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Capítulo 49 Jaque Mate

Entré al ascensor mientras marcaba con mis dedos temblorosos el último piso del gran rascacielos, Derek estaba detrás de mí mirándome muy atento, su ceño permanecía fruncido, él no estaba de acuerdo con mí plan y claro, nadie lo estaba, era muy peligroso para todos y más para mí, si herían a Macristen me perjudicarían a mí o podrían incluso herir a Tessandra. El aparato electrónico pasaba por el segundo piso mientras mi corazón se aceleraba cada vez más, no quería enfrentarme a ella, no quería tener que mirarla a los ojos, la bilis se me subió por la garganta y me sentí ahogada, agotada, me sentía débil, quería detener el ascensor y salir corriendo, pero me arme de la poca valentía que me quedaba y me dije a mí misma que debía ser fuerte, mi hermana menor estaba allí y me necesitaba más firme que nunca. Solté un suspiro y mire a los ojos a mi acompañante a través del cristal del espejo en una de las paredes de pequeño cubículo, hasta ese momento no me había dado cuenta de que mi labio inferior temblaba, una lágrima se lizo de mí ojo izquierdo, tenía miedo. Quinto piso, aún seguía mirando a Derek, ¿debía decirle la verdad? ¿debía decirle que no lo odiaba, qué aún seguía enamorada de él? Tal vez podría ser la última vez que lo vería, que podría tenerlo cerca, de aspirar su aroma, de mirar sus ojos color esmeralda, de apreciar su sonrisa. Séptimo piso, gire en mí eje y lo encare, sus labios se abrieron un poco tal vez para decir algo que no alcanzó a salir, tenía un nudo en la garganta, uno que debía, por obligación sacar.

-Te escogí a ti- le dije mirándolo a los ojos- Y te seguiría escogiendo una y mil veces.

-¿De qué hablas, Anais?- preguntó confundido.

-La noche de la fiesta, me pusieron a escoger, te escogí a ti. Cuando se produjo la explosión yo me dirigía a pedirte que no te fueras y no me arrepiento, por que me di cuenta que te amo y nunca deje de hacerlo- pude apreciar como sus ojos se llenaron de lágrimas, estaba apunto de decir algo y el ascensor se detuvo en el décimo piso.

Volví a girar en mí eje mientras las puertas se abrían en el vestíbulo de un gran apartamento, el rascacielos quedaba en el centro de la ciudad y estábamos en el último piso, había una mujer esperándonos de pie al lado de una puerta de madera, aquí adentro todo estaba decorado a un estilo victoriano muy peculiar, las puertas estaban hechas de la más fina y delicada madera, tallada a mano, unos candelabros de cristal que iluminaba el lugar, con algunas lámparas que producían una luz tenue, habían ventanas, muchas en realidad. La mujer tenía entre treinta y treinta y cinco años, traía un gran vestido hasta sus talones y era alta, casi igual a Derek y él me rebasaba en mucha estatura, sus ojos negros como la noche que ahora nos rodeaba, tan penetrantes que por un instante pensé que no tendría alma. Como lo había imaginado, ella estaba rodeada de personas que la cuidarán, hace tres años también fue igual, la diferencia, radicaba en que ahora ya no temía a morir, ya no era esa niña atormentada por lo secretos de alguien. Me quede un segundo pensando que debía hacer, un zumbido molesto irritó mis oídos, por un momento quise quitarme el intercomunicador de la oreja pero me resistí, por allí ellos que avisarían qué debía hacer. Tenía miedo, sentía que me ahogaba, estaba a tiempo de dar un paso atrás pero no lo hice y tampoco lo haría, podría estar presa del pánico pero no olvidaba que tenía una familia que proteger, la mujer nos indico que la siguiéramos con un movimientos de cabeza, antes de caminar tras ella volví a mirarlo a los ojos, los cuales me suplicaban renunciar y dejar que los demás se encargarán.

<<¿Haz visto a Tessandra, Anais?>> preguntó Elif por el aparato en mí oreja, negué, aunque sabía que no me estaba viendo.

-La señora los está esperando en el comedor- Hablo la mujer, mientras abría una puerta por el pasillo lateral, asentimos.

