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Capítulo 27

Martes 4 de febrero de 2025

—El frío está matándome. —Miré a Simone cuando ambos entramos al edificio para ir hacia nuestros departamentos. Quise odiarla y no pude, no obstante, la espina de la traición todavía no desaparecía. Ella había sido la causante de la publicación y la estabilidad que tenía que Darya se había ido desde hace algunos meses.

—Mañana está anunciado lluvia —murmuré y ambos subimos las escaleras. Me despedí de ella con un breve saludo y seguí hasta llegar a mi departamento.

Por la mañana tendría entrenamiento intensivo y trataría de llegar temprano para evitar a la prensa, aunque la misma disminuyó después del comunicado que dio el club, ya podríamos considerarnos noticia vieja. Ahora todos estaban pendientes de la temporada olímpica, querían saber quiénes calificarían para poder representar a sus países. Algunas federaciones tenían cupos, no todos podían entrar para representar al país y cuando posees buenos patinadores, la lucha por tener una buena temporada este año ya comenzaba, debías destacarte positivamente y de esa manera mantienes el ritmo y las posibilidades de que te elijan aumentan.

Al sentarme en el sillón de mi departamento contesté mis correos relacionados al trabajo que seguían manteniéndose estable y algunos de Edrick en relación a su nueva propuesta. Él quería que tuviéramos una prueba para obtener una nueva compañera.

Cuando le dije hace dos días atrás que Darya sería mi compañera él hizo una mueca y se fue. No estaba a gusto con esa decisión y entendía que necesitaba practicar, hacerlo sin una compañera no era algo recomendado en estas circunstancias.

No quería cambiar a otra compañera para ser sinceros y estaba cansado de hacer siempre el esfuerzo y que nadie se quedará al final, ya no tenía energías y veía que mis sueños se iban alejando con el correr de los días. Pero tal vez con Darya había una oportunidad y esperaba que la misma funcionase.

Dejé de lado mi celular cuando me di cuenta de la hora, las diez de la noche, tiempo justo para comer algo e ir a dormir, odiaba levantarme temprano.

Me detuve al darme cuenta que estaba preparando té de limón, odiaba el limón en las bebidas, pocas veces podía tomarlo y más por la mañana. Tiré todo por el drenaje y empecé de nuevo, el té de menta debía ser preparado y retrasarme en un entrenamiento otra vez no sería bien recibido por Edrick.

Cuando miré el reloj de la cocina, solo tenía diez minutos de ventaja y no podía desperdiciarlos, tomando todo y a través de algunas maniobras con mis bolsos más la llave del auto salí de mi departamento, haciendo solo un poco de ruido en el proceso.

Al llegar al estacionamiento donde estaba mi auto dejé todo en el baúl como pude.

—Otra vez llegando tarde —murmuré antes de abrir el auto.

Un chillido agudo me llamó la atención antes de subirme, la puerta seguía abierta, esperando que el ruido se repitiera. Rogaba que no fuera del auto, el dinero no cubriría los gastos está vez.

El sonido se hizo presente de nuevo y parecía que provenía desde abajo del auto. Con duda y un poco alejado del auto miré hacia abajo, no quería que algo me atacara. Cerca de la rueda delantera había una bola de pelo pequeña y marrón que parecía moverse.

—¿Qué rayos es eso? —murmuré, no quería tocarlo.

El maullido de dolor proveniente de esa bola de pelo se hizo presente otra vez. Un gato.

Había un gato al lado de la rueda del auto, protegiéndose de alguna manera del frio, que era duro a esta hora de la mañana.

—Creo que voy a llegar tarde —susurré.

Al intentar sacarlo obtuve un sonido de dolor. Volví al baúl de mi auto y saqué de uno de los bolsos una toalla para poder tocarlo y no salir lastimado en el proceso.

Que buen comienzo de día.

Cuando me agaché para poder agarrarlo mejor y envolverlo, se removió un poco intentando escapar, pero al poco tiempo se quedó quieto. No quería apretarlo a simple vista parecía que fuera un poco frágil.

—Veamos amigo donde puedo dejarte y que no mueras de frío.

Al mirarlo de cerca me fijé que la toalla estaba manchada de sangre. l

—¿En qué parte estás lastimado? —lo revisé con rapidez observando lastimaduras y una marca de un collar que parecía que le había apretado y lastimado en el proceso.

Hoy llegaré tarde a la práctica, definitivamente.

—Me meterás en problemas. —Lo dejé envuelto en el lado del conductor. Saliendo del estacionamiento mi camino ligeramente se había desviado, solo tenía la ciudad una veterinaria que estaba todo el tiempo abierta, al otro lado de la ciudad.

