A Tom le resultó difícil, esa semana, no revelar demasiado. Descubrió que tenía que seguir alejándose de Harry cuando su control se rompió. Nunca se había sentido así, nunca había tenido algo que desafiara tanto su capacidad para mantener un control estricto de sus expresiones y acciones. Nunca había sentido este tipo de placer.

Su Harry aún requería un manejo cuidadoso, todavía exigía bastante más tiempo del que Tom realmente debería dedicar en este momento, pero valía la pena.

Porque había acudido a Tom, a pesar de su cautela y desconfianza todavía desconcertantes, después de que Tom se hubiera tomado el tiempo de acercarse a Harry oblicuamente. Todavía se sentía atraído por Tom, todavía lo dejaba entrar una vez que Tom trabajaba para mantener a raya sus sospechas. Tom estaba complacido, muy complacido, de saber que lo que había sospechado durante la semana amnésica de Harry se había confirmado; Tom aún no se había aburrido de pasar tiempo con Harry. Harry se mantuvo interesante e impredecible, su mente se movía en direcciones extrañas pero perspicaces. Tendía a pensar de manera muy diferente al resto de los Slytherin de Tom. Sus ojos se nublaban cada vez que las cosas se volvían demasiado teóricas, pero mientras Tom ubicaba algo con un ejemplo práctico, Harry podía seguir cada uno de sus puntos y aportar sus propias sugerencias.

Y, por supuesto, estaba la aún irresistible sensación de Harry ablandándose bajo el toque de Tom. Él había tenido que ejercer el más estricto control para no ir demasiado lejos, demasiado pronto. Había sido más difícil de lo que había imaginado, y siempre se había enorgullecido de su control, pero la alegría, la feroz y punzante satisfacción que había sentido cuando Harry había acudido a él...

El chico valía mucho, mucho la pena.

Tom deseaba volver a batirse en duelo con Harry, aliviar su breve ida y vuelta junto al lago en mejores circunstancias. Tom podía disfrutar del recuerdo ahora, mirando hacia atrás (ahora que había atrapado a salvo a Harry, después de que Harry había estado tan cerca de resbalarse de su agarre, de arruinar los planes de Tom, pero, Tom se recordó a sí mismo que debía calmarse eso no había pasado, Harry seguía siendo suyo); podría revivir los reflejos de mercurio de Harry, y esperar volver a poner a prueba a Harry algún día.

Pero no en Hogwarts, no en el salón de clases de Merrythought. Tom ahora había llegado a estar de acuerdo en que lo mejor para Harry era pasar desapercibido en Hogwarts. Pensándolo bien, no era tan malo que el pasado de Harry fuera un agujero negro, que no hubiera nadie con quien Harry se mantuviera en contacto a quien Tom pudiera buscar para obtener información. Porque si bien dejó las preguntas de Tom sin respuesta, también significó que Tom solo tenía que esperar hasta el final del año escolar, esperar a que Harry dejara el ojo atento de sus maestros y se abriera paso en un mundo indiferente, y luego Tom podría atraparlo.

Todavía no sería sencillo, no ya que no podría trabajar en contra de los mejores intereses de Harry durante los próximos seis meses. Era un poco lamentable que hubiera tenido que ser más generoso en la redacción del voto; que, a diferencia de su yo amnésico, este Harry claramente se habría negado a estar atado por cualquier cosa que Tom no estuviera también atado. Había sido maravillosamente Slytherin de su parte, pero hizo que el camino de Tom fuera menos directo.

Sin embargo ...

Había una razón por la que Tom estaba un poco delirando esta semana. Había elegido su momento con cuidado. Con resaca y fuera de balance, Harry no había notado exactamente lo que había prometido. Lo que le había dado exactamente a Tom.