Entramos a un comedor, justo frente a una gran ventana que daba vista a todo Blacksburg, desde los barrios bajos, hasta los de clase media alta, el salón no era tan grande como el recibidor pero era muy acogedor, la mesa es de doce puestos cinco en cada lado y uno en cada extremo. Macristen estaba de pie junto a la ventana, nos daba la espalda, su cabello estaba en una cola de caballo y traía unos jeans negro y una chaqueta a juego. Mí hermana se levanto de uno de los asientos y corrió para abrazarme, su mejilla estaba colorada he hinchada y su labio inferior partido por la mitad, una rabia incontable invadió mi sistema, quería estrangularla con mis manos, cómo se atrevía a herir a mí hermana menor, la estreche más contra mí cuerpo. Tessandra, era intocable, ella es mí pequeña niña, podría pasarlo por alto si fueran Elif o Aaron, ellos sabían como defenderse, pero ella era muestra pequeña, siempre estaba tratando de ayudar a los demás. Escuché unos sollozos de su parte. La bruja dio la vuelta para mirarnos a los ojos a cada uno, su semblante era realmente tranquilo y eso me asustaba, me asustaba mucho. Me separé de ella y la fulmine con la mirada.

-Sabía que no vendrías sola, por eso mande a poner un plato más en la mesa- habló con una sonrisa, como si fuésemos las mejores amigas, puse a mi hermana detrás justo en medio de Derek y yo- Adelante, la cena está servida.

-No vinimos a comer- comentó Derek.

-¿El mismo truco barato de hace dos años?- Pregunte- Usas a mí familia para ejercerme dolor a mí.

-Es que parece que es la única forma que tengo de llamar tu atención- camino hasta la mesa y se sentó en la cabecera.

<<¿Ya viste a mí hermana?>> preguntó Aaron.

-¿te gusta la pasta?- preguntó ella.

-Sí- afirme, pero la respuesta no era para ella.

-Adelante, sientensen- nos ordeno, intercambios miradas y luego, caminamos hasta sentarnos en la mesa- ¿Cómo sigues del latigazo? Anais- volvió a preguntar, tomó el cuchillo y empezó a cortar su filete, por debajo de la mesa Derek apretó suavemente mí mano.

-Me recuperó, ya no duele y me estoy regenerando.

-Lo note- miré a Tessandra, ella estaba mal, nerviosa y tenía miedo, ambas teníamos miedo, debía sacarla de aquí antes de que todo explotara- El cerebro de tú padrino Alexander Actovos fue una de las mentes más brillantes que tuvo el cónclave de los cazadores- metió un trozo de carne a su boca y masticó sutilmente- Después de todo logro que la sangre de Demonio se acoplara a la de Ángel. Realmente admiraba su trabajo y trate de duplicarlo.

-Por eso tantas muertes- agrego Derek horrorizado.

-Sin embargo. No pude hacerlo- tomó el cuchillo y se enterró la punta de éste en la parte superior de la muñeca, donde empezaba el dedo corazón, gemí por el dolor mientras veía como la sangre empezaba a correr por mí mano- He pasado años, décadas incluso, tratando de repetir el proceso que él hizo contigo, lastimosamente el secreto se fue a tumba con él- Tessandra me dedico una mirada de terror puro al ver mí herida, le Sonreí para tranquilizarla- Mi objetivo es crear nuevo legado de cazadores, súper soldados con una densa estructura molecular, modificando su ADN con sangre demoníaca volviéndolos como tú, más rápidos, ágiles, certeros, para que las heridas sanen rápido, en otras palabras más letales. Así no tendría la necesidad de usar runas para fortalecer sus habilidades.

-¿Con qué propósito?- pregunte.

-Con el propósito de que sólo me obedezcan a mí, por supuesto. He llegado a la conclusión de que todas las respuestas a mis preguntas las tiene tu sangre, por ello no puedo matarte, por eso me vinculé a ti, por que sé que ellos jamás te sacrificarían ¿oh sí, príncipe?- el negó. tomé la mano de mi hermana por debajo de la mesa para que me mirara, l hice una seña con mis dedos para indicarle que a la cuenta de tres pasaría algo.