Cuando lo atendieron, mi explicación al respecto de lo que pasaba fue preciso para aportar todo lo posible y ayudar a que lo pudieran tratar más rápido. Mi tarea estaba lista.

—¿A dónde vas? —La recepcionista me frenó antes de que pudiera salir.

—¿A mi casa? —respondí confundido.

—No puedes irte, no es un centro en donde dejas al animal y te vas.

—Pero pagué por el tratamiento. —El cual era caro si me ponía a pensar.

—No es un centro donde dejas y te vas.

—Pero...

Dejé de hablar cuando me señaló una de las sillas en la sala de espera.

Genial, definitivamente llegaría tarde.

Gunther: Simone avísale a Edrick que no creo que vaya hoy y si puedo ir lo haré tarde.

No me enfrentaría a Edrick, menos si estaba enojado. Eché una mirada a la hora en mi celular, cuarenta minutos esperando, esto pintaba para largo.

Simone: ¿Qué sucedió?

Gunther: Es una larga historia.

Simone: No me preocupes.

Después de diez minutos más el veterinario que atendió al gato salió y se dirigió hacia mí.

—Bien, posee algunos cortes en la zona del cuello, suponemos que fue por algún collar. Después en la pata trasera derecha tiene una lesión de dos centímetros de largo, le colocamos algunas vacunas correspondientes y le pusimos un cono de plástico para que no se lama las heridas.

—Genial...

—Debe tener aproximadamente un año, está un poco desnutrido, pero dentro de una hora más ya podrá volver a casa con usted. —El veterinario seguía tirando información mientras trataba de entender en un gran porcentaje lo que decía.

—Entonces, ¿Dónde recibiría el tratamiento? —me atreví a preguntar cuando terminó de darme indicaciones.

—En su casa.

—No es mi gato.

—Llamaremos a un centro de ayuda, por lo menos tendrá un poco de atención. Las adopciones han caído estos últimos años, espero que no debamos sacrificarlo si no se mejora.

Genial, simplemente genial.

—¡Gunther! —escuché como aporreaban la puerta y como pude fui a abrirla.

—Estás completamente loca, no puedes gritar de esa manera, hay más gente que vive en este edificio.

—¿Quieres explicarme exactamente qué significa el último mensaje?

Ella me empujó y entró como un tornado a mi departamento.

—¿Cuántas veces nos habló tu madre sobre la protección? —Me enfrentó—. ¡Muchas veces!

—No...

—Eres un estúpido que no sabe cuidarse, ¡por favor! —Comenzó a caminar en el lugar mientras me miraba enojada—. ¿Cómo vas a cuidar a un niño?

—Simone...

—Apenas podemos sobrevivir con nuestros gastos, no tienes ahorros suficientes para enfrentarte a eso.

—¡Cálmate! —La sacudí un poco y la retuve para que se tranquilizara con un abrazo.

—Gunther, ¿a quién embarazaste?

—No embaracé a nadie Simone.

—Me enviaste un mensaje, te lo mostraré para que refresques tu memoria. —Sacó su celular y me mostró lo que ya sabía con exactitud.

Gunther: Creo que voy a ser padre.

—Mira la última palabra Gunther, PADRE. —Leyó el mensaje dos veces en voz alta mientras reía como una loca.

—No es lo que parece.

—Explícame entonces.

—Voy a ser padre, eso creo. —Se puso un poco pálida—. Pero no de esa manera, creo que voy a ser padre de un gato.

—¿DE UN GATO? —gritó.

Miau.

Ambos miramos hacia el sofá grande y de color verde, en una manta con diseños de patitas que compré en la veterinaria, envuelto como un burrito había un gato marrón que miraba con odio a Simone por haberlo despertado.

—Simone tranquilízate, todo está completamente bien. —Al decir aquellas palabras de intento de tranquilizar a Simone, creo que iba para ambos.

Miau.

Será un largo día.

Miércoles 12 de febrero 2025

Han pasado varios desde que llegó mi hijo a mi casa, que ahora era literalmente su casa. Al principio tenía un lugar asignado y cuando empezó a mejorar se apoderó de todo el apartamento. Era un gato que caminaba raro por las diferentes heridas que mejoran favorablemente, ya tenía favoritismo por la comida, la más cara, no le gustaba dormir en la cama nueva que le compré y que salió bastante, prefería dormir en mi cama, en un lugar que él se asignó como suyo.

Odiaba a Simone por alguna razón. Supongo que fue desde esa vez que lo despertó. Es un gato rencoroso.

