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Capítulo 40

Me acomodé el suéter de color beige lo había comprado junto a Simone hace dos semanas atrás, era una buena ocasión usarlo, si bien hacia un poco de frío no era tan abrumador en este momento, pero sabía que a la noche la situación cambiaría. El concierto se daba al aire libre e ir abrigados ayudaría principalmente a que no nos muriéramos de frío. Me coloqué el abrigo que combinaba con el suéter y terminé usando el perfume que me había regalado la madre de Gunther.

—¿Estas... lista? —preguntó Gunther mientras jugaba con las llaves del auto—, hace mucho que te estoy esperando.

—Mentira —sonreí mientras chequeaba por última vez el maquillaje—, apenas fueron diez minutos.

—Una eternidad —suspiró de forma dramática.

Me acerqué dejando un beso en su mejilla, tomé las entradas del concierto y las puse en mi pequeño bolso negro. Ambos salimos del hotel.

—Espero que cante las canciones que me hiciste escuchar —dijo—, son las únicas que me sé.

—¡Gunther! —suspiré—, escuchamos todos sus discos.

—Pero memoricé solo algunas.

—¡Hiciste un mal trabajo! —reí—, no me quiero imaginar lo que será pasar el concierto contigo.

—Debo admitir que no la conocía, tiene linda voz y sus letras son decentes.

—Es Sienna Thompson —expresé indignada porque no la conocía. Era una cantante mundialmente reconocida.

—Lo sé —volvió a reír mientras me abría la puerta del auto—, me siento solo un poco mal por no reconocerla.

—Por suerte hiciste el intento de escucharla.

Él puso música en el camino hasta llegar al concierto, algunas eran de Sienna y las tarareaba suavemente, si había aprendido algunas canciones por suerte. Según él descargó la letra de algunas canciones que le parecieron interesantes y que no había logrado aprenderlas.

Cuando llegamos al estacionamiento Gunther logró encontrar un lugar con rapidez, había bastantes personas rondando por todos lados, sería un concierto bastante concurrido. Algunos fans llevaban carteles y otros tenían ciertas prendas de ropa con las letras de sus canciones o la cara de ella.

Entregamos la entrada y un señor nos inspeccionó con rapidez, asegurándose que no lleváramos nada peligroso. Gunther me tomó la mano mientras inspeccionamos para encontrar nuestro lugar, no era algo grande calculaba unas veinte mil personas.

—Hace mucho tiempo que no voy a un concierto —Gunther habló y después se fue con rapidez.

Miré a mi acompañante irse con rapidez interceptando a un señor que vendía limonada. Reí por su reacción tan precipitada y aún más cuando llegó a mi lado todo orgulloso con los dos vasos con limonada.

—¿Puedes creer que venden limonada? —Me entregó un vaso—, es nuestro día de suerte.

—No voy a mentirte, pero es verdad.

—Tenía refrescos, solo que ambos sabemos que el limón es lo que distingue nuestra relación.

—Limón y menta —curiosamente era lo que contenía la limonada, un perfecto equilibrio.

Las luces se apagaron por un momento y mirando mi celular me di cuenta que el concierto se había retrasado unos veinte minutos. No estábamos lejos del escenario, pero cuando enfocaron en la pantalla allí estaba Sienna. Ella vestía un suéter corto de mangas largas que dejaba levemente ver su estómago que lo combinaba con un jean que estaba roto en una de sus rodillas, tenía unas botas sencillas y cerraba su estilo con un moño alto más un par de lentes con diseño antiguo.

—¡Yo sé esta canción! —Gunther gritó cuando el piano empezó a sonar.

Te dedico canciones rotas,

pero estas no te suenan bien porque hablan de nosotros.

Recordamos el inicio,

pero eso te asusta,

nuestras primeras palabras.

La felicidad está presente,

en las sonrisas burlonas que compartimos al principio.

No olvido las caricias tiernas,

pero tú lo haces por temor a recordar.

Recuerdos, recuerdos, recuerdos.

—Amo esta canción —Gunther estaba realmente entusiasmado.

La canción era lenta y solamente era acompañada por el piano y la guitarra. Ella se quedó en la misma posición y cantaba cada palabra con el alma, bueno así era como lo sentía. me balanceé en mi lugar sintiendo aquella melodía.

Risas claras se multiplicaban,

cada vez que estábamos juntos.

Las fiestas magníficas que compartíamos están en mi memoria,

pero prefieres olvidarlas.

Entonces comparto mis bebidas usadas

pero no te gustan, porque te hacen recordar.

Nuestra despedida fue eterna,

porque creímos que valía la pena.

Las manos vacías me acompañaron,

por mucho tiempo.

Un sollozo profundo,

me invade cada vez que te pienso.

Recuerdos, recuerdos, recuerdos.

Las personas cantan la canción haciendo que ella sonriera levemente, se colocó mejor los lentes y siguió con la canción. Reí cuando Gunther empezó a seguir la letra y en ciertas ocasiones gritarla.

La lluvia se mezcla

con mis lágrimas saladas,

moja mi piel, no quiero dejarte.

Recuerdos, recuerdos, recuerdos.

Las canciones siguieron su curso, las tararee en su mayoría, pero las personas parecían poseídas siguiendo las letras de las canciones y eso incluía a Gunther. Las canciones no eran para bailar sino todo lo contrario, eran en su mayoría sobre un corazón roto y estaban casi todas acompañadas por el piano.

—No puedo creer que va a cantar esa canción —Una muchacha de pelo negro con lentes color rosa expresó y Gunther le sonrió.

—Yo tampoco —Él realmente estaba extasiado.

Noche de terror y de indescifrables murmullos,

acurrucados huyendo de la oscuridad.

Tiritando ante aquel futuro indescifrable,

abrazados con temor a ser separados.

Esperamos demasiado,

la prisión ahora se siente real.

El abismo se siente más profundo.

El silencio inundó la habitación,

Nos quedábamos sin tiempo.

Esa canción era acompañada por violines y la gente estaba realmente feliz. Tomé mi celular y enfoqué el escenario. Sienna no se había movido mucho y tampoco dijo muchas palabras solo se dedicó a cantar y las personas realmente no le prestaron atención a esa acción.

—Escuchas esa canción —Apenas había terminado la otra y él ya estaba cantando la siguiente—. Se llama agosto.

El viento jugaba con los espejos,

Hacían relucir tus cabellos.

Los espejos resplandecen,

Y te muestran tal como eres,

Sin tardanza y con crueldad.

Con ayuda del viento,

Los espejos muestran la realidad.

¿estás listo para verlo?

Parecía ser que esa canción fue la que el público más gritó y después tuvimos un pequeño descanso de unos quince minutos. Gunther me pidió que grabara la canción y así lo hice se la mandaría una vez terminara y fuéramos a cenar. Antes de que las luces se apagaran mientras grababa vi como Sienna se tambaleaba bajando del escenario, supongo que solo fue un mareo.

—¡Dime que grabaste la canción!

—Te la mandaré después, eres un fan intenso. —Lo molesté.

Él me acercó a su cuerpo y depositó un suave beso en mis labios. Era una buena manera de evadir el tema.

¡Gracias por leer! 

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