Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 29

Miré con atención mi nuevo departamento que prometía ser mi nuevo hogar, todo fue remodelado para que quedara con más armonía. Colores neutros y muchas fotografías, no era algo demasiado grande, solo era lo justo y necesario. Esperaba que funcionara de verdad y que desde aquí pudiera seguir adelante, no me gustaba mudarme tan seguido, pero aquella pequeña caja de zapato era completamente mía.

—Sólo tomará dos minutos terminar con todo —hablé a través del celular. Las escaleras eran lo único que servía para transportar los muebles, el elevador estaba roto. Miraba atentamente a los chicos de la mudanza, ya que no quería que nada se rompiera.

—Pásame fotos para ver cómo quedó todo —Flor respondió.

—Entendido. —Me despedí de ella y me concentré completamente en los chicos que me ayudaban en la mudanza. El edificio en el cual me había mudado estaba vacío, me aseguré de que eso pasara para no molestar a mis nuevos vecinos.

—Ya se encuentra todo listo señorita. —Me despedí de ellos y le di una propina por el esfuerzo extra. Habían subido hasta el último piso sillones, cama, heladera y muchos muebles que eran demasiado pesados y no habían roto nada una buena propina era necesaria en esta situación.

Cerrando la puerta lentamente apoyé mi frente en ella. Nueva casa, otra vez. Esperaba que fuera una de las definitivas porque necesitaba que funcionara, estaba dispuesta y mi energía también se encontraba focalizada en seguir adelante, un paso a la vez. No podía hacer todo rápido y sabía que los resultados no se reflejarán rápido, pero esperaba no ceder desde el principio. La decisión importante ya estaba tomada, solo esperaba que esta vez sí funcionará.

El departamento era chico, como una caja de zapatos. Una habitación con balcón, un baño y una cocina que daba a una pequeña sala de estar.

Tomé la laptop de mi bolso y me senté en el sofá de dos plazas gris. Abrí el correo electrónico y las personas que necesitaba que respondieran lo habían hecho. Edrick estaba un poco molesto por mi decisión de volver y plantear una nueva coreografía para el programa corto en tan poco tiempo, eso se notaba en su correo, después venía la aceptación del desafío. Por último, el correo de la organización de la competencia: habían aceptado mi propuesta para poder entrar. Mallory tenía razón cuando me recalcó que me aceptarían en la competencia, supongo que los beneficios que podrían obtener con nuestra pareja eran bastantes altos.

Éramos trece parejas para competir. Anunciarán nuestra incorporación dentro de dos días. No era una competencia "profesional" solo querían tantear como se iban desarrollando los diferentes equipos en representación de Alemania y cuáles eran los más fuertes para incorporarlos en las competencias fuertes.

Dejé a un lado la computadora relajándome en el proceso en el sofá.

Equipos fuertes para representar a Alemania en competencias. Eso recalca la explicación del correo, esperaba que no fuera una presión por parte de la organización, porque si bien teníamos conexión junto a Gunther en el aspecto de la técnica teníamos que mejorar un montón. Somos completamente novatos en esta categoría, éramos una pareja de baile relativamente nueva.

«Deberías pensar en una buena explicación, un regalo puede ser una buena opción para calmar la situación.»

—¡Gunther! —Me levanté de golpe porque se suponía que debía avisarle que estaba de vuelta. Habíamos mantenido el contacto, pero en ninguna de esas conversaciones salió el tema de mi regreso, quería que fuera sorpresa.

La lluvia caía y golpeaba fuertemente la ventana. Un día más en donde aquel tipo de clima rodeaba la ciudad. Esperaba que Gunther llegara a salvo de su entrenamiento, dentro de una hora. Un buen regalo de bienvenida podría funcionar. Esperaba que ligeramente que no se enojara por la sorpresa de volver sin avisar.