<<Ana, Amalie ya viene con refuerzos, y el Βίβλος των νεκρώνno está donde pertenece, no vayan hacer nada, son por lo menos veinte personas ayudándola>> Me comunicó Elif.

Uno. Mí corazón palpitaba a mil por segundo, mis manos temblaban y sudaba frío, mi garganta estaba reseca y no podía dejar de pensar que haría si no lograba salir con vida de allí. Dos. Tome a mí hermana de la mano tratando de calmarla pero en realidad me estaba calmado a mí, yo seguiría mí propio plan, uno muy diferente al que acordamos. Tres. Todo paso en cámara lenta Derek tiro la mesa por lo aire mientras de sus brazos salían sombras, tome a mí hermana cubriendo su rostro en mí pecho y caminamos justas en cuclillas hacía la salida. Macristen trato de correr hacia mí, pero Derek la tomo por los hombros sacándole sus colmillos, llegamos a la salida del comedor al frente el vestíbulo y a los lados dos pasillo. Nuestro camino fue interferido, al frente de nosotras estaba la mujer, la misma que nos había recibido, sonreía con malicia, tome el grabador de runas y apunte al aire mientras se acercaba a nosotras, rápidamente grave una runa segadora en el aire haciendo que así ella se desestabilizará, eso nos daría un poco de ventaja, pero sólo unos segundos. Arrastre a Tessandra de la mano por el pasillo de la derecha, había varías puertas y fui moviendo el pomo de cada uno para saber cual estaba abierta, mis manos temblaban y mí respiración estaba acelerada. Una última puerta al final del pasillo, guiaba en subida a unas escaleras de concreto en forma de caracol, entre con ella y empezamos a subirlas, no sabía a donde conducía. Al final había otra puerta y afuera una terraza en el último piso, el viento soplaba con potente furia sobre nosotras. Volví a grabar una runa en el aire pero está vez de tele-trasportación el portal se abrió de inmediato

-Debes irte Tessandra- le dije a mi hermana, ella negó.

-Yo no me iré sin ti- contesto con firmeza- De aquí no me mueve ni el mismísimo Dios- esto no estaba funcionando.

-Tess, debes irte, tenemos un plan pero no funcionará contigo aquí, te lo suplicó hermana, vete- la puerta se abrió de un portazo, era Macristen- ¡AHORA TESS, VETE!- Exclame, ella entro al portal y éste se cerro se inmediato, sólo quedábamos ella y yo.

-Las sombras del príncipe son potentes, pero no lo suficiente para detenerme- estaba muy calmada, más de lo que debería.

-¿Qué le hiciste?- le pregunté.

-Jamás debieron retarme, yo pensaba dejarte con vida. Anais, pero no, debías meter tus narices dónde no debías, ¿no podías simplemente dejarlo así?.

-Nunca, eso sería faltar a la memoria de mí madre- mis lágrimas amenaban con salir- Acabaste con mi vida- le dije con ira corriendo por mis venas- ¡Ellos jamás te hicieron mal, al contrario, te dieron más, incluso lo que no tenían!- exclamé, la puerta se volvió abrir, por ella entraron dos hombres sosteniendo a Derek, él tenía una cadena de plata enredada en el cuello y lo arrastraban como un perro, él luchaba con todas sus fuerzas pero está le queman hasta dejarlo en carne viva, solté un sollozoso y me cubrí la boca, mis lágrimas cayeron.

<<Tessandra ya está aquí vamos para allá. Anais, sólo reciste un poco, Betzzaveth empezó la desvinculación sólo tardará unos minutos, vamos con el apoyo>> me indicó Elif.

-Lo tomé desprevenido- empezó a explicar ella- Mato a la bruja que estaba conmigo, así que le aplique verbena, para que lo debilitara, lo que me sorprende es por qué no se desmayó- él estaba realmente mal, más lágrimas salieron- Me han quitado muchas personas importantes en mi vida, ahora yo te quitaré una a ti. Ya sabes ojo por ojo, diente por diente es esto- tomó una estaca de madera y la alzo a la altura del pecho de Derek.

-¡NO!- exclamé- Por favor espera- suplique, ella se detuvo y me miro de nuevo- Cometiste tres grandes errores el día que me conociste- le dije- El primero meterte con mí familia. El segundo, no matarme cuando tenías la oportunidad.

-¿Y el tercero?- pregunto burlona.

-Tener la razón- Ella me miró confundida- Ellos jamás me sacrificarían, pero yo no soy ellos- Tomé la daga que traía camuflada en la pretina del jeans y me apuñale en el abdomen, ella abrió sus ojos como platos y dio un paso adelante.

-¡Anais, no!- grito Derek, tomando fuerzas de donde no tenía para levantarse del suelo. Los hombres trataron de detenerlo, saque el cuchillo de mí abdomen y volví a apuñalarme, ella trato de caminar hacia mí pero sus rodillas flaquearon y cayo al suelo, volví apuñalarme y luego caí al suelo, mientras la sangre salía del organismo de ambas.

Me costaba respirar, la sangre cubría mi cuerpo y manchaba mi ropa. El líquido carmesí empezó a salir por mi boca, la puerta volvió abrirse pero no vi quien entro, el tiempo se estaba deteniendo, solté unos cuantos gemidos de dolor mientras mis lágrimas salían y se deslizaban por el rabillo del ojo. Habían sombras, muchas y voces distorsionadas que no reconocía, un olor a perfume y mucho dolor me cubría el cuerpo el alma, mi respiración se estaba pausando y recuerdos empezaron a pasar por mis ojos, todos mis recuerdo bloqueados volvían cómo cascadas. Elif apareció en mí panorama y puso una de sus manos en mis heridas, sus labios se movían pero no escuchaba nada, Derek también la acompañaba ambos decían algo pero no lograba descifrar que era, mi hermana estaba llorando, pero no entendía por que. Más recuerdos, más dolor y tuve miedo, miedo a morir, por impulso tomé el rostro de ella y vi como su rostro lleno de preocupación se manchaba de sangre, mi sangre. Mis labios se movían, pero yo no escuchaba mí propia voz, todo empezó a nublarse, no sentía más dolor, no tenía más miedo.

Flashaback.

Desperté en mí habitación, todo estaba en completa oscuridad, otro día monótono, otro día de mierda. Desde que él se había ido todo se había convertido en monotonía para mí, tenía la necesidad de llamarlo, decirle que aún lo amaba, suplicarle que volviera, que me conformaba con sólo migajas pero que volviera a mis días y a mis noches. Esa sensación de ser observada me invadió de nuevo, por un segundo temí que fuera Daxon de nuevo, con mucho cuidado Prendí la lámpara al lado de mí cama, no había nadie, mi respiración se calmo un poco. La ventana estaba abierta y el viento meseaba las cortinas, me levante y me dirigí a ella, afuera no había nadie y todo era paz, volví a dar la vuelta para volver a mí cama y me encontré de frente con él. Derek había vuelto y estaba aquí conmigo, tuve que contener mis ganas de echarmele encima.

-Derek- Hablé, sin salir de mí sorpresa- Tú, volviste- se acerco a mí y me acarició la mejilla con sus dedos.

-Anais, yo te amo. Perdón por todo el daño, perdón por haberme ido, perdón por amarte- unas lágrimas se deslizaron por sus ojos.

-Te amo- le dije.

-lo sé, y yo te amo a ti y por que te amo es que debo dejarte ir.

-¿Qué?- me tomó del rostro he hizo que lo mirará a los ojos.

-Te dejo en libertad Anais, olvidame, no me ames te lo ruego, sigue tú vida y odiame. Te amo y te amaré intensamente por el resto de mí vida, pero tienes que seguir adelante, no llorarás más, no me amaras más, no me nombrarás más. Sin embargo, quiero que me guardes en ese rincón de lo que un día fueron tus sueños. Adiós, Anais, y odiame.

Fin del Flashaback.

Miré a Derek y le sonreí, él me había hipnotizado para que no lo amará más, por eso nunca pude olvidarlo por que en el fondo, lo seguía amando. Tomé su rostro con mis manos y tomé fuerzas para no dejarme ir aún.

-Te amo y te amaré intensamente por el resto de mí vida- entonces, todo término por fin. Me deje llevar sabiendo que los que más amaba estaban a salvo, no quería sufrir más, era hora de descansar.

Fin

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