Todo empieza conmigo en el gran patio de la institución Santa María del Rosario, estaba caminando hacia las escaleras que se hallaban cerca del baño, las recorrí hasta llegar al segundo piso. Una vez allí me dirigí hasta la entrada al jardín de infantes viendo cómo mí medio hermano salía de ahí, de repente y sin aviso aparecieron mí padre y abuela paterna a mí lado.
Volteo hacia donde debía haber un barandal pero en su lugar había una escalera conformada por nubes rosadas, los 4 decidimos subirlas hasta llegar a la entrada del "cielo" donde todo era de tonalidades rosadas y celestes pasteles, también había caminos de nubes blancas y doradas, y más atrás un precioso y cristalino lago con pequeños brillos.
Deseaba capturar tales maravillas en forma de fotos pero al tomar mí teléfono me percate que no traía conmigo el cargador por lo que se lo hice saber a mí padre.
Yo: pa, no tengo mí cargador — le notifiqué preocupada.
Padre: pregúntale a la señorita de la entrada — me dijo restándole importancia.
Fui hasta ella para luego comentarle mí situación.
Señorita de la entrada: ya no lo necesitas — me respondió con total calma.
A raíz de esto surgió una pregunta en mí "¿Qué pasará cuando se me acabe la batería?" Intenté no prestarle mucha atención a esto y me dirigí con mí padre para caminar juntos entre uno de los caminos de nubes.
Mientras más nos adentrabamos todo iba perdiendo color, la zona poco a poco se veía gris, oscura, lúgubre y más sucia. Llegamos a un museo abandonado, que era el único lugar que no estaba hecho de nubes, plagado de indigentes meando las columnas de la entrada del establecimiento, vomitando, durmiendo en las escaleras del lugar lleno de manchas, entre otras cosas. "Este lugar es muy asqueroso" pensé con asco viendo desde una distancia prudente.

Fin