Entré a la nueva cocina y traté de ubicar algunas cosas para empezar a preparar mi regalo. La mudanza fue hecha desde una semana atrás, algunas cosas ya estaban desempacadas y otras todavía estaban en cajas y bolsas.

Intenté relajarme y empezar a cocinar. Haría galletas de avena y limón, nutritivas y con bajo impacto en nuestras dietas. La cocina era parecida a la de Gunther, pero tenía colores más cálidos y un toque más pequeño.

Los ingredientes para empezar estaban todos ordenados enfrente mío. Coco rallado, avena, esencia de vainilla, ralladura de limón, huevos, sal, azúcar. Ahora debía de unirlos y no quemar nada cuando lo pusiera en el horno, Gunther era bueno en esto, solo esperaba no llevarle algo que estuviera mal de sabor o quemado.

Mezclé algunos ingredientes por separado y después lo uní a todo para que quedara en una mezcla bastante aceptable, la masa de aquellas galletas estaba rara y esperaba que fuera por la avena. Armé pequeñas bolitas y las fui aplastando para llevarlas al horno. Veinte minutos era lo que decía la receta que debían estar en el horno, las coloqué a todas y las mandé confiada de que no se quemaran. Medí el tiempo en el reloj y comencé a lavar lo que había ensuciado.

Haberme mudado al edificio de Gunther fue una decisión arriesgada, esperaba ser bien recibida. Ambos necesitábamos pasar tiempo juntos, más de lo normal porque ahora estábamos juntos de manera oficial como pareja o eso esperaba que sucediera.

La alarma sonó marcando el tiempo y la apagué mientras secaba los platos que había limpiado con anterioridad. Al sacarlas del horno las formas de las galletas eran un poco rústicas y estaban un poco más cocidas de lo que me gustarían, su sabor era pasable cuando probé una galleta. Las ubiqué en un recipiente y salí de mi nuevo hogar.

Bajé por las escaleras y toqué la puerta del departamento de Gunther. Él se encontraba en el departamento número tres y en mi caso estaba un piso más arriba. Percibí algunos movimientos, pero nadie atendía. Toqué de nuevo la puerta, sin respuesta.

—¿Darya? —Me di la vuelta y casi choqué contra Gunther.

—Esa soy yo —respondí y le tendí el recipiente de galletas. Apestaba socializando.

—¿Qué haces aquí? —preguntó—. Estoy ligeramente confundido.

—Volví —dije rápido—. Oficialmente estoy de regreso.

—Eso es algo bueno de escuchar. —Me esquivó y abrió la puerta de su departamento—. Entra, acomodaré mis cosas y después hablaremos.

Lo seguí y cerré la puerta. Él desapareció por el pasillo con sus bolsos que reconocía porque los utiliza para entrenar, en la sala de estar había un gato en el sillón de color marrón y en ciertas partes del cuerpo no tenía pelo.

—Tu eres Chocolate —susurré acercándome, dejé que oliera mi mano. En suaves movimientos me inspeccionó y parecía que aceptaba que era de su agrado porque me dejó acariciarlo.

—El gato ahora deja que lo acaricies, eso es nuevo.

—¿Por qué? —Gunther estaba preparando algo para beber en la cocina.

—Es quisquilloso, hasta ahora era el único que podía acariciarlo hasta que llegaste. —Puso a calentar un poco de agua—. ¿Té de limón?

—Claro.

Un tenso silencio se hizo presente. No nos habíamos visto desde aquella vez que me fui sin despedirme y hablábamos dos veces por semana por videollamada o solo llamadas.

—Lamento haberme ido de esa manera. —Comencé a hablar tratando de suavizar las cosas.

—No va a funcionar Darya.

—¿Qué? —Me acerqué a él.

—Ahora ya sé porque Edrick estaba tan tenso. —Empezó a preparar el té—. Puedo aceptar que tengas tus problemas para resolver, todo el mundo tiene esos problemas, créeme.