Ubicado en el sillón esperé ansioso la llamada, ambos estuvimos ocupados y era difícil poder entablar una conversación de cinco minutos.

Igor dormía a mi lado derecho, apoyado donde no le tocaran las heridas. El cono que lo hacía ver como una lámpara andante todavía debía permanecer dos semanas más, si seguía mejorando sus heridas se lo podría sacar.

La notificación llegó.

—Hola —ambos saludamos al mismo tiempo y ella soltó una risita por la coordinación.

—¿Qué haces? —Parecía que estaba en su nueva cocina.

—Ahora nada, recién acabo de hacer algunos diseños para una nueva tienda de vinos que se instalará en la ciudad, y después tomé un tiempo para hablar contigo.

—Lo lamento, estuve ocupada con los entrenamientos y este tipo de trabajo que estoy realizando. —Ella me sonrió cálidamente—. Noté que has estado trabajando mucho más de lo que recuerdo, ¿pasa algo? ¿es el auto?

—Mi auto funciona de maravillas y espero que siga por mucho tiempo. Si eres observadora porque estuve trabajando un poco más de lo normal, tanto en el restaurante de mi madre como en mi trabajo personal. Tengo nuevas responsabilidades. —Miré a Igor que se había despertado y me miraba fijamente.

—¿Debo preocuparme? —Terminó de prepararse una bebida y tomaba de a sorbos, suponía que era té de limón, parecía que iba a almorzar.

—Tengo un hijo. —Después de aquellas palabras una tos imparable se reproducía del otro lado—. ¿Te encuentras bien?

—¡De que hablas! —pronunció con la voz un poco ahogada—, ¿tendrás un hijo?

—Lo tengo —aclaré—. Apareció cerca de mi auto en una mañana donde el frio estaba demasiado presente, estaba debajo del auto, ¿puedes creerlo?

—¿Cómo un niño puede estar en esas circunstancias?

—No es un niño Darya —le corregí—, es un gato.

Parecía que después de esas palabras su alma volvió a su cuerpo, estaba menos pálida.

—¡Gunther! —gritó en forma de regaño—, si estuviera allí te golpearía.

—El veterinario me dio una charla sobre que las adopciones estaban bajando y esas cosas, no podía dejarlo allí, además nadie quiere a un gato gruñón como este, lo que debo aguantar.

Miau.

—No eres gruñón para nada —lo miré contraatacando su mirada y tratando de componer mis palabras anteriores, él ganó en el concurso de miradas, como siempre.

—Bueno, esperaba cualquier cosa menos esa noticia. Supongo que te diviertes bastante.

—Ni te imaginas. —Sentí como se levantaba y se ubicaba en mi regazo mirando seriamente el celular.

—¡Oh! —Darya sonrió ante la aparición del gato, que parecía robar la atención de las personas, otra vez.

—Mira a mi hijo, es hermoso. —Lo presumí y sentí que al gato le gustaban esas palabras.

—Es marrón, completamente marrón —habló Darya.

—Se llama Igor, también pensé en ponerle Copito —admití, Darya y el gato me miraron como si lo que hubiese dicho fuera completamente una locura.

—No creo que ese sea un nombre adecuado para un gato, Gunther.

—Entonces dame ideas. —Ahora los nombres que creía que quedaban no eran el caso.

—Bigotes, chispas, caramelo —Darya tenía una lista larga de nombres que nombraba sin parar, pero ni al gato ni a mi nos convencían—. También puede ser león, nacho, chocolate —ante el último nombre que pronunció el gato me miró con aprobación.

—Creo que se quedará con Chocolate, él lo eligió.

—¡Fantástico! —aplaudió de manera emocionada—. Después le compraré algunas cosas y te lo haré llegar. Pienso en una cama, ropa, accesorios para jugar, comida —Darya seguía nombrando cosas y el gato que todavía miraba el celular parecía estar de acuerdo con lo que decía.

—Si quieres comprarle comida te pasaré el nombre, aquí el señor Chocolate solo come de calidad, al respecto de la ropa no le gusta mucho o debe ser suave, es delicado y más por las heridas.

Ambos conversamos de Chocolate por un buen rato, le conté todo y también como Simone se había asustado como ella ante la noticia, aunque no entendía realmente cual era la parte del susto, solo les aclaré que tendría un hijo.

Seguimos hablando por unos veinte minutos más, poniéndonos al día. Chocolate se había dormido en mi regazo y en ciertas ocasiones y con cuidado me detenía a acariciarlo mientras escuchaba como una entusiasmada Darya me contaba cómo había mejorado en ciertos elementos y esperaba con ansias poder mostrárselo cuando estuviéramos de nuevo en el hielo, cuando pudiéramos estar juntos.

