› Jennie.

— Lisa, despierta... — acaricie sus mejillas lentamente, había dormido en su casa y ya eran las 11, por suerte era sábado.

— Cinco minutos más, linda gatita — susurró sobre mi cuello haciéndome estremecer.

— Tengo hambre — infle mis mejillas mientras le acariciaba ahora su corto cabello.

— Puedes comerte este — miré que su mano fue a su bóxer agarrando su miembro sobre el, ruborizada le pegué en la cabeza ocasionando un "Auch" de su parte.

— Eres una idiota — la abracé del cuello haciendo que sus labios chocaran en el, ella empezó a brindarme pequeños pero húmedos besos — Lisa... ¿Y si alguien entra? — pregunté mordiendo mi labio inferior.

— Mis padres están en un viaje de negocios — respondió y pasó su lengua por mi cuello logrando sacarme un suspiro.

Lamentablemente el sonido de mi celular interrumpió lo que podría ser un buen mañanero, Lisa me sonrió dulcemente y se separó de mi, agarré mi celular y era mi madre.

— Hola mamá — saludé.

— Hasta que al fin contestas, ¿Dónde estas? — preguntó por la otra linea.

— Estoy en la casa de Lisa — respondí mirando a la nombrada y brindándole una sonrisa.

— Que no te haya encontrado haciendo tus cochinadas, ¿Qué pensara ella al saber que te tocas pensando en ella? — miré a Lisa y ella me miraba sorprendida y con una sonrisa burlona en el rostro.

— Ok mamá, hablamos luego, adiós — hablé rápidamente y colgué para mirar a Lisa — Mi mamá dice cosas muy raras — reí con nerviosismo.

Ella se acercó y me besó hambrientamente el cuello haciéndome gemir de sorpresa, luego agarró mi mano y la llevó dentro de mis bragas.

— Hazlo ahora, tócate... — susurró en mi oído, sentí mi cuerpo temblar ante su petición, tragué saliva y empecé tocarme lentamente logrando que suspiros salieran de mis labios, por desgracia el sonido de otro celular interrumpió — Es el mío — Lisa se levantó, agarró su celular y salió de la habitación.

Bufé un poco molesta, cuando uno más caliente está a la gente le da la gana de joder más.

Agarré mi celular y tenía un mensaje de Rosé, cuando abrí el mensaje, salyte de la cama, hoy eran las pruebas de porristas, agarré mi chaqueta y me coloqué los Jeans, cuando iba a salir por la puerta, Lisa la abrió y ambas chocamos cayendo al suelo, estando yo encima de ella.

— Perdón, debo irme — hable rápidamente y le di un besote en los labios dejándola algo atontada — Adiós — me levanté y salí de la habitación.

› Inscripciones de porristas.

— Jennie, respira, respira — Rosé acariciaba mis hombros tratando de calmarme — Lo haremos genial, lo harás genial — asentí rápidamente.

— Jennie — escuché que me llamaban y me puse aún más nerviosa.

— Ay no, ay no, ay no — Rosé me pellizco haciendo que soltara un chillido — Gracias, lo necesitaba — ella asintió y yo fuí a presentarme, respira Jennie, respira.

› Después de las inscripciones.

— Lo hiciste genial Jennie — Irene me sonrió con dulzura y yo le devolví la sonrisa.

— Espero haber quedado — dije emocionada, ahora iba a ir a comer a una pizzería con mis amigas, hasta que mi celular empiezo a sonar, lo saqué mi bolsillo y era mi madre — Hola mamá, ¿Qué pasa? — pregunté al tener el celular en mi oreja.

— No te vayas a asustar — mi expresión se volvió a una confundida.

— Esta bien pero dime — las chicas me miraban atentas.

— Veras mi niña, Lisa tuvo un pequeño accidente — tapé mi boca con mi mano, sentía que las lagrimas iban a salir por mis ojos.

— ¿Dónde esta?, ¿Esta bien? — pregunté rápidamente, mire a mis amigas y Rosé empezó a llamar a alguien.

— Está en el hospital — la dejé terminar y colgué la llamada, Dahyun se acercó y me abrazo, pues sentía que me iba a caer, ¿Qué te paso Lisa?