—Gunther...

—Todos tenemos problemas, algunos más graves que otros, pero al final todos nos enfrentamos a nuestras luchas. Si realmente quieres formar parte de este equipo necesitas resolverlo, como todos los que formamos el equipo y que tenemos cada uno sus problemas. Inténtalo y veremos cómo van las cosas, como unos meses de prueba.

—Entiendo. —Sabía que las cosas no se arreglarían rápidamente—. Hay una competencia a la que podemos asistir como pareja oficial, moví algunos contactos y nos dejaron participar.

—Eso es genial. —Me entregó el té—. Necesitaríamos un programa corto, ¿nos quedamos con el que presentamos para navidad?

—Aunque quisiera cambiarlo es la mejor opción. Ahora la prioridad es sacar el corto y mejorar el largo.

—¿Cuántas parejas son?

—En total son trece, es para tantear el terreno y mirar los nuevos programas.

—Ya sé de qué estás hablando. —Nos sentamos en el sofá mirando la televisión que estaba apagada. El gato nos miraba con curiosidad.

—¿Ya fuiste?

—Dos veces. Buenas puntuaciones, una de ellas fue la máxima que alguna vez obtuve.

—Sin presiones. —Tomé un sorbo de té, no sabía con exactitud cómo lo preparaba, pero era uno de los más ricos que había probado.

—Han sido meses difíciles.

—Lo sé —susurré. Dejé el té de limón en la mesita.

—Estoy lastimado por tus acciones. Creí que había sido por mí. —Me miró con una expresión que no supe descifrar.

—Fue mi culpa, lo admito. No debí irme de esa manera, tenía que aceptar y enfrentar el problema.

—Espero que puedas resolver lo que está molestando en tu vida. —Chocolate se ubicó en su regazo y me miraba de forma rara.

—Lo intentaré. —Prometí.

—Oficialmente te presento a Chocolate. —Gunther lo acarició de manera cariñosa.

—Es hermoso. —Me acerqué más a ellos.

—Créeme, él lo sabe muy bien.

—Le compré algunas cosas que están en mi departamento después las traigo. —Me animé a acariciarlo de nuevo y sorprendentemente me dejó hacerlo.

—¿Debo preocuparme porque vives en el mismo edificio?

—Es para conocernos mejor. —Traté de explicar.

—Chocolate va a algunas prácticas y se sienta en la valla o en la primera fila de las gradas junto a mis bolsos —cambió de tema dejando atrás la pregunta—. Edrick casi lo saca, pero Chocolate se defendió bastante bien. Le dejó algunas cicatrices en su mano, igual que a Pedro y Simone.

—Eso no se hace Chocolate. —Lo acaricié y él hizo un gesto tierno que logró desarmarme—. ¿también le dijiste a Edrick que tenías un hijo?

—Si —Soltó una carcajada bastante fuerte—. Deberías haber visto su expresión.

—Me imagino.

—Cuando vayamos a las competencias hay que llevarlo, no puedo dejarlo solo —admitió.

—¿Qué va a pensar la gente? —pregunté tratando de sonar seria.

—Solo diré la verdad. —Se ubicó mejor en el sofá—. Mi hijo no puede quedarse solo en casa, además muchas parejas llevan a sus mascotas.

—La mayoría son perros de tamaño pequeño.

—Seremos la novedad. —Ubicó a Chocolate junto a su pecho y ambos se acomodaron aún más en el sofá, como si buscaran una posición para dormir.

—Creo que lo conseguirán.

—Es que mi hijo es el mejor. —Ambos de forma sincronizada cerraron los ojos.

—¿Lo presentarás como tu hijo? —pregunté intentando controlar la risa.

—Exacto. —Soltó un bostezo—. Y tú serás la madre.

—¡Gunther! —Lo golpeé.

—Al gato ya le agradas, ¿Qué más quieres? 

¡Gracias por leer! 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro