24 años
—¿Qué están haciendo? —La pequeña Suika de cuatro años miró con los ojos muy abiertos a su adorada Kohaku-nee encima de su Senku-nii-chan en el sofá de la sala, con las manos a los lados de su cabeza y las narices de ambos tocándose, eso hasta que la escucharon y ambos voltearon a verla con pánico.
—¡Su-Suika! ¿N-no estabas d-dormida? —Kohaku se quitó de encima de Senku a toda velocidad, dejándolo con el rostro en blanco, aturdido.
—Me dio sed.
—Ah, ya veo, ya veo. Ven, te serviré un poco de jugo de frutas. —Kohaku la cargó en brazos y huyó de ahí rápidamente.
Senku se quedó en el sofá aún con el rostro en blanco, antes de bufar y cubrir sus ojos con su antebrazo, maldiciéndose por enésima vez desde que regresó a vivir a Japón de nuevo.
¿Cuántas veces estuvieron en situaciones similares a la que acababa de pasar?
A la semana de su regreso Kohaku fue a visitarlo solo ella a su nuevo departamento y se emborracharon, entonces se quedaron mirando como idiotas y ella quiso besarlo, pero estaba tan borracha que se golpeó la frente contra la pared detrás de él, luego maldijo y le pegó un puñetazo a la pared, dejando un gran hueco que enfadó al dueño del edificio y tuvieron que reparar con dinero de su bolsillo al día siguiente.
Al mes de ese suceso, Kohaku se salió de casa de su padre y también rentó un departamento, pero muy cerca de su familia porque no quería estar lejos de su sobrinito Ruchiru, y Senku fue a visitarla por insistencia de ella solo a los pocos días, jugaron videojuegos, bebieron muy poco alcohol y cuando fue momento de irse se quedaron parados como idiotas en la puerta, mirándose, y cuando Kohaku finalmente dio un paso en su dirección el celular de Senku sonó y él de inmediato lo usó de excusa para salir corriendo de allí.
Tres meses después de eso, en época de navidad, quedaron bajo un muérdago a punto de entrar en la casa Ishigami, y los dos bromearon con que deberían cumplir la tradición, mirándose los labios, mordiéndoselos y luciendo tan urgidos que resultaba evidente que no era ninguna broma, pero justo en ese momento Rei abrió la puerta, haciéndolos crisparse y entrar a la casa rápidamente.
Y aquí estaban ahora, más de medio año después de que Senku regresara a Japón. Suika quiso ir a quedarse con Kohaku ese día después de que ella visitara a los Ishigami y Senku fue con ella, y después de arroparla se dispuso a ver películas con Kohaku, comiendo helado y demás comida chatarra. Unas chispas de chocolate quedaron en la mejilla de la mujer y él sin pensarlo las limpió con el pulgar y se lo llevó a la boca, lamiéndolo sin ningún tipo de segunda intención, pero Kohaku se le quedó viendo como si acabara de darle un striptease o una mierda de esas... y se le tiró encima.
Y estuvo a punto, a punto de besarlo... pero de nuevo los interrumpieron.
Para Senku, esta situación ya era ridícula.
Llevaba meses en guerra con su cerebro, resaltando las inconveniencias que traería una relación con Kohaku ahora que estaba muy metido en su trabajo en la JAXA, participando en grandes proyectos, en reunir más presupuesto y en lograr que Japón llevará a sus propios astronautas al espacio, claramente era una locura empezar una relación... pero que fuera una locura una relación no quería decir que no fuera obvio que ella le gustaba.
Intentaba resistirse, peleaba consigo mismo y con los impulsos que ella le provocaba, pero había llegado a su límite. Kohaku le gustaba demasiado, era innegable.
Pero la pregunta era... ¿debería decírselo?
Era bastante obvio que a ella él le gustaba también, pero incluso así ¿realmente era buena idea empezar una relación? ¿Qué tal si todo salía mal y arruinaban una amistad de toda la vida?
No toleraría perderla...
—Senku... —Kohaku regresó a la sala en ese momento—. Suika ya está durmiendo otra vez. —Carraspeó, apartando la mirada.
—Ya veo.
Se quedaron en silencio un largo e incómodo par de minutos, y Senku aprovechó para pensar.
¿Debería decírselo? ¿Debería decirle ahora mismo?