Se encontró sonriendo de nuevo ahora ante la idea. Harry tenía una manera de cortar el equilibrio ganado con tanto esfuerzo de Tom como nadie más. Volvió a preguntarse si, después de todo, había alguna manera de persuadir a Harry para que incluyera más trabajo relacionado con el cuerpo en su proyecto de Encantamientos. La idea de relacionarlo con los pequeños experimentos que había probado durante su semana de Navidad juntos, recordando la expresión en el rostro de Harry cuando Tom le había empujado la sangre, la piel y el semen dentro de él... Como Harry había vuelto a ser tan dócil, tan dispuesto, en el baño el viernes por la noche, tan parecido a su yo navideño. Tom había estado a punto de revelar demasiado cuando empujó a Harry una vez más, la sensación era aún más dulce y satisfactoria por ser mucho más difícil de ganar.

Pero no. Su Harry seguía siendo frustrantemente difícil de precisar cuándo las manos de Tom no estaban sobre él. Se estaba descongelando, pero lentamente, muy lentamente, y luchando en cada paso del camino. Tom todavía sentía que los experimentos de compartir el cuerpo podrían generar potencial para comprender su conexión, a pesar de que no había hecho ningún progreso significativo en las vías que había explorado. Esas primeras incursiones habían sido callejones sin salida, pero eso no significaba que toda la dirección fuera inútil.

Curiosamente, Harry también, en su agitación entre temas, aterrizó una o dos veces en la misma área de la magia del alma. Tal vez realmente había algo en eso, pensó Tom. La intuición de Harry había resultado sorprendentemente precisa en ocasiones. Tal vez Tom debería pensar más seriamente en ello, mientras todavía tenía acceso sin restricciones a la biblioteca de Hogwarts.

Como estaba en el dormitorio y solo, decidió permitirse el lujo de hacer algo que no había hecho en mucho tiempo. Lanzando un encantamiento de detección que le advertiría si alguien se acercaba, abrió su baúl y golpeó su varita para revelar la sección oculta y cerrada en la base. Al abrirlo, miró su anillo, su precioso futuro. Había hecho una regla para no sacarlo en la escuela; no quería arriesgarse a que lo viera la persona equivocada, o que alguien adivinara una medida de su verdadero valor para él. Esta semana, sin embargo, sintió que podía hacer una excepción.

Hacía mucho tiempo que no la sujetaba. Ahora, al levantarlo, sintió... algo parecido a lo que sintió Harry... Se sentó allí, muy quieto. Su conexión con Harry no podía tener nada que ver con eso. Fue imposible.

Sin embargo, pensó, sentado allí con su Horrocrux calentándose la palma de la mano, siempre se había jurado creer que nada era imposible. Tom sabía que era excepcional. Quizás también fue excepcional en esto.

Tenía que probarlo.

Tenía que ver.

§§§

Harry estaba reacio. Tom no podía comprender por qué Harry seguía retrocediendo; la forma de la desconfianza de Harry lo eludió. Black pensó que era simplemente la reacción comprensible al trauma de perder a su familia, pero Tom no estaba tan seguro. Harry mintió instintivamente sobre demasiadas cosas. Había mentido sobre el núcleo de su varita, aunque no podía saber sobre su conexión con la varita de Tom. Ocultó su lengua Parsel, a pesar del estatus que le daría en Slytherin. Se escondió, repetidamente, aunque ya debía haberse dado cuenta de que Tom no lo toleraría. Y ahora se negaba a probarse el anillo de Tom, a pesar de no tener ninguna razón obvia para hacerlo. Todo sumaba algo, pero nada había cristalizado aún. A Tom todavía le faltaba una parte esencial, de alguna manera.

Había escuchado a Harry hablando con Lestrange unos días antes. Tal como Tom había esperado, Harry se había dejado atraer si los demás lo tomaban a la ligera, si él nunca era el centro de atención del grupo. Se había acostumbrado a hablar con Lestrange, lo que Tom pudo utilizar un poco. Parecía haber cosas de las que Harry estaba menos cauteloso con Lestrange en comparación con Tom.

