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Capítulo 23

Las compras de navidad estaban todas escondidas en mi habitación, un regalo especial para cada persona que estaba en mi lista. Me había tomado todo un día para mi sola, en donde me permití gastar un poco más comprando regalos. Pensé un regalo especial para cada integrante de la lista y traté de que fuera especial.

Lista de navidad:

Flor.

Adal.

Gunther.

Simone.

Madre de Gunther.

Primos de Gunther.

Pedro y Edrick.

Abuelos (enviar regalo).

Todos aquellos regalos fueron comprados con la esperanza de que gustaran al final. Bueno, esperaba que fuera el caso y rogaba para que gustaran. No conocía muy bien a la familia de Gunther, pero me guié con la información que fui obteniendo por parte de él.

Llamada entrante de Flor

—¿Ya llegaste? —respondí al toque.

—Estoy en el hotel que me recomendaste, llegué hace veinte minutos. Estoy emocionada de volver a verte.

—Iré enseguida —murmuré—, tengo algo que mostrarte.

—Estoy ansiosa porque es la presentación —admitió.

—Repasamos esta mañana con el equipo la coreografía y Edrick nos dejó la tarde libre para prepararnos, nos reuniremos a las cinco de la tarde. Creo que ya tengo un poco internalizado lo que pasa hoy, ¿es normal no tener tantos nervios?

—Creo que puede ser porque extrañaste esto, tal vez te recuerde a los viejos tiempos —respondió.

—No se siente como en los viejos tiempos. —Cerré la puerta de la casa y emprendí camino al hotel—. Es algo diferente.

—Eso se escucha de maravilla.

—Se siente también diferente.

—Estoy nerviosa por la presentación, revisé muchas veces la entrada que me mandaste, pienso que la voy a perder en cualquier momento.

—No digas eso —reí ante aquella imagen de la situación—, solo tranquilízate que me pondrás nerviosa. No quiero que nada malo pase y que se te pierda la entrada no es buena imagen mental.

—Te veo dentro de un rato —añadió.

—Te extrañé.

—Igual —hablamos algunos minutos más y corté la llamada cuando tomé el autobús.

Cuando le propuse venir para la presentación, Flor no dudó. Me pidió los datos y organizó sus horarios para estar presente el día de hoy, estaba emocionada porque conocería a mis amigos y al equipo. Pasaremos una linda navidad en el restaurante de la madre de Gunther. Estaríamos todos juntos, incluso Edrick se sumaría a la cena.

Llamada entrante el mejor compañero.

Miré mi celular atendiendo la llamada, por suerte no había muchas personas para que escucharan mi conversación.

—¿Qué sucedió?

—Nada. —Su voz me respondió del otro lado—. Edrick quiere que estemos una hora antes para que podamos practicar en la pista antes de que se abran las puertas para la gente y el espectáculo comience.

—Bueno, iremos preparados para no perder tiempo. —Ir ya vestidos ayudaría a adelantar las cosas y no perderíamos tiempo.

—Me parece bien, ¿quieres que vaya a buscarte a tu casa?

—Iré directamente, Flor llegó hace poco, estoy yendo a verla.

—Estoy emocionado por conocerla, hablas bien de ella y solo quiero saber cómo es en persona.

—La amarás, ella también está emocionada por todo.

—Eso es un halago, espero poder caerle bien.

—Lo harás.

Ahora cada vez que el tiempo parecía ir más rápido los nervios querían empezar a aparecer. Estaba cerca del hotel donde se hospedaba Flor y no faltaban muchas horas para presentar la coreografía.

—Lo hicimos bien hoy. —Traté de consolarme a mí misma.

—La práctica por la mañana fue divertida, además la pista parece un poco más grande que la del club.

Esta mañana fuimos junto al equipo a practicar en la pista que se había armado en el centro de la ciudad y que empezó a funcionar hace dos semanas atrás. El incremento de personas en estos dos últimos meses se hacía notar y aún más en estas semanas.