Tragó saliva, intentando calcular los pros y los contras, los beneficios y los perjuicios, pero al pensar en una relación con ella todo lo que le venía la mente era que por fin podría besarla y tocarla tanto como quería, y su cerebro se nublaba y era incapaz de pensar en cosas negativas. Solo... la quería tanto...
Abrió la boca sin siquiera haber decidido qué decir, pero entonces Kohaku se le adelantó:
—Creo que deberías irte. —Y él se congeló.
—¿Qué? —Palideció.
—Yo... quiero que te vayas —le dijo con voz mucho más firme, apretando los puños con determinación, y viéndose orgullosa de haber podido hablar con tanta convicción.
¿Qué se supone que debía contestar a eso?
—Como quieras. —Apartó la mirada—. Mañana lleva a Suika a casa de mis padres.
—Claro.
Se fue sin siquiera una despedida, sintiéndose aturdido por lo que acababa de pasar. Jamás había sentido tanto rechazo de parte de su mejor amiga, la persona que estuvo siempre a su lado toda su vida.
¿Por qué le hacía esto?
Casi no pudo dormir esa noche, pensando en ella y en el porqué de su actitud, y apenas salió el sol fue a casa de sus padres, queriendo verla cuando llevará a Suika de regreso.
Byakuya y Lillian notaron de inmediato que algo le pasaba al verlo tan distante y con la mirada perdida.
—¿Qué tienes, cariño? —preguntó ella preocupada mientras Byakuya servía el desayuno.
—¿Pasó algo con Kohaku-chan? Creímos que estarías en su casa con Suika y que tú la traerías. —Byakuya empezó a interrogarlo apenas les sirvió el desayuno a los tres.
—No pasó nada. —Llevó su meñique a su oído con fastidio—. Y estoy bien, dejen de hacer preguntas sin sentido.
Ellos claramente no le creyeron, pero dejaron el tema cuando Rei llegó al comedor.
Shinichi y Roy bajaron poco después, haciendo sus competencias de quién cantaba más alto como si quisieran darle dolor de cabeza a propósito a Senku, que se levantó para callarlos.
—¿Tienen que gritar tanto a las seis de la mañana, par de mocosos revoltosos?
—¡No es gritar, es cantar! —Shinichi lo miró con la barbilla muy en alto, ofendido—. ¡Eres tan malo como siempre, nii-chan!
—Aprende a reconocer el arte, hermano. —Roy también lo miró ofendido, pero siendo menos escandaloso que el mayor.
—Yo digo que cantemos más fuerte, ¡te retó a ver quién puede alcanzar la nota más alta! —Shinichi sonrió maliciosamente.
—Desafío aceptado. —Roy le siguió el juego con una sonrisa igual de traviesa.
Apenas los dos se pusieron a gritar desde el fondo de sus gargantas, Senku tomó las cabezas de ambos y las estrelló, haciendo chocar sus frentes.
—¡AUCH!
—Bueno, esa tiene que ser la nota más alta que soltaron hoy. —Rio malvadamente.
—¡Malvado, malvado! —Shinichi se puso a patalear en el suelo, sujetando su frente.
—¡Mamá! ¡Mi hermano está siendo malo con nosotros otra vez! —Roy, niño de mami como siempre, lo delató de inmediato.
—¡Senku, te he dicho muchas veces que no hagas eso con tus hermanos! —Lillian se levantó a regañarlo—. ¡Ya estás muy grandecito como para hacer esas cosas!
—Lo siento, lo siento. —Bufó—. Soplón —le susurró a Roy, que alzó la barbilla orgullosamente.
Kohaku llegó con Suika poco después, sorprendiéndose al ver a Senku allí.
—Bueno, ya debería irme. —Soltó la mano de Suika y quiso escapar, pero la pequeña rápidamente sujetó su falda.
—¿Por qué te vas tan pronto? —Lo miró con ojitos tristes—. Dijiste que desayunarías aquí. Quédate al menos a desayunar. —La miró con sus grandes y brillantes ojos marrones y Kohaku sintió un flechazo directo al corazón.
—Bien... me quedaré a desayunar.
—¡Hurra! —Shinichi, que aparentemente tenía un crush con Kohaku, corrió a abrazarla también junto a su hermanita menor.
Kohaku se sentó en la punta más alejada de Senku en la mesa, evitando mirarlo. Y por supuesto que Byakuya y Lillian lo notaron de inmediato, hasta Rei se percató de que algo pasaba.