Esa vez, habían estado hablando de confianza.

— Es una espada de doble filo, Lestrange — había dicho Harry — Solo creo que, si quieres que otras personas confíen en ti, primero debes confiar en ellos —

Lestrange respondió de inmediato con la respuesta obvia: que entonces "si tenías que ponerte en una posición de vulnerabilidad, no valía la pena el riesgo, a menos que el resultado fuera algo espectacular"

— Ahí es donde nunca te entenderé — había dicho Harry, sacudiendo la cabeza — No se trata solo de sacar lo mejor de ello. No se trata solo del beneficio, se trata de la persona —-

Tan interesante como había sido esa percepción de Harry, Tom no sentía que pudiera aplicarla a su problema actual. Harry se estaba acercando a él muy lentamente. No había forma de que Tom pudiera mostrar su confianza en Harry de una manera que Harry pudiera creer; cuando lo arrinconaba, seguía huyendo, en lugar de volverse hacia Tom. Tom necesitaría algo diferente.

Le dio vueltas durante un rato, sin llegar a soluciones claras. No se le ocurrió ningún camino obvio, ninguno que funcionara productivamente dentro de los límites de Hogwarts y dentro de las restricciones del voto. No era un voto inquebrantable, si ambas partes estaban de acuerdo, se podía anular con relativa facilidad, pero Tom, por supuesto, no quería que se anulara. Así que tendría que trabajar dentro de él por ahora.

Y luego Mulciber le trajo buenas noticias a Tom.

Mulciber se había quejado o lo más cerca que estuvo de quejarse, de que Tom se concentraba tanto en Harry en lugar de sus otros objetivos. En lugar de disciplinarlo, lo que los otros Caballeros podrían no haber entendido en ese momento, Tom desvió su atención. Había visto a Alicia Musgrave, una Ravenclaw de sangre pura de sexto año, en algún lugar donde no debería haber estado al final del período anterior, y le dijo a Mulciber que averiguara qué escondía.

Lo había dicho como una distracción. Tom esperaba que no hubiera nada sustancial, nada que Mulciber pudiera encontrar. Pero lo mantendrían ocupado, y luego, cuando Mulciber regresara con las manos vacías, Tom tendría una razón para mostrar algo de su disgusto.

Excepto que no volvió con las manos vacías.

— ¿Cómo sabías que tenías que buscar esto, Tom? — Dijo Mulciber emocionado. Había venido directamente a encontrar a Tom en el dormitorio, sonrojado por el éxito — Ella lo había escondido casi a la perfección, especialmente de la vista de los Slytherins —

Tom le dirigió una sonrisa ambigua — Dime los detalles — dijo simplemente.

— Las cosas que puedes juntar, mi Señor — dijo Mulciber, todavía admirado, y luego le dijo a Tom todo lo que había podido desenterrar. La relación con la sangre sucia de Hufflepuff, sus planes hasta la fecha en secreto hasta que Alicia recibió su herencia cuando cumplió dieciocho años. Una manera muy poco inventiva de arruinarse a sí misma, pensó Tom desinteresadamente. Y por supuesto su familia era muy estricta; la matarían con una hoz si se enteraran.

Mulciber ahora estaba hablando con entusiasmo sobre las posibilidades que esto habría, sopesando los beneficios de hacerle saber que la habían descubierto en lugar de mantenerlo en reserva hasta que pudiera proporcionar algo concreto a cambio de su silencio. La mente de Tom estaba repasando las mismas posibilidades, aunque ya varios pasos adelante, cuando el encantamiento de advertencia que había configurado para encenderse si alguien se acercaba al dormitorio se disparó.

Se iluminó en verde brillante, lo que significaba Harry. Mulciber no había notado el encanto, seguía parloteando, y Tom lo dejó continuar mientras otra idea florecía, perfectamente formada, en su mente. De repente supo exactamente cómo iba a manejar esta información sobre Alicia.

Continuara ... 

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