No nos topamos con otras parejas, sino que en el turno asignado solo concordamos con patinadores individuales y aunque pareciera un poco tonto, eso me ayudó un poco a controlar los nervios. Había muchos patinadores individuales y en el caso de las parejas según nos informó Edrick solo había cinco en total y sólo tres pertenecían a la danza en parejas, por lo que no tendríamos tanta competencia.

—Te veré pronto Gunther, ahora debo cortar la llamada —dije, sin saber qué más agregar.

—Adiós.

—Hay muchas personas —murmuré estando cerca de Flor. Habíamos pasado tres horas juntas donde tratamos de hablar la mayor cantidad posible y ponernos al corriente.

—¿Ahora debemos separarnos?

—Si —admití porque debía entrar por un lado específico. Ella iría a la parte de los espectadores, no me gustaba que estuviera sola, pero se las apañaría.

—Entraré a la pista cuando se me permita, aprovecharé para recorrer el lugar. —Me abrazó y nos despedimos después de eso.

—Te veré luego.

—Éxitos Darya.

Caminé hasta la entrada y le mostré la identificación al guardia que comprobó mis datos y me dejó pasar. Maniobré como pude mis bolsos y traté de leer de nuevo mi celular.

El mejor compañero: Nos reunimos en donde nos asignaron esta mañana.

Darya: Estoy en camino.

Miré como se había agendado Gunther semanas atrás, cuando tomó mi celular y nos sacó una fotografía al terminar uno de los entrenamientos, aprovechó y cambió la manera en la que estaba agendado. No era de esas personas que agendaban el número a los contactos de manera cariñosa, solo ponía el nombre para identificar, pero cuando Gunther encontró solo su nombre se indignó y lo cambió, no me quejé porque de alguna manera no me molestaba. Según él estaba agendada en su celular como, Darya: la mejor compañera del mundo.

—¡Aquí estás! —Simone agarró uno de mis bolsos y ambas caminamos hasta donde estaban los demás.

Muchas personas estaban dando vuelta en aquel espacio pequeño que se había asignado como vestuario. Cada grupo tenía un espacio específico que se determinó con anterioridad. Gunther estaba sentado en una silla hablando con Edrick que respondía con interés, cuando me vieron pararon de hablar y me saludaron de manera amistosa.

Junto a Gunther estábamos vestidos de manera parecida, él llevaba en la parte de arriba una camiseta de la misma tela que mi vestido de color azul que ayudaba a resaltar el color de sus ojos. Su pantalón era de color negro, no quería algo exagerado y que pudiera estorbar en las elevaciones por lo que no llevaba detalles, solamente era lisa su ropa. En cambio, mi vestido era todo lo contrario tenía muchos detalles y era simple a la vez.

—Haré un maquillaje simple y cuando sea tu turno de participar lo profundizaré un poco más. —Simone desplegó una gran cantidad de maquillaje cuando me senté al lado de Gunther que me sonrío.

—Entraremos un poco en calor y después practicaremos dos veces la coreografía, eso es lo que está permitido. —Edrick siguió hablando junto a Gunther mientras Simone se encargaba de maquillarme.

No me había maquillado por mí misma porque eso solía hacerlo solo mamá. Simone se había ofrecido maquillarme y no me negué cuando lo hizo porque, aunque pareciera tonto, esas pequeñas acciones me hacían recordar los viejos tiempos y si bien no era mamá quien estaba maquillándome en estos momentos, Simone era un buen reemplazo.

—Somos nuestro club y dos más de la zona. —Edrick nos incluyó en la conversación.

—Eso suena como muchos patinadores. —Simone agregó solo un toque de rubor mientras respondía de manera concentrada.

—Y también suena como una oportunidad de hacernos notar. —Gunther me miró de manera significativa cuando pronunció aquello.

¿Qué quería decir con aquellas palabras?, ¿vendría aquella persona de la Federación?, ¿había alguien más importante?, esta mañana quise sacar información y preguntarle al respecto, solo me dio una respuesta un poco vaga y no lo presioné.

No me estresaría intentando averiguar si había alguien importante, solo trataría de dar lo mejor en la pista y disfrutar una de mis últimas veces en la que estaría junto al hielo. Sin presiones, rogaba que saliera bien por el bien del equipo. Nos esforzamos demasiado para que todo estuviera dentro de los tiempos, siempre me repito que no es una coreografía complicada, pero era especial.