—¿Discutieron anoche? —preguntó preocupada la adolescente.
—No —contestaron los dos de mala gana, sin mirar a nadie a los ojos.
—Definitivamente discutieron. —Lillian suspiró, negando con la cabeza—. Vamos, nunca antes los vi comportarse así, si necesitan hablar solo hablen.
—No tenemos nada de qué hablar. —Kohaku apartó la mirada, visiblemente enfadada.
Senku frunció el ceño.
—Kohaku claramente ya decidió que lo que sea que la haya hecho enojar es más importante que nuestra amistad, así que tampoco creo que haya nada de lo que hablar. —Mordió con fuerza una tostada.
—Nunca dije que hayamos dejado de ser amigos. —Ella se levantó de la mesa, viéndose profundamente herida.
—Nunca dijiste nada. —Senku también se puso en pie.
—¡Tú fuiste el que no hizo NADA! —El grito de Kohaku hizo a todos estremecerse, sorprendidos.
Antes de que Senku pudiera contestar, Lillian también se puso en pie, tan rápido y luciendo tan molesta que tanto Senku como Kohaku se encogieron en sus sitios, dándose cuenta de dónde estaban y frente a quiénes, y asustados como si aún fueran niños frente a una muy enojada Lillian.
—¡No les permito gritar en esta casa y menos delante de mis niños! —Cruzó los brazos—. No me importa que ya tengan más de veinte años, sus carreras y sus trabajos, se disculpan ahora mismo, con beso en la mejilla incluido —ordenó.
—¿Es en serio? —Senku alzó una ceja—. Ya no somos niños. —Lillian frunció aún más el ceño y él tragó saliva—. Eh... mamá. —Uso su truco para ablandarla y funcionó, levemente.
—No me importa, quiero una disculpa y un beso en la mejilla. Ahora —exigió.
Senku y Kohaku compartieron una mirada.
Ciertamente no era buena idea desobedecer a Lillian, pero... ¿un beso en la mejilla como cuando eran niñitos, en serio? Era humillante.
Aun así, no querían enfadar a Lillian después de la discusión que tuvieron frente a todos, así que suspiraron y se acercaron lentamente el uno al otro, sin mirarse.
Cuando Kohaku levantó la mirada y Senku finalmente dejó de fingir que miraba al techo, sus ojos se encontraron y ambos sintieron su ira esfumarse.
Al ver sus ojos azules tan llenos de sentimiento, al ver su mirada tan vulnerable y transparente, Senku por fin entendió el motivo de su ira.
"¡Tú fuiste el que no hizo NADA!"
Ah... tenía sentido.
Todo este tiempo, todos estos meses, todos estos años... siempre fue ella la que intentó abrazarlo, la que se acercaba más, la que intentaba besarlo... y él nunca hizo ni dijo nada. No era de extrañar que se hartara de su falta de respuesta a todos sus intentos.
Pero ya era hora de que finalmente hiciera algo.
No le importó ni dónde estaban, ni frente a quiénes estaban. La tomó de la muñeca y la jaló para besarla, no en la mejilla, sino directamente en los labios, un beso corto y casto de boca a boca.
Toda su familia se fue de espaldas, totalmente sorprendidos por lo que acababan de ver, y la misma Kohaku se quedó totalmente congelada, excepto por su rostro rojo brillante. Su boca cayó hasta el suelo apenas Senku se apartó de ella, después de su pequeño e inesperado primer beso.
—Como dije, somos demasiado mayores para besos en la mejilla. —Sonrió socarronamente—. Tendrás que conformarte con eso, leona. —Se alejó varios pasos de ella y salió de la casa sin mirar a nadie, intentando fingir que su rostro no estaba combustionando en llamas por lo que acababa de hacer frente a toda su familia.
Todo el mundo estaría enterado de esto en una hora y no dejarían de burlarse de él por los siguientes diez años, ya lo sabía... pero valió la pena.
Continuará...
Holaaaaaaaaaaaaaa :D
Ay, ya tuvieron su primer beso U,w,U Crecen tan rápido TwT
Estamos cada vez más cerca del final ToT
Ojala q este cap les haya gustado! Creo q es uno de los más largos de este fic cortito pero bonito xD
No olviden q se les ama!
Me despido!
CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
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