Chocolate no dejaba de maullar, toda la noche. Al principio pensé que quería dormir conmigo o comida, eran las tres de la mañana y varias veces pensé cómo podía hacer que se callara. Escuchaba como rasgaba la puerta de la entrada y con la almohada me tapé la cabeza, el sonido no disminuyó.

—¡Fantástico! —masculló mientras me cambiaba por algo más abrigado.

Yendo hacia la cocina traté de tranquilizarme y no aniquilar al gato en el proceso.

—¿Qué quieres? —pregunté cansado y enfadado.

Miau.

Tocó la puerta en respuesta.

—Chocolate, son las tres de la mañana, no podemos dar un paseo a esta hora.

Miau.

—No. —Sentencié de manera firme.

Miau.

—No —repetí.

Estaba sentado en la entrada de los departamentos, en las escaleras para ser más preciso, congelándome el trasero mientras observaba como el gato con el cono en la cabeza olía las flores. La primera vez que salimos juntos, pensé que huiría, pero se quedó a mi alrededor mientras olía y estiraba sus patas.

—Te odio por hacerme esto.

Él solo me miró y siguió haciendo sus cosas, que eran exactamente nada.

Suspiré mientras miraba el cielo, me moría de frío y creía que por las temperaturas era probable que nevara, además quería ir adentro y dormir. El gato se quedó unos minutos más hasta que decidió que se estaba congelando también y ambos huimos hasta el departamento.

—Ahora tienes frío, pues no es mi problema, tú querías salir. —Chocolate corrió de forma graciosa y se subió a la cama. Lo seguí haciendo el mismo camino, segundos después se acurrucó conmigo.

—Gunther no es lo que quise decir, solo quiero progresar y está ciudad no me permite eso.

—Podemos mudarnos a donde quieras —dije.

—No es lo que quiero, perdón.

—Vas a dejarme, ¿Por qué?

—Gunther —Ella me miró con lástima—, tengo una nueva propuesta y no estás incluida en ella.

—¿Tienes un nuevo compañero? —Tragué—, pero si hace un mes que recién te recuperas de la lesión.

—Mi madre me consiguió un lugar en una pista importante en Estados Unidos, tengo futuro allí.

Me había quedado con ella, esperando pacientemente a que se recuperara de la lesión y ella simplemente se iba al final.

—Amalia no me dejes.

—Perdón Gunther, simplemente no me veo con un futuro a tu lado.

Había gastado seis meses de mi vida y me dejaban de nuevo.

Unas pequeñas patas se ubicaban en mi cara. Al abrir los ojos Chocolate me miraba, me había despertado de ese recuerdo que parecía retumbar en estos últimos días.

—No me mires de esa manera, ya te daré de comer solo dame un tiempo.

Miau.

Me levanté haciendo una parada rápida en el baño. Chocolate me seguía de cerca mientras me acomodaba y preparaba el desayuno, me había despertado diez minutos antes de la alarma, si bien no había dormido tanto tiempo, el mensaje de Pedro diciendo que la pista se abriría a las nueve porque debían sacar la nieve que se acumuló por la nevada me permitió relajarme un poco en ese aspecto.

Solo tenía una taza con té de menta y algunas galletas de avena. Me puse cómodo en el sillón y chocolate se acomodó a mi costado, prendí el televisor y dejé el canal de deportes.

—El arquero Brandon Durand del equipo de fútbol francés tuvo varias ofertas de trabajo en diferentes clubes, todavía no se sabe con exactitud cuál elegirá y tendrá bastante presión porque sus ofertas son muy importantes.

Miau.

—No te daré más de comer, debes esperar. —Chocolate me miró con cara de pocos amigos y se alejó ubicándose un poco lejos.

—La temporada Olímpica tendrá una competencia muy reñida, en especial los países de Rusia, Japón y Estados Unidos ya que los mismos tienen una gran variedad de patinadores que los pueden representar.

Mostraron a una variedad de patinadores importantes de todas las categorías.

—Uno de los países que parece tener sus candidatos es Alemania, Canadá y también Francia. En danza en parejas tenemos por parte de Alemania a dos parejas representantes que están progresando bastante, Amalia Moreau y Johann Richard este equipo en la tabla general en estas últimas competencias mayormente se mantienen en el puesto seis o siete en general, por otro lado...

Simplemente genial, el pasado venía de nuevo, ella había triunfado y yo me encontraba donde ella me había dejado.

Era un fracaso. 

¡Gracias por leer! 

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