Estábamos todas las parejas en la pista de hielo entrando en calor antes de que la pareja asignada empezará con su coreografía, esa pareja éramos nosotros, los primeros en la tanda para empezar. Los patinadores individuales masculinos habían terminado hace dos horas atrás, solo vi algunos, pero escuché los aplausos de las personas. Me hacía recordar al ambiente de las competencias.

La ex compañera de Gunther estaba presente y nos miraba de reojo, había practicado junto a su pareja diferentes elevaciones, pero eran el doble de difíciles comparadas a las nuestras. Ellos me intimidan, debo admitirlo, pero traté de que solo fuera por unos minutos.

Gunther está tranquilo comparado hace algunas horas atrás, no le prestó atención a su ex compañera solo estaba concentrado en que la coreografía saliera bien y que pudiéramos disfrutar el momento. Con la mirada habíamos enfocado a Flor, Gunther saludó y ella sonrió como respuesta, además de aplaudir y de vez en cuando gritar como forma de apoyo, eso me recordó cuando mis padres hacían lo mismo en las competencias.

Cuando las presentaciones fueron dichas, el resto de patinadores salió de la pista y junto a Gunther estuvimos por primera vez frente a un gran amplio público. Era la hora de la verdad, poner todo lo mejor de nosotros y concentrarnos en sacar el programa lo más limpio posible.

—A continuación, en la pista, en representación del Origin club démosle la bienvenida a Darya Weber y Gunther Dietz.

Mi nombre era presentado después de tanto tiempo, por razones de seguridad mi apellido era el de mi madre. Era más significativo no ser la única en la pista, era una experiencia nueva que estaba dispuesta a disfrutar junto a Gunther.

Ambos nos pusimos en la posición inicial, habíamos practicado demasiadas veces aquella coreografía, debía salirnos lo más decentemente posible. Cuando la música sonó me transportó a aquel lugar que había creado junto a Gunther, nuestro lugar seguro.

Escuchar los aplausos de bienvenida mientras trazamos en el hielo la primera parte de la coreografía, era gratificante. La gente se animó a aplaudir y gritar un poco palabras de aliento cuando el primer truco salió correctamente y al realizar los siguientes elementos, los mismos salieron de manera perfecta y sincrónica. La gente se animó aún más a aplaudir, el ritmo de coreografía era divertido, habíamos elegido la música cuidadosamente para que la gente no se aburriera y que pudiera disfrutar junto a nosotros aquellos cuatro minutos que duraba nuestra presentación.

En los últimos diez segundos finales la gente estaba animada y dimos por finalizada nuestra presentación, los brazos de Gunther me recibieron en un abrazo cálido y aquellas palabras de aliento que me susurró fueron todo.

—Estoy orgulloso de ti, Darya. Sabía que lo lograríamos, ahora debemos ir por más —Su voz sonó grave mientras deslizaba las manos por mi cintura.

Mi corazón dio un vuelco en mi pecho.

La fiesta de Navidad en el restaurante de la madre de Gunther fue cálida y divertida. Hacía demasiado tiempo que no me sentía parte en una celebración importante como era Navidad, había hecho las presentaciones de mi familia: Flor y Adal estaban un poco nerviosos, pero se adaptaron fácilmente aquella cena.

Los primos de Gunther fueron simpáticos uno de ellos era rubio y el otro tenía el pelo de color negro, eran divertidos y aunque al principio me intimidaron después pude soltarme un poco más. Cuándo fue la hora de los regalos estaba ansiosa porque esperé que los mismos le gustaran, el agradecimiento y las sonrisas cuando las personas los abrieron fue un buen regalo para mí.

Junto a Gunther estábamos extasiados de felicidad porque la repercusión de la coreografía fue positiva, nuestra familia estaba feliz y todo el trabajo de estos últimos meses fue recompensado con una presentación casi limpia.

