?
Lindsey: yo me di cuenta cariño, y tranquila no te voy a forzar a nada- le dedicó una comprensiva sonrisa- ¿Por qué no hacemos algo juntas?
Lucy: se me ocurre algo.
Lucy le susurro su idea al oído, Lindsey asintió, encendieron el televisor.
Lindsey: oye ¿Por qué la novela se llama relatos del corazón?
Diez minutos después.
Ambas estaban sentadas y abrazadas, sollozaba mientras veían al dispositivo, en algún punto se miraron una a la otra.
Lindsey: pobre chica- dijo con lágrimas en los ojos.
Lucy: si, acaba de perder a sus padres y su primo es el único que la consuela.
Lindsey: bueno, veamos unos capítulos mas, quiero ver si los amigos de ambos se quedan juntos- tomo el control y subió el volumen.
Tres horas y media después.
Lindsey se había puesto una sudadera rosa, Lucy traía una capucha negra y blanca en el vientre, además de unas orejas en el gorro, la había comprado porque se parecía al pelaje de Charles, este mismo las acompañaba mientras ellas comían botanas y veían la novela.
Lindsey: que tal, la embaraza y sale huyendo- dio un bocado a su bolsa de papas.
Lucy: era su prima favorita- se le escapaban un par de lágrimas.
Del televisor se oyeron pasos corriendo a toda velocidad.
Lindsey: sabía que se iba a arrepentir- sonrió levemente.
Lucy: el amor nos alcanza a todos- acto seguido Lindsey le dio una mirada pícara y se sonrojo levemente.
En aquel momento se abrió la puerta y los ladridos del enorme perro se hicieron presentes, se trataba de Lincoln con dos maletas en la espalda, su fiel mascota fue a recibirlo, como era costumbre en muchos perros, este se paró en dos patas y abrazo a su dueño.
Lincoln: hola- acaricio el lomo de Charles- ¿Qué hacen ustedes tres?
Ambas saludaron y le explicaron a Lincoln como era la novela, Lincoln estaba cansado debido a que madrugo bastante y se fue a dormir, mientras las chicas se quedaron en el sillón con su peluche de ochenta libras, sus botanas y veían la novela. Paso un buen rato, la novela había llegado a su fin y era la hora de la cena.
Lindsey: Lucy, cariño, ve a despertar a Lincoln por favor- se quitó la sudadera y fue a la cocina.
Lucy, fue arriba y se encontró con Lincoln durmiendo sobre las cobijas, se quitó su capucha y le dio una leve sacudida al cuerpo del chico.
Lucy; Link, hora de cenar- Lincoln se levantó.
Lincoln: okey, voy en un segundo- se puso los zapatos y se disponía a ir a la salía inferior pero Lucy le tomo de la mano.
Lucy: Link, quiero saber una cosa, ¿Cómo me vez?
Lincoln estaba aturdido y sin palabras, nunca se había fijado en ella, era muy linda y agradable, miro de arriba abajo sus shorts resaltaban sus piernas, unas de gran figura, tenía una hermosa piel pálida sin pecas ni manchas, su rostro delicado y su cabello oscuro como la noche. Lincoln pudo su mano en la mejilla izquierda de Lucy.
Lucy: ¿Qué estás haciendo?- tenía una tierna expresión de duda e inocencia en su rostro. Lincoln no dijo nada solo fue acercando su rostro, se inclino un poco y le dio un profundo y cálido beso.
En toda esa escena nadie se había dado cuenta de que cierta mujer peliblanca los veía desde la puerta y les saco una foto con su celular.
Lindsey: «ya se habían tardado chicos»- susurro y bajo al primer piso.
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