El regalo de Gunther era sencillo, era una batidora con funciones amplificadas comparadas a una normal, cuando la señora que me atendió en la tienda de electrodoméstico me las explicó no las entendí, pero Gunther estaba feliz con aquel regalo y se lo presumió a cada una de las personas que estaban presente. Fue a cada persona en la fiesta y le mostró el regalo con orgullo.

El regalo por su parte era más sencillo pero significativo. Un pequeño colgante que tenía una joya de un patín con incrustaciones que se veían delicadas y bonitas. Él me lo colocó y me dedicó una linda sonrisa, aclarando que ese colgante resaltaba mis ojos.

—Comparado a tu regalo, lo mío parece basura. —Gunther habló mientras abrazaba la caja de la batidora. Parecía un niño feliz luego de recibir un juguete.

—Es significativo para mí, me encanta. —Admiré de nuevo el colgante.

—La próxima vez pensaré en algo mejor. —Estábamos separados de los demás, comiendo el postre y hablando de lo que había pasado el día de hoy. Estábamos borrachos de felicidad.

—¿Puedo sacarles una foto? —Simone me pidió mi celular y junto a Gunther posamos de manera divertida.

—Me gusta. —Gunther miró la foto con detenimiento—. Pásamela la pondré como fondo de pantalla.

Simone pidió el celular de Gunther para pasar las fotos y me concentré en degustar el postre que preparó Gunther con algunos toques de limón. Me reía mientras Gunther me explicaba la preparación del postre y abraza la caja con la batidora, podía admitir que el regalo le había gustado bastante.

Después de que la cena terminara nos quedamos solo algunas horas más y cada uno volvió a su casa, me despedí de Flor que me felicitaba todo el tiempo al respecto de la presentación y me fui junto a Adal a casa. Al llegar me desmaquillé en el baño y me despedí de Adal antes de ir a dormir, aunque él mismo estaba roncando y durmiendo cómodamente en su cama.

El día de hoy lo consideraría como uno de los mejores de mi vida y mañana por la tarde sería la última presentación, pero tal vez podría cambiar de opinión al respecto de poder continuar en la pista, ahora no se veía como una mala idea. Si ellos me aceptaban tal vez podría dar ese paso. La idea ya no soba tan alocada.

El sonido de notificaciones no dejaba de molestarme y me tapé con las mantas un poco más, para que el sonido dejara de molestar.

¿Notificaciones?

Me destapé y agarré mi celular que él mismo no dejaba de sonar. Cuando intenté prenderlo el mismo se bloqueó y funcionó minutos después por la cantidad de notificaciones. Había de Instagram, Twitter y llamadas perdidas de Gunther y Edrick.

Al entrar a Instagram mi perfil no era el que usaba siempre, era el viejo, el que no me animaba a abrir desde hace años. Toqué para ver que producía las notificaciones y entendí porqué tanto revuelo. Las etiquetas de las diferentes historias y publicaciones estaban presentes.

Solo por una foto. Las personas ahora volvían a saber de mí por el programa y la foto de ayer.

Entré en una de las publicaciones que era de una página que consideraba confiable y que fue una de las primeras en publicar y recolectar la información, Love of ice skating.

Darya Neumann vuelve al hielo después de tanto tiempo, con la recolección de información de nuestro equipo podemos confirmar que la ex patinadora ahora vuelve al hielo con una modalidad diferente: danza en parejas.

En las próximas publicaciones ampliaremos la información.

¿Qué opinan de este regreso?

No podía estar pasando esto. La foto de anoche estaba en mis historias, en aquel perfil que consideraba parte de mi vida pasada. Las personas lo vieron y empezaron a buscarme de nuevo, leí algunos comentarios en los diferentes post de Instagram que daban como noticia mi supuesto regreso.

No hablaban de mí, sino que comentaban sobre la anterior versión de mi misma. Aquella chica que ganaba competencias y era una fuerte rival. Comentaban sobre Gunther y querían saber quién rayos era aquel chico que convenció a Darya Neumann a volver a la pista de hielo. También hablan del accidente y de mis padres.

Les dejo el video de la coreografía que me inspiré para la presentación: 

Desde 0:20 hasta 4:20

¡Gracias